Desde la Escritura: inicios de la misión apostólica

Mientras algunos cristianos de la Iglesia de Antioquía,
formada por profetas y doctores, entre otros miembros del pueblo de
Dios, estaban celebrando el oficio del Señor, el Espíritu Santo escogió a
Bernabé y a Saulo para llevar a cabo una misión a la que Él los
destinaba. Sería considerada como el Primer Viaje Apostólico de Pablo.
Les acompañó además Juan Marcos.


Saliendo de Antioquía de Siria, bajaron a Seleucia, y de allí se
fueron a Chipre, patria de Bernabé. Ya en la isla, llegados a Salamina,
anunciaban la Palabra de Dios a los judíos, en las sinagogas. El
procónsul Sergio Paulo quiso escuchar a Pablo y a Bernabé; pero el Mago
Elimas se oponía a ello, retrayendo al procónsul del acceso a la fe.
Pablo le echó en cara su maldad y le dejó ciego, hasta el tiempo que el
Señor indicara. Viendo el Procónsul la fuerza de Pablo, creyó y se
adhirió a la doctrina del Señor.


Desde allí se dirigieron al continente, llegando a Perge de Panfilia.
Allí Juan Marcos consideró que debía marchar a casa, y se volvió a
Jerusalén. Ellos, desde Perge se dirigieron a Antioquía de Pisidia.
Allí, en la sinagoga, aceptaron la propuesta del archisinagogo, y,
resumiendo la historia de la salvación, hablaron de Cristo como aquel en
quien se cumplían las profecías, y que por medio de él se obtiene el
perdón de los pecados. Les pidieron que volvieran el sábado siguiente, y
así lo hicieron. En esa ocasión los judíos rechazaban lo que Pablo
dijo, y a partir de ahí el apóstol de las Gentes se dirigió a los
procedentes del judaísmo.


José Fernández Lago

pastoralsantiago.es

Foto: Miguel Castaño