Los obispos nórdicos lanzan una Carta Pastoral sobre sexualidad: defienden los ideales exigentes

Mientras la opulenta Iglesia católica de Alemania cae en el caos doctrinal con las propuestas del “camino sinodal alemán contrarias a la moral sexual católica, los obispos de las vecinas iglesias nórdicas, pequeñas y pobres, han respondido con una Carta pastoral sobre la sexualidad, que defiende la exigente moral sexual católica, y la espiritualidad que la acompaña.

La carta pastoral se ha leído en voz alta -o al menos fragmentos de ella- en muchas parroquias católicas de los países nórdicos este pasado fin de semana.

Diócesis jóvenes, pobres, inmigrantes y misioneras

La Conferencia Episcopal Escandinava reúne a los obispos de Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia. Se trata de países de tradición protestante donde durante casi 5 siglos apenas hubo católicos. Muchos de sus católicos son inmigrantes llegados de todo el mundo, especialmente de Polonia, aunque también de países hispanos.

Una minoría son conversos: el protestantismo liberal luterano no les llenaba el corazón ni satisfacía su mente. Varios de sus obispos son misioneros de órdenes religiosas. Su actual presidente es el obispo de Copenhague, Czeslaw Kozon, danés hijo de padres polacos.

Los obispos firmantes son el cardenal Anders Arborelius, obispo de Estocolmo (converso de adolescente, primer cardenal sueco); de Noruega, el obispo Erik Varden de Trondheim, el obispo Berislav Grgić de Tromsø, y el obispo Bernt Eidsvig de Oslo; de Dinamarca, el obispo Czeslaw Kozon de Copenhague; de Islandia, el obispo David Tencer de Reykjavik y el obispo emérito Pierre Bürcher de Reykjavik, y de Finlandia, el padre Marco Pasinato, administrador apostólico de Helsinki (en Finlandia apenas hay unos 15.000 católicos).

Aunque estas diócesis pobres y misioneras suelen agradecer el dinero que llega de las ricas diócesis alemanas y su peculiar impuesto religioso, no han querido acallar la doctrina católica sobre el sexo, sino proclamarla bien alto.

La visión cristiana del sexo es exigente

La carta pastoral entiende que la visión cristiana del sexo es exigente, pero explica: “Ofrecer algo menos exigente sería defraudaros. No hemos recibido el Orden Sagrado para predicar ideales pequeños de nuestra propia fabricación”.

Denuncian que la ideología de género “habla como si el género físico fuera accidental”. “Protestamos cuando se fuerza esa visión sobre los niños, presentándola como una verdad probada y no como una hipótesis temeraria, y cuando se la impone a los menores como una pesada carga de autodeterminación para la que no están preparados”, prosiguen.

“Resulta llamativo que una sociedad tan atenta al cuerpo en los hechos lo trate con superficialidad al no considerarlo como un significante de identidad”, añade la carta pastoral, que debe llegar a católicos suecos, noruegos, daneses, islandeses, fineses y de muchos orígenes migrantes.

El texto recuerda que cuando la Biblia habla de que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios “no sólo se refiere al alma: está misteriosamente inscrita en el cuerpo también” y que eso se manifiesta “en la complementariedad de lo masculino y lo femenino”.

Aceptar la realidad, acompañar en la búsqueda

Los obispos nórdicos afirman que “el camino hacia la aceptación de uno mismo pasa por confrontarse con la realidad. Nuestras heridas y contradicciones están incluidas en la realidad que vivimos”.

Los obispos explican que la Iglesia se ofrece para acompañar a todos, porque “el camino hacia la plenitud requiere paciencia, pero hay alegría en cada paso”. Esa “búsqueda de plenitud e integridad merece respeto y debe ser apoyada”.

La exigente visión cristiana del sexo es una misericordia, dicen, que “no excluye a nadie, pero fija un ideal elevado”.

“Puede suceder que las circunstancias de vida de un fiel católico le impidan, por un tiempo, recibir los sacramentos”, advierten los obispos. Eso no significa que deje de ser miembro de la Iglesia. “La experiencia del exilio interior vivida en la fe puede conducir a un sentido de pertenencia más profundo. Esto es lo que sucede con frecuencia en los exilios bíblicos”, explican.

Lo que hoy predican ideologías, enseguida puede cambiar

Por otra parte, advierte que en las ideologías cambiantes sobre el sexo “lo que hoy dan por descontado mañana pueden rechazarlo”. “Quien se aferre demasiado a teorías pasajeras corre el riesgo de salir muy lastimado”, avisan.

A los que se sienten desconcertados por la visión cristiana del sexo, les proponen dos cosas:

– una, “familiarizarse con la llamada y la promesa de Cristo: conocerlo mejor”, con “la enseñanza integral de la Iglesia, y no de fragmentos encontrados aquí y allí”;
– dos, admitir que el lenguaje mundano sobre el sexo tiene muchas limitaciones y necesita ser enriquecido con “un vocabulario adecuado”. Y la Iglesia ofrece ese lenguaje más rico.

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