Santo del día

San Edmundo o Edmundo Rey
El rey que prefirió morir antes que ofender a Dios

Offa es rey de Estanglia. Un buen día decide pasar el último tramo de
su vida haciendo penitencia y dedicándose a la oración en Roma.


Renuncia a su corona a favor de Edmundo que a sus catorce años es
coronado rey, siguiendo la costumbre de la época, por Huberto, obispo de
Elman, el día de la Navidad del año 855.


Pronto da muestras de una sensatez que no procede sólo de la edad. Es modelo de los buenos príncipes.


No es amigo de lisonjas; prefiere el conocimiento directo de los
asuntos a las proposiciones de los consejeros; ama y busca la paz para
su pueblo; se muestra imparcial y recto en la administración de la
justicia; tiene en cuenta los valores religiosos de su pueblo y destaca
por el apoyo que da a las viudas, huérfanos y necesitados.


Reina así hasta que llegan dificultades especiales con el desembarco
de los piratas daneses capitaneados por los hermanos Hingaro y Hubba que
siembran pánico y destrucción a su paso.



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Además, tienen los invasores una aversión diabólica a todo
nombre cristiano; con rabia y crueldad saquean, destruyen y entran al
pillaje en monasterios, templos o iglesias que encuentran pasando a
cuchillo a monjes, sacerdotes y religiosas.


Una muestra es el saqueo del monasterio de Coldinghan, donde la abadesa santa Ebba fue degollada con todas sus monjas.


Edmundo reúne como puede un pequeño ejército para hacer frente a
tanta destrucción pero no quiere pérdidas de vidas inútiles de sus
súbditos ni desea provocar la condenación de sus enemigos muertos en la
batalla.


Prefiere esconderse hasta que, descubierto, rechaza las condiciones
de rendición por atentar contra la religión y contra el bien de su
gente.


No acepta las estipulaciones porque nunca compraría su reino a costa
de ofender a Dios. Entonces es azotado, asaeteado como otro san
Sebastián, hasta que su cuerpo parece un erizo y, por último, le cortan
la cabeza que arrojan entre las matas del bosque.


Sus súbditos buscaron la cabeza para enterrarla con su cuerpo, pero
no la encuentran hasta que escuchan una voz que dice: “Here”, es decir,
“aquí”.


Este piadosísimo relato tardío colmado de adornos literarios en torno
a la figura del que fue el último rey de Estanglia exaltan, realzan y
elevan la figura de Edmundo hasta considerarlo mártir que, por otra
parte, llegó a ser muy popular en la Inglaterra medieval.


Sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok, donde en el año 1020 se fundó una gran abadía.


Artículo publicado originalmente por Santopedia

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