San Martín de Tours vivió la virtud, el estudio y la alegría en la esperanza, como tres realidades inseparables

D. Julián presidió, ayer lunes, la eucaristía solemne en el Seminario Mayor, en la festividad de San Martín de Tours patrono de los seminaristas

Junto al rector del Seminario Mayor, los formadores y numerosos sacerdotes diocesanos, D. Julián presidió la eucaristía en la Capilla del Seminario Mayor. El arzobispo recordó a San Martín del que dijo que: “Como evangelizador manifestó gran celo apostólico, buscando nuevas formas para la evangelización y luchando contra la tergiversación del mensaje cristiano, la idolatría, las supersticiones, la miseria humana y las manifestaciones del mal”.
Peregrino de lo absoluto forma parte de la memoria espiritual de la Europa cristiana, testimoniando la libertad de la fe en medio de los cambios históricos que marcan el final del siglo IV. Llevó a Cristo al hombre y al hombre a Cristo. Estaba convencido de que la evangelización es vivir el Evangelio en toda su integridad comprometiéndonos  a servir a los demás y recordando lo que nos dice Jesús: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”.

Dirigiéndose a los seminaristas allí presentes afirmó: “Seguir a Cristo no es repetir, sino prolongar de modo siempre nuevo su vida a través de la historia.  Toda nuestra vida debe sentirse interpretada al servicio del Reino de Dios. En medio de las  dificultades que acumulan nuestra cultura, nuestra debilidad, o incluso nuestra infidelidad, tenemos la seguridad, fundada en la esperanza, de que Cristo va haciendo el camino con nosotros”. 


“San Martín, hombre admirado por su sabiduría y amado por su bondad, salió al encuentro de las gentes que andaban como ovejas sin pastor, manifestando su alma de apóstol, siempre dispuesto a ofrecer su vida por las ovejas porque el buen pastor va en su busca, no ejerce el poder sobre ellas como un funcionario rígido y celoso custodio de su privacidad, se conmueve con el corazón y con la mente ante la situación de dispersión que viven, y trata de reflejar en todas sus actuaciones el amor misericordioso de Dios a los hombres”.




















Fotos: Miguel Castaño