Iglesia de Iria Flavia

Proyecto para la «casa de los capellanes» en Iria Flavia

Iglesia de Iria Flavia

Las administraciones públicas siguen trabajando para la mejora de este enclave de profunda tradición jacobea. Adjuntamos reseña histórica.

Introducción

A orillas del Sar muy cerca de su desembocadura en el Ulla, la pequeña aldea de Iria Flavia se sitúa apenas a un kilómetro y medio del importante núcleo de Padrón, convertido casi en un barrio más de esta; sin embargo, se trata de uno de los enclaves con mayor historia de todo Galicia y uno de los pilares fundamentales de la tradición Jacobea.

Los orígenes del primer asentamiento de Iria se documentan en época prerromana, siendo en época de la dominación romana distinguida con el rango de «municipium» de la mano del Emperador Vespasiano bajo el nombre de Iria Flavia, que crecería en importancia gracias al comercio estimulado por su amplio puerto fluvial en las confluencias del río Sar y el río Ulla junto a la Ría de Arosa. Iria Flavia estaba asentada, además, a pie mismo de la vía que comunicaba Bracara Augusta (Braga) con Asturica Augusta (Astorga).

De hecho la tradición sitúa en el puerto de Iria Flavia el desembarco del apóstol Santiago el Mayor en tierras de Hispania por sus discípulos que atarían la embarcación en un «pedrón» o gran piedra (Padrón), la aparición de la Virgen así como sus primeras predicaciones.

Durante la dominación visigoda, Iria Flavia se convirtió en sede episcopal sufragánea de la mitra de Braga, convirtiéndose su templo en el primero dedicado a María de toda la cristiandad y adquiriendo especial relevancia tras el hallazgo en la zona de la sepultura del Apóstol Santiago por parte del obispo Teodomiro en el año 813. Dicho prelado era precisamente obispo de Iria Flavia, quien se encargó de comunicar inmediatamente al rey de Oviedo Alfonso II el Casto los acontecimientos.

En el año 997, una de las más famosas campañas (razzias) de Almanzor se dirigió a Galicia con el principal objetivo de asolar la basílica de Santiago en Compostela. En esta expedición también destruyó por completo la primitiva catedral prerrománica de Iria Flavia, siendo reconstruida poco después por orden del Obispo Cresconio en una nueva ubicación (coincidente con la actual) más alejada del puerto fluvial y menos expuesta a incursiones hostiles.

A finales del siglo XI (año de 1095) y por mandato del célebre Obispo Gelmírez, la sede episcopal de Iria Flavia es trasladada a Compostela, quedando su iglesia de Santa María relegada al rango de colegiata y siendo sometida a algunas reformas durante los siglos XII y principalmente el XIII.

Durante toda la baja Edad Media y a medida que la vecina Padrón fue creciendo y ganando en importancia, la pequeña aldea de Iria Flavia con su colegiata de Santa María a la cabeza quedó relativamente abandonadas, constando documentalmente en el siglo XVII su estado de degradación y deterioro. La colegiata de Santa María pasó a convertirse en iglesia parroquial de la localidad.

En los últimos tiempos, la población se ha recuperado parcialmente y se enorgullece de estar íntimamente relacionada con dos figuras literarias de la máxima importancia para Galicia y para toda España. En primer lugar, tenemos a uno de los símbolos de las letras gallegas: Rosalía de Castro, nacida en Santiago y fallecida en Padrón, siendo enterrada en el cementerio de Adina de Iria Flavia. Pocas décadas más tarde nacería en este lugar el Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela y tras su fallecimiento en 2002 sus restos mortales descansan en el mismo cementerio citado.

La excolegiata de Santa María de Iria Flavia

Nada se sabe arqueológica o documentalmente sobre cómo sería la catedral primero visigoda y después prerrománica destruida por Almanzor, pero es más que posible que fuera un templo de tres naves y tres ábsides cuadrangulares.

La portada

De su reconstrucción de la segunda mitad del siglo XII y de principios del XIII apenas ha llegado resto alguno a nuestros días, a excepción de su portada sur, de tres arquivoltas apuntadas sobre columnas acodilladas y un interesantísimo tímpano decorado con el tema de la Adoración de los Magos donde aparece la Virgen de la Leche.

Aunque cronológicamente gótico, el tímpano de la antigua Colegiata de Iria Flavia acusa aún rasgos estilísticos propios del románico, como el recurso de presentar a María jerarquizada en cuanto a tamaño como personaje principal de la escena.

Además de los Magos, aparecen dos ángeles flanqueándola y coronándola. Los dos personajes que quedan a su derecha han recibido diferentes interpretaciones. Posiblemente sea una Anunciación aunque en este caso San Gabriel aparecería sin alas. Tampoco hay que descartar que se trate de Isaías y María, puesto que este profeta mayor que vivió en el siglo VIII a.C. escribió: «Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.»

El edificio clasicista

Es entre la segunda mitad del siglo XVII y primera del XVIII cuando por mandato del obispo compostelano Fray Antonio Monroy, la colegiata de Iria Flavia es reconstruida siguiendo planos del maestro arquitecto Pedro García de Cotobade en un depurado estilo barroco gallego, siendo durante toda la decimoctava centuria objeto de nuevas ampliaciones hasta su estado actual.

Arquitectónicamente, la construcción actual presenta planta de tres naves cubiertas con bóveda de arista, crucero marcado tanto en planta como en alzado y una cabecera rectangular cubierta al interior con bóveda de cañón corrida.

Uno de los elementos más llamativos de la colegiata de Iria Flavia es que sus dos torres, en lugar de delimitando la fachada occidental como suele ser habitual, se elevan entre el crucero y la cabecera.

Durante sus obras de restauración apareció una importante necrópolis de la que han sido extraídos casi una treintena de sarcófagos altomedievales de entre los siglos VI y X.

Mucho más moderno es el cementerio que rodea la iglesia, llamado de Adina y en el que reposan los restos de Camilo José cela y donde también estaban enterrados los de Rosalía de castro antes de ser trasladados al Panteón de Gallegos Ilustres de Santo Domingo de Bonaval, en Santiago de Compostela.

(Autor del texto del artículo de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)

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