XXII Domingo del Tiempo Ordinario

CITA

Corruptio optimi, pessima”

(“la corrupción de lo mejor es la peor”)

« ¡Que ninguna “tradición” sea “Traición” del Evangelio!»

S.Son

« ¡La “Tradición” perdura,

las “traiciones” suelen acabar en la sepultura!»

S.Son

Anacarsis «Muchas veces las leyes son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes las rompen». ()

Sócrates: “La buena conciencia es la mejor almohada para dormir”.

Ireneo de Lyon, Cuanto más le contemplemos, más lo amaremos. Tratado contra las herejías (Lib 4, 12,1—13,3: SC 100, 508-516)

Orígenes, Toda santidad fingida está muerta; porque no obra impulsada por Dios, y más bien no debiera llamarse santidad; así como un hombre muerto no es hombre, así como los farsantes que fingen y simulan las personas de otros, no son las personas que imitan. (en Catena Aurea, vol. III, p. 129>.

Casiano, Son más peligrosos y más difíciles de remediar los vicios que tienen apariencia de virtud y se cubren con la apariencia de cosas espirituales, que los que tienen claramente por fin el placer sensual. A éstos, en efecto, como a las enfermedades que se manifiestan con claridad, puede atacárseles de frente y se les cura al instante. Los otros vicios, en cambio, paliados con el velo de la virtud, permanecen incurables, agravando el estado de los pacientes y haciendo desesperar de su remedio. (Colaciones,4).

San Agustín, Debajo de unos vestidos harapientos puede haber mucha jactancia; y esto es más peligroso, pues ocultándose en un manto de piedad, engaña con la apariencia de servir a Dios. (Sobre el Sermón de la Montaña,2,12).

Si la Ley de Dios está escrita en tu corazón, no produce miedo [como en el Sinaí], sino que inunda tu alma de una dulzura secreta. Sermón 155, 6.

«Conocemos en la medida en la que amamos».

Oh, Dios, crea en mí un corazón puro. Para que sea creado este corazón puro hay que quebrantar antes el impuro (Sermón 19).

“Hay un fondo de verdad en las cosas falsas, y un fondo de bondad en las cosas malas”.

Pierde el tiempo predicando exteriormente la palabra de Dios, quien no es oyente de ella en su interior. (Sermón 179,1-2)

San Juan Crisóstomo, Si el Señor detesta la suciedad de los cuerpos y de los vasos que por necesidad tienen que mancharse con el mismo uso, ¿cuánto más las inmundicias de la conciencia, que si queremos podemos conservar siempre limpia? (en Catena Aurea, vol. III, p. 126).

Aprendamos, pues, qué cosas manchan al hombre: sepámoslo y apartémoslas. Porque veo que hay en la iglesia una costumbre de venir con los vestidos muy limpios y con las manos lavadas, pero en cambio, no se preocupan de presentar al Señor un alma limpia. Homilía: Las tradiciones y la Ley. Homilía 51, sobre San Mateo

San Clemente de Alejandría ¡embellezcamos el rostro de la Iglesia y corramos como niños pequeños hacia esta madre llena de bondad. El Pedagogo III 89,94,98.

San Gregorio de Nisa: «Si tú purificas tu corazón de toda escoria por el esfuerzo de una vida perfecta, la belleza divina volverá a brillar en ti».

san Beda El que antes no se aparta del mal, no puede hacer el bien.

­«Algunos piensan que los malos pensamientos se deben al diablo y que no tienen su origen en la propia voluntad. Es verdad que el diablo puede ser colaborador e instigador de los malos pensamientos, pero no es su autor» (In Marci Evangelium 2,7,20-21).

S. Basilio, ¿No ves cuán grande es el pecado de hipocresía? Pues ésta es fruto de la envidia. Porque la envidia es la que principalmente produce en los hombres la doblez, puesto que, sintiendo odio en su interior, manifiestan cierto exterior que revela un tinte o especie de caridad; como los escollos ocultos en el mar, que encubiertos bajo muy poca agua, causan a los incautos un mal imprevisto. (Hom. sobre la envidia).

S. Bernardo: «Que nuestra vida tenga su centro en nuestro interior, donde Cristo habita, y que nuestros actos sean reflexivos y nuestras obras según los dictados de la razón; pero de tal forma que no confiemos excesivamente en nuestros actos ni nos fiemos excesivamente de nuestras simples reflexiones».

S. Isidoro, El nombre de hipócrita procede de aquella clase de hombres que entran en los espectáculos con la cara tapada, pintándola de diversos colores con el fin de asemejarse a la persona que fingen ser y de la cual simulan lo exterior [. . . ]. (en Catena Aurea, vol. 1P 340).

S. Jerónimo, Es un hipócrita todo aquel que aparenta lo contrario de lo que es. (en Catena Aurea, vol. III, p. 72).

San León, No se encuentra vestigio alguno de bondad en el corazón del que la avaricia ha hecho su morada (Sobre la Pasión,9).

Santo Tomás de Aquino La persona que ama debe aflojar ese cerco que le mantiene dentro de sus propios límites. Por esa razón se dice del amor que derrite el corazón: el que está derretido ya no está contenido dentro de sus propios límites, muy al contrario de lo que ocurre en ese estado que corresponde a la dureza de corazón.

Anónimo del S. XIII,¿Y qué cosa más cercana al hombre que su corazón? Allá en el interior es donde me han descubierto todos los que me han encontrado. Porque lo exterior es lo propio de la vista. Mis obras son reales y, sin embargo, son frágiles y pasajeras; mientras que yo, su Creador, habito en lo más profundo de los corazones puros (Meditación sobre la Pasión y Resurrección de Cristo,38; PL 184,766).

Thomas De Kempis La costumbre con la costumbre se vence. Libro I,cap.21, 2

Si tú fueses interiormente bueno y puro entonces verías y comprenderías bien, sin impedimento todas las cosas. El corazón puro atraviesa el Cielo y el Infierno. Según cada uno es interiormente, de la misma manera juzga el exterior. Libro II.

Francisco de Sales: «En la misma creación, Dios creador mandó a las plantas que diera cada una fruto según su propia especie, y mandó a los cristianos, que son como las plantas de su Iglesia viva, que cada uno diera un fruto de devoción conforme a su calidad, estado y vocación… Dondequiera que estemos, podemos y tenemos que aspirar a una vida perfecta».

Tomás de Kempis No serás nunca hombre interior mientras no te esfuerces a guardar silencio acerca de los asuntos de tu prójimo para ocuparte principalmente de ti mismo… Imitación de Cristo, Libro II, c. 5-6.

Santa Teresa de Ávila, Hagamos cuenta que dentro de nosotras está un palacio de grandísima riqueza, todo su edificio de oro y piedras preciosas… El Camino de Perfección, CV 28, 9-11.

Pruébanos tú, Señor, que sabes las verdades, para que nos conozcamos ().

Santa Teresa de Calcuta Dejad que el amor de Dios tome entera y absoluta posesión de un corazón; que llegue a ser para este corazón como una segunda naturaleza; que no deje entrar en él nada que le sea contrario; que se afane continuamente a hacer crecer este amor de Dios buscando complacerle en todo y no rehusando nada de lo que le pida; que acepte como venido de la mano de Dios todo lo que le suceda…Si sois humildes nada os afectará, ni la alabanza ni el oprobio, porque sabéis qué es lo que sois. Si alguien se burla de vosotros, no os vais a amilanar. Si alguien os proclama santo no os pondréis sobre un pedestal. El conocimiento de nosotros mismos nos hace caer de rodillas. La oración, frescor de una fuente.

San Pío de Pietrelcina, La oración es un hablar de corazón a corazón con Dios…La oración bien hecha toca el corazón de Dios y le incita a escucharnos. Homilía: T, 74: CE, 39-40.

San Josemaría Escrivá: En el modo de expresarse los hombres, que han recogido las Sagradas Escrituras para que podamos entender así las cosas divinas, el corazón es considerado como el resumen y la fuente, la expresión y el fondo último de los pensamientos, de las palabras, de las acciones (Es Cristo que pasa, n. 164).

Concilio Vaticano II: “Por su interioridad el hombre es superior al universo entero; a esa profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios lo aguarda, escrutador de los corazones, y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino” (GS. 14).

Catecismo, 581 Jesús fue considerado por los judíos y sus jefes espirituales como un «rabbi» (cf. Jn 11, 28; 3, 2; Mt 22, 23-24, 34-36). Con frecuencia argumentó en el marco de la interpretación rabínica de la Ley (cf. Mt 12, 5; 9, 12; Mc 2, 23-27; Lc 6, 6-9; Jn 7, 22-23). Pero al mismo tiempo, Jesús no podía menos que chocar con los doctores de la Ley porque no se contentaba con proponer su interpretación entre los suyos, sino que «enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas» (Mt 7, 28-29). La misma Palabra de Dios, que resonó en el Sinaí para dar a Moisés la Ley escrita, es la que en Él se hace oír de nuevo en el Monte de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5, 1). Esa palabra no revoca la Ley sino que la perfecciona aportando de modo divino su interpretación definitiva: «Habéis oído también que se dijo a los antepasados […] pero yo os digo» (Mt 5, 33-34). Con esta misma autoridad divina, desaprueba ciertas «tradiciones humanas» (Mc 7, 8) de los fariseos que «anulan la Palabra de Dios» (Mc 7, 13).

582 Yendo más lejos, Jesús da plenitud a la Ley sobre la pureza de los alimentos, tan importante en la vida cotidiana judía, manifestando su sentido «pedagógico» (cf. Ga 3, 24) por medio de una interpretación divina: «Todo lo que de fuera entra en el hombre no puede hacerle impuro […] —así declaraba puros todos los alimentos— . Lo que sale del hombre, eso es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas» (Mc 7, 18-21). Jesús, al dar con autoridad divina la interpretación definitiva de la Ley, se vio enfrentado a algunos doctores de la Ley que no aceptaban su interpretación a pesar de estar garantizada por los signos divinos con que la acompañaba (cf. Jn 5, 36; 10, 25. 37-38; 12, 37). Esto ocurre, en particular, respecto al problema del sábado: Jesús recuerda, frecuentemente con argumentos rabínicos (cf. Mt 2,25-27; Jn 7, 22-24), que el descanso del sábado no se quebranta por el servicio de Dios (cf. Mt 12, 5; Nm 28, 9) o al prójimo (cf. Lc 13, 15-16; 14, 3-4) que realizan sus curaciones.

1431 La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido. Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia. Esta conversión del corazón va acompañada de dolor y tristeza saludables que los Padres llamaron animi cruciatus (aflicción del espíritu), compunctio cordis (arrepentimiento del corazón) (cf Concilio de Trento: DS 1676-1678; 1705; Catecismo Romano, 2, 5, 4).

1432 El corazón del hombre es torpe y endurecido. Es preciso que Dios dé al hombre un corazón nuevo (cf Ez 36,26-27). La conversión es primeramente una obra de la gracia de Dios que hace volver a Él nuestros corazones: “Conviértenos, Señor, y nos convertiremos” (Lm 5,21). Dios es quien nos da la fuerza para comenzar de nuevo. Al descubrir la grandeza del amor de Dios, nuestro corazón se estremece ante el horror y el peso del pecado y comienza a temer ofender a Dios por el pecado y verse separado de él. El corazón humano se convierte mirando al que nuestros pecados traspasaron (cf Jn 19,37; Za 12,10).

2518: La sexta bienaventuranza proclama: «Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios» (Mt 5, 8). Los «corazones limpios» designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad, la castidad o rectitud sexual, el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe.

2532: La purificación del corazón es imposible sin la oración, la práctica de la castidad y la pureza de intención y de mirada.

San Juan Pablo II La sabiduría que conduce al conocimiento y, por tanto, al amor de Dios, florece en el corazón limpio (Hom. 14-11-1980).

“Él (san Pablo) reconoce la función pedagógica de la Ley, la cual, al permitirle al hombre pecador valorar su propia impotencia y quitarle la presunción de la autosuficiencia, lo abre a la invocación y a la acogida de la «vida en el Espíritu». Sólo en esta vida nueva es posible practicar los mandamientos de Dios. En efecto, es por la fe en Cristo como somos hechos justos: la «justicia» que la Ley exige, pero que ella no puede dar, la encuentra todo creyente manifestada y concedida por el Señor Jesús” (VS 23).

