La Palabra

III Domingo del Tiempo Ordinario

La Palabra

CITA

S. Cirilo de Jerusalén, «Cristo, en efecto, no fue ungido por los hombres ni su unción se hizo con óleo, o ungüento material, sino que fue el Padre quien le ungió al constituirlo Salvador del mundo, y su unción fue en el Espíritu Santo» (Catecheses 21,2).

Orígenes: «No es casualidad que Él abriera el rollo y encontrara el capítulo de la lectura que profetiza sobre Él, sino que también esto fue obra de la providencia de Dios» (Homilías sobre el Evangelio de Lucas, 32, 3).

S. Agustín «Nosotros debemos oír el Evangelio como si el Señor estuviera presente y nos hablase. No debemos decir: “felices aquellos que pudieron verle”. Porque muchos de los que le vieron le crucificaron; y muchos de los que no le vieron creyeron en Él. Las mismas palabras que salían de la boca del Señor se escribieron y se guardaron y conservaron para nosotros» Tratado sobre el Evangelio de San Juan, 30.

Hugo de San Víctor, “Lo que cada uno posee como propio no es sólo para él; porque el que tan generosamente nos concede estos bienes y con tanta sabiduría los reparte quiere que cada cosa sea de todos y todas de cada uno. El que tiene la dicha de recibir un don de la gracia de Dios debe saber que no le pertenece a él solo aunque sólo él lo tenga”. Tratado sobre los Sacramentos de la fe cristiana, II, 1-2: PL 176, 415.

Padre Pio de Pietrelcina “Meditad en la palabra de Dios y ella adquirirá el poder de destruir vuestras naturales inclinaciones hacia lo material.”

San Serafín de Sarov “El verdadero fin de la vida cristiana consiste en la adquisición del Espíritu Santo. En cuanto a la oración, al ayuno, a las vigilias, a la limosna y toda otra buena acción hecha en nombre de Cristo, no son sino medios para lograrlo”

S. Juan Pablo II, «con sus hechos y palabras, Cristo hace presente al Padre entre los hombres» (Dives in misericordia, n. 3). Por otra parte, al decir que la profecía se cumple en Él (v. 21), enseña que el mensaje de salvación no es otra cosa que Él mismo: «Al ser Él la “Buena Nueva”, existe en Cristo plena identidad entre mensaje y mensajero, entre el decir, el actuar y el ser» (Redemptoris missio, n. 13)

“Él realiza ‘un año de gracia del Señor’, que anuncia no solo con la palabra, sino antes que nada con sus obras. Jubileo, es decir, ‘un año de gracia del Señor’ es la característica de la actividad de Jesús y no solamente la definición cronológica de una fecha que se repite” Tertio Millennio Adveniente, nº 11.

“Todo el rico contenido de las lecturas bíblicas de la liturgia de este domingo se podría encerrar en dos expresiones: “cuerpo” y “palabra”. (Homilía en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir, 27 de enero de 1980)

BENEDICTO XVI –Gracias a los carismas, la Iglesia se presenta como un organismo rico y vital, no uniforme, fruto del único Espíritu que lleva a todos a una unidad profunda, asumiendo las diversidades sin abolirlas y realizando un conjunto armonioso. Ángelus 2010

“La Palabra divina, por tanto, se expresa a lo largo de toda la historia de la salvación, y llega a su plenitud en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios. Además, la palabra predicada por los apóstoles, obedeciendo al mandato de Jesús resucitado: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15), es Palabra de Dios. Por tanto, la Palabra de Dios se transmite en la Tradición viva de la Iglesia. La Sagrada Escritura, el Antiguo y el Nuevo Testamento, es la Palabra de Dios atestiguada y divinamente inspirada. Todo esto nos ayuda a entender por qué en la Iglesia se venera tanto la Sagrada Escritura, aunque la fe cristiana no es una «religión del Libro»: el cristianismo es la «religión de la Palabra de Dios», no de «una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado y vivo»” (Verbum Domini, 7).

“Este pasaje nos interpela también “hoy” a nosotros. En primer lugar, nos hace pensar en nuestra forma de vivir el domingo: día de descanso y de la familia, pero ante todo un día para dedicar al Señor, participando en la Eucaristía, en la cual somos alimentados por el Cuerpo y la Sangre de Cristo y de su Palabra de vida. En segundo lugar, en este tiempo de dispersión y distracción, el evangelio nos invita a preguntarnos acerca de nuestra capacidad para escuchar. Antes de que podamos hablar de Dios y con Dios, se requiere escucharlo, y la liturgia de la Iglesia es la “escuela” de esta escucha del Señor que nos habla. Por último, nos dice que cada momento puede convertirse en un “hoy” propicio para nuestra conversión. Todos los días (kathemeran) puede volverse salvíficos, porque la salvación es una historia que continúa para la Iglesia y para todos los discípulos de Cristo. Esto es el sentido cristiano del “carpe diem”: ¡aprovechar el día en que Dios te llama para darte la salvación!”. 27 de enero de 2013

Papa Francisco: A los que estaban cargados de dolor, agobiados de pobreza, les aseguró que Dios los tenía en el centro de su corazón. Y enseñó que la misericordia hacia ellos es la llave del cielo.

¿Qué significa evangelizar a los pobres? Significa, antes que nada, acercarlos, tener la alegría de servirles, liberarlos de su opresión, y todo esto en el nombre y con el Espíritu de Cristo, porque es Él el evangelio de Dios, es Él la misericordia de Dios, es Él la liberación de Dios, es Él que se ha hecho pobre para enriquecernos con su pobreza. Ángelus 2016

“Jesús está presente en la Palabra de Dios y nos habla”.

