Papa Francisco: “Santa Marta es como mi parroquia”

El Pontífice cuenta detalles de su visión pastoral
de las entrevistas en un nuevo libro realizado con Antonio Spadaro y
publicado en Italia por Rizzoli 

“Las entrevistas para mí siempre
tienen un valor pastoral. Todo lo que hago tiene valor pastoral, de una
forma u otra”, expresó el Papa en el extracto del  nuevo libro
entrevista: “Ahora hagan sus preguntas” (Rizzoli pág. 240, euro
19,50) escrito por Francesco con Antonio Spadaro y que se lanzará el
próximo 21 de octubre en la sede de la Civiltá Cattolica.


“Es una manera de comunicar mi ministerio. Y uno a estas
conversaciones en las entrevistas con la forma cotidiana de las homilías
en Santa Marta, que es – digamos – mi parroquia”,
constató el
Papa que ha inaugurado las homilias matutinas en la capilla ubicada
dentro de su residencia en el Vaticano, una novedad absoluta en la
historia del papado.


“Necesito esta comunicación con las personas. Allí, cuatro días a la
semana, vienen a encontrarme veinticinco personas de una parroquia
romana, junto con otras. Tengo una necesidad real de esta comunicación
directa con las personas”, dijo.


Francisco justifica esta decisión porque alude a su necesidad como
pastor de estar en contacto con la realidad de las personas de a pie. “Quiero
una Iglesia que sepa cómo entrar en las conversaciones de los hombres,
que sepa dialogar. Es la Iglesia de Emaús, en la que el Señor
“interroga” a los discípulos que caminan desanimados. Para mí, la
entrevista es parte de esa conversación de la Iglesia con los hombres de
hoy
”.


El diario italiano La Repubblica publicó el extracto del texto donde el Papa desvela como nace este nuevo texto.


Asimismo, establece las razones por las cuales concede una entrevista y a qué piensa cuando lo hace.


“Conceder una entrevista no es como subirse a la cátedra: significa
reunirse con periodistas que a menudo te hacen las preguntas de la
gente. Una de las cosas que me agradan es hablar con pequeñas revistas y
periódicos populares. Me siento aún más cómodo. De hecho, en esos casos
realmente escucho las preguntas y las preocupaciones de la gente
común”.


Sabemos que Jorge Mario Bergoglio no amaba las
entrevistas. Los periodistas especializados más veteranos en el Vaticano
confirman que el Arzobispo de Buenos Aires ponía ‘cara de vinagre’ cada
vez que se le solicitaba un diálogo delante a un micrófono, aún peor en
tiempos de cónclave, era arisco y demasiado serio.


“Tengo la cara dura, pero también soy tímido. En Buenos Aires tenía
un poco de miedo a los  periodistas. Pensé que podrían meterme en
problemas y por eso no daba entrevistas”, admitió.


Francisco ayuda a sus biógrafos al indicar cual ha sido su primera
entrevista cuando era Arzobispo y aseguró que le gustó el contenido y
menos la portada.


“Pero un día me dejé convencer por Francesca Ambrogetti, pensando en
el bien que se podría hacer. Ella me convenció y me confié. Así que una
vez al mes, a las nueve de la mañana, yo la encontraba junto a Sergio
Rubín, y, finalmente, salió el libro-entrevista “El Jesuita”” recordó.


También rememoró las entrevistas que ha dado a Marcelo Figueroa y a
Abraham Skorka en el  canal 21 de la arquidiócesis de Buenos Aires.
‘Biblia, diálogo vigente’ era un formato televisivo en el cual Bergoglio
era invitado para dialogar sobre la fe con sus dos amigos, uno
protestante y otro hebreo, sobre el hombre en el mundo en una clave
ecuménica e interreligiosa. “Siempre confío en la gente con la que
estaba hablando”, manifestó.


Hasta el director de la Civilità Cattolica recibió un ‘no’
cuando le pidió, por primera vez, una entrevista al papa Bergoglio, que
se realizó, en cambio, en agosto de 2013. Luego se hicieron otras.  “Mi
reacción instintiva fue incierta, