«Quien reza sabe que el amor es más poderoso que la muerte, y triunfará»: catequesis del Papa

“Los hombres y las mujeres que rezan saben que la esperanza es más fuerte que el desánimo. Creen que el amor es más poderoso que la muerte, y que seguramente un día triunfará, aunque los tiempos y las formas no lo conocemos”.


Así predicó este miércoles 20 de mayo el Papa Francisco desde la
Biblioteca privada del Palacio Apostólico. El Papa ya no ofrece en
directo por las redes la misa cotidiana desde Santa Marta, pero sí sigue
transmitiendo sus catequesis de los miércoles desde la Biblioteca,
acompañado tan solo de algunos ayudantes y traductores.


Esta catequesis se introdujo con la lectura de algunos versículos del Salmo 8 (4-5.10) que reza:


“Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las
estrellas que allí fijaste, me pregunto: ‘¿Qué es el hombre, para que en
él pienses?
¿Qué es el ser humano […] para que lo tomes en
cuenta?’. Oh Señor, Señor nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda
la tierra!”


Al comenzar su catequesis, hablando en italiano, el Papa afirmó que
“la primera página de la Biblia se parece a un gran himno de acción de
gracias. La narración de la Creación es cantada rítmicamente, donde es continuamente reafirmada la bondad y la belleza
de todo lo que existe. Dios, con su palabra, llama a la vida, y todas
las cosas acceden a la existencia. Con la palabra, separa la luz de la
oscuridad, alterna el día y la noche, varía las estaciones, abre una
paleta de colores con la variedad de plantas y animales”.


Pequeñez y sorprendente dignidad del ser humano


Francisco explicó que este misterio de la creación nos lleva a la
contemplación de Dios, lo que nos mueve a la oración, tal como lo afirma
el Salmo 8, que expresa su grandeza y belleza, ante la cual el ser humano percibe su pequeñez,
pero también el lugar especial que ocupa en ella; porque, aunque por
naturaleza sea insignificante comparado con la grandiosidad de todo lo
creado, posee sin embargo una dignidad sorprendente, que surge de su
relación filial con Dios.


“El orante contempla el misterio de la existencia a su alrededor, ve
el cielo estrellado sobre él – que la astrofísica nos muestran hoy en
día en toda su inmensidad – y se pregunta qué diseño de amor debe haber
detrás de una obra tan poderosa”


La creación no es fruto de una ciega casualidad


Tras destacar que el relato de la creación habla de la bondad y la
hermosura de todo lo que el Señor hizo con el poder de su Palabra,
Francisco dijo que no es fruto “de una ciega casualidad, sino de un plan
amoroso que Él tiene para sus hijos”. De ahí que “cuando el hombre mira extasiado la creación, toma conciencia de que él es la única criatura capaz de reconocer la belleza
que encierra la obra divina y, ante tanto esplendor, eleva al Creador
su oración de agradecimiento y de alabanza por el regalo de la
existencia”.


En la oración se afirma un sentimiento de misericordia


“Nada existe por casualidad: el secreto del universo reside en una
mirada benévola que alguien cruza en nuestros ojos”, dijo el Santo
Padre. Y recordó que el Salmo afirma que “somos poco menos que un Dios,
que estamos coronados de gloria y honor”. De ahí que “la relación con
Dios es la grandeza del hombre: su entronización”.


“Cuando las tristezas y las amarguras de la vida tratan de sofocar nuestra gratitud y alabanza a Dios,
la contemplación de las maravillas de su creación enciende, de nuevo,
en el corazón el don de la oración, que es la fuerza principal de la
esperanza.
Y la esperanza es la que nos manifiesta que la vida, aún
con sus pruebas y dificultades, está llena de una gracia que la hace
digna de ser vivida, protegida y defendida”


Saludos y alegría en la resurrección


El Papa saludó después en distintos idiomas a los fieles que seguían la retransmisión. En español dijo: “Que Jesús resucitado, con la fuerza de su Espíritu Santo, nos haga portadores de alegría, afiance en nosotros la esperanza y también la certeza de que el amor es más fuerte que la muerte y que triunfa siempre”


En polaco recordó el centenario del nacimiento de San Juan Pablo II. Y
de este “pastor de gran fe”, que en sus oraciones amaba “encomendar a
la Iglesia y toda la humanidad a Dios, recordó que al elegir el lema
episcopal “Totus Tuus”, también demostró “que en tiempos difíciles debemos recurrir a la Madre de Dios, que puede ayudarnos e interceder por nosotros”. Y dijo que “su vida, construida sobre una profunda, intensa y confiada oración, sea un ejemplo para los cristianos de hoy”.


En italiano añadió: “Dirijo un pensamiento especial a los jóvenes,
los ancianos, los enfermos y los recién casados. Jesucristo, al ascender
al cielo, deja un mensaje y un programa para toda la Iglesia: ‘Vayan y enseñen a todas las naciones… enseñándoles a observar todo lo que les he mandado’. Que sea su ideal y su compromiso dar a conocer la palabra de salvación de Cristo y dar testimonio de ella en la vida diaria. ¡A todos les imparto mi bendición!”

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