“que nos dé esa gracia del estupor del encuentro y que nos ayude a no caer en el espíritu de mundanidad, es decir, ese espíritu que detrás o bajo un barniz de cristianismo nos llevará a vivir como paganos».

Howard Thurman escribió un bello poema titulado “El trabajo de Navidad” que recoge el sentido del texto del profeta Isaías y del ministerio de Jesús.

Cuando la canción de los ángeles se hace silencio,

Cuando la estrella en el cielo ha desaparecido,

Cuando los reyes y los príncipes están en casa,

Cuando los pastores están de nuevo con sus rebaños,

El trabajo de la Navidad comienza:

Encontrar a los perdidos,

Curar a los quebrantados,

Alimentar a los hambrientos,

Liberar a los oprimidos,

Poner paz entre los hermanos,

Hacer música en el corazón.

ANÉCDOTA

EL HELECHO Y EL BAMBÚ

Un día decidí darme por vencido… renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi espiritualidad… quería renunciar a mi vida.

Fui al bosque para tener una última charla con Dios.

– “Dios -le dije- ¿podrías darme una buena razón para no darme por vencido?”

Su respuesta me sorprendió…

– “Mira a tu alrededor -me dijo- ¿ves el helecho y el bambú?”.

– “Sí”, respondí.

– “Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.” dijo Él.

“En el tercer año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié”, me dijo.

“En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. No renuncié.

“Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 100 pies de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir. No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar.

¿Sabías, mi niño, que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?.

No renunciaría al bambú. Nunca renunciaría a ti. No te compares con otros.

El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso.

Tu tiempo vendrá -Dios me dijo- ¡crecerás muy alto!”.

– “¿Qué tan alto debo crecer?”, pregunté.

– “¿Qué tan alto crecerá el bambú?” me preguntó en respuesta.

– “¿Tan alto como pueda?” indagué.

– “Sí”, Él dijo. “Dame Gloria al crecer tan alto como puedas”.

Dejé el bosque exaltado, trayendo esta historia para compartirla contigo.

Espero que estas palabras puedan ayudarte a entender que Dios nunca renunciará a ti. Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida.

CONTO

Érase una vez un seguidor de San Francisco de Asís que le pedía: “Francisco, enséñame a predicar”. Y San Francisco le llevaba a visitar a los enfermos, a ayudar a los niños, y a dar comida a los pobres. Juntos recorrían las calles de Asís haciendo el bien a todos. El discípulo le preguntaba , ¿pero cuándo me vas a enseñar a predicar? Francisco le contestaba: “hermano, ya estamos predicando”.

Cuentan que un P. Franciscano fue designado como guía de Madre Teresa de Calcuta durante su visita a Australia. Entusiasmado e ilusionado por la oportunidad de estar cerca de esta gran mujer, soñaba con aprender mucho en su compañía. Durante la visita la Madre Teresa estaba tan solicitada por todos que no tuvo tiempo para conversar.

Cuando terminó la visita se dirigía a Nueva Guinea y el P. Franciscano le preguntó: ¿Si me pago el billete puedo acompañarla y sentarme a su lado y aprender sus enseñanzas?

Madre Teresa le contestó: Si tienes dinero para el viaje, da el dinero a los pobres y aprenderás más de lo que yo te pueda enseñar.

Madre Teresa comprendió el ministerio de Jesús, lo hizo suyo y lo puso en práctica. Sobran los predicadores, faltan los hacedores de la Escritura.

P. Félix Jiménez

San Francisco de Asís decía a uno de sus discípulos: Predica el Evangelio en todo tiempo, y cuando sea necesario usa palabras”.

Después de que Jesús hablara en la sinagoga de Nazaret y dijera que las palabras de Isaías se cumplían en él, sus paisanos volvieron a sus casas. Por el camino se oía todo tipo de comentarios.

Ester comentaba: “menudo loco es este Jesús. Desde pequeño siempre ha llamado la atención su forma de ser. Cuando tenía 12 años estuvo perdido 3 días y luego apareció hablando con los Maestros de la Ley en el Templo; hace unos meses anduvo por el desierto y luego se juntó a ese melenudo de Juan el Bautista; la semana pasada hizo cosas raras con el agua y el vino en las Bodas de Caná; y ahora nos dice que el Espíritu de Dios está sobre él. Como siga así vamos a tener que llevarlo al manicomio”.

Josué decía: “no sé qué le habrá pasado a Jesús. Hemos crecido juntos, hemos ido a la escuela juntos, hemos jugado juntos… Pero desde que le ha dado por estudiar profundamente la Torá está muy raro y dice cosas extrañas. Ahora nos viene con que el profeta Isaías habla de él en las Escrituras. ¡Qué atrevido!”

Miriam expresaba: “pobre María, con los prudente que es, y que tenga que ver a su hijo diciendo disparates en la sinagoga delante de todos sus vecinos. Además este Jesús es un `mantenío´. Ahí sigue viviendo con sus padres a los 30 años, sin oficio ni beneficio. Si mi hijo me hiciera eso a mí, lo echaba de casa y que se buscara la vida”.

Rubén añadía: “este Jesús es genial. Lo que ha dicho hoy en la sinagoga no tiene desperdicio: anunciar un mensaje de esperanza a los pobres, ofrecer libertad a los cautivos, devolver la vista a los ciegos… Me convence su discurso. Ahora mismo voy a decirle a mis padres que voy a seguir a Jesús, porque si lo que dice es cierto, yo quiero verlo en primera fila”.

Tomado de “El cuento de cada domingo”

CANTO

El Espíritu del Señor Está sobre mí Marco Frisina

El Espíritu del Señor – Jésed

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela