Con el buen tiempo y los jóvenes disfrutando de vacaciones, el que más y el que menos se ha desplazado y disfrutado de nuevas sensaciones y encuentros. Y el Papa, preparando el pronto regreso, invita a centrarse de nuevo en detalles importantes. Así en su catequesis de 7 de agosto se detiene en uno de los momentos más grandes de la humanidad. Aquel que está recogido en la oración del Ángelus, rezada a las 12 de cada día. El encuentro entre el Espíritu Santo y María. Sobre este encuentro dice el Papa que conviene detenerse y hacer propio lo siguiente, imitando a María:
“María primero concibió, luego dio a luz a Jesús: primero lo acogió en su interior, en el corazón y en la carne, luego lo dio a luz.
Así sucede con la Iglesia: primero acoge la Palabra de Dios, deja que “hable a su corazón” (cf. Os 2,16) y le “llene las entrañas” (cf. Ez 3,3), según dos expresiones bíblicas, para luego darla a luz con la vida y la predicación. La segunda operación es estéril sin la primera”
Explica el Papa que María le pregunta al Ángel “ “¿Cómo es posible esto?”. ¿Cómo es posible anunciar a Jesucristo y su salvación a un mundo que parece buscar solo el bienestar? También la respuesta es la misma que entonces: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo […]». Sin el Espíritu Santo la Iglesia no puede avanzar, la Iglesia no crece, la Iglesia no puede predicar. Lo que se dice de la Iglesia en general, vale también para nosotros, para cada bautizado.” y añade el Santo Padre que cuando te cuestiones “¿Cómo puedo afrontar esta situación?”. Ayuda, en estos casos, repetirse a uno mismo lo que el ángel dijo a la Virgen: «Nada es imposible para Dios» (Lc 1,37).”
Para que el regreso sea más agradable, recordar que cuando el 3 de agosto el Papa se reunió con los seminaristas y formadores de Getafe, les contó que era una suerte que el Cerro de los Ángeles, en el que está el seminario mayor, el Monumento al Sagrado Corazón y la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles represente el centro geográfico de la península ibérica, proponiendo que también “Él (El Sagrado Corazón) sea para cada uno de ustedes el centro de vuestra vida, que vaya modelando sus corazones según el suyo, y que los tenga siempre muy pegaditos a su corazón. Y a Nuestra Señora de los Ángeles, que vele por ustedes y los acompañe en su camino”.
Y si aún hay tiempo antes de retomar la actividad laboral que mejor que leer esta carta veraniega del Papa antes de la inmersión diaria https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2024/documents/20240717-lettera-ruolo-letteratura-formazione.html