Fiesta del Bautismo del Señor

CITA

« Jesús no fue bautizado por su bien, sino por el nuestro.».

« ¡Si al coger percebes…hay que se “mojarse”…

también al bautizarse!»

S.Son

San Ireneo de Lyon “El Espíritu Santo había prometido por medio de los profetas que en los últimos días se derramaría sobre sus siervos y sus siervas, para que profetizaran. Por esto él descendió sobre el Hijo de Dios, que se hizo hijo del hombre, acostumbrándose juntamente con él a permanecer con el género humano, a ‘descansar’ en medio de los hombres y a morar entre aquellos que han sido creados por Dios, poniendo por obra en ellos la voluntad del Padre y renovándolos de forma que se transformen de ‘hombre viejo’ en la ‘novedad’ de Cristo” (Adversus haer., III, 17, 1).

San Hipólito, «Quien entra con fe en este baño de regeneración, renuncia al diablo y se alinea con Cristo, reniega del enemigo y reconoce que Cristo es Dios, se despoja de la esclavitud y se reviste de la adopción filial» (Discurso sobre la Epifanía, 10: pg 10, 862).

“sale del Bautismo resplandeciente como el sol y, lo que es más importante, vuelve de allí convertido en hijo de Dios y coheredero con Cristo” Sermón sobre la Teofanía.

San Cipriano, «todos juzgamos que no se debe negar la gracia de Dios a ningún hombre nacido.» (Cartas 64:2)

Eusebio de Cesarea, La Iglesia de Dios es glorificada especialmente por la conversión de los gentiles. (Commentaria in Isaiam 60-67).

S. Hilario, Todo lo que aconteció en Cristo nos enseña que después del baño de agua, el Espíritu Santo desciende sobre nosotros desde lo alto del cielo y que, adoptados por la Voz del Padre, llegamos a ser hijos de Dios (Mat 2).

San Efrén el Sirio “A veces nuestro propio cuerpo proporciona las aguas del bautismo, las lágrimas. Las lágrimas son las propias aguas bautismales del cuerpo que limpian, curan y renuevan la vida ”.

San Cirilo de Jerusalén, “tuvisteis un tiempo de morir y un tiempo de nacer, aunque en realidad un mismo instante os dio ambas cosas, y vuestro nacimiento se realizó junto con vuestra muerte.” (Cat. Mistagogica 21, 4-6: PG 33, 1079-1082)

San Gregorio Nacianceno: Sed como lumbreras perfectas que secundan la gran Luz, sed iniciados a l vida de la luz que está en los cielos; sed iluminados con más pureza y claridad por la Trinidad. Homilía 39, para la fiesta de las Luces: PG 36, 349.

“ve cómo se rasgan y se abren los cielos, esos cielos que Adán había cerrado para sí y para toda su descendencia” (Discurso 39 para el Bautismo del Señor, PG 36).

«Cristo es bautizado; bajamos con él para subir con él.» … «Vino para sepultar la humanidad llena de pecado en las aguas. Vino para santificar el Jordán para nosotros.» (PG 36, 350)

Enterrémonos con Cristo por el Bautismo, para resucitar con él; descendamos con él para ser ascendidos con él; ascendamos con él para ser glorificados con él (Or. 40, 9)

«Vino para sepultar la humanidad llena de pecado en las aguas. Vino para santificar el Jordán para nosotros.» Y añade, «Cristo es bautizado; bajemos con él para subir con él.» (PG 36, 350)

San Juan Crisóstomo ¿Por qué razón, pues, se abren los cielos?—Para que os deis cuenta que también en vuestro bautismo se abre el cielo, os llama Dios a la patria de arriba y quiere que no tengáis ya nada de común con la tierra… Homilía sobre el evangelio de Mateo, n° 12; PG 57, 201.

S. Jerónimo, «El bautismo de Juan no consistió tanto en el perdón de los pecados como en ser un bautismo de penitencia con miras a la remisión de los pecados, es decir, la que tendría que venir después por medio de la santificación de Cristo. (…) No puede llamarse bautismo perfecto sino en virtud de la cruz y de la resurrección de Cristo» (Contra luciferianos 7).

S. Agustín, El Señor deseó ser bautizado “para proclamar con su humildad lo que para nosotros era necesidad”.

El Bautismo también es un “mar rojo”(Ser-Morin-Guelf, 1,9; PLS, II p. 542).

San Cirilo de Alejandría:“El Espíritu, que es Dios y de Dios procede, se imprime en los corazones que lo reciben como el sello sobre la cera y, de esa forma, por la comunicación de sí y la semejanza, restablece la naturaleza según la belleza del modelo divino y restituye al hombre la imagen de Dios”.

San Pedro Crisólogo «Hoy el Espíritu Santo se cierne sobre las aguas en forma de paloma, para que, así como la paloma de Noé anunció el fin del diluvio, de la misma forma ésta fuera signo de que ha terminado el perpetuo naufragio del mundo. Pero a diferencia de aquélla, que sólo llevaba un ramo de olivo caduco, ésta derramará la enjundia completa del nuevo crisma en la cabeza del Autor de la nueva progenie» (Sermones 160).

San León Magno, «Sé consciente, cristiano, de tu dignidad, y puesto que participas de la naturaleza divina, no vuelvas a los errores de tu conducta pasada».

San Cesáreo de Arlés «El Bautismo nos ha liberado de todos los males, que son los pecados, pero con la gracia de Dios debemos cumplir todo lo bueno».

Santo Tomás de Aquino, afirma que quien recibe el Bautismo es incorporado a Cristo casi como su mismo miembro y es agregado a la comunidad de los fieles (cf. Summa Theologiae, III, q. 69, a. 5; q. 70, a. 1), es decir, al Pueblo de Dios.

Lo que vuestro hijo recibirá en el bautismo es el mayor bien que para él pudierais pensar y desear.

Santa Isabel de la Trinidad ¡Qué dulce es ser totalmente de Dios!

Concilio Vaticano II: La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea, signo e instrumento de la unión intima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (Lumen Gentium 1).

Para esto ha nacido la Iglesia: para, dilatando el reino de Cristo por toda la tierra, hacer partícipes a todos los hombres de la redención salvadora, y, por medio de ellos, orientar verdaderamente todo el mundo hacia Cristo (Apostolicam actuositatem, n. 2).

Catecismo, 151 Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en aquel que él ha enviado, «su Hijo amado», en quien ha puesto toda su complacencia (Mc 1,11). Dios nos ha dicho que les escuchemos (cf. Mc 9,7). El Señor mismo dice a sus discípulos: «Creed en Dios, creed también en mí» (Jn 14,1). Podemos creer en Jesucristo porque es Dios, el Verbo hecho carne: «A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado» (Jn 1,18). Porque «ha visto al Padre» (Jn 6,46), él es único en conocerlo y en poderlo revelar (cf. Mt 11,27).

422 «Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Ga 4,4-5). He aquí «la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios» (Mc 1,1): Dios ha visitado a su pueblo (cf. Lc 1,68), ha cumplido las promesas hechas a Abraham y a su descendencia (cf. Lc 1,55); lo ha hecho más allá de toda expectativa: El ha enviado a su «Hijo amado» (Mc 1,11).

536 El Bautismo de Jesús: «El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente…anticipa ya el «bautismo» de su muerte sangrienta… por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a «posarse» sobre él. De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, «se abrieron los cielos» (Mt 3,16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación» ().

537 Por el bautismo, el cristiano se asimila sacramentalmente a Jesús que anticipa en su bautismo su muerte y su resurrección: debe entrar en este misterio de rebajamiento humilde y de arrepentimiento, descender al agua con Jesús, para subir con él, renacer del agua y del Espíritu para convertirse, en el Hijo, en hijo amado del Padre y «vivir una vida nueva» (Rm 6, 4):

Enterrémonos con Cristo por el Bautismo, para resucitar con él; descendamos con él para ser ascendidos con él; ascendamos con él para ser glorificados con él (S. Gregorio Nacianc. Or. 40, 9).

Todo lo que aconteció en Cristo nos enseña que después del baño de agua, el Espíritu Santo desciende sobre nosotros desde lo alto del cielo y que, adoptados por la Voz del Padre, llegamos a ser hijos de Dios. (S. Hilario, Mat 2).

1267 Por el Bautismo, somos incorporados a la Iglesia y a su misión: «El Bautismo hace de nosotros miembros del Cuerpo de Cristo. El Bautismo incorpora a la Iglesia. De las fuentes bautismales nace el único pueblo de Dios de la Nueva Alianza que trasciende todos los límites naturales o humanos de las naciones, las culturas, las razas y los sexos: «Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo» (1 Co 12,13)» (; cf 1268-1270).

Pablo VI, “No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio”. “Evangelii nuntian- di” 75.

San Juan Pablo II Esta misión salvífica del Hijo de Dios como Hombre se lleva a cabo “en la potencia” del Espíritu Santo. 5 de agosto de 1987.

“Bautizar en Espíritu Santo” significa regenerar la humanidad con el poder del Espíritu de Dios. 6 de septiembre de 1989.

“El Bautismo cristiano es, en efecto, un misterio de muerte y de resurrección: la inmersión en el agua bautismal simboliza y actualiza la sepultura de Jesús en la tierra y la muerte del hombre viejo, mientras que la emersión significa la resurrección de Cristo y el nacimiento del hombre nuevo” Ángelus 8-I-1989.

He aquí, pues, la gran verdad: el Bautismo, al hacernos partícipes de la Muerte y Resurrección del Salvador, nos llena de una vida nueva. En consecuencia, debemos evitar el pecado o, según la expresión del Apóstol Pablo, «estar muertos al pecado», y «vivir para Dios en Cristo Jesús» (Rom 6, 11). Comentario Teológico: Con su Bautismo, comienza la vida pública del Redentor

Benedicto XVI El Bautismo no es sólo un acto de socialización dentro de la comunidad ni solamente de acogida en la Iglesia. Los padres esperan algo más para el bautizando: esperan que la fe, de la cual forma parte el cuerpo de la Iglesia y sus sacramentos, le dé la vida, la vida eterna.

En Tertuliano, se encuentran estas sorprendentes palabras: “Cristo nunca está sin agua”. Con estas palabras Tertuliano quería decir que Cristo nunca está sin la Iglesia. En el bautismo somos adoptados por el Padre celestial, pero en esta familia que él constituye hay también una madre, la madre Iglesia. Ángelus 2015

“sumergirse siempre de nuevo en la inmensidad del ser, a la vez que estamos desbordados simplemente por la alegría” (Spe salvi, 12).

