
Estos días el Papa ha utilizado la expresión de Jesús de que las personas somos creadas para la plenitud “para disfrutar de la vida y de la vida en abundancia”.
El Papa dice que a pesar de que “Somos criaturas frágiles. El error forma parte de nuestra humanidad” lo que no impide a la humanidad como grupo o individuo poder “resurgir”,“ volver a levantarse y ponerse de pie”.
¿Cómo vivir en plenitud? ¡hay hambre en el mundo! Y también usura que asfixia a naciones….
El Papa ante el problema del hambre propone unir a todos; empresa, poderes públicos, organizaciones y también a” cada persona en particular”, que “ha de ver en el sufrimiento ajeno algo propio. Quien padece hambre no es un extraño. Es mi hermano y he de ayudarlo sin dilación alguna.”
Lanza el Papa esta pregunta ¿Por qué si el derecho internacional humanitario prohíbe sin excepción atacar a civiles y bienes esenciales para la supervivencia de las poblaciones vemos el “uso continuo de esa estrategia cruel, que condena a hombres, mujeres y niños al hambre, negándoles el derecho más elemental: el derecho a la vida.”? Propone el papa entusiasmarnos para remediar este escándalo porque “Nadie puede quedar al margen de luchar denodadamente contra el hambre. Esa batalla es de todos” porque “No basta con invocar la solidaridad: debemos garantizar la seguridad alimentaria, el acceso a los recursos y el desarrollo rural sostenible.” propone el Papa atender a una cooperación constante, construir una seguridad alimentaria justa y accesible, uniendo nuestras manos, y, ojo, atendiendo al papel indispensable de las mujeres en este ámbito, como garantía de una alimentación más humana y duradera, por su silenciosa atención a la supervivencia en cada rincón del mundo.
También es importante luchar contra la usura y dice el Papa, “La pregunta recurrente es siempre la misma: ¿los menos dotados no son personas humanas? ¿Los débiles no tienen nuestra misma dignidad? ¿Los que nacieron con menos posibilidades valen menos como seres humanos, y sólo deben limitarse a sobrevivir? De nuestra respuesta a estos interrogantes depende el valor de nuestras sociedades y también nuestro futuro. O reconquistamos nuestra dignidad moral y espiritual, o caemos como en un pozo de suciedad.» .”
Dirá el Papa que ante la usura queda la actitud que Jesús aplicó a Zaqueo “Solo la gratuidad es tan eficaz que nos revela el sentido de nuestra humanidad. Cuando prevalece la búsqueda de la ganancia, los demás ya no son personas, ya no tienen rostro, son solo objetos que explotar; y así se termina perdiendo también a uno mismo y el alma.”
Destaca el Papa que en general Jesús, incluso como “Señor resucitado no hace nada espectacular … no hace gestos sensacionales, no pronuncia discursos …se acerca discretamente, como un viandante cualquiera, como un hombre hambriento que pide compartir un poco de pan”, lo cual lleva a los más cercanos a confundirlo por momentos con un espíritu, un jardinero, o un forastero, en definitiva a no reconocerle .
Dirá el Papa que “El Resucitado sólo desea manifestar su presencia, hacerse nuestro compañero de camino y encender en nosotros la certeza de que su vida es más fuerte que cualquier muerte. “” y añade el Papa“ el Señor resucitado viene junto a cada uno de nosotros, tal como recorremos nuestros caminos -los del trabajo y el compromiso, pero también los del sufrimiento y la soledad- y con infinita delicadeza nos pide que nos dejemos calentar el corazón. No se impone con clamores, no exige ser reconocido inmediatamente. Con paciencia espera el momento en que nuestros ojos se abran para ver su rostro amigo, capaz de transformar la decepción en confiada espera, la tristeza en gratitud, la resignación en esperanza.”
En suma “ la resurrección de Cristo nos enseña que no hay historia tan marcada por el desengaño o el pecado que no pueda ser visitada por la esperanza”
Resumiendo somos creados para la plenitud de vida, atendiendo a la historia de cada uno.
María Puy








