CITA
Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? (1 Jn 3, 17).
Da más felicidad dar que recibir
« Recibir, produce felicidad. Dar, produce Gozo»
S.Son
“Todo lo que no se da, se pierde“
Proverbio indio
Aristoteles La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor.
San Agustín: «¡Cuántos hay que buscan a Jesús, guiados solamente por intereses temporales! (…) Apenas se busca a Jesús por Jesús».
Mas como nada les pusisteis en las manos (a quienes os necesitaban), nada habéis hallado en Mí (Sermón 18).
“Vosotros sois el Cuerpo de Cristo y sus miembros… Vosotros respondéis „Amén‟ a lo que sóis. Se os dice: „El Cuerpo de Cristo‟, y respondéis „Amén‟. Sed, por tanto, miembros del Cuerpo de Cristo para que sea verdadero este Amén”. (Sermón 272)
«Gran milagro es hartar con cinco panes y dos peces a cinco mil hombres y aún sobrar doce canastos. Gran milagro, a fe; pero el hecho no es tan de admirar si pensamos en el Hacedor. Quien multiplicó los panes entre las manos de los repartidores, ¿no multiplica las semillas que germinan en la tierra y de unos granos llena los trojes? Pero como este portento se renueva todos los años a nadie le sorprende… Al hacer estas cosas hablaba el Señor a los entendimientos no tanto con palabras como por medio de sus obras» (Sermón 130).
San Juan Crisóstomo Los hombres te ordenan darles gusto con gastos tuyos; mientras que Cristo, por el contrario, te devuelve el céntuplo de todos tus dones y además añade la vida eterna. Homilía 42 (41) sobre el Evangelio de San Juan
San Jeronimo, Quien es esclavo de las riquezas, las guarda como esclavo; pero el que sacude el yugo de su esclavitud, las distribuye como señor (en Catena Aurea, vol. 1P 392).
San Alberto Magno «Señor, saciados por tu Eucaristía, desarrolla en nosotros el deseo y la voluntad de seguirte para que seamos dignos de recibir de ti la sabiduría y la experiencia de tu alimento espiritual» ()
San Basilio ¿No serás por ventura como un expoliador, teniendo como tuyo lo que has recibido para distribuir? Es el pan del hambriento el que tienes, el vestido del desnudo el que conservas en tu guardarropa; es del descalzo el calzado que amontonas y del necesitado la plata que escondes bajo la tierra. Cometes, pues, tantas injusticias cuantas son las cosas que puedes dar (en Catena Aurea, vol. Vl, p. 82).
San Juan Crisóstomo “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son los nuestros, los bienes que poseemos; son los suyos”
San Gregorjo Magno¿Por qué, pues, sois perezosos para dar, cuando lo que dais al que yace en tierra lo dais al que tiene su trono en el Cielo? (Hom. 40 sobre los Evang. )
Meister Eckart “Dios quiere que todas las personas se salven.
Reza por el mundo entero
Pide a esta misma tierra que se convierta en un cielo.
Ore especialmente para ser liberado de la codicia.
Ore para reconocer a otros que están en necesidad
porque mi pan no existe.
Todo el pan es nuestro y se nos da en préstamo
con otros y por otros y con los demás y para los demás, a través de nosotros “.
San Juan de la Cruz: siembra amor donde no hay amor y cosecharás amor.
San Francisco de Sales, Cuando nos faltan los apoyos humanos, Dios los sustituye y cuida de nosotros con especial providencia. Sermón (16-03-1622)
Santa Teresa de Calcuta La oportunidad de compartir nuestro amor con los demás es un regalo de Dios.
Concepción Arenal “Las fuerzas que se asocian para el bien, no se suman, se multiplican”.
P. Luis Carlos Aparicio Mesones. S.M La multiplicación de los panes y los peces es un signo de Jesús para que aprendamos a compartir, y una lección a la humanidad egoísta que piensa más en los números económicos que en las necesidades íntimas de las personas.
San Josemaría Escrivá De ordinario, la gente es muy poco generosa con su dinero -me escribes-. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. -A la hora del sacrificio, son pocos los que “arriman el hombro”. Y, si dan, ha de ser con una diversión interpuesta -baile, tómbola, cine, velada- o anuncio y lista de donativos en la prensa. -Triste es el cuadro: sé tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha
Pablo VI, ¡Qué hermosa lección de economía, en el sentido más noble y más pleno de la palabra para nuestra época dominada por el derroche! Lleva consigo además la condena de toda una concepción de la sociedad en la que hasta el mismo consumo tiende a convertirse en su propio bien, despreciando a los que se ven necesitados y en detrimento, en definitiva, de los que creen ser sus beneficiarios, incapaces ya de percibir que el hombre está llamado a un destino más alto.
San Juan Pablo II El pan que necesitamos es la gracia, que debemos invocar y pedir con sincera humildad y con incansable constancia, sabiendo bien que es lo más valioso que podemos poseer. (Castelgandolfo, domingo 29 de julio de 1979)
El hombre, especialmente el de estos tiempos, tiene hambre de muchas cosas: hambre de verdad, de justicia, de amor, de paz, de belleza; pero sobre todo, hambre de Dios. «¡Debemos estar hambrientos de Dios!», exclamaba San Agustín (famelici Dei esse debemus: Enarrat. in psalm. 146, núm. 17: PL, 37, 1895 s.). ¡Es El, el Padre celestial, quien nos da el verdadero pan! 29 de julio de 1979
Benedicto XVI ¿Cómo puedo, con mis limitaciones, ayudar a Jesús en su misión? Y la respuesta la da el Señor: los sacerdotes, nosotros los sacerdotes, precisamente poniendo en sus manos “santas y venerables” lo poco que somos, nos convertimos en instrumentos de salvación para muchos, para todos. Ángelus 2009 los sacerdotes instrumento de salvación
Papa Francisco: Jesús esperaba justamente eso. Ordena a los discípulos que hagan sentar a la gente, luego toma los panes y los peces, da gracias al Padre y los distribuye. Estos gestos anticipan los de la última Cena, que dan al pan de Jesús su significado más auténtico. El pan de Dios es Jesús mismo. Al comulgar con Él, recibimos su vida en nosotros. Jesús sacia no sólo el hambre material, sino el más profundo, el hambre de sentido de la vida, el hambre de Dios.
¿Quién de nosotros no tiene sus “cinco panes y dos peces”? ¡Todos los tenemos! Si estamos dispuestos a ponerlos en manos del Señor, bastarían para que en el mundo hubiera un poco más de amor, de paz, de justicia y, sobre todo, de alegría
«Seguramente tenemos algún talento, alguna capacidad… ¿Quién de nosotros no tiene sus ‘cinco panes y dos peces’? Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad y hacernos partícipes de su don» ()
M. Menapace No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos. Cuando el Dios de la historia venga nos mirará las manos. –
Rainiero Cantalamessa «¡Dadles vosotros de comer!»). Con ello Jesús no pide a sus discípulos que hagan milagros. Pide que hagan lo que pueden. Poner en común y compartir lo que cada uno tiene. En aritmética, multiplicación y división son dos operaciones opuestas, pero en este caso son lo mismo. ¡No existe «multiplicación» sin «partición» (o compartir)!
José Antonio Pagola Los bienes de la tierra no han de servir para acrecentar nuestra discordia y mutua explotación sino para crear mayor fraternidad y comunión. La vida no se nos ha dado para hacer dinero sino para hacernos hermanos. La vida consiste en aprender a convivir y a colaborar en la larga marcha de los hombres hacia la fraternidad.
X. Léon-Dufour “En cuanto al intento de desmitologizar el prodigio viendo en su origen un simple reparto de provisiones, lo único que debemos desear es que esta torpe explicación desaparezca para siempre de la literatura.” (Los milagros de Jesús, p. 120).
“Este milagro no tiene nada que ver con una excursión en la que se reparte la merienda, sino que tiene como punto de referencia la figura de Dios alimentando a su pueblo en el desierto.” (X. Léon-Dufour, o.c., pp. 321-322).”
Mamerto Menapache, “No tenemos en nuestras manos la solución a los problemas del mundo. Pero, ante los problemas del mundo, tenemos nuestras manos. Que la madrugada nos encuentre sembrando.”
Antonio Díaz Tortajada Los milagros son signos, señales, de que el Reino de Dios llega, ya está aquí y ya ha empezado con la persona de Jesús de Nazaret.
Monseñor Canovai “Toma, Señor, aquella nada que soy yo, y dame el todo que eres Tú”
P. Kentenich: «De ahí que filósofos modernos digan, con mucho acierto, que el hombre de hoy, desligado de Dios, se parece a un lobo estepario que aúlla de hambre de Dios, y a la medianoche ronda la tumba de su Dios asesinado». Kentenich Reader Tomo 2: Estudiar al Fundador de Peter Locher, Jonathan Niehaus
José Antonio Pagola El pan de la eucaristía nos alimenta para el amor y no para el egoísmo. Nos impulsa a ir creando una mayor comunicación y solidaridad, y no un mundo en el que nos desentendamos unos de otros.
José Enrique Galarreta Jesús es vino nuevo que rompe continuamente nuestros viejos odres. Si la fe en Jesús no nos va rompiendo constantemente viejas convicciones, desconfiemos. Jesús es caminante, siempre se marcha hacia delante: ir con Jesús es siempre estar dispuesto a abandonar algo que teníamos como seguro e indispensable; y no siempre por algo mejor sino, siempre, por confiar en él, por creer en él.
Follereau “La felicidad es lo único que estamos seguros de poseer cuando buscamos la felicidad de los demás. Hay que crear otras felicidades para ser feliz. Hay que regalar mucho para tener las manos llenas..
CONTO
UN SENCILLO CUENTO SOBRE EL COMPARTIR
Un día, un niño se compró un helado de chocolate. Cuando iba a destaparlo, se acordó de que a su hermano mayor le encantaba el chocolate. Fue a casa, lo guardó en el frigorífico y le dijo a su hermano que había comprado su helado preferido. Éste se puso muy contento y le dijo que ya se lo comería más tarde. Pasó un rato y el hermano mayor fue a tomar su helado. Pero cuando iba a destaparlo, su hermana pequeña lo agarró de las piernas y se lo pidió. Al final, acabó dándoselo. La hermana pequeña se fue muy contenta con su helado. Se sentó en una silla del comedor y se puso a mirar el helado. Estuvo pensando un momento y después fue rápidamente a buscar a su madre. La encontró en la terraza tendiendo la ropa. Había pensado regalarle su helado, porque sabía que le gustaba mucho el chocolote. La madre la tomó en brazos y le dio un beso. Le dijo que ahora no se lo podía comer, que se lo guardara en el firgorífico. Al mediodía llegó el padre a casa cansado del trabajo. Hacía mucho calor y la madre, al oírle llegar, le dijo que se comiera el helado de chocolate que había en la nevera. El padre fue y lo tomó. Lo destapó y empezó a comérselo. Entonces recordó que a sus hijos les encantaba el chocolate. Mientras se comía el helado, fue a la tienda de al lado de su casa y compró una tarta helada de chocolate. Cuando llegó la hora de comer, todos se llevaron una gran sorpresa al ver
aquella tarta tan rica de chocolate. Al pensar los unos en los otros, habían salido todos ganando.
Tomado de P, Diego Millán
“Un hombre iba caminando por un bosque y vio a un zorro herido, que evidentemente ya no podría cazar. Un poco más allá, vio a un tigre devorando su presa. Al terminar de comer, el tigre se alejó, dejando atrás las sobras de su festín. El zorro herido se acercó y se alimentó con ellas. El hombre, maravillado de la providencia de Dios hacia todas sus criaturas, decidió experimentarlo en carne propia. Se tendió en su cama y por varios días no fue a trabajar ni se preocupó de sí mismo, confiado en que Dios velaría por él. Pero nada ocurrió. Al cuarto día, el hombre, indignado, increpó al Señor: ¿Cómo es que te ocupas de un zorro del bosque, y a mí me dejas aquí languideciendo? La respuesta de Dios llegó un tiempo después: ¿Por qué te quedas ahí tendido como el pobre zorro?, ¡Insensato! ¡Haz como el tigre!!” El autor del cuento terminaba con una reflexión: un día, por el camino, vio a una niña pobre, harapienta, descalza, sucia, hambrienta. Siguió caminando con el corazón encogido e indignado con Dios… “¿Cómo permites que pasen estas cosas? ¿Cómo no haces nada?” Y Dios le respondió fuerte y claro: “Ya he hecho algo… ¡Te he hecho a ti!”
Tomado de Carola Arrue
CUENTO DE LAS ESTRELLAS DE MAR
Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; una enorme playa virgen donde tenía una casita donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar.
El hombre le preguntó al joven qué estaba haciendo.
Éste le contestó: «Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán.»
Dijo entonces el escritor: «Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas.»
El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó: «Para ésta… sí tiene sentido.»
Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías
ANÉCDOTA
Estamos en los comienzos del tercer año de la vida pública de Jesús, según se puede deducir del evangelista Juan.
Francisco Bartolomé González
PAIDARION, en el texto, es un diminutivo: es un chico o quizá un joven esclavo.
P. Felipe Santos SDB
CINCO
“Mesías” podría traducirse como “El que necesitamos más que el comer”.
En la Biblia el número 5 y sus múltiplos son símbolos del Espíritu de Dios que siempre empuja a hacer el bien.
Tomado de Ángel Calvo, En otras palabras
SEÑAL “signo/sêmeion”
Juan nunca usa la palabra milagro. Usa una palabra más humilde: señal. Las acciones de Jesús son la señal de que Dios está presente en nuestro mundo, de que el amor y el poder de Dios están actuando y se nos desafía a ver más allá de la señal, a ver a Dios con un rostro humano y un corazón humano.
Jesús, el signo que señala hacia Dios, fue utilizado por su Padre para saciar el hambre de todos sus hijos e hijas.
Tomado de P. Félix Jiménez
Na Igrexa da Multiplicación dos Pans, baixo o altar hai un mosaico con catro pans e dous peixes. Por que só catro: porque o quinto é o da Eucaristía. Nela o Señor segue multiplicándose como Pan para nós.
REPROCHE A UNA RICA MATRONA
En el famoso texto del siglo II en el que S. Justino nos describe cómo celebraban los cristianos la eucaristía semanal, se nos dice que cada uno entrega lo que posee para “socorrer a los huérfanos y las viudas, a los que por enfermedad o por otra causa están necesitados, a los que, están en las cárceles, a los forasteros de paso y, en una palabra, a cuantos están necesitados”. Durante los primeros siglos resultaba inconcebible venir a celebrar la eucaristía sin traer algo para ayudar a los indigentes y necesitados.
Sólo recordaré el severo reproche de S. Cipriano, obispo de Cartago, a una rica matrona: “Tus ojos no ven al necesitado y al pobre porque están oscurecidos y cubiertos de una noche espesa. Tú eres afortunada y rica. Te imaginas celebrar la cena del Señor sin tener en cuenta la ofrenda. Tú vienes a la cena del Señor sin ofrecer nada. Tú suprimes la parte de la ofrenda que es del pobre”.
Tomado de J. Jáuregui
En la denominada Didaché (tal vez en torno al año 100) se implora sobre el pan destinado a la Eucaristía: «Como este pan partido estaba esparcido por las montañas y al ser reunido se hizo uno, que también tu Iglesia sea reunida de los extremos de la tierra en tu reino» (IX, 4).
Tomado de J. Ratzinger (Benedicto XVI) : Jesús de Nazaret Capítulo VIII, 2
RECOGER LOS FRAGMENTOS PARA QUE NO SE PIERDAN
(El término griego “recoger” es synágo, de donde proviene “sinaxis”, la primera parte de la misa. El término griego que se usa para decir “fragmentos”, klasma, aparece en la literatura cristiana primitiva como nombre técnico para indicar la hostia eucarística).
Tomado de R. Brown, Il Vangelo e le Lettere di Giovanni: La multiplicación de los panes
Ed. Queriniana, Brescia, 1994, p. 58-60
DESPERDICIOS
Hace un tiempo entró en vigor la ‘Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario’, por la que bares y restaurantes estaban obligados a ofrecer a sus clientes la posibilidad de llevarse los alimentos que no hayan consumido. Y es que, a nivel mundial, se desperdician o pierden alrededor de un tercio de los alimentos que se producen. La principal consecuencia, como constantemente nos recuerda Manos Unidas, es que cientos de millones de personas padezcan hambre en el mundo cuando hay alimentos de sobra para todos. Otras consecuencias son el desperdicio de recursos como la tierra, el agua, la energía… El desperdicio podría evitarse si todos nos concienciamos y actuamos responsablemente en nuestro día a día.
Tomado de ACG
EL PAN
El antiguo pueblo de Israel durante su estancia en el desierto del Sinaí ya consideraba el pan como alimento de la vida. En la Tienda del Encuentro (especie de templo móvil) se ofrecían los Panes de la Proposición sobre una pequeña mesa de oro. Los Panes de la Proposición eran doce, uno por cada una de las tribus de Israel. Estaban colocados en dos montones de seis panes. Sobre estos panes se quemaba incienso como muestra de adoración y agradecimiento a Yahvé. El pan elaborado por los judíos contemporáneos a Jesús no tenía la apariencia de nuestros panes. No era tan esponjoso ni tenía el grosor que actualmente Ɵ ene. Eran panes delgados, en forma de torta circular. Solían medir entre 25-30 centímetros de diámetros y 3-4 milímetros de grosor. La levadura o fermento era un poco de pasta vieja y ácida de la última vez que se amasó. El pan se cocía de varias formas. La más primitiva consistía en colocar la masa cruda de estas tortas sobre ceniza caliente. También existía una «plancha de cocer» hecha de cerámica. Bajo este soporte se colocaba el fuego, en la superficie el pan para ser cocido… Posteriormente se fabricaron los primitivos hornos.
Tomado de Tiempo Interior
LA EUCARISTÍA EN LOS PRIMEROS TIEMPOS DE LA IGLESIA.
La Cena del Señor, llamada entonces agape, acontecía en el marco de una comida fraterna, en la que se compartía tanto el pan común como el eucarístico. Ello hacía que se percibieran como escandalosas e intolerables las diferencias entre quien no tenía nada que comer y quien se «embriagaba» (1 Co 11, 20-22). Hoy la Eucaristía ya no se celebra en el contexto de la comida común, pero el contraste entre quien tiene lo superfluo y quien carece de lo necesario no ha disminuido, es más, ha asumido dimensiones planetarias.
Tomado de P. Raniero Cantalamessa
¿CUÁNTA COMIDA SE TIRA AL AÑO EN EL MUNDO?
A nivel mundial, per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, y 74 de esos kilogramos se desperdician en los hogares.
Los resultados del estudio sugieren que alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente 1 300 millones de toneladas al año.
A nivel global, aproximadamente el 13,2 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. A ello se suma el hecho de que en torno al 19% de la producción total de alimentos se desperdicia en los hogares, la restauración y el comercio al por menor).
El mundo desperdicia más de 1.000 millones de platos de comida al día – informe de la ONU
Nairobi, 27 de marzo de 2024. Los hogares de todos los continentes desperdiciaron el equivalente a más de 1.000 millones de comidas cada día durante 2022, mientras 783 millones de personas padecían hambre y un tercio de la humanidad atravesaba una situación de inseguridad alimentaria. El desperdicio de alimentos sigue perjudicando la economía mundial y exacerbando el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación. Estas son las principales conclusiones de un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
Tomado de Fuentes varias
TIBERÍADES
Jn precisa el lago con el nombre de Tiberíades para sus lectores étnicos, ya que después que Antípas fundó en honor de Tiberio, en el borde del lago, la ciudad de Tiberios, y puso en ella su capital, prevaleció este nombre en el uso griego.
Jn no da el motivo de este retiro de Cristo con sus apóstoles, lo que dan los sinópticos: un descanso a su pasada actuación apostólica (Mc 6,30) y motivo de nuevas instrucciones. También influyó la orden que por aquellos días Antípas dio de decapitar al Bautista (Mt 14,12.13).
El lugar es vagamente precisado: fue a la región de Betsaida, región que estaba bajo la jurisdicción de Filipo, en la Gaulanítide.
«PECES»
Pone el término opsárion, diminutivo de ópson, que significa, originariamente, un alimento preparado sobre el fuego y que luego se toma con pan, sobre todo de carne o pescado. De esta palabra vino por el uso a ser sinónimo pescado, sobre todo en el contexto de Jn (Jn 21,9.10.13).
Estos pequeños «peces» acaso fuesen pescado seco en salazón o preparados ya para la venta. En esta época existía en Tariquea, al sur del lago, una factoría de salazón de pescado.
RECOGER EN CESTOS
El poeta latino Marcial llama a los judíos «cistíferos», o portadores de cestos, y Juvenal los describe como gentes cuyo ajuar son el cesto y el heno: «quorum cophinus foenumque suppellex«.
Era costumbre de los judíos recoger, después de la comida, los pedazos caídos a tierra. Había en esa costumbre un respeto religioso a Dios, dador del pan de cada día. El hecho de recogerse aquí las sobras del pan sobrante tiene una finalidad apologética, como se ve por referir este detalle los tres sinópticos: constatar Bien y garantizar el milagro. Pero aquí este recoger los restos podría responder a la tipología eucarística, tal como se lee en las Constituciones Apostólicas (1.8 c.3): «Cuando todos hayan comulgado, que los diáconos recojan lo que sobró y lo pongan en el pastoforia».
M. de Tuya, Biblia comentada: La multiplicación de los panes B.A.C., Madrid, 1964, pp. 1089-1092.
LA MISA DE TODOS LOS SIGLOS
Respecto de esto hay un hermoso testimonio, muy antiguo, brindado por un mártir del siglo segundo, san Justino, quien escribió al emperador pagano Antonino Pío hacia el año 155, describiendo lo que hacían los cristianos. Escuchemos su relato:
“El día que se llama del sol [domingo] se celebra una reunión de todos los que moran en las ciudades o en los campos, y allí se leen, en cuanto el tiempo lo permite, los Recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas.
Luego, cuando el lector termina, el presidente, de palabra, hace una exhortación e invitación a que imitemos esos bellos ejemplos.
Seguidamente, nos levantamos todos a una y elevamos nuestras preces por nosotros mismos, por el que acaba de ser iluminado [bautizado] y por todos los otros esparcidos por todo el mundo, suplicando se nos conceda, ya que hemos conocido la verdad, ser hallados por nuestras obras hombres de buena conducta y guardadores de lo que se nos ha mandado, y consigamos así la salvación eterna.
Terminadas las oraciones, nos damos mutuamente el ósculo de paz.
Luego, al que preside a los hermanos se le ofrece pan y un vaso de agua y vino, y tomándolos él tributa alabanzas y gloria al Padre del universo por el nombre de su Hijo y por el Espíritu Santo, y pronuncia una larga acción de gracias, por habernos concedido esos dones que de Él nos vienen. Y cuando el presidente ha terminado las oraciones y la acción de gracias, todo el pueblo presente aclama diciendo: Amén.
Y una vez que el presidente ha dado gracias y aclamado todo el pueblo, los que entre nosotros se llaman ‘ministros’ o diáconos, dan a cada uno de los asistentes parte del pan y del vino y del agua sobre el que se dijo la acción de gracias y lo llevan a los ausentes” (cf. 1345).
Tomado de Mengelle, E., Jesucristo, Misterio y Mysteria , IVE Press
CHISTE
En cierta ocasión un curilla joven diciendo el sermón se confundió y dijo “Con 5.000 panes y 5.000 peces el Señor dio de comer a 5 hombres”, como era joven nadie le dijo nada.
Al año siguiente lo dijo bien “Con cinco panes y dos peces Jesús dio de comer a más de 5.000 hombres”. Y desde las últimas filas un guasón salta “Evidentemente, con lo que sobró el año pasado”
– Camarero, oiga ¿este pan es de ayer?
– Si
- ¡Quiero pan que sea de hoy!
– Pues entonces tendrá que venir usted mañana…
POEMA
San Efrén en su “Diatessaron” intentó balbucear poéticamente algo del impacto que causa la escena:
“Los pedazos de pan, antes estériles e insignificantes,
gracias a la bendición de Jesús
–como seno fecundo de mujer–
dieron un fruto del cual hasta sobraron muchos pedazos”.
Tomado de P. Fidel Oñoro, cjm
ORACIÓN
LA LIMOSNA
Dame un trozo de paz, Señor, un trozo
de alegría pequeña, unas migajas
luminosas de amor.
Hoy he llegado
hasta tu puerta al fin cansado y pobre
para pedirte luz, para pedirte
tu limosna de paz, de dicha grande
de que estamos tan faltos, (tan mendigo
yo mismo de amor y convivencia
al lado de otros pobres
que lo ignoran u olvidan que lo son
y que ahora suplican en mi verso).
Dame un trozo de sorpresa muy frágil.
Un cestillo de paz y de querencia
para volver de nuevo por mis pasos
e irles repartiendo a los hombres
pan y amor y alegría para poder buscarte.
Valentín Arteaga
MEDITACIÓN
ALMA DESPRENDIDA
«Cualquiera de estas imperfecciones en que tenga el alma asimiento y hábito es tanto daño para poder crecer e ir adelante en la virtud, que si cayese cada día en otras muchas imperfecciones y pecados veniales sueltos, que no proceden de ordinaria costumbre de alguna mala propiedad ordinaria, no le impedirán tanto cuanto el tener el alma asimiento a alguna cosa.
Porque, en tanto que le tuviere, excusado es que pueda ir el alma delante en perfección, aunque la imperfección sea muy mínima. Porque eso me da que un ave esté asida a un hilo delgado que a un grueso; porque, aunque sea delgado, tan asida se estará a él como al grueso, en tanto que no le quebrará para volar. Verdad es que el delgado es más fácil de quebrar; pero, por fácil que sea, si no le quiebra, no volará.
Y así es el alma que tiene asimiento en alguna cosa, que, por más virtud tenga, no llegará a la libertad de la divina unión».
(S. Juan de la Cruz, citado por S. Alfonso Mª de Ligorio, «Práctica del amor a Jesucristo», cap. XI, p. 163)
Tomado de Anecdonet
CUENTA LA MADRE TERESA DE CALCUTA:
En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa, para contarnos el caso de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté qué había hecho con una de las dos raciones de arroz. Me respondió: “Ellos también tienen hambre”. Sabía que los vecinos de la puerta de al lado, musulmanes, tenían hambre. Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había comido desde hacía varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir. Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Yo respondo: “Cuando aprendamos a compartir. Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar”.
Tomado de MSC
CANTO
Papa Francisco Cuidar el Planeta
Jésed – Aqui hay un muchacho
Delegación para el Clero de Santiago de Compostela