CITA
san Ireneo «Por tanto, la vida eterna es la vida misma de Dios y a la vez la vida de los hijos de Dios» (cf. san Ireneo, Adversus haereses IV, 20, 7)» (Evangelium vitae, 38).
San Agustín: “Entiendes la Trinidad si vives la caridad”.
“Cesen las palabras, calle la lengua; despiértese y levántese hacia allí el corazón.” Sermón 53. La Trinidad
Lo que existe en ti puedes conocerlo; pero ¿cómo podrás conocer lo que existe en quien te creó, sea lo que sea? Sermón 53. La Trinidad
«Si lo comprendes no es Dios». Sermón 117
“Conózcate a ti, Conocedor mío, conózcate a ti como Tu me conoces”.
Basilio Magno «Por el Espíritu se nos restituye el Paraíso, por Él podemos subir al Reino de los cielos, por Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da la confianza de llamar a Dios con el nombre de Padre, la participación de la gracia de Cristo, el derecho de ser llamados hijos de la luz, el ser partícipes de la gloria eterna y, para decirlo todo de una vez, la plenitud de toda la bendición, tanto en la vida presente como en la futura. Por Él podemos contemplar como en un espejo, cual si estuvieran ya presentes, los bienes prometidos que nos están preparados y que por la fe esperamos llegar a disfrutar» (Sobre el Espíritu Santo 15,35-36).
San Gregorio Nacianceno “No he comenzado a pensar en la Unidad cuando ya la Trinidad me baña con su esplendor. No he comenzado a pensar en la Trinidad cuando ya la Unidad me posee de nuevo” ().
San León Magno: “¡Reconoce, cristiano tu dignidad ¡ Y puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no vuelvas con tu comportamiento indigno a las antigua vilezas.” (PL.,54)
En esto consiste, en efecto, el vigor de los espíritus verdaderamente grandes, esto es lo que realiza la luz de la fe en las almas verdaderamente fieles: creer sin vacilación lo que no ven nuestros ojos, tener fijo el deseo en lo que no puede alcanzar nuestra mirada. Tratado 74, 1-2: CCL 138A 455-457
San Ambrosio «Tú has sido bautizado en nombre de la Trinidad. Has profesado -no lo olvides- tu fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Vive conforme a lo que has hecho» (Sobre los Misterios 21 y 38).
«Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la vida, allí está el reino» (Expositio evangelii secundum Lucam 10,121). (n. 1025).
San Gregorio Nacianceno «Ante todo, guardadme este buen depósito, por el cual vivo y combato, con el cual quiero morir, que me hace soportar todos los males y despreciar todos los placeres: quiero decir la profesión de fe en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Os la confío hoy. Por ella os introduciré dentro de poco en el agua y os sacaré de ella. Os la doy como compañera y patrona de toda vuestra vida. Os doy una sola Divinidad y Poder, que existe Una en los Tres, y contiene los Tres de una manera distinta. Divinidad sin distinción de substancia o de naturaleza, sin grado superior que eleve o grado inferior que abaje… Es la infinita connaturalidad de tres infinitos. Cada uno, considerado en sí mismo, es Dios todo entero… Dios los Tres considerados en conjunto… No he comenzado a pensar en la unidad cuando ya la Trinidad me baña con su esplendor. No he comenzado a pensar en la Trinidad cuando ya la unidad me posee de nuevo».
San Atanasio El Padre es quien da, por mediación de aquel que es su Palabra, lo que el Espíritu distribuye a cada uno. Carta 1 a Serapión, 28-30: PG 26, 594-595. 599 – Liturgia de las Horas,
San Cipriano de Cartago, «¡Cuál no será tu gloria y tu dicha!: Ser admitido a ver a Dios, tener el honor de participar en las alegrías de la salvación y de la luz eterna en compañía de Cristo, el Señor tu Dios […], gozar en el Reino de los cielos en compañía de los justos y de los amigos de Dios, las alegrías de la inmortalidad alcanzada» (Epistula 58, 10).
Santo Tomás pone el ejemplo, extraordinariamente gráfico y expresivo, del hierro candente que, sin perder su propia naturaleza de hierro, adquiere las propiedades del fuego y se hace fuego por participación.
«No se dice que poseamos sino aquello de que libremente podemos usar y disfrutar. Ahora bien, sólo por la gracia santificante tenemos la potestad de disfrutar de la persona divina («potestatem fruendi divina persona»).Antonio Royo Marín, O.P. : La inhabitación trinitaria en el alma del justo Teología de la perfección cristiana, BAC, Madrid, 2008,
San Antonio de Padua «El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son de la misma sustancia y de una inseparable igualdad. La unidad reside en la esencia, la pluralidad en las personas».
Santa Teresa. “Estando una vez rezando el “Quicumque vult”, se me dio a entender la manera cómo era un solo Dios y tres Personas tan claro, que yo me espanté y me consolé mucho. Hízome grandísimo provecho para conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas, y para cuando o pienso o se trata de la Santísima Trinidad, parece entiendo cómo puede ser, y esme mucho contento”. (Vida)
S. Juan de la Cruz La Trrinidad es el “más grande de los Santos”
Santa Catalina de Siena «Con la luz de la inteligencia gusté y vi en tu luz tu abismo, eterna Trinidad, y la hermosura de tu criatura, pues, revistiéndome yo misma de ti, vi que sería imagen tuya» ()
«En tu naturaleza, deidad eterna, conoceré mi naturaleza».
Sor Isabel de la Trinidad «Que nada pueda turbar mi paz ni hacerme salir de Vos, ¡oh mi Inmutable! sino que cada minuto me lleve más lejos en la profundidad de vuestro misterio».
San Josemaría Escrivá: Querría deciros pocas cosas, pero muy claras. Y una de éstas es que para llegar a la Trinidad Beatísima paso por María, y por María llego hasta Jesús.
Concilio Vaticano I «misterios escondidos en Dios, que si no son revelados, no pueden ser conocidos» (Const. Dei Filius, De Fide cath., IV).
«Los divinos misterios por su naturaleza superan el entendimiento creado de tal modo que, aún entregados mediante la revelación y acogidos por la fe, sin embargo permanecen cubiertos por el velo de la misma fe y envueltos por una especie de oscuridad, mientras en esta vida mortal «estamos en destierro lejos del Señor, porque caminamos en fe y no en visión» (2 Cor 5, 6)» (ib.).
Gloria tibi, Trinitas, aequalis, una Deitas, et ante omnia saecula et nunc et in perpetuum! «Gloria a ti, Trinidad, en la igualdad de las Personas, único Dios, antes de todos los siglos, ahora y por siempre» (Primeras Vísperas de la solemnidad de la santísima Trinidad).
Catecismo, 200 “La fe cristiana confiesa que hay un solo Dios, por naturaleza, por sustancia y por esencia”
233: Los cristianos son bautizados en «el nombre» del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y no en «los nombres» de éstos, pues no hay más que un solo Dios, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la Santísima Trinidad.
El misterio central de la fe
234: El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la «jerarquía de las verdades de fe». «Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con ellos».
237: La Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los «misterios escondidos en Dios, que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto». Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su ser trinitario en su obra de Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo.
242: Después de ellos, siguiendo la tradición apostólica, la Iglesia confesó en el año 325 en el primer Concilio Ecuménico de Nicea que el Hijo es «consubstancial» al Padre, es decir, un solo Dios con Él. El segundo Concilio Ecuménico, reunido en Constantinopla en el año 381, conservó esta expresión en su formulación del Credo de Nicea y confesó «al Hijo Único de Dios, engendrado del Padre antes de todos los siglos, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, consubstancial al Padre».
249 La verdad revelada de la Santísima Trinidad ha estado desde los orígenes en la raíz de la fe viva de la Iglesia, principalmente en el acto del Bautismo. Encuentra su expresión en la regla de la fe bautismal, formulada en la predicación, la catequesis y la oración de la Iglesia. Estas formulaciones se encuentran ya en los escritos apostólicos, como este saludo recogido en la liturgia eucarística: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co 13,13; cf. 1 Co 12,4-6; Ef 4,4-6).
253 La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: “la Trinidad consubstancial” (Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: “El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza” (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). “Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina” (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804).
254 Las Personas divinas son realmente distintas entre sí. “Dios es único pero no solitario” (Fides Damasi: DS 71). “Padre”, “Hijo”, Espíritu Santo” no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: “El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo” (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). Son distintos entre sí por sus relaciones de origen: “El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede” (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). La Unidad divina es Trina.
255 Las Personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: “En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia” (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528). En efecto, “en Dios todo es uno, excepto lo que comporta relaciones opuestas” (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1330). “A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo” (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331).
Pablo VI «Credo del Pueblo de Dios» confirma la fe de la Iglesia primitiva cuando proclama: «Los mutuos vínculos que constituyen eternamente las tres Personas, que son cada una el único e idéntico Ser divino, son la bienaventurada vida íntima de Dios tres veces Santo, infinitamente más allá de todo lo que nosotros podemos concebir según la humana medida (cf. D.-Sch. 804)» (Insegnamenti di Paolo VI, 1968, pág. 303): realmente, ¡inefable y santísima Trinidad – único Dios!
San Juan Pablo II “Por el bautismo hemos sido injertados en la comunión trinitaria. Todo cristiano es bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; es inmerso en la vida de Dios. ¡Qué gran don y gran misterio!” Homilía (25-05-1997)
Benedecto XVI La prueba más fuerte de que hemos sido creados a imagen de la Trinidad es esta: sólo el amor nos hace felices, porque vivimos en relación, y vivimos para amar y ser amados. Utilizando una analogía sugerida por la biología, diríamos que el ser humano lleva en su «genoma» la huella profunda de la Trinidad, de Dios-Amor. Ángelus (07-06-2009)
«El Dios misterioso no es una soledad infinita; es un acontecimiento de amor. Padre e Hijo son uno en el Espíritu, que es, por decirlo así, la atmósfera del dar y del amar que hace de ellos un único Dios» ()
“La doctrina de la Trinidad no pretende haber comprendido a Dios. Es expresión de los límites, gesto reprimido que indica algo más allá”.
“Todo intento de aprehender a Dios en conceptos humanos lleva al absurdo. En rigor, sólo podemos hablar de Él cuando renunciamos a comprenderlo y lo dejamos tranquilo”.
Papa Francisco, La Santísima Trinidad no es el producto de razonamientos humanos; es el rostro con el que Dios mismo se ha revelado, no desde lo alto de una cátedra, sino caminando con la humanidad. Es justamente Jesús quien nos ha revelado al Padre y quien nos ha prometido el Espíritu Santo. Domingo 26 de mayo de 2013
Mons. Rubén Oscar Frassia Lo propio del Padre es crearnos, lo propio del Hijo es redimirnos y lo propio del Espíritu Santo es santificarnos.
T. Merton «¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado si permanecemos abiertos unos a otros, tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plena y totalmente, te aceptamos a ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, porque nuestro ser es tu ser, nuestro espíritu está enraizado en tu espíritu.» ()
Javier Echevarría, El Padre y el Hijo envían al Espíritu Santo a nuestras almas, para que seamos hijos de Dios y corredentores con Cristo, para que participemos continuamente de la vida divina (Carta 14.II.1997, n. 12).
José Antonio Pagola La mejor manera de creer en el Dios trinitario no es tratar de entender las explicaciones de los teólogos, sino seguir los pasos de Jesús, que vivió como Hijo querido de un Dios Padre y que, movido por su Espíritu, se dedicó a hacer un mundo más amable para todos.
Rainiero Cantalamessa En la aurora de la vida, fuimos bautizados «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» y al final, junto a nuestra cabecera, se recitarán las palabras: «Marcha, oh alma Cristiana de este mundo, en el Nombre de Dios, el Padre omnipotente que te ha creado, en el nombre de Jesucristo que te ha redimido, y en el nombre del Espíritu Santo que te santifica».
Cuando uno está en la orilla de un lago o de un mar y se quiere saber lo que hay del otro lado, lo más importante no es agudizar la vista y tratar de otear el horizonte, sino subirse a la barca que lleva a esa orilla. Con la Trinidad, lo más importante, no es elucubrar sobre el misterio, sino permanecer en la fe de la Iglesia, que es la barca que lleva a la Trinidad.
P. Varillon: “Pienso que si Dios no fuera Trinidad, yo sería probablemente ateo… En cualquier caso, si Dios no es Trinidad, yo no comprendo absolutamente nada”.
Maestro Eckhart: «Si le dieras gracias a Dios por todas las alegrías que Él te da, no te quedaría tiempo para lamentarte». José Antonio Pagola, Arturo Asensio Moruno, El camino abierto por Jesús. Juan
UNIDAD: Fdz. De Carvajal
“La caridad es madre de la unidad”
No están todos los herejes por toda la tierra, pero hay herejes en toda la superficie de la tierra. Hay una secta en Africa, otra herejía en Oriente, otra en Egipto, otra en Mesopotamia. En países diversos hay diversas herejías, pero todas tienen por madre la soberbia, como nuestra única madre católica engendró a todos los fieles cristianos repartidos por el mundo. No es extraño, pues, que la soberbia engendre división, mientras la caridad es madre de la unidad (SAN AGUSTIN, Sermón 46, sobre los pastores).
Cuando nuestras ideas nos separan de los demás, cuando nos llevan a romper la comunión, la unidad con nuestros hermanos, es señal clara de que no estamos obrando según el espíritu de Dios (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,17).
Colaborad mutuamente unos con Otros, luchad unidos, corred juntamente, sufrid con las penas de los demás, permaneced unidos en espíritu aun durante el sueño, así como al despertar, como administradores que sois de Dios, como sus asistentes y servidores (SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Carta a 5. Policarpo de Esmirna).
Si alguno de vosotros sigue a alguien que fomenta los cismas no poseerá el reino de Dios; el que camina con un sentir distinto al de la Iglesia no tiene parte en la pasión del Señor (SAN IGNACIO DE Antioquia, Carta a los de Filadelfia,1).
CONTO
Hay una sugerente leyenda que nos narra, cómo un peregrino, camino de un santuario llamó a una casa y preguntó por el dueño del hogar. Uno de los hijos, le respondió, tranquilo; dígame lo que vd. desee que, aquí, los tres decidimos. Aquí, los tres, pensamos de igual manera.
Tomado de Javier Leoz
EL EXPLORADOR
El explorador había regresado junto a los suyos, que estaban ansiosos por saberlo todo acerca del Amazonas.
Pero ¿cómo podía él expresar con palabras la sensación que había inundado su corazón cuando contempló aquellas flores de sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que sintió en su corazón cuando se dio cuenta del peligro de las fieras o cuando conducía su canoa por las inciertas aguas del río? Y les dijo:
— «Id y descubridlo vosotros mismos. Nada puede sustituir al riesgo y a la experiencia personales». Pero, para orientarles, les hizo un mapa del Amazonas.
Ellos tomaron el mapa y lo colocaron en el Ayuntamiento. E hicieron copias de él para cada uno. Y todo el que tenía una copia se consideraba un experto en el Amazonas, pues ¿no conocía acaso cada vuelta y cada recodo del río, y cuán ancho y profundo era, y dónde había rápidos y dónde se hallaban las cascadas? El explorador se lamentó toda su vida de haber hecho aquel mapa. Habría sido preferible no haberlo hecho.
Tomado de P, Diego Millán
RUISEÑOR
Un sabio gurú de la India se reunió con sus discípulos. Luego un discípulo le preguntó a quemarropa:
Maestro dinos pues ¿si no hay pruebas contundentes por qué crees tú que existe Dios?
El gurú dirigió su mirada hacia el horizonte, detrás de los árboles se oía el bello canto de un ruiseñor y contestó:
Dios es como esa ave que se esconde detrás de los árboles; no podemos verla, pero sabemos que está ahí porque oímos su canto.
Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías
ANÉCDOTA
FORMACIÓN DEL DOGMA TRINITARIO
La verdad sobre Dios uno y trino es el más profundo misterio de la fe y también el más difícil de comprender: se presentaba, pues, la posibilidad de interpretaciones equivocadas, especialmente cuando el cristianismo se puso en contacto con la cultura y la filosofía griega. Se trataba de «inscribir« correctamente el misterio del Dios trino y uno «en la terminología del ‘ser’ «, es decir, de expresar de manera precisa en el lenguaje filosófico de la época los conceptos que definían inequívocamente tanto la unidad como la trinidad del Dios de nuestra Revelación.
Esto sucedió ante todo en los dos grandes Concilios Ecuménicos de Nicea (325) y de Constantinopla (381). El fruto del magisterio de estos Concilios es el «Credo» niceno-constantinopolitano, con el que, desde aquellos tiempos, la Iglesia expresa su fe en el Dios uno y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Recordando la obra de los Concilios, hay que nombrar a algunos teólogos especialmente beneméritos, sobre todo entre los Padres de la Iglesia. En el período pre-niceno citamos a Tertuliano, Cipriano, Orígenes, Ireneo, en el niceno a Atanasio y Efrén Sirio, en el anterior al Concilio de Constantinopla recordamos a Basilio Magno, Gregorio Nacianceno y Gregorio Niseno, Hilario, hasta Ambrosio, Agustín, León Magno.
Del siglo V proviene el llamado Símbolo atanasiano, que comienza con la palabra «Quicumque», y que constituye una especie de comentario al Símbolo niceno-constantinopolitano.
El «Credo del Pueblo de Dios» de Pablo VI confirma la fe de la Iglesia primitiva cuando proclama: «Los mutuos vínculos que constituyen eternamente las tres Personas, que son cada una el único e idéntico Ser divino, son la bienaventurada vida íntima de Dios tres veces Santo, infinitamente más allá de todo lo que nosotros podemos concebir según la humana medida (cf. D.-Sch. 804)» (Insegnamenti di Paolo VI, 1968, pág. 303): realmente, ¡inefable y santísima Trinidad – único Dios!
Tomado de San Juan Pablo II, (09-10-1985)
LA FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Comenzó a celebrarse en algunos monasterios benedictinos ya en el siglo IX. Antes San Benito de Aniano había redactado un formulario litúrgico en honor de la Santísima Trinidad para el Suplemento del Sacramentario Gregoriano-Adriano. Esta fiesta se extendió a varias diócesis de Francia y Alemania. En 1334 Juan XXII la extendió a toda la Iglesia.
Tomado de Manuel Garrido Bonaño:
Año Litúrgico Patrístico Tomo III
ALBÓNDIGAS TEOLÓGICAS
Con una sorprendente comparación, no recuerdo quién, comentaba que las fórmulas dogmáticas de los concilios son como “albóndigas teológicas”: Bien picadas y calentitas, pueden resultar muy digestivas, apetitosas y alimenticias. Pero si, después de haber estado en el horno, se han quedado frías, pueden resultar incluso indigestas, por muy buena carne que lleven. Y sería absurdo empeñarse en metérselas a la gente en la boca, por la simple razón de que, cuando fueron hechas hicieron, estaban buenísimas.
Tomado de Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
AROMA DE LA ROSA
Discutía un grupo de alumnos en qué consistía exactamente eso del ‘Dios Trinidad’. Cuando llegó el maestro, todos se abalanzaron sobre él, pidiéndole explicaciones. Él les dijo: ¿Quién de vosotros ha sentido alguna vez el aroma de una rosa? “Todos”, le contestaron al unísono. Y de nuevo preguntó: ¿Quién de vosotros puede describírnosla?
Tomado de Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
SAN AGUSTÍN
Se pasó veinte años meditando y escribiendo, interrumpidamente, sobre este misterio. Así publicó, al fin, el amplio tratado –catorce libritos—sobre la Trinidad, un libro que, según él mismo nos dice, lo comenzó de joven y lo terminó siendo viejo. Durante esos veinte años, más de una vez interrumpió el trabajoso y fatigoso estudio, porque pensaba que debía ocuparse en otros trabajos que eran más útiles para un número mayor de personas y porque creía que rara es la persona que cuando habla de la Santísima Trinidad sepa de qué cosa habla.
Tomado de Gabriel González del Estal
LE OCUPAMOS PARA TODO
Un misionero español del Ecuador, estando de vacaciones en España dijo: “Aquí Dios no tiene mucho que hacer. Allá (en Ecuador), sí, porque le ocupamos para todo, es el centro de nuestra vida. Allá le necesitamos para todo, le encomendamos todo, le confiamos todo”. Sin embargo, en otras latitudes la percepción es muy diferente. El teólogo Buber, hablando de nuestra sociedad desarrollada, afirma que ésta “sufre un eclipse de Dios”. Es decir, que a Dios no se le ve o no le vemos porque le ocultan o se interponen otros valores, otros intereses. Un dato sorprendente: mucha gente, tanto muchachos como adultos, hombres como mujeres, jamás se atreverían a rezar en público, a citar el nombre de Dios en una plegaria, sin embargo no tienen el menor reparo, ni sienten la menor vergüenza para lanzar públicamente y en tono alto unas categóricas blasfemias contra Dios.
Tomado de J.L. Sicre
LA ORACION DE COMENDACION
Para el moribundo tiene gran belleza y poder. Me gustaria citarla este domingo. Dice mucho sobre nuestra relacion con la Santisima Trinidad – Padre, Hijo y Espiritu Santo. Aqui hay las palabras iniciales de la oracion:
Alma cristiana, al salir de este mundo, marcha en el nombre de Dios Padre Todopoderoso que te creó; en el nombre de Jesucristo Hijo de Dios vivo, que murió por ti; en el nombre del Espíritu Santo que descendió sobre ti. marcha, alma cristiana.
Tomado de Padre Felipe Bloom
SANTA ROSA DE LIMA Y LAS TRES CLAVELINAS
Un milagro hermoso lo cuenta Catalina de santa María. Rosa debía adornar el anda de santa Catalina de Siena. Y, estando la bendita Rosa y esta testigo en la huerta de casa de su padre mirando todas las matas de los claveles, no vieron en ninguno de ellos ni botón ni vara, porque no era tiempo de ellos ni los podía haber. Y la bendita Rosa dijo: “Si Dios Nuestro Señor nos diese a honra de la Santísima Trinidad tres clavelinas para la santa imagen, del todo sería galana”. Y, al día siguiente, que debían celebrar la fiesta de la santa, por la mañana, dijo la bendita Rosa a esta testigo que fuese a la huerta. Esta testigo le dijo: “Hermana, si ayer paseamos la huerta y vimos las matas y ninguna de ellas tenía clavelina alguna, ¿cómo me envía por ellas? Y la bendita Rosa le respondió: “Válgame Dios, hermana de mi corazón, vaya por ellas que Dios nos las ha dado”. Y esta testigo fue y halló tres clavelinas en una vara y muy hermosísimas. Y esta testigo quedó admirada.
Tomado de Anecdonet
SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD
María Isabel Catez es la santa Isabel de la Trinidad , nació en Bourges, Francia, el 18 de Julio de 1880. No había cumplido aún 14 años, cuando escogió a Cristo por único Esposo. Ya desde niña tenía una gran piedad. Estudió piano y obtuvo muchos premios, y tuvo varias oportunidades para casarse, pero más tarde escribirá: ” Mientras bailaba como las demás y tocaba piano, mi corazón estaba entero en el Carmelo que me llamaba “.
Isabel de la Trinidad se puso ese nombre por su gran amor a Los TRES, como ella gustaba llamar a la Santísima Trinidad. El 19 de abril de 1891 hizo su Primera Comunión. He aquí un bello testimonio: ” Iba a cumplir catorce años cuando un día, mientras la acción de gracias, sentirme irresistiblemente impelida a escogerle por único Esposo, y sin dilación me uní a El por el voto de virginidad “. ” Otra vez, después de la Sagrada Comunión pareció me que la palabra Carmen sonaba dentro de mi alma y desde entonces no pensé mas que en esconderme entre las rejas “.
Veía que en su nación la fe y el amor a Jesucristo dejaban mucho que desear. Para reparar en algo tanto mal, se ofreció como víctima por el bien y santificación de Francia y del mundo, cuando todavía era una adolescente.
En 1901 ingresó en el Carmelo de Dijon a donde se había trasladado su familia. Desde el principio se entregó de lleno a su vocación, a la que amara con toda su alma. Escribía a una futura vocación al Carmelo: ” El Carmelo es un ángulo del paraíso. Se vive en silencio, en soledad, solo para Dios… La vida de una carmelita es una perpetua comunión con Dios… Si El no llenara nuestras celdas y nuestros claustros ¡que vacíos estarían! Mas le vemos a El en todas las cosas, porque le llevamos dentro de nosotras mismas, y nuestra vida es un cielo anticipado. .. ¡Si supieses que feliz me hallo! … Para la carmelita no hay más que una ocupación: amar y orar… Vivir con El, en esto consiste la vida del Carmelo: Me abraso de celo por el Señor Dios de los Ejércitos… Vive el Señor Dios de Israel, en cuya presencia me encuentro… La Regla del Carmelo… ya vera algún dia qué bella es… “.
Así de enamorada estaba de la vida que habla abrazado Sor Isabel, que añadirá a su nombre uno nuevo: Laus Gloriae , Alabanza de la Gloria, de la Santísima Trinidad quiere ser siempre Isabel.
El 21 de septiembre de 1904, después de la renovación de los votos, al impulso de una gracia eficaz, compuso la célebre oración a la Santísima Trinidad, por tantas almas repetida.
Oración a la Santísima Trinidad
Dios mío, Trinidad que adoro,
ayúdame a olvidarme
enteramente de mí mismo
para establecerme en ti,
inmóvil y apacible
como si mi alma estuviera
ya en la eternidad;
que nada pueda turbar mi paz,
ni hacerme salir de ti, mi inmutable,
sino que cada minuto me lleve más lejos
en la profundidad de tu Misterio.
Pacifica mi alma.
Haz de ella tu cielo,
tu morada amada y el lugar de tu reposo.
Que yo no te deje jamás solo en ella,
sino que yo esté allí enteramente,
totalmente despierta en mi fe,
en adoración, entregada sin reservas
a tu acción creadora.
Amén
Santa Isabel de la Trinidad
Sufrió una enfermedad dolorosa y terrible. El 9 de Noviembre de 1906 se cumplió su deseo: ” Jesús, mi alma te busca, quiero ser pronto tu esposa. Contigo quiero sufrir, y para encontrarte quiero morir “. Marchaba a gozar de las Tres divinas Personas, con su último cántico: ” Me voy a la luz, al amor, a la vida “.
El Papa Juan Pablo II la beatificó el 25 de Noviembre de 1984.
El célebre Cardenal Mercier, de paso por Dijon quiso venerar el sepulcro de la entonces sierva de Dios Isabel de la Trinidad. Al explicarle la Madre Priora que sólo había sido seis años escasos religiosa carmelita, exclamó:-” ¡Aquí se llega a ser santas muy deprisa !”.
Pensamientos de Sor Isabel de la Trinidad
– Vivamos con Dios como con un amigo, tengamos una fe viva para estar en todo unidos a Dios .
– Dios en mí, yo en Él, he ahí mi vida… ¡Oh Jesús, haz que nada pueda distraerme de ti, ni las preocupaciones, ni las alegrías, ni los sufrimientos, que mi vida sea una oración continua .
– El Amor habita en nosotros, por ello mi vida es la amistad con los Huéspedes que habitan en mi alma, éstos son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo .
– Que mi vida sea una alabanza de gloria para las tres divinas Personas .
– Anhelo llegar al cielo, no solamente pura como ángel, sino transformada en Jesucristo crucificado .
– La adoración es un silencio profundo y solemne en que se abisma el que adora, confesando el todo del Dios Uno y Trino, y la pequeñez de la creatura.
– Nuestra adoración debe unirse a la otra adoración más perfecta: la adoración de Jesucristo, quien adora a Dios Padre en el Espíritu Santo, quien se ofrece como hostia viva .
– Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme enteramente de mí misma para vivir en ti .
– Te adoro Padre fecundo, te adoro Hijo que nos ayudas a ser hijos del Padre, te adoro Santo Espíritu que sales del Padre y del Hijo .
– Morir a mí misma en cada instante, para vivir plenamente en Cristo .
– Quiero ser una morada de Dios buscando que mi corazón viva en la Trinidad… Un alma en estado de gracia es una casa de Dios, en donde habita Dios mismo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
– Oh Trinidad amada tú habitas en mi alma, y yo lo he ignorado .
– Todo pasa. En la tarde la vida, sólo el amor permanece… Es necesario hacerlo todo por amor. Es necesario olvidarse de uno para vivir en Dios .
– El Señor está en mí y yo en Él, mi vida en el tiempo no es otra que amarle y dejarme amar; despertar en el Amor, moverme en el Amor, dormirme en el Amor .
– El Señor nos invita a permanecer en Él, orar en Él, adorar en Él, amar en Él, trabajar en Él, vivir en Él .
– No debemos detenernos ante la cruz, sino acogerla con fe y descubrir que es el medio que nos acerca al Amor divino .
– He encontrado el cielo en la tierra, porque el cielo es Dios, y Dios está en mi alma
Tomado de MSC
CHISTE
AHORA LO SABRÁN
«Un día -dijo un pedagogo inglés- visitando una escuela vi a una niña de seis años concentradísima dibujando, me acerqué a ella y le pregunté: “¿Qué dibujas?” Y me contestó: “La cara de Dios” ¡…! “Nadie sabe cómo es” observé. “Mejor -dijo ella, sin dejar de dibujar-, ahora lo sabrán».
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE DIOS Y UN VASCO?
Que Dios está en todas partes… y el vasco ya ha estao!!!
POEMA
Y si acaso no supieres
dónde me hallarás en Mí,
no andes de aquí para allí,
sino si hallarme quisieres
A Mí has de buscarme en ti.
Santa Teresa de Jesús: Alma,buscarte has de mí
“Bien sé que tres en una sola agua viva
residen, y una de otra se deriva,
aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche”.
San Juan de la Cruz, de La Fonte
ORACIÓN
ORACIÓN CRISTIANA ECUMÉNICA
Dios nuestro, Trinidad de amor,
desde la fuerza comunitaria de tu intimidad divina
derrama en nosotros el río del amor fraterno.
Danos ese amor que se reflejaba en los gestos de Jesús,
en su familia de Nazaret y en la primera comunidad cristiana.
Concede a los cristianos que vivamos el Evangelio
y podamos reconocer a Cristo en cada ser humano,
para verlo crucificado en las angustias de los abandonados
y olvidados de este mundo
y resucitado en cada hermano que se levanta.
Ven, Espíritu Santo, muéstranos tu hermosura
reflejada en todos los pueblos de la tierra,
para descubrir que todos son importantes,
que todos son necesarios, que son rostros diferentes
de la misma humanidad que amas.
Papa Francisco
TRES QUE ERAN UNO: DIOS
Tres canales, distintos, pero con el mismo agua
Tres árboles, distintos, pero de la misma madera
Tres estrellas, distintas, pero con idéntico destello
Tres flores, distintas, pero con igual fragancia
Tres corazones, diferentes, pero con igual ritmo
Tres labios, distintos, pero con iguales palabras
¡Santísima Trinidad!
Tres mentes distintas, con un mismo pensamiento
Tres personas distintas, con igual naturaleza
Tres notas distintas, con un mismo sonido
Tres noches diferentes, con idéntica luna
Tres días distintos, con igual sol
Tres seres distintos, con una sola alma
¡Santísima Trinidad!
Sólo el amor, sólo el amor,
es capaz de ensamblar y de hacer posible
el misterio Trinitario.
Sólo, el amor, puede ser el bien
más pleno y más rico de la vivencia de la Trinidad.
¿Por qué –siendo tres personas distintas- un solo Dios?
¿Por qué –siendo nosotros tan distintos- nos sentimos como si fuésemos miles de dioses en el mundo?
Entre otras cosas, porque nos falta lo que a Dios le sobra: el amor trinitario
Javier Leoz
MEDITACIÓN
TRINIDAD
Ser uno mismo
y estar en los otros.
Vivir en una soledad
poblada.
Forjar vínculos
indestructibles.
Abrazar sin invadir.
Amar sin anular.
Comunicar sin agotar.
Ser uno mismo
Ser nosotros.
Crear mundos,
inspirar sueños,
restañar heridas.
Desplegar la vida
en el tiempo.
hablar en el trueno
y el susurro,
ser batalla sin muertos.
Somos imagen
del Dios de los encuentros.
Tomado de Pastoral sj
CANTO
Gloria a Dios Trino Pablo Martinez
Himno de la Trinidad Cristóbal Fones, SJ
Delegación para el Clero de Santiago de Compostela