Creo que debemos aprender de nuevo que «no tenemos la verdad». Del mismo modo que nadie puede decir «tengo hijos», pues no son una posesión nuestra, sino que son un don, y nos han sido dados por Dios para una misión, así no podemos decir «tengo la verdad», sino que la verdad ha venido hacia nosotros y nos impulsa. Debemos aprender a dejarnos llevar por ella, a dejarnos conducir por ella. Entonces brillará de nuevo: si ella misma nos conduce y nos penetra. 2 de septiembre de 2012.

Benedicto XVI en la Biblia la Ley no se ve como un peso, como una limitación que oprime, sino como el don más precioso del Señor, el testimonio de su amor paterno, de su voluntad de estar cerca de su pueblo, de ser su Aliado y escribir con él una historia de amor. (02-09-2012)

Papa Francisco, “Necesitamos fidelidad creativa a la Tradición”. 29 noviembre, 2022.

Vigila sobre tu corazón. Todos los días, estate atento a lo que sucede en tu corazón ().

Que la riqueza y la memoria de su historia no se conviertan nunca en motivo de repliegue sobre ustedes mismos, de celebración nostálgica del pasado, de cerrazón ante el presente o de pesimismo ante el futuro; que sean más bien un fuerte estímulo para reinvertir hoy su patrimonio espiritual, patrimonio humano, patrimonio económico, artístico, histórico e incluso folclórico, abiertos a los signos de los tiempos y a las sorpresas de Dios. 16 enero 2023,

Todos somos pecadores. Pero pidamos al Señor no ser hipócritas. Los hipócritas no saben lo que es el perdón, la alegría, el amor de Dios.

Antonio Machado: «Tu verdad, no; la verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya guárdatela».

William Shakespeare Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra.

Albert Einstein “No temo el poder explosivo de la bomba atómica. Lo que temo es el poder explosivo del mal en el corazón del hombre”

B. Forte La única liberación que no decepciona es aquella que fue ofrecida en Jesucristo a la historia: la liberación de nosotros mismos para existir, en el amor y en la esperanza, para el Padre y para los otros (Siguiéndote a ti, luz de la vida, Sígueme, Salamanca 2004).

Padre Jaime Balmes El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros.

Job La alegría de un hipócrita sólo dura un momento.

Manuel Tamayo y Baus La hipocresía y la culpa son hermanas gemelas.

Gilbert Keith Chesterton A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.

Tao te ching.

Quien conoce a los hombres, es hábil

Quien se conoce a sí mismo, es sabio

Quien vence a los otros, es fuerte

Quien se vence a sí mismo, es poderoso

J. Gomis Un escritor ruso decía que lo que hay de más conservador en cualquier hombre son sus costumbres.

Käsemann “No es más el culto el que es fuente de vida, sino la vida la que es fuente del culto” ()

Rainiero Cantalamessa, Emprendamos un lucha sin cuartel contra nuestra costumbre de descender a los chismes, de hacer críticas, de participar en murmuraciones contra personas ausentes, de lanzar juicios a la ligera.

P. Leonardo Castellani La soberbia religiosa, es la corrupción más grande de la verdad más grande

J.R.R. Tolkien “No desprecies las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas guardan en la memoria cosas que los sabios de otro tiempo necesitaban saber.”

Castelao “Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo. La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad.”

René Descartes “Conviene tener en cuenta que muchas creencias se apoyan en el prejuicio y en la tradición.”

René Latourelle profesor jesuita (1918-2017), Un presente que no tiene pasado, carece de futuro.

Miguel de Unamuno Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.

Refrán La costumbre hace ley.

Refrán Obras son amores y no buenas razones.

CONTO

LOS DOS LOBOS

Un noche un Viejo Cacique Indio le contó a su nieto la historia de una batalla que se libra dentro de nosotros. Le dijo:

“Mi querido nieto, hay una batalla entre dos lobos dentro de cada uno de nosotros. Uno es Malvado. Es ira, envidia, odio, celos, codicia, egoísmo, orgullo, agresividad, superioridad. El otro es Bueno. Es alegría, paz, amor, esperanza, solidaridad, simpatía, generosidad, verdad y fe, compasión y fe”.

El nieto pensó acerca de eso durante un minuto y le preguntó a su abuelo:

“¿Y cuál lobo gana?”. El Viejo Indio simplemente le respondió: “El que tú alimentas”.

Tomado de P, Diego Millán

EL CHINO Y EL ARROZ

Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de su esposa, cuando vio a un chino poniendo un plato de arroz en la tumba vecina.

El hombre se dirigió al chino y le preguntó, levemente burlón:

– “Disculpe señor… ¿de verdad cree usted que el difunto vendrá a comer el arroz?”

– “Sí”, respondió el chino, “cuando el suyo venga a oler sus flores…”

Tomado de Los cuentos que yo cuento

EL LEÓN ENCERRADO

Un león fue capturado y encerrado en un campo de concentración, donde, para su sorpresa, se encontró con otros leones que llevaban allí muchos años (algunos incluso toda su vida, porque habían nacido en cautividad). El león no tardó en familiarizarse con las actividades sociales de los restantes leones del campo, los cuales estaban asociados en distintos grupos. Un grupo era el de los “socializantes”; otro, el del mundo del espectáculo; incluso había un grupo cultural, cuyo objetivo era preservar cuidadosamente las costumbres, la tradición y la historia de la época en que los leones eran libres; había también grupos religiosos, que solían reunirse para entonar conmovedoras canciones acerca de una futura selva en la que no habría vallas ni cercas de ningún tipo; otros grupos atraían a los que tenían temperamento literario y artístico; y había, finalmente, revolucionarios que se dedicaban a conspirar contra sus captores o contra otros grupos revolucionarios. De vez en cuando estallaba una revolución, y un determinado grupo era eliminado por otro, o resultaban muertos los guardianes del campo y reemplazados por otros guardianes.

Mientras lo observaba todo, el recién llegado reparó en la presencia de un león que parecía estar siempre profundamente dormido, un solitario no perteneciente a ningún grupo y ostensiblemente ajeno a todos. Había en él algo extraño que concitaba, por una parte, la admiración y, por otra, la hostilidad general, porque su presencia infundía temor e incertidumbre. «No te unas a ningún grupo», le dijo al recién llegado.

«Esos pobres locos se ocupan de todo menos de lo esencial.”

«¿Y qué es lo esencial?», preguntó el recién llegado.“

«Estudiar la naturaleza de la cerca.»

¡Ninguna otra cosa, absolutamente ninguna, importa!

Tomado de A. Mello “La oración de la rana”.

CREENCIAS

Un discípulo se quejaba de la costumbre que tenía el Maestro de echarle abajo sus más preciadas creencias.

Y le dijo el Maestro:

«Lo que hago es prenderle fuego al templo de tus creencias para que, cuando haya quedado destruido, tengas una perfecta visión del cielo inmenso y sin límites».

Tomado de A. Mello “Un minuto para el absurdo”.

LA PUNTA DEL JAMÓN

Juan y Mariana acaban de casarse. Están felices de haber decidido recorrer juntos el camino de la vida, se aman profundamente y buscan demostrarlo en también en los detalles cotidianos.

A Juan le encanta disfrutar de una buena mesa y a Mariana le da mucho placer cocinar. El plato preferido de Juan es el jamón al horno, la pata entera asada lentamente.

Al saberlo Mariana, decide consultar por la mejor receta posible para agasajar a su amado con su manjar preferido. Se acuerda de que madre cocina muy bien este platillo y le pide la receta. Recibe las instrucciones del caso y pone manos a la obra.

Cuando lleva el jamón a la mesa, Juan se da cuenta de un detalle y le hace una pregunta:

– “¿Por qué le cortaste la punta?. ¡Es la parte que más me gusta!”

Mariana piensa un momento y le responde:

– “Bueno, mi madre me dio la receta y decía que había que cortarle la punta al jamón para cocinarlo”

– “¡Qué extraño!”, responde Juan. “Justamente es la parte que más me gusta y no entiendo por qué habría que quitarla.”

Con esta duda en mente, días después Mariana le pregunta a su madre el porqué de tener que cortarle la punta la jamón. La madre piensa un momento y sólo tiene una respuesta:

– “Tu abuela siempre cocinó el jamón de esta manera, siempre le cortó la punta. Creo que mejor le preguntas a la abuela para saber el motivo.”

Sin perder tiempo y queriendo descubrir el misterio del jamón al horno, Mariana llama a su abuela y le pregunta:

– “Abuela, por qué siempre le cortas la punta al jamón antes de cocinarlo?”

La abuela, sorprendida por lo obvio de la pregunta le responde:

– “¡Porque mi horno es muy pequeño, y el jamón no cabe entero!”

Tomado de Los cuentos que yo cuento

EL GATO DEL GURÚ

Cuando, cada tarde, se sentaba el gurú para las prácticas del culto, siempre andaba por allí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó el gurú que ataran al gato durante el culto de la tarde.

Mucho después de haber muerto el gurú, seguían atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al ashram para poder atarlo durante el culto vespertino. Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización de un culto como es debido.

Tomado de A. Mello “La oración de la rana”.

IMPUTADO SE LE ACUSA DE…

“Imputado” dijo el Gran Inquisidor, ” se le acusa de incitar a la gente a quebrantar las leyes tradiciones y costumbres de nuestra santa religión. ¿Cómo se declara usted?”. “Culpable, señoría”.

“Se le acusa también de frecuentar la compañía de herejes, prostitutas, pecadores públicos. y a toda gente excomulgada. ¿Cómo se declara usted?” “Culpable, señoría”

“Se le acusa de revisar, corregir y poner en duda los sagrados dogmas de nuestra tradición. ¿Cómo se declara?” “Culpable, señoría”

Por último se le acusa de predicar a un Dios diverso de lo que nos han transmitidos Moisés y los profetas. ¿Cómo se declara imputado? Culpable, señoría.

¿Cuál es su nombre imputado? “Jesús de Nazaret, señoría”

Si Jesús no hubiera denunciado la falsedad y la hipocresía de los Sumos Sacerdotes, fariseos y escribas responsables de la religión del pueblo judío, no habría sido perseguido ni condenado a muerte. Nadie se habría asustado por un Jesús piadoso, que curaba a los enfermos y anunciaba la bondad misericordiosa de Dios.

La causa de la muerte violenta de Jesús es que con el anuncio denunciaba también el abuso que las autoridades hacían del sentimiento religioso y el abuso de Biblia para dominar explotar y despreciar a la gente pobre y sencilla de aquel tiempo.

Si Jesús se hubiera limitado a curar enfermos y consolar afligidos, nada le habría pasado; habría podido seguir viviendo y morir enfermo en una cama. ¿Es posible imaginarse a un Jesús viejo y enfermo que se muere en una cama de muerte natural?

Tomado de P. Chinaglia

EL MONJE Y LA MUJER.

De camino hacia su monasterio, dos monjes budistas se encontraron con una bellísima mujer a la orilla de un río. Al igual que ellos, quería ella cruzar el río, pero éste bajaba demasiado crecido. De modo que uno de los monjes se la echó a la espalda y la pasó a la otra orilla.

El otro monje estaba absolutamente escandalizado y por espacio de dos horas estuvo censurando su negligencia en la observancia de la Santa Regla: “¿Había olvidado que era un monje? ¿Cómo se había atrevido a tocar a una mujer y a transportarla al otro lado del río? ¿Qué diría la gente? ¿No había desacreditado la Santa Religión? Etcétera.

El acusado escuchó pacientemente el interminable sermón. Y al final estalló: “Hermano, yo he dejado a aquella mujer en el río. ¿Eres tú quien la lleva ahora?”.

Anthony De Mello.

MEJOR DORMIR QUE MURMURAR

Sa’di de Shiraz relata esta historia acerca de sí mismo: Cuando yo era niño, era un muchacho piadoso, ferviente en la oración y en las devociones. Una noche estaba yo velando con mi padre, mientras sostenía el Corán en mis rodillas. Todos los que se hallaban en el recinto comenzaron a adormilarse y no tardaron en quedar profundamente dormidos. De modo que le dije a mi padre:

— «Ni uno solo de esos dormilones es capaz de abrir sus ojos o alzar su cabeza para decir sus oraciones. Diría uno que están todos muertos»

Y mi padre me replicó:

— «Mi querido hijo, preferiría que también tú estuvieras dormido como ellos, en lugar de murmurar».

La conciencia de la propia virtud es un riesgo muy propio de quien se embarca en la oración y en la piedad.

Anthony De Mello.

LA LUZ EN EL PAÍS DE LA NOCHE

Sucedía en el país de la noche. Una noche que nunca se acababa: jamás había salido el sol. Le gente en este país era apocada y triste, por tanta oscuridad. Ni se daban cuenta de que estaban tristes: lo veían tan normal. Para ellos, la vida era triste, oscura. Las calles y las casas eran tan oscuras como la misma boca del lobo. No existían las estrellas.

Un día en aquel pueblo se presentó un niño que tenía una pequeña llama en la palma de la mano y se paseaba por las calles. Algunos niños del país de la noche salieron a los balcones y decían a los mayores: “Aquel niño que pasa por la calle lleva una lucecita en la mano. ¿Qué es?”. Y la gente mayor les respondía: “Anda, niño, métete en casa y cierra el balcón. Ha venido del país de la luz. Quiere hacernos daño en los ojos”. Y cogían a los niños y los encerraban en casa. Pero ellos, aun estando cerrados, decían: “Quiero irme al país de la luz, quiero irme con aquel niño al país de la luz”.

La gente se dio las buenas noches, se acostó, y después se levantó para ir al trabajo. Y mira por dónde, ya de mañana, había niños que paseaban por el país de la noche con una lucecita en la mano. Y daban saltos cantando: “Nosotros nos hemos pasado al país de la luz”. Y estaban locos porque el pequeño de la lucecita en la mano les había dado la llama. Y de esta manera se paseaban por los callejones del país de la noche.

Los hombres del país de la noche no querían la luz. Decían: “Eso hace daño en los ojos”. Y murmuraban entre ellos y se enfurecían contra los niños del país de la luz porque llevaban la pequeña lucecita en la mano. Y ahora ya no eran cinco o diez; eran cientos y cientos, y entre todos llenaban de alegría y luz el país de la noche.

En la casa grande del país de la noche se reunieron los hombres para discutir lo que ha-rían a los niños del país de la luz. Y decidieron llamarles, no a todos, pero sí a los cabecillas. Y les dijeron: “Ahora mismo, ante nosotros, apagaréis vuestra luz; tener esa luz encendida va contra nuestras costumbres sagradas de nuestro país”. Y mandaron a los guardianes apagar todas las luces de todos los niños y a los prime-ros les mandaron al calabozo más oscuro del país de la noche. Muchos de los niños que habían paseado su pequeña lucecita se pusieron a llorar. Y unos hombres del país de la noche entraron en el calabozo para apagarles el resplandor, pero no podían de ninguna manera; soplaban con toda su rabia, pero la luz no se apagaba nunca; les metían las manos en los cubos de agua, pero era imposible: la pequeña lucecita no se rendía nunca. Al final, los dejaron estar… Hicieron poner en los periódicos que todo había concluido, cerraron la puerta con siete candados, pusieron vigilantes en la entra-da y se fueron.

Dentro quedaron solos los niños del país de la luz. Pero todo el país de la noche, desde el calabozo hasta la casa del zapatero, todos vieron cómo en el país de la noche empezaba a clarear. ¡Quién sabe si habían descubierto que la pequeña llama había dejado en todos los corazones un poco de resplandor!

Tomado de Escolapios Cuentos y parábolas

ANÉCDOTA

“TRADICIÓN”

Viene de tradere, consignar, comunicar; la tradición debe poner en comunicación en el hoy, con asombro y vivacidad, la gran Presencia de Dios con nuestra vida y la vida del mundo.

La tradición existe para que la gran Presencia de Dios sea “compañera” de nuestro presente, mientras que la observancia de los fariseos no la reconocía, es más, los alejaba irremediablemente del corazón de Dios, de tal manera que así se alejaban cada vez más del propio corazón, que es el punto sobre el que se juega la verdadera construcción de la vida. Y, alejándose de Dios y del propio corazón, uno se aleja irremediablemente de los otros hombres. “Del corazón de los hombres nacen las malas intenciones” que contaminan al hombre haciéndolo inhumano: no había misericordia en los fariseos, porque no le hacían sitio a la misericordia; en efecto, la misericordia es la verdadera medida de la fe; es el perdón y el abrazo que supera cualquier medida humana; la misericordia es imagen y signo de la presencia de Dios en el mundo. Sólo la misericordia hace grande y verdadera una tradición. Una tradición, una forma tradicional, una “regla” es tanto más verdadera, grande, adecuada a su fin, cuando sostiene y genera misericordia.

Tomado de Congregación para el Clero

“LA TRADICIÓN DE LOS MAYORES”

Es una expresión técnica de la teología rabínica en la que incluían todos los preceptos que habían elaborado las escuelas de los rabinos desde el siglo v antes de Cristo, cuyos sucesores eran los letrados o escribas del tiempo de Jesús.

Tomado de Francisco Bartolomé González

LOS FARISEOS

Eran una fraternidad organizada o un partido religioso, sobre los que fácilmente nos forjamos falsas ideas. En modo alguno se identificaban sin más ni más con lo que hoy entendemos por hipócrita, con quienes sólo pretenden deslumbrar con una piedad de apariencias. Por fidelidad a la ley de los padres querían cumplir en conciencia todas las prescripciones para alcanzar el beneplácito divino y la salvación prometida por Dios teniendo parte en el mundo futuro. Querían dar al pueblo una santidad sacerdotal y acelerar así la venida de los tiempos mesiánicos. A causa de su serio empeño y de su entrega en favor del pueblo gozaban de gran consideración en amplios sectores. Por lo demás en su celo religioso daban gran valor hasta a las prescripciones más insignificantes. No se contentaban con los preceptos contenidos en el Antiguo Testamento, sino que seguían otras muchas prescripciones que sus doctores de la ley habían dado mediante la interpretación y acomodación de la ley mosaica. Estas son las tradiciones de los antepasados que Jesús ataca.

Tomado de R. Schnackenburg, El Nuevo Testamento y su Mensaje, Herder, (1980).

GRADOS DE FARISEÍSMO

Decía don Benjamín Benavides que el fariseísmo, tal como está escrito en los Evangelios, tiene como siete grados: 1) La religión se vuelve exterior y atentatoria; 2) la religión se vuelve rutina y oficio; 3) la religión se vuelve negocio o “granjería”; 4) la religión se vuelve poder o influencia, medio de dominar al prójimo; 5) aversión a los que son auténticamente religiosos; 6) persecución a los que son religiosos de veras; 7) sacrilegio y homicidio. Esto me fue dicho, ahora recuerdo, en San Juan, la noche de Navidad de 1940, tres o cuatro años antes del Terremoto, cuando yo sabía teóricamente que existía el fariseísmo, pero todavía no me había topado con él en cuerpo y alma. De modo que en suma, el fariseísmo abarca desde la simple exterioridad (añadir a los 613 preceptos de la Ley de Moisés como 6.000 preceptos más y olvidarse de lo interior, de la misericordia y la justicia) hasta la crueldad (es necesario que Éste muera, porque está haciendo muchos prodigios y la gente lo sigue; y que muera del modo más ignominioso y atroz, condenado por la justicia romana), pasando por todos los escalones del fanatismo y la hipocresía. Éste es el pecado contra el Espíritu Santo, el cual de suyo no tiene remedio. Aquel que no vea la extrema maldad del fariseísmo –que realmente es fácil de ver–, que considere solamente esto: la religión suprimiendo la misericordia y la justicia. ¿Puede darse algo más monstruoso?

