El Papa Francisco y el Holocausto: Entre vergüenza y desprecio

En el día internacional en conmemoración de las víctimas del Holocausto, es significativa la reflexión del papa Francisco en el Memorial de Yad Vashem (26 mayo de 2014), monumento que erigió en 1953 el Estado de Israel para recordar a los seis millones de judíos víctimas de la Shoah.

¿Dónde estás, hombre? ¿Dónde te has metido? En este lugar, memorial de la Shoah, resuena esta pregunta de Dios: “Adán, ¿dónde estás? Esta pregunta contiene todo el dolor del Padre que ha perdido a su hijo”, decía con voz solemne.

Varios jefes de Estado visitaron el antiguo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau en Polonia.

Naciones Unidas pasó el año 2005 una resolución para hacer del 27 de enero un día anual en recuerdo las víctimas judías de la exterminación nazi en Europa durante la segunda guerra mundial.

En la ocasión antes mencionada, el Papa evocó el dolor de ver que el hombre extermina a su propio hermano. “¿Dónde estás?”, aquí, ante la tragedia inconmensurable del Holocausto, resuena como una voz que se pierde en un abismo sin fondo… Hombre, ¿quién eres? Ya no te reconozco”.

La fecha marca el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschtwitz, en el sur de Polonia, cuando en 1945 el ejercito soviético entró en el campo para revelar al mundo el horror oculto entre cables de púas, cámaras de gas y hornos crematorios.

El Pontífice ante el Memorial sigue interrogando a la humanidad herida y que Dios mira con misericordia: ¿Quién eres, hombre? ¿En qué te has convertido? ¿Cómo has sido capaz de este horror? ¿Qué te ha hecho caer tan bajo? No ha sido el polvo de la tierra, del que estás hecho. El polvo de la tierra es bueno, obra de mis manos”.

Una orgía de muerte y deshumanización que ha sido negada por obra de los intolerantes. Por ello, la ONU ha establecido esta fecha a nivel mundial.

Tampoco hay que olvidar las declaraciones del ex presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien cuestionó lo que él denominó como “el mito” del Holocausto.

“Sálvanos de esta monstruosidad”, imploró a Dios el Papa durante su viaje a Tierra Santa, para pedir que los hombre descubran “la gracia de avergonzarnos”.

Una vergüenza para que no se repita tanto mal, “avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne […]. ¡Nunca más, Señor, nunca más!”.

Sobrevivientes y líderes religiosos y políticos se reúnen en Auschtwitz hoy miércoles para rememorar a las víctimas. El pasado 9 de noviembre, el Papa Francisco manifestó al presidente polaco, Andrzej Duda, su voluntad de visitar el lugar en su próxima visita a Polonia, en el marco de la JMJ (del 25 de julio al 1 de agosto de 2016).

Durante la guerra, la comunidad judía en Polonia, de unos tres millones de personas, quedó casi exterminada.
Nazis in Poland – es

En suma, también los cristianos pueden encontrar inspiración en lo que escribió el Papa al firmar el libro de Honor de Yad Vashem, donde pidió:

”Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer. Con la vergüenza de que el hombre se haya hecho dueño del mal; con la vergüenza de que el hombre, creyéndose dios, haya sacrificado así a sus hermanos. ¡¡Nunca más!! ¡¡Nunca más!!”.

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