Tiempo litúrgico de Cuaresma

a.    Origen y significado.

Posiblemente, al oír la palabra “Cuaresma”, uno empieza a pensar en: ayuno, abstinencia, limosna, penitencia, austeridad, etc.; parece un tiempo triste, sin embargo, debemos aproximarnos a este tiempo litúrgico dejando nuestros prejuicios de lado, haciendo nuestras las palabras del prefacio I de Cuaresma: Concedes a tus hijos anhelar, año tras año, la celebración de la Pascua, con alegría y conversión de corazón. Para que, dedicados con mayor entrega a la oración y al servicio de los hermanos, lleguemos a ser con mayor plenitud hijos tuyos con la celebración de los sacramentos que nos dan nueva vida.

Sabemos que los primeros cristianos sólo tenían una fiesta: el domingo; sin embargo, las comunidades cristianas pronto coincidieron en el deseo y en la necesidad de celebrar un día al año, con especial solemnidad, la Pascua del Señor. Ese día correspondería, más o menos, con los días de la muerte y resurrección del Señor; y, también, con la Pascua judía, la cual se rige por el calendario lunar. Esta solemne celebración suscitó inmediatamente una preparación, que inicialmente se limitó a lo que ahora conocemos por viernes santo y sábado santo, luego fue una semana, pronto tres, finalmente cuarenta días –haciendo alusión a los cuarenta días del diluvio, a los cuarenta años por el desierto del pueblo de Israel, pero, sobre todo, a los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de ser tentado.

Podemos afirmar que el nacimiento de la Cuaresma tiene lugar durante el siglo IV, según el testimonio de Eusebio (332). Durante ese mismo siglo se consolida, tanto en Oriente como en Occidente; aunque posteriormente, sobre todo en la Edad Media, ha variado el número de días: Cuadragésima, Quincuagésima, Sexagésima e incluso Septuagésima. En cualquier caso, la Cuaresma Romana tradicional tiene un triple componente: la preparación pascual de la comunidad cristiana, el catecumenado y la penitencia canónica.

b.    Características y peculiaridades de este tiempo.

El tiempo de Cuaresma según la Carta Apostólica Mysterii Paschalis de Pablo VI, con la que se aprueban las normas generales del Año Litúrgico y del nuevo Calendario Universal:

27. El tiempo de Cuaresma esta ordenado a la preparación de la celebración de Pascua. En efecto, la liturgia cuaresmal dispone a la celebración del Misterio Pascual, tanto a los catecúmenos, haciéndolos pasar por los diversos grados de la iniciación cristiana, como a los fieles, que recuerdan el bautismo y hacen penitencia.
28. El tiempo de Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, exclusive. Desde el comienzo de Cuaresma hasta la Vigilia Pascual no se dice Aleluya. El miércoles que comienza la Cuaresma, que es en todas partes día de ayuno, se imponen las cenizas.
30. Los domingos de este tiempo se llaman: primer, segundo, tercer, cuarto, quinto, domingo de Cuaresma. El sexto domingo, con el que comienza la Semana Santa, se llama «Domingo de Ramos de la Pasión del Señor».
31. La Semana Santa está destinada a conmemorar la Pasión de Cristo desde su entrada mesiánica en Jerusalén. Durante la mañana del Jueves Santo, el Obispo que concelebra la Misa con su presbiterio, bendice los óleos sagrados y consagra el santo crisma.

A parte de estas características, cabe destacar algunas peculiaridades de este tiempo:

– Miércoles de ceniza: tiene un origen antiguo (s. XII) y se impone diciendo: “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás” (Gn 3,19); o “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1,19). Su origen está en las antiguas penitencias medievales, sin embargo sigue vivo su simbolismo: a) condición débil y caduca del hombre; b) condición pecadora; c) oración de súplica al Señor; d) esperanza en la resurrección.

– Austeridad en el espacio litúrgico: ornamentos, flores, música…

– Limosna: es dar de lo nuestro a quien lo necesite, no solo dinero.

– Oración: vivir con más intensidad personal nuestra relación con Dios.

– Ayuno: significa adquirir libertad, tener la voluntad de abstenernos de algo.

c.     ¿Música sí o no?

El tiempo de Cuaresma es un tiempo claramente austero. Esto no quiere decir que hagamos desaparecer la música de nuestras celebraciones; pero sí debemos estar atentos –como en todos los tiempos litúrgicos– al repertorio que seleccionamos. Algún criterio fundamental para esta selección debe ser:

– NO se canta el Gloria (excepto en alguna solemnidad, ej.: san José)

– NO se canta el Aleluya, debe ser sustituida por otra aclamación

– NO se debe interpretar música instrumental (excepto el domingo IV – Laetare). En este tiempo se limita el uso de los instrumento para sostener el canto.

– El primer domingo de Cuaresma se podría iniciar la celebración con la letanía de los santos.

– La oración de los fieles se podría resaltar cantando como respuesta: Kyrie eleison

– El Attende, Domine es típico y modélico como canto cuaresmal. El olvidarlo sería una pérdida; al igual que la antífona mariana Ave Regina Caelorum.
(Orientaciones del Directorio Litúrgico-Pastoral de la CEE)

Delegación Diocesana de Liturxia