Tomado de CASTELLANI, L., El Evangelio de Jesucristo, Ediciones Dictio, Buenos Aires, 1977, pp. 295 – 299)

EL CORBÁN

Es el caso de una tradición humana, que enmascara intereses humanos y que quiere pasar por acto religioso y servicio a Dios. Corbán se podría traducir por don. Era una especie de voto con el cual se consagraban a Dios los bienes propios y así se hacían intocables. Parece que ni Dios ni el templo tenían algún provecho en esto, sino el que hacia el juramento, que así ponía a salvo, bajo el nombre de Dios, sus bienes. Llegó a convertirse en un voto de rechazo contra alguien que de esa forma no se podía beneficiar de dichos bienes. Por ejemplo, unos padres necesitados no se podían beneficiar de unos bienes sobre los cuales el hijo hubiese pronunciado el voto del corbán. Así, en nombre de Dios, y en contra de lo que Dios había mandado, un hijo se liberaba de la ayuda a sus padres ancianos y necesitados. De esta forma la tradición humana conculcaba uno de los mandamientos más explícitos de Dios, como era el de honrar a los padres. La casuística rabínica admitía, en casos de hambre, que se podía dispensar el voto del corbán y por “generosidad”, y a través de terceras personas, ayudar a unos padres en extrema necesidad.

Tomado de Marcos M. De Vadillo Dabar 1985, 4 4

HIPÓCRITA

La palabra hipócrita es de origen griego y designaba al actor que se vestía con una máscara y un disfraz y asumía una personalidad ajena a la suya. Fingía ante el público ser otro, frecuentemente muy alejado a la realidad. Unas veces representaba un rey, otras un mendigo o un general. Le bastaba con ocultar su propio ser detrás de la máscara y tomar cualidades y sentimientos postizos.

La forma propia de ser de muchos fariseos era la hipocresía porque actuaban para los hombres y no de cara a Dios. Su vida era tan falsa como la de los actores durante la representación. La mentira, la calumnia y la adulación van siempre juntas a la hipocresía.

Tomado de Agustinos 2003

SOLDADO JUNTO AL BANCO

Cuentan que los mandos de un cuartel militar mandaron pintar el único banco del Patio de Armas. Una vez pintado, y para no echar a perder el trabajo realizado y evitar que se manchase algún pantalón, se ordenó al Oficial de Guardia que dispusiese a un soldado a vigilar que nadie se sentase. Como suele ocurrir en el ejército, así se hizo. Al terminar el turno, la pintura seguía fresca por lo que se dispuso a otro vigilante junto al banco. Y en el siguiente turno se volvió a repetir y otro soldado le sustituyó. Y se volvió una costumbre y cada vez que se distribuían los soldados entre los diferentes puestos uno se asignaba al puesto junto al banco del Patio de Armas. Al cabo del tiempo, unos dicen que años y otros que incluso décadas, un General realizó una visita al cuartel. Tras la pertinente revisión de tropas y de instalaciones, justo antes de salir, se percató del soldado junto al banco y preguntó al Coronel que le acompañaba cuál era su misión. El pobre oficial sólo supo contestar que desde que él llegó siempre se había hecho así y que no conocía el motivo. Sonrojado, ordenó que se investigase. No conocemos las reacciones del general ni del coronel pero sean las que fueren ya no se podían recuperar las horas de soldado perdidas vigilando un banco sin necesidad.

El “siempre se ha hecho así” es uno de los mayores frenos a la mejora que tenemos.

Tomado de Linkedin

CUMPLIMIENTO DE LA LEY

Cuando Marcos escribió su Evangelio (en la década de los 60), la cuestión del cumplimiento de la Ley judía aún era una cuestión “caliente”. Para los cristianos venidos del judaísmo, la fe en Jesús debía ser complementada con el cumplimiento riguroso de las leyes judías. Mientras, la imposición de las costumbres judías llevaría, ciertamente, a la marginación de los cristianos venidos del paganismo. La cuestión que había que resolver era la siguiente: ¿el cumplimiento de la Ley de Moisés era importante para la comunidad cristiana? ¿Para que el Reino que Jesús proponía se hiciera presente, era necesario el cumplimiento íntegro de la Ley judía?

El Concilio de Jerusalén (alrededor del año 49) ya había dado una primera respuesta a la cuestión: para los cristianos, lo fundamental es la persona de Jesús y su Evangelio; no es lícito imponer a los cristianos venidos del paganismo el fardo de la Ley de Moisés. Sin embargo, el problema continuó durante algunas décadas más, sobre todo a propósito de los tabúes alimenticios hebreos y que los cristianos venidos del judaísmo pretendían imponer a toda la Iglesia (cf. Rom 14,1-15,6). Es, probablemente, a esta temática a la que el evangelista Marcos quiere responder.

Tomado de Dehonianos

“DEL CORAZÓN SALEN LOS PENSAMIENTOS MALOS…”

No está en el cerebro lo principal del alma, como quiso Platón, dice San Jerónimo, sino en el corazón, es decir, en la voluntad. Porque se le pueden a uno sugerir malos pensamientos, por el demonio, por los sentidos, por una conversación; pero la voluntad es la que los hace malos, aceptándolos, fomentándolos, llevándolos a la práctica.

Tomado de Isidro Gomá y Tomás

¿QUÉ INDICA EL TÉRMINO “CORAZÓN”?

En mundo simbólico bíblico, el “corazón” indica el lugar profundo en el que la persona toma conciencia de sí misma, reflexiona sobre los acontecimientos, medita sobre el sentido de la realidad y asume comportamientos responsables ante los hechos de la vida y ante el misterio de Dios. De ahí que el “corazón” tenga una importancia decisiva con relación a la salvación. La salvación que Jesús ofrece sólo es realmente eficaz cuando pasa por el “corazón” de cada persona y lo convierte, por la fuerza del Espíritu Santo en un nuevo corazón movido por el amor Dios para amar a los demás como él lo hace (este es el hombre nuevo). Digámoslo de otra forma, el corazón experimenta una especial plenitud de vida cuando sale de sí mismo y encuentra la absoluta novedad del amor de Dios que se nos da en Jesús y, por decisión propia y como criterio permanente de comportamiento, le comparte a los otros ese amor. Generalmente cuando hablamos de “corazón” lo relacionamos automáticamente con “amor”, y esto es cierto, pero no es todo, se trata del amor-decisión, de la personalidad fraguada en la opción fundamental por el amor de Dios, de la interioridad (del “ser”) del que brota el “hacer” cristiano. Esto es lo que se está expresando en estas líneas del evangelio, tan importantes ayer como hoy.

Tomado de Fidel Oñorro

DIALOGISMOI KAKOI

Jesús comienza con la “raíz” de todo pecado que una decisión personal que proviene del fondo del corazón. El pecado no es una casualidad, es deliberado. El término griego “dialogismós” (=pensamiento, cálculo) describe precisamente el proceso interno de una reflexión de la que se deriva, en consecuencia, una decisión. Toda decisión tiene una motivación. Cuando la motivación es mala (“kakós”), es decir, basada en criterios que le apuntan prioritariamente a una ventaja personal con perjuicio de otro, lo que sigue es una mala acción, como sucede con aquel que juzga basado en malos motivos (ver Santiago 2,4). Antes de volverse acción concreta, el pecado ha sido elaborado previamente en el corazón. El pecado no sucede “porque sí”, él tiene sus “razones” en el corazón de quien lo comete, por lo tanto hay responsabilidad personal.

Tomado de Fidel Oñorro

UNA MENTE CERRADA

R. Fisher lo parafraseó en El Caballero de la Armadura Oxidada:

-“Tengo una mente muy buena, le discutió el Caballero.

-E inteligente, añadió Merlín. Ella te atrapó en esa armadura”.

Tomado de Vicente Martínez

FLORES EN LA TUMBA

Bernardo De Claraval s.XII que en la fiesta de todos los santos puso flores para decir que había vida tras la muerte, puede convertirse en un rito vacío

Mons-Munilla homilía

Cuentan que el famoso J.P. Morgan, uno de esos tiburones de los negocios, se reunió con su abogado para discutir un asunto importante. El abogado le dijo que lo que quería hacer iba en contra de la ley. Morgan le contestó: “Yo no le pago para que me diga lo que, según la ley, no puedo hacer. Le pago para que usted encuentre la manera de que yo pueda hacerlo sin tener que temer a los agentes de la ley.

Tomado de P. Félix Jiménez

LAVARSE

«Los fariseos y los judíos en general no comen sin antes haberse lavado las manos meticulosamente» (v. 3): lo importante, más que lavarse, era hacerlo de una manera meticulosa, llegando hasta el codo, porque solo de este modo se cumplían las prescripciones. Se requerían dos enjuagues, cada uno de ellos con un cuarto de log de agua (0,137 litros, aproximadamente), cantidad que solo en circunstancias particulares podía ser inferior. No todos los recipientes eran idóneos para el lavado: no debía ser un recipiente de barro, ni una tapadera, ni tampoco era lícito lavarle las manos a otro llevándole agua en el cuenco de las manos.

Tomado de G. Zevini, Lectio Divina (Marcos)

PUREZA RITUAL

En la religión judía, la purificación ritual era considerada esencial para participar en el culto e, incluso, en la vida cotidiana; por eso había que limpiar cuerpo, vestidos y utensilios, pero esto había derivado en un mero cumplimiento ritual de esas prácticas. Jesús denuncia que esas prácticas externas no conllevan una verdadera conversión del corazón, que fariseos y escribas sólo se fijan en la impureza aparente de las personas y no en la verdadera impureza, que es la hipocresía con Dios.

Tomado de ACG

XRESTOS

La Carta de Claudio (emperador desde el 41 al 54 DC) que se conserva asegura que los judíos se estaban peleando todo el tiempo por un tal Xrestos , y podemos presuponer que se refiere a las primeras peleas acerca de si Jesús era o no el Mesías esperado.

Tomado de Working preacher

PLINIO,

Al dirigirse a Trajano, escribía de esta manera respecto de los primeros cristianos: “Los cristianos son hombres que se obligan con voto solemne a evitar todo acto malo; nunca cometen robo, adulterio; no juran en falso, nunca faltan a su palabra, no se apropian los bienes a ellos confiados”.

Tomado de Tihamér Tóth, Los diez Mandamientos, Ed. Poblet, Bs. As., 1944, pp.562-573

CHISTE

ESA FUE SIEMPRE LA TRADICIÓN

Un joven párroco se encontró con su parroquia dividida. Durante la plegaria eucarística la mitad de los feligreses permanecían de pie y la otra mitad de rodillas. Cada grupo insistía en que su tradición era la verdadera.

Para solucionar, de una vez por todas, el gran conflicto, el joven párroco, con un miembro de los arrodillados y otro de los de pie, fueron a visitar al Obispo.

Sr. Obispo, ¿no es verdad que la tradición de arrodillarse durante la plegaria eucarística ha sido siempre la correcta? No, esa no fue siempre la tradición, contestó el Obispo.

Entonces, estar de pie fue y es la tradición correcta, dijo el miembro de los de pie.

No, contestó el Obispo, esa no fue la tradición.

Sr. Obispo, dijo el joven párroco, lo que tenemos es el caos; la mitad arrodillados y la otra mitad de pie.

Ahora sí, dijo el Obispo, esa fue siempre la tradición.

Tomado de P. Félix Jiménez

POEMA

ESTE EVANGELIO, EN VERSO, SUENA ASÍ:

Señor, ¡qué lección tan bella

proclamas en tu Evangelio!

Denuncias la hipocresía

de los falsos fariseos.

Honran a Dios con los labios,

practican un culto externo,

pero no lo aman de veras.

Su corazón está lejos.

Para Ti, Señor, no sirve

cumplir humanos preceptos.

Lo que da valor al hombre

es “lo que sale de dentro”.

Tú nos aclaras, Señor,

que “el corazón es el centro”,

donde la persona cuida

la flor de sus sentimientos.

Y muchas veces, Señor,

clavamos a sangre y fuego,

en Dios y en nuestros hermanos,

“espinas” de sufrimiento.

Danos a todos, Señor,

un corazón noble y bueno:

Que sea fuente de amor,

misericordia y consuelo.

Haz que nuestro corazón

responda como el almendro:

Que, cuando recibe un golpe,

suelta una lluvia de besos.

(José Javier Pérez Benedí)

ORACIÓN

Que no desee nada que esté fuera de ti… Dame a menudo llevar mi corazón hacia ti y, cuando falto, medir mi falta con dolor, con un firme propósito de corregirme. Dame, Señor Dios, un corazón vigilante que ningún pensamiento de curiosidad me arrastre lejos de ti; un corazón noble que ningún afecto indigno lo rebaje; un corazón recto que ninguna intención equivoca desvíe; un corazón firme que ninguna adversidad rompa; un corazón libre que ninguna pasión violenta lo domine.

Concédeme, Señor, Dios mío, una inteligencia que te conozca, una atención que te busque, una sabiduría que te encuentre, una vida que te complazca, una perseverancia que te espere con confianza y una confianza que al fin te posea. Concédeme, a través de la penitencia, estar afligido por lo que tú has soportado, hacer servir, en el camino, los bienes que me has concedido por gracia, gozar de tus gozos sobre todo en la patria por la gloria. A ti que, siendo Dios, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Santo Tomás de Aquino [Falta referencia].

LA LEY

La ley, sí, pero ¿qué ley?

No la del puro que observa,

desde una barrera de cumplimientos,

a los equivocados, los perdidos,

los transgresores.

No la de quien agarra la piedra

y lapida al culpable

en nombre de un Dios cruel.

No la de la virtud jactanciosa,

o el discurso hipócrita.

No la de la brizna en el ojo ajeno,

ni la del ego desmesurado.

No la que esclaviza y no libera.

No la de credos impuestos.

¿La que se cumple por miedo? ¡No!

La del amor. Solo esa.

Que se conmueve, arde,

celebra y lucha;

que tiende los brazos.

que entiende las caídas,

que aspira a todo

desde el saberse poco.

La de la entraña estremecida

ante el misterio del prójimo.

La del sollozo compasivo

que no renuncia a la esperanza.

La que sostiene la vida

sin conformarse con menos.

La de la risa sincera.

La de vaciarse hasta la última gota.

Y vivir. Y morir. Y resucitar.

Esa ley.

Tomado de José María Rodríguez Olaizola, sj

MEDITACIÓN

A veces nos damos cuenta de nuestra gran ceguera. Obramos mal y presentamos mil excusas. A menudo nos mueven las pasiones e intentamos hacer pasar nuestro actuar por obra de buen celo. Corregimos las pequeñas faltas de los demás y nos permitimos caer en faltas grandes. Estamos prontos para juzgar y condenar los yerros de los otros pero no tenemos cuidado en no serles molestos. El que se juzgara a si mismo con rectitud no tendría ya coraje para juzgar severamente a los demás.

Un cristiano presta atención a su propia vida ante todo, y el que vigila sus propias acciones se guarda bien de criticar la conducta de los demás. No serás nunca hombre interior mientras no te esfuerces a guardar silencio acerca de los asuntos de tu prójimo para ocuparte principalmente de ti mismo… Aquel que ama a Dios no se fija en lo que está por debajo de Dios, porque sólo Dios, eterno, inmenso, colma todo, es amparo del alma y alegría verdadera del corazón…

Descansarás plácidamente, si tu corazón no te reprende. No te alegres sino cuando obrares bien. Los malos nunca tienen alegría verdadera ni sienten paz interior; porque dice el Señor: No tienen paz los malos. (Is 57,21)… Fácilmente estará contento y sosegado el que tiene la conciencia limpia. No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien. Lo que eres, eso eres; y por más que te estimen los hombres, no puedes ser, ante Dios, más grande de lo que eres. Si miras lo que eres dentro de ti, no tendrás cuidado de lo que de ti hablen los hombres. El hombre ve lo de fuera, mas Dios ve el corazón. (1Sam 16,7).

Tomás de Kempis Imitación de Cristo, Libro II, c. 5-6.

PADRES DE LA IGLESIA

“(Los fariseos) les reprochan a los discípulos el que no se laven las manos del cuerpo, si bien no logran encontrarles en sus obras, realizadas con las manos o con los otros miembros del cuerpo, ninguna impureza. Habrían hecho mejor si se hubieran culpado a sí mismos quienes, a pesar de haberse lavado bien las manos con agua, tenían la conciencia puerca con la envidia (…)

Se trata de una tradición supersticiosa, esa de lavarse repetidamente, después de estar ya lavados, para comer el pan, y no tomar alimento al regreso del mercado sin haberse purificado primero. Pero es necesaria la enseñanza de la verdad, según la cual aquellos que desean tener parte en el pan de la vida que baja del cielo, deben purificar sus obras con el lavatorio frecuente de las limosnas, de las lágrimas y de los otros frutos de la justicia, para poder participar en los misterios celestiales con pureza de corazón y de cuerpo.

Es necesario que la impureza con la cual cada uno se mancha al ocuparse de los asuntos terrenos, sea purificada con la presencia frecuente de buenos pensamientos y buenas acciones, si es que él desea gozar del íntimo restauro de aquel pan (…)

En vano los fariseos, en vano todos los judíos se lavan las manos y se purifican al volver del mercado, si se niegan a lavarse en la fuente del Salvador”.

(Beda el Venerable, Evang. Marc., 2, 7, 1-4)

Tomado de P, Fidel Oñorro

CONTEMPLACIÓN

“MI BARRO O MI ORO”

Hay un tesoro escondido,

y arenas movedizas

que me quieren atrapar

en mi propio interior.

Espacio engañoso

rico y delicado,

sombrío y misterioso,

dónde sólo una ráfaga de luz,

puede permitir que vislumbre

mi barro o mi oro.

Y es tu luz la que me alcanza

y mi deseo el que la acoge;

y es tu aliento el que la inspira.

y el que al final me vence.

Tomado de Monasterio de Zenarruza

CANTO

Ser hoy tu corazón | Cristóbal Fones, SJ

Salmo 15 (14) – Señor, quién entrará en tu Casa | Athenas

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela