El perdón es una actitud sana que ayuda a mejorar la salud

Claudia es mi amiga, ella es una mujer muy atenta, trabajadora y
excelente amiga. Ella ama a los niños y le encanta ayudarles a aprender,
ya que es maestra.


Hace un tiempo sufrió una enfermedad muy difícil, que la ha llevado con muchos médicos y sigue luchando por su vida… Ella tiene cáncer.


Su relación con la gente de su edad no es tan buena como con los
niños, ya que le enfurece la gente que ella percibe como floja, y que no
se esfuerza como ella lo hace con su trabajo, con su lucha en la
enfermedad, con la limpieza de su casa ni con la manera de conducir un
auto por la ciudad.


Somos amigos desde muy pequeños y conozco su situación familiar, y un
día le pregunté cómo había logrado perdonar a su mamá el hecho de ser
tan estricta y agresiva con ella. Tristemente me di cuenta que ella aún no la perdonaba.


Respuesta biológica de nuestro organismo


Le expliqué que nuestro organismo tiene un sistema que se llama endócrino, que es el que controla las hormonas que ayudan al cuerpo a reaccionar al medio ambiente. Por ejemplo, la adrenalina,
que cuando recibimos un susto, el torrente sanguíneo se llena de esta
sustancia incrementando el ritmo cardíaco que prepara al cuerpo para
salir corriendo o para defenderse en caso de una agresión.


Hay muchas hormonas que funcionan ante los estímulos
del medio ambiente, por ejemplo, hay una que se llama melatonina que se
empieza a producir cuando el ojo deja de percibir luz y ayuda a conciliar el sueño.


Hay incluso otras que actúan como respuesta al estrés, en especial el
cortisol; esta sustancia es buena para el organismo pero cuando el
nivel de estrés aumenta y se mantiene en ese nivel por un largo período
de tiempo, entonces el cortisol empieza a destruir neuronas,
por lo que la persona empieza a olvidar las cosas, tener temblores, se
cae el cabello, salen manchas blancas en la piel, entre otros muchos
síntomas.


Con el enojo, la frustración y el rencor se libera
un coctel de hormonas que van perjudicando la salud de manera tal que se
termina teniendo enfermedades muy difíciles de sanar. Claudia no sabía
esto, y asustada me pregunta la solución a su cáncer.


La verdad es que desconozco la solución a su enfermedad porque además
existe una predisposición genética a ciertas enfermedades que
combinadas con el contexto que las favorece y la actitud de la persona,
terminan desarrollándose.


Lo que le pude compartir es que el perdón es una actitud sana que puede ayudar a regular las hormonas que en exceso o por tiempo prolongado afectan la salud de las personas.


A continuación te presento algunas preguntas de reflexión para que te des cuenta de qué tanto perdonas.


  • ¿Hay personas a las que hiciste daño y que aún están enojadas?
  • ¿Hay personas que no has perdonado porque no se han acercado a arreglar las cosas?
  • ¿Has dicho en alguna ocasión frases como estas: “Yo lo perdono, pero
    que viva bien lejos”; “se puede perdonar pero no olvidar”, “las cosas
    nunca volverán a serán iguales”?
  • ¿Sufres de algún problema en el aparato digestivo ó dolores
    frecuentes de cabeza, decaimiento corporal, insomnio o dificultades con
    el sueño?
  • ¿Tienes cambios bruscos en tu estado de ánimo?
  • ¿Tienes malos recuerdos que muy seguido vienen a tu mente?
  • ¿Esperas el momento de la venganza?
  • ¿Sientes miedo a ser lastimado?
  • ¿Has dicho frases como estas: “Yo no tengo pelos en la lengua”, “a mí que no me vengan a molestar”, “me las vas a pagar”?
  • ¿Tienes resentimientos guardados contra tu Padre o Madre o con alguien más?
  • ¿Te sientes culpable por tus debilidades?
  • ¿Te han dicho o piensas que eres una persona orgullosa, arrogante?


Si contestas afirmativamente a cualquiera de estas preguntas… Cuidado… Te hace falta perdonar.


“Perdonar es un regalo que nosotros ofrecemos al que nos ofende, o
visto desde el otro lado, es un regalo que recibimos de alguien a quien
ofendemos”.


Perdonar es seguir con una relación de amistad y
armonía, evitando el rencor, el deseo de venganza, el dejar de ignorar. Y
si lo que queremos es realmente seguir las enseñanzas de Jesús, las siguientes citas bíblicas nos darán la luz necesaria:


“Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario,
si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también
la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale
también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina
dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere
pedirte algo prestado”.
(Mateo 5, 38-42)


“Entonces se adelantó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces
tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete
veces?” Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta
setenta veces siete”. (
Mateo 18,21-22)


“Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han
sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se
le perdona poco, demuestra poco amor”. (
Lucas 7,47)


“Perdona a tu prójimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados”. (Eclesiástico 28,2)


“Arrepiéntete, pues, de esa tu maldad y ruega al Señor, a ver si se te perdona ese pensamiento de tu corazón”. (Hechos 8,22)


“El agua apaga el fuego llameante, la limosna perdona los pecados”. (Eclesiástico 3,30)


“Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas
entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda
allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano;
luego vuelves y presentas tu ofrenda”
. (Mateo 5,23-24)


Resumiendo:


  1. Ama
  2. Perdona (una, otra, otra, otra…. Y así hasta 490 veces)
  3. Pide perdón por los múltiples pecados que tengas y si rebasan la
    cantidad de 490, entonces vuelve a empezar el punto anterior (2)
  4. Ofrece limosna, y repara cada daño cometido (eso se llama enmienda).
  5. Sigue amando

Rafael Ruiz. Artículo originalmente publicado por pildorasdefe.net

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