Eterno adiós a don Manuel Domínguez Patiño, cura de Culleredo durante 59 años

Este martes nos ha dejado a los 92 años don Manuel Domínguez Patiño, cura de Santo Estevo de Culleredo durante 59 años. Ordenado sacerdote en 1957, cumplió sus Bodas de diamante en el año 2017, poco antes de su jubilación, en noviembre del 2019, antes de que la pandemia cambiara nuestras vidas.

Antes de llegar a Culleredo ya había sido cura en Monfero durante seis años y medio, y fue profesor de Religión en Elviña, donde me dio clase, junto a tantos otros de mi generación. Los que le recordamos lo hacemos siempre con una sonrisa; siempre estaba de buen humor.

Fue uno de los primeros impulsores de la lingua galega, quien comenzó a predicar y a dar clases en galego, hace más de 40 años, no como un tema político, sino. cultural. Tenía mucho amor por ella y como sacerdote se encargaba de que a nadie le diese vergüenza su propio idioma.

Muchos hoy nos emocionamos por su falta; una parroquia llena de lágrimas que se sume en la tristeza por el fallecimiento de una persona de especial relevancia no solo para la iglesia de Santo Estevo y para la parroquia de Tarrío, sino también para Culleredo entero.

Su compromiso social era evidente, y su espíritu de colaboración y dinamización son pilares fundamentales a la hora de describir a don Manuel, quien comenzó la tradición del belén viviente, o la Candelaria, a la que acudían los niños y niñas con las mimosas.

 En su honor, una plaza con su nombre en Tarrío. Pero seguro que el mayor de todos los honores es poder recordarle siempre, tal y como fue. Buena persona, con una vocación tremenda, empático y que siempre ayudaba, fuera quien fuese quien le solicitase una mano.

Vivió siempre para ello, y no podemos estar más agradecidos. Descanse en paz, don Manuel. José Ramón Rioboo.

La Voz de Galicia

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