Cielos

San Blas

Un médico y obispo invocado ante el mal de garganta

Cielos

San Blas fue un médico y obispo muy conocido en Sebaste por el don de la curación milagrosa. No sólo curaba a las personas sino también se le acercaban los animales para pedirle ayuda. Él en cambio pedía que no lo molestaran cuando estaba orando.

Vivió su vida como eremita en el siglo IV, época de la última persecución cristiana después del edicto de Milán a cargo del emperador Licinio.

Cuando los cazadores del gobernador de Capadocia Agrícola fueron a buscar animales en el bosque, encontraron a varios cristianos rezando fuera de la cueva de san Blas. Los detuvieron a todos y Agrícola intentó hacer renegar de su fe a san Blas sin ningún éxito.

Primero fue encarcelado y allí sanó a mucho de los prisioneros enfermos. Luego fue mandado a ejecutar arrojándolo al lago. Pero él, como Jesús, milagrosamente, comenzó a caminar sobre las aguas.

Muchos soldados quisieron atraparlo y se ahogaron. Cuando volvió a tierra (por orden de un ángel), fue torturado (colgado de un poste y lacerado con rastrillos de cardar) y finalmente decapitado.

Luego su culto se extendió por todo Oriente, y más tarde por Occidente, tanto que se llegaron a contar solamente en Roma 35 iglesias bajo su advocación.

Patronazgo

Se hizo famoso por salvar la vida de un pequeño niño que se ahogaba con la espina de un pescado. Por eso es patrono de los enfermos de garganta y de los otorrinolaringólogos.

También es patrono de Paraguay y de muchas localidades españolas.

Lugares de culto

El cuerpo de san Blas fue enterrado en la catedral de Sebaste. En 732, una parte de sus restos mortales, colocados en una urna de mármol, fueron embarcados para ser llevados a Roma.

Una tormenta llevó la embarcación hasta la costa de Maratea (Italia), donde las reliquias fueron muy bien recibidas por los fieles, que la guardaron celosamente en la Basílica de Maratea, en el Monte San Blas.

Sin embargo hay una cantidad enorme de ciudades que afirman tener un fragmento del cuerpo del santo. Esto es debido a la antigua costumbre de diseccionar los cuerpos de los santos, para acercar las reliquias a los fieles.

Curiosidades sobre el santo

En la Basílica de San Blas en Maratea, a la derecha de la Capilla Real dedicada al santo, está la bola de hierro disparada por los cañones franceses durante el asedio de diciembre de 1806.

En la bola sin explotar se encuentran unas huellas claramente visibles y, según la tradición, serían los dedos de la mano derecha del santo.

Arte y cultura

En España hay una curiosa tradición para el día de la Candelaria y de san Blas, llamada “La endiablada”, donde durante tres días -1, 2 y 3 de febrero- aproximadamente 130 “diablos» recorren las calles de Almonacid del Marquesado (Cuenca) y sacan en procesión a los santos, dedicándoles danzas y saltos.Te puede interesar:Los diablos rinden devoción a San Blas y la Candelaria

Oración a san Blas

San Blas, que con tu martirio has dejado a la Iglesia un gran testimonio de fe,
permítenos conservar este regalo de Dios,
y defender valientemente, con la palabra y con las obras, la verdad de la misma fe, hoy tan combatida.

Tú que salvaste a un niño que iba a morir desgraciadamente del mal de garganta,
concédenos tu poderosa ayuda en los males de garganta;
y sobre todo regálame la gracia de la mortificación cristiana,
y de guardar fielmente los preceptos de la Iglesia, que tanto nos preservan de ofender a Dios.

Amén.

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