“Del bautismo brota el compromiso de «escuchar» a Jesús, es decir, de creer en él y seguirlo dócilmente, cumpliendo su voluntad. De este modo cada uno puede tender a la santidad, una meta que, como recordó el concilio Vaticano II, constituye la vocación de todos los bautizados. Que María, la Madre del Hijo predilecto de Dios, nos ayude a ser siempre fieles a nuestro bautismo”. (Fiesta del Bautismo del Señor, Domingo 7 de enero de 2007)

Papa Francisco, «Lo que Dios quiere del hombre es una relación “papá-hijo”, acariciarlo, y le dice: ‘Yo estoy contigo’».

«Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador… La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo» Evangelii gaudium, 120.

No se puede separar a Cristo de la Iglesia. La gracia del bautismo nos da el gozo de seguir a Cristo en y con la Iglesia.

«En el Bautismo somos consagrados por el Espíritu Santo. La palabra “cristiano” significa esto: consagrado como Jesús, en el mismo Espíritu. Si queréis que vuestros niños lleguen a ser auténticos cristianos, ayudadles a crecer en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra» ()

Liturgia de las Horas, «Veneremos este día santo, honrado con tres prodigios: hoy, la estrella condujo a los Magos al pesebre; hoy, el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná; hoy, Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán, para salvarnos. Aleluya» (Antífona del Magnificat 2ª vísperas).

Quique Martínez de la Lama-Noriega, “Si no enseñamos a nuestros hijos a seguir a Jesús, el mundo les enseñará a no hacerlo.”

René Cesa Cantón «Ser bautizado con el Espíritu de Jesucristo supone encontrarse con Dios y sabernos acogidos por él en medio de la soledad; sentirnos consolados en el dolor y la depresión; reconocernos perdonados del pecado y la mediocridad; sentirnos fortalecidos en la impotencia y caducidad; vernos impulsados a amar y crear vida en medio de la fragilidad. ¿Para qué ser bautizados/tener fe? Para vivir la vida con más plenitud, para vivir incluso los acontecimientos más sencillos e insignificantes con más profundidad. Para atrevemos a ser humanos hasta el final; para no ahogar nuestro deseo de vida hasta el infinito; para defender nuestra libertad sin rendir nuestro ser a cualquier ídolo; para permanecer abiertos al amor, la verdad, la ternura que hay en nosotros. Para no perder nunca la esperanza en el ser humano ni en la vida». ()

Pagola, Si no nos dejamos reavivar y recrear por ese Espíritu, los cristianos no tenemos nada importante que aportar a la sociedad actual tan vacía de interioridad, tan incapacitada para el amor solidario y tan necesitada de esperanza.

Rainiero Cantalamessa «Dedo de Dios» (o «dedo de la diestra de Padre», como lo llama el himno latino Veni Creator) es uno de los nombres que la Escritura da al Espíritu Santo (cfr. Lucas 11,20). Y es por medio de él por el que nosotros recibimos la gracia que nos hace revivir.

CONTO

EL ESPEJO, UNA HISTORIA DE AMOR

Renato casi no vio a la señora, en el auto parado al costado de la carretera. Llovía fuerte y era de noche. Pero se dio cuenta que ella necesitaba de ayuda.

Así paró su auto y se acercó. El auto de la señora olía a tinta, de tan nuevo. La señora pensó que pudiera ser un asaltante. El no inspiraba confianza, parecía pobre y hambriento.

Renato percibió que ella tenía mucho miedo y le dijo: “Estoy aquí para ayudarla madame, no se preocupe. Por qué no espera en el auto que está más calientito? A propósito, mi nombre es Renato”…

Bueno, lo que pasaba es que ella tenía una llanta pinchada y para colmo era una señora de edad avanzada, algo bastante incómodo. Renato se agacho, colocó el gato mecánico y levantó el auto. Luego ya estaba cambiando la llanta. Pero quedó un poco sucio y con una herida en una de las manos.

Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrió la ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que solo estaba de paso por allí y que no sabía cómo agradecer por la ayuda.

…Ella preguntó cuánto le debía. Ya había imaginado todas las cosas terribles que podrían haber pasado si Renato no hubiese parado para socorrerla. Renato no pensaba en dinero, le gustaba ayudar a las personas.

Este era su modo de vivir. Y respondió: “Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que encontrase a alguien que precise de ayuda, dele a esa persona la ayuda que ella precise y acuérdese de mi”…

…Algunos kilómetros después, la señora se detuvo en un pequeño restaurante, la camarera vino hasta ella y le trajo una toalla limpia para que secase su mojado cabello y le dirigió una dulce sonrisa…

La señora notó que la camarera estaba con casi ocho meses de embarazo, pero la misma no dejó que la tensión y los dolores le cambiaran su actitud…

…La señora quedó curiosa en saber cómo alguien que teniendo tan poco, podía tratar tan bien a un extraño. Entonces se acordó de Renato. Después que terminó su comida, y mientras la camarera buscaba cambio, la señora se retiró……Cuando la camarera volvió quiso saber dónde la señora pudo haber ido, cuando notó algo escrito en la servilleta, sobre la cual tenía 4 billetes de $ 100,00…..

.Le cayeron las lágrimas de sus ojos cuando leyó lo que la señora escribió. Decía: Tú no me debes nada, yo tengo bastante. Alguien me ayudó hoy y de la misma forma te estoy ayudando. Si tú realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda a alguien.

Aquella noche, cuando fue a casa, cansada se acostó en la cama, su marido ya estaba durmiendo y ella quedó pensando en el dinero y en lo que la señora dejó escrito… Como puede esa señora saber cuánto ella y el marido precisaban de aquel dinero? Con el bebé que estaba por nacer el próximo mes, todo estaba difícil…

…Quedó pensando en la bendición que había recibido, y dio una gran sonrisa…

…Agradeció a Dios y se volvió hacia su preocupado marido que dormía a su lado, le dio un beso suave y susurró:

-Todo estará bien; te amo……Renato!

Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías

EL ÁGUILA REAL SE RESIGNÓ A VIVIR COMO GALLINA.

Un hombre encontró un huevo de águila. Se lo llevó a casa y lo colocó en el nido de una gallina de corral. El huevo de águila fue incubado y nació junto con los demás pollitos, creció con la nidada y a lo largo de toda su vida hizo lo mismo que hacían los otros pollos. Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos, piaba como los demás y nunca tentó de volar, sino que como todas las gallinas no podía sino saltar y volar por algunos metros no más.

Pero un día, levantando los ojos, vio allá arriba en el cielo una magnífica ave que flotaba elegante y majestuosa por entre las corrientes de aire, moviendo apenas sus poderosas alas. El aguilucho miraba asombrado hacia arriba. ¿”Qué es eso”? Preguntó a una gallina que estaba junto a él. “Es el águila, el rey de las aves” respondió la gallina. Pero no pienses en ello, Tú y yo somos diferentes” .Y el águila, criada con las gallinas vivió y murió creyendo que era una gallina de corral. Había renunciado a ser lo que era, un águila real.

Un famoso dicho reza así:: “Decíme con quien andas y te diré quien eres”. Nos conformamos fácilmente con los de nuestro grupo de amigo o compañeros. No tenemos la fuerza de voluntad para vivir según nuestros convencimiento y nuestra fe. Nos acobardamos

Hechos a imagen y semejanza con Dios, y sobre todo, renacido por el agua y el Espíritu santo nos olvidamos de nuestra dignidad de hijos de Dios y discípulos del Señor. Jesús. Como Pedro en el patio del tribunal donde se juzgaba a Jesús, nos acobardamos a la primera contrariedad y no somos capaces de profesar con seguridad nuestra fe. Vivimos como los demás, nos conformamos con este mundo del cual Jesús no nos quiso alejar pero del cual nos quiso defender. «No te pido Padre que los saques del mundo, pero sí que los defiendas del Maligno» (Jn 17,15)

Si nuestro interés se concentra únicamente en los bienes materiales, si cortamos las alas a nuestros deseos de algo superior, corremos el riesgo de conformarnos a este mundo y reducir nuestras aspiraciones que nos conducirían a ser verdaderos discípulos de Jesús, auténticos cristianos. Nos limitamos a ser bautizados, a haber nacido de Dios, pero no nos comportamos como tales. Tal cual el aguilucho que aunque había nacido de un águila se conformó a vivir como gallina.

Tomado de P. Diego Millán

ANÉCDOTA

LA COLINA DE LA RESURRECCIÓN.

En su primer viaje a Europa en 1964, el escultor japonés Yasutake Funakoshi acompañado de su esposa, fue recibido en audiencia por el papa beato Pablo VI. Años más tarde, en 1972, le concedió una condecoración pontificia, de reconocimiento al espíritu cristiano de su meritoria obra artística.

Con acierto y razón. Entre 1958 y 1962 fue erigiéndose en Nagasaki, la ciudad mártir de la brutalidad humana, el gran monumento a los 26 mártires de Nagasaki, torturados, crucificados y atravesados con la lanza japonesa en 1597.

Yasutake recibió por esta obra el premio Kotaro Takamura. Los cristianos japoneses llaman al lugar del martirio la colina de la resurrección. El nombre resumida la fe recuperada que profesaba el corazón de Yasutake Funkoshi. Marcado por la mentalidad budista y sintoista le hervían los ancestrales sentimientos sobre el sentido de la vida, del sufrimiento y la muerte. Funakoshi que no era cristiano, leyó libros sobre Cristo, habló con un sacerdote, dibujó el rostro de Jesús, esculpió un gran crucifijo. Al final de este camino se hizo bautizar con toda su familia, lo que supuso una permanente renovación interior para él y para los suyos, un cambio de mentalidad como significa la palabra conversión.

Tomado de Anécdotas de la historia

CONVERSIÓN DE SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ

Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, provenía de una familia no cristiana.

«En ella, todo expresa el tormento de la búsqueda y la fatiga de la peregrinación existencial. Aún después de haber alcanzado la verdad en la paz de la vida contemplativa, después de una aproximación a través de la filosofía, debió vivir hasta el fondo el misterio de la Cruz» (Carta Apostólica en forma de «Motu Proprio» para la proclamación de Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa Benedicta de la Cruz copatronas de Europa. Juan Pablo II, 1 de octubre de 1999, nº 8 y 9). Nº 8.

«La gracia la esperaba precisamente en las sinuosidades del pensamiento filosófico: orientada en la línea de la corriente fenomenológica, supo tomar de ella la exigencia de una realidad objetiva que, lejos de reducirse al sujeto, lo precede y establece el grado de conocimiento, debiendo ser examinada con un riguroso esfuerzo de objetividad».

Se puso a la escucha de la realidad, captándola por «empatía» que permite en cierta medida hacer propia la experiencia del otro.

Tensión de la escucha, testimonio de Teresa de Jesús y la mística, y recio pensamiento cristiano consolidado en el tomismo. Fue una llamada irresistible, primero el Bautismo y después la vida contemplativa hasta el martirio.

Una búsqueda interior, permanente, basada en el estudio, en la promoción de la mujer y en la oración profunda; sus escritos son junto a su vida, el verdadero testimonio de su profunda conversión. No renegó de las raíces judías, las descubrió más plenamente, sufrió la incomprensión también de los más próximos, y asumió su cristianismo y su origen judío, desde la cruz que marcó su vida y su inmolación final.

La conversión marca un antes y un después, define la existencia y obliga a la donación absoluta por Dios, y a Dios mismo. Esa fue la llamada de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein.

Fue una servidora de la verdad: «no sigas a la muchedumbre para obrar el mal, ni te acomodes en tus juicios al parecer de la mayoría, si con ello te desvías de la verdad» (Ex. 23, 2), aunque la verdad te acarree la muerte corporal, porque «quien pierde su vida por mí, ganará la vida eterna».

Tomado de Anecdonet

TERMINA NAVIDAD, EMPIEZA LA MISIÓN

Con la fiesta de hoy termina el ciclo de la Navidad. Esta tarde, después de vísperas, retiramos ya los símbolos del tiempo navideño y dejamos paso a las semanas de Tiempo Ordinario que precederán a la Cuaresma. En rigor, hoy sería el domingo primero del Tiempo Ordinario: pero en él siempre se celebra la fiesta del Bautismo. Mañana, lunes, sí es lunes de la 1ª semana…

Hoy sería bueno empezar la Eucaristía con el rito de la aspersión, sustituyendo al acto penitencial. Es un gesto simbólico que nos invita a recordar nuestro Bautismo, del que el Bautismo de Jesús es el prototipo, y a pedir a Dios que renueve en nosotros la gracia que nos concedió en aquel sacramento.

Tomado de José Aldazábal

ORÍGENES DE LA FIESTA

Desde el siglo IV en la fiesta de la Epifanía, además de conmemorar la adoración de los magos de Oriente, se hacía también memoria del bautismo de Jesús en el Jordán, junto con la manifestación del Espíritu y del Padre, y de las bodas de Caná, donde por primera vez Cristo manifestó su gloria (Jn 2, 11).

Poco a poco los cristianos sintieron la necesidad de separar esos misterios y celebrarlos en una fiesta aparte. A finales del siglo VIII se comenzó a conmemorar el bautismo de Jesús ocho días después de la fiesta de la Epifanía, es decir, el 13 de enero. Sin embargo el misal de san Pío V (1570) no le da el nombre de «Bautismo del Señor», y propone para el 13 de enero una misa de la «Octava de la Epifanía», en la que el evangelio que se lee es el de Jn 1, 29-34, en el que, a diferencia de la narración que hacen los tres primeros evangelios, no se contiene el relato completo del bautismo ni se menciona la voz que se hace oír desde el cielo. Las antífonas de esta misa tampoco hacen mención del bautismo. Hasta el siglo XVIII no recibió de nuevo el nombre de «Bautismo del Señor» ni contó con formularios propios. El misal del concilio Vaticano II propone esta fiesta para el domingo posterior a la fiesta de Epifanía tal y como la celebramos hoy.

Los estudiosos de la Escritura sitúan este episodio en torno al año 28 d. C., cuando Jesús -como señala Lucas en su evangelio- tenía alrededor de treinta años.

Tomado de Fray Manuel Ángel Martinez Juan

ENSEÑANZAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Los Padres de la Iglesia entendían que con el bautismo de Jesús no sólo se inauguraba su obra redentora que acabaría en la Pascua, sino que toda la redención ya estaba contenida en este acontecimiento que el misterio pascual realizará explicitándolo. Pues, tanto en el bautismo como en Pascua encontramos el mismo descenso a las aguas del sufrimiento, o la misma inmersión en las tinieblas de la muerte, la misma iluminación de esas tinieblas y la misma victoria sobre los poderes demoníacos y la misma exaltación de Jesús como «Hijo» y «Señor». Estamos, pues, en el corazón mismo del misterio de Cristo, caracterizado por una kénosis y exaltación que arrastra tras de sí a toda la humanidad y la hace volver al Padre.

Cuando Jesús se sumerge en las aguas del Jordán, es toda la humanidad, el viejo Adán, quien queda sepultado en esas aguas; y cuando sale de las aguas y recibe la unción del Espíritu acompañada de la voz del Padre, es toda la humanidad la que renace a la vida divina en el Espíritu y recupera la amistad perdida.

Los Padres de la Iglesia nos dicen que si Jesús entra en el Jordán no es para ser purificado por sus aguas, sino para hacerlas purificadoras y santificadoras.

Tomado de Fray Manuel Ángel Martinez Juan

“HUEVOS PASADOS POR AGUA”.

Esto es: un huevo que no está ni crudo ni cocido. Que ha estado en agua hirviendo, sin terminar de cocerse. No era mucho de mi agrado la receta. Y siempre le preguntaba a mi madre por qué no lo cocía del todo, por qué lo dejaba medio crudo. Y siempre me decía: porque esto no es un huevo duro, sino un huevo pasado por agua.

¿Qué a qué viene esto de los huevos pasados por agua? Pues a que “bautizarse” significa literalmente “sumergirse”, hundirse en el agua -como si uno se ahogara o muriera-, «cocerse» al calor del Espíritu, para, al salir, aparecer como una persona nueva, como un “hombre nuevo”, como un “resucitado”.

Si no enseñamos a nuestros hijos a seguir a Jesús, el mundo les enseñará a no hacerlo.”

Tomado de Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

BAUTIZADO EN EL JORDÁN

El Jordán es el río de Israel. La Biblia lo cita más de 150 veces. Recorre unos 180 Km. en línea recta, pero su curso sinuoso serpentea a lo largo de 360 Km. Desemboca en el Mar Muerto, a 400 metros bajo el nivel del mar. Su nombre hebreo es «Yardén» y significa: ‘el que desciende’. En un terreno árido y semidesértico, su presencia es signo de vida. El bautismo de Juan Bautista, en las aguas del Jordán, era símbolo de vida interior y espiritual. Quienes recibían el bautismo se comprometían a vivir una vida nueva; cruzarían de nuevo el río Jordán y entrarían en la Tierra Prometida como el nuevo pueblo de Dios.

Tomado de Tiempo Interior

HIJO MIO E HIJO DE DIOS

Cuentan que san Luis, rey de Francia, cuando alguno de sus hijos pequeños recibía el bautismo, lo estrechaba con inmensa alegría entre sus brazos y lo besaba con gran amor, diciéndole: “¡Querido hijo, hace un momento sólo eras hijo mío, pero ahora eres también hijo de Dios!”.

Tomado de P. Sergio A. Córdova

GRACIAS POR EL DON DE LA FE

Se cuenta que san Francisco Solano, siendo ya religioso franciscano, fue un día a visitar su pueblo natal de Montilla, en España. Y, entrando a la iglesia de Santiago, en donde había sido bautizado, se fue derecho a la pila bautismal, se arrodilló en el suelo con la frente apoyada sobre la piedra y rezó en voz alta el Credo para dar gracias a Dios por el don de su fe. Algo casi idéntico repitió Juan Pablo II, cuando visitó Polonia por primera vez como Papa, en el año 1979. Acudió de peregrinación a su natal Wadowice y, entrando a la iglesia parroquial, encontró rodeada de flores la pila bautismal donde fue bautizado en 1920. Entonces se arrodilló ante ella y la besó con profunda devoción y reverencia. ¡Los santos sí saben lo que es el bautismo!

Tomado de P. Sergio A. Córdova

¡REBAJAS!

Se ponen a la venta artículos que no han podido venderse durante el período navideño, bien porque tienen algún defecto, bien porque están pasados de moda o porque ocupan un lugar al comerciante, que quiere desprenderse de ellos cuanto antes para adquirir otros más «vendibles». Nosotros, los cristianos corremos un peligro: que después de la Navidad nos desinflemos y volvamos de nuevo a la rutina. La cuesta de enero a veces cuesta mucho subirla. Sin embargo, es ahora cuando tiene que notarse que la Navidad ha servido para algo. Quizá hemos hecho muchos propósitos, tal vez hemos dejado de fumar o de hacer gastos superfluos….. Pero es ahora cuando hay que demostrar que vivimos una nueva vida.

Tomado de José María Martín OSA

FRASCO DE AGUA

San Vicente Ferrer regalaba a las señoras que peleaban mucho con su marido un frasquito con agua bendita, y les recomendaba: “Cuando su esposo empiece a insultarle, échese un poco de esta agua a la boca y no se la pase mientras el otro no deje de ofenderla”. Y esta famosa “agua de Fray Vicente” producía efectos maravillosos, ya que, como la mujer no le podía contestar al marido, no había peleas.

Tomado de Parábolas.org

¿POR QUÉ EL SALVADORQUISO REALIZAR ESTE RITO?.

Encontramos variadas respuestas: Santo Tomás señala que así las aguas del Jordán serían santificadas. San Cirilo de Jerusalén dirá que entonces aquel caudal recibió “el olor de la divinidad”. San Melitón de Sardes, en forma poética señala: “También el sol y las estrellas se bañan en las aguas del océano”. Y Fillion, un teólogo más reciente, apunta: “Cuadraba al Redentor tomar apariencia y actitud de pecador”. Agrega el evangelista que, apenas Jesús salió del agua, “se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él, en forma de paloma. Y se escuchó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo muy amado”.

Tomado de Gustavo Vélez, mxy

SÍMBOLO DE LA PALOMA

Con ocasión del bautismo en el Jordán, aparece como signo del Espíritu Santo. La paloma, en el simbolismo bautismal, va unida al agua y, según algunos Padres de la Iglesia, evoca lo que sucedió al fin del diluvio, interpretado también él como figura del bautismo cristiano. Leemos en el libro del Génesis: (Noé) “volvió a soltar la paloma fuera del arca. La paloma vino al atardecer, y he aquí que traía en el pico un ramo de olivo, por donde conoció Noé que habían disminuido las aguas de encima de la tierra” (Gn 8, 10-11). El símbolo de la paloma indica el perdón de los pecados, la reconciliación con Dios y la renovación de la Alianza. Y es eso lo que halla su pleno cumplimiento en la era mesiánica, por obra de Cristo redentor y del Espíritu Santo.

Tomado de San Juan Pablo II,

Audiencia General, 11 de julio de 1990.

MESÍAS:

Palabra que significa “consagrado con unción” (“ungido”), es decir, aquel que viene de la potencia del Espíritu del Señor. Jesús afirma delante de sus paisanos que estas palabras se refieren a Él: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír” (cf. Lc 4, 21).

Tomado de San Juan Pablo II,

Audiencia General, 5 de agosto de 1987.

SAN FRANCISCO DE SALES

Solía decir que entre Jesucristo y los buenos cristianos no existe más diferencia que la que se da entre una partitura y su interpretación por diversos músicos. La partitura es la misma, pero la interpretación suena con una modalidad distinta, personal; y es el Espíritu Santo quien la dirige contando con las distintas maneras de ser de esos instrumentos que somos nosotros.

D. Justo Luis Rodríguez

JUAN PABLO II A POLONIA

En el primer viaje que hizo Juan Pablo II a Polonia, estuvo en su ciudad natal, Wadowice. Allí visitó la iglesia donde fue bautizado. Y ante la pila bautismal dijo estas emotivas palabras: Cuando dirijo mi pensamiento atrás para mirar el largo camino de mi vida, considero cómo el ambiente, la parroquia, mi familia, me han llevado a la fuente bautismal de la iglesia de Wadowice, donde el 20 de junio de 1920 me fue concedida la gracia de convertirme en hijo de Dios, junto con la fe en mi Redentor. Yo besé una vez solemnemente esta fuente bautismal el año del milenio de Polonia, cuando era Arzobispo de Cracovia. Hoy deseo besarla, una vez más, como Papa, Sucesor de San Pedro.

Tomado de Anécdotas y Catequesis

«PROMOVER FIELMENTE EL DERECHO.»

‘Derecho’ se deriva del latín dirigere, y éste, a su vez, de regere: conducir, guiar. Difícil empresa la de conducir y guiar al pueblo. ‘Derecho’ se opone a ‘torcido’. Enderezar los caminos torcidos del compor­tamiento humano sería el objetivo del programa mesiánico, o lo que es igual promover fielmente el derecho en la tierra de Israel, en el país, en la propia patria y, al mismo tiempo, dictar leyes que sentaran, a su vez, la base de un nuevo orden internacional menos torcido del entonces vigente: «Implantar el derecho… y sus leyes que esperan las islas.» ‘Las islas’, en el lenguaje poético de Isaías, son las naciones de la tierra…

Tomado de Mercaba

CHISTE

¡CUÁNTOS VIVEN ACOMPLEJADOS POR SU ROSTRO!

Recuerdo la anécdota de aquella Señorita que le decía a su Director Espiritual:

– “Padre, tengo algo que me da mucha vergüenza decirle”.

– Tranquila hija, ya nos conocemos. No tengas vergüenza.

– “Es que, Padre, me he mirado al espejo”.

– Eso no es ningún pecado, hija. Todos nos miramos al espejo.

– “Pero eso no es todo. Es que me he visto guapa”.

– Tampoco eso es pecado, hija, es un simple error del espejo.

El espejo nos puede engañar. Y nosotros nos podemos engañar mirándonos en el espejo que, por otra parte, es donde más nos miramos. Lo que realmente no puede engañarnos es el espejo de nuestro corazón donde, cuando nos miramos, en vez de nuestro rostro, contemplamos el rostro de Dios en nosotros.

P. Juan Jáuregui Castelo

POEMA

ESTE EVANGELIO, EN VERSO, SUENA ASÍ:

Con ilusión nuestros padres

nos bautizaron de “niños”.

Celebraron una fiesta

con familiares y amigos.

De “mayores” olvidamos,

por ignorancia o descuido,

que en el bautismo aceptamos

unos fuertes compromisos.

Por el bautismo elegimos

ser discípulos de Cristo:

poner nuestra fe en Jesús

y vivir según su estilo.

En la fuente del bautismo

estrenamos un “vestido”

nos ungieron con el “óleo”,

nos entregaron un “cirio”.

Estos símbolos nos urgen

a ser de Cristo “testigos”

a pasar haciendo el bien

curando a los oprimidos.

En el mundo del dinero

del poder y del prestigio,

los cristianos apostamos

por el amor y el servicio

Señor, que nuestro bautismo

dé a nuestra vida sentido.

Es timbre de honor y gloria

ser tus hijos adoptivos.

José Javier Përez Benedí

ORACIÓN

ORACIÓN DE SAN JUAN PABLO II

¡Gloria a ti, oh Padre, Dios de Abraham, Isaac y Jacob

Tú has enviado a tus siervos, los profetas

a proclamare tu palabra de amor fiel

y a llamar a tu pueblo al arrepentimiento.

A las orillas del Río Jordán,

Has suscitado a Juan el Bautista,

una voz que grita en el desierto,

enviado a toda la región del Jordán,

a preparar el camino del Señor,

a anunciar la venida de Cristo.

¡Gloria a ti, oh Cristo, Hijo de Dios!

Has venido a las aguas del Jordán

Para ser bautizado por manos de Juan.

Sobre ti el Espíritu descendió como una paloma.

Sobre ti se abrieron los cielos,

Y se escuchó la voz del Padre:

«Este es mi Hijo, el Predilecto!»

Del río bendecido con tu presencia

Has partido para bautizar no sólo con el agua

sino con fuego y Espíritu Santo.

¡Gloria a ti, oh Espíritu Santo, Señor!

Por tu poder la Iglesia es bautizada,

Descendiendo con Cristo en la muerte

Y resurgiendo junto a él a una nueva vida.

Por tu poder, nos vemos liberados del pecado

para convertirnos en hijos de Dios,

el glorioso cuerpo de Cristo.

Por tu poder, todo temor es vencido,

Y es predicado el Evangelio del amor

En cada rincón de la tierra,

para la gloria de Dios,

el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,

a Él todo honor en este Año Jubilar

y en todos los siglos por venir. Amén.

S. Juan Pablo II

MEDITACIÓN

DEL SERMÓN EN LA SANTA TEOFANÍA

Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo, que decía: «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. ¿No ves cuántos y cuán grandes bienes hubiéramos perdido si el Señor hubiese cedido a la disuasión de Juan y no hubiera recibido el bautismo? Hasta el momento los cielos estaban cerrados e inaccesibles las empíreas regiones. Habíamos descendido a las regiones inferiores y éramos incapaces de remontarnos nuevamente a las regiones superiores. ¿Pero es que sólo se bautizó el Señor? Renovó también el hombre viejo y volvió a hacerle entrega del cetro de la adopción. Pues al punto se le abrió el cielo. Se ha efectuado la reconciliación de lo visible con lo invisible; las jerarquías celestes se llenaron de alegría; sanaron en la tierra las enfermedades; lo que estaba escondido se hizo patente; los que militaban en las filas de los enemigos, se hicieron amigos.

Has oído decir al evangelista: Se le abrió el cielo. A causa de estas tres maravillas: porque habiendo sido bautizado Cristo, el Esposo, era indispensable que se le abrieran las espléndidas puertas del tálamo celeste; asimismo era necesario que se alzaran los celestes dinteles al descender el Espíritu Santo en forma de paloma y dejarse oír por doquier la voz del Padre. Se abrió el cielo, y vino una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto».

El amado produce amor, y la luz inmaterial genera una luz inaccesible. Éste es mi Hijo amado que apareció aquí abajo, pero sin separarse del seno del Padre: apareció y no apareció. Una cosa es lo que apareció, porque –según las apariencias– el que bautiza es superior al bautizado. Por eso el padre hizo descender sobre el bautizado el Espíritu Santo. Y así como en el arca de Noé el amor de Dios al hombre estuvo simbolizado por la paloma, así también ahora el Espíritu, bajando en forma de paloma cual portadora del fruto del olivo, se posó sobre aquel que así era testimoniado. ¿Por qué? Para dejar también constancia de la certeza y solidez de la voz del Padre y robustecer la fe en las predicciones proféticas hechas con mucha anterioridad. ¿Cuáles? La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor sobre las aguas torrenciales. ¿Qué voz? Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Este es el que se llamó hijo de José y es mi Unigénito según la esencia divina.

Éste es mi Hijo, el amado: aquel que pasó hambre, y dio de comer a innumerables multitudes; que trabajaba, y confortaba a los que trabajaban; que no tenía dónde reclinar la cabeza, y lo había creado todo con su mano; que padeció, y curaba todos los padecimientos; que recibió bofetadas, y dio al mundo la libertad; que fue herido en el costado, y curó el costado de Adán.

Pero prestadme cuidadosamente atención: quiero acudir a la fuente de la vida, quiero contemplar esa fuente medicinal.

El Padre de la inmortalidad envió al mundo a su Hijo, Palabra inmortal, que vino a los hombres para lavarlos con el agua y el Espíritu; y, para regenerarnos con la incorruptibilidad del alma y del cuerpo, insufló en nosotros el espíritu de vida y nos vistió con una armadura incorruptible.

Si, pues, el hombre ha sido hecho inmortal, también será dios. Y si se ve hecho dios por la generación del baño del bautismo, en virtud del agua y del Espíritu Santo, resulta también que después de la resurrección de entre los muertos será coheredero de Cristo.

Por lo cual, grito con voz de pregonero: Venid, las tribus todas de las gentes, al bautismo de la inmortalidad. A vosotros que todavía vivís en las tinieblas de la ignorancia, os traigo el fausto anuncio de la vida. Venid de la servidumbre a la libertad, de la tiranía al reino, de la corrupción a la incorrupción. Pero me preguntaréis: ¿Cómo hemos de ir? ¿Cómo? Por el agua y el Espíritu Santo. Esta es el agua unida con el Espíritu, con la que se riega el Paraíso, se fecunda la tierra, las plantas crecen, los animales se multiplican; y, en definitiva, el agua por la que el hombre regenerado se vivifica, con la que Cristo fue bautizado, sobre la que descendió el Espíritu Santo en forma de paloma.

Atribuido a San Hipólito de Roma (s. II-III):

Tomado de Sobrado 2019

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

Recordando hoy el bautismo de Jesús, ponemos nuestra fe ante ti y ante todos los cristianos del mundo.

• Para que los bautizados seamos gente alegre, divertida, trabajadora, justa y, sobre todo, que ama mucho.

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

• Para que los que no sienten tu presencia en su interior, para los que no sienten tu dinamismo, hazte oír, Señor.

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

• Para que sepamos consolar, ayudar a tus hijos a ser expertos en el ser humano, para facilitar la vida alrededor.

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

• Para que todo el personal de tu iglesia sea un canto al amor, a la sencillez, a la justicia y a la alegría,

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

• Con su bautismo, Jesús comenzó su vida pública. Que nosotros, al reflexionar sobre él, sintamos la fuerza del Señor para presentarlo a los demás.

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

• Por los alejados, los que te rechazan, los que hacen locuras en tu nombre, hoy te pedimos que te hagas presente en sus vidas.

GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR.

Recoge, Señor, la alegría con que hoy celebramos nuestro bautismo, lo recordamos y agradecemos con ternura, para que tú nos llenes de tu fuerza y misericordia.

Mari Patxi Ayerra

CANTO

Nacidos de lo Alto Hakuna

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela