Testimonio: Miguel Ángel Cruz, capellán del CHUAC

1.- ¿Cómo ves el ambiente del hospital a día de hoy?


El hospital actualmente se encuentra volcado en la tarea de restaurar
la salud a los enfermos contagiados de coronavirus, sin descuidar las
otras áreas necesarias para seguir atendiendo a la población en general.
Se observa una adaptación a este nuevo ritmo de trabajo, una vez
pasados los primeros momentos de incertidumbre. Al principio existía
escasez de material anticontagios, pero ese tema se ha ido subsanando.
No han existido en ningún momento obstáculos para que los capellanes
podamos atender a los enfermos, dotándonos siempre del EPI necesario.



2.- Lo que más agradecen las familias


A las familias que solicitan el Servicio Religioso para sus
familiares enfermos les consuela el saber que ha sido atendido. Las
condiciones de aislamiento de estos enfermos dificultan que podamos
mantener relación con los familiares, pues no se encuentran en el
hospital, sino en sus domicilios esperando información.



3.- ¿Cómo habrá que afrontar en los centros sanitarios la reincorporación a las calles?


El regreso a la normalidad será lento, pero se conseguirá. La
atención a las familias de los difuntos deberá llevarse a cabo en la
comunidad parroquial, puesto que después del fallecimiento se pierde
contacto con el hospital. Serán las parroquias las que mediante los
funerales y el acompañamiento tendrán que ayudar a las familias a vivir
esas despedidas que no se han podido realizar, a orar por los difuntos, a
colaborar para que las familias realicen el duelo correspondiente.

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