Benedicto XVI denuncia «la gravedad de una situación en que la palabra Dios se margina en Teología»

El análisis de Benedicto XVI sobre La Iglesia y el escándalo del abuso sexual,
que dio a conocer en abril, suscitó críticas entre algunos sectores
teológicos alemanes que le han sido hostiles desde antes de ser nombrado
prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Le reprochaban,
sobre todo, que vinculase los casos de abusos con la revolución sexual
del 68, algo que hacía desde los primeros párrafos: “En la década de
1960 ocurrió un gran evento, en una escala sin precedentes en la
historia. Se puede decir que en los veinte años entre 1960 y 1980,
los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad
colapsaron completamente
, y surgió una nueva normalidad”. Algo que se sumó a otro hecho: “La teología moral católica sufrió un colapso que dejó a la Iglesia indefensa ante estos cambios en la sociedad”.


Una de las voces más críticas contra Joseph Ratzinger por este análisis fue la de la historiadora Birgit Aschmann en un artículo publicado en Herder Korrespondenz, y por eso la respuesta del Papa emérito es a ella y en esa misma publicación: Respuesta a Birgit Aschmann,
un breve texto en el número de septiembre que aparece ilustrado con la
imagen de la furgoneta Volkswagen característica del movimiento hippy.


Según los resúmenes publicados de dicho artículo, Benedicto XVI lamenta que Dios esté ausente de las críticas teológicas recibidas: “Hasta donde conozco, Dios no aparece en la mayoría de las reacciones a mi artículo,
y de esta forma no se habla precisamente del punto capital que yo
quería plantear”. Tampoco “se encuentra la palabra Dios en las cuatro
páginas del artículo de la señora Aschmann, cuando era el punto central
de la cuestión que yo había planteado”.


El teólogo Ratzinger interpreta este hecho como un problema general que “muestra la gravedad de una situación en la que la palabra Dios muchas veces se margina incluso en la Teología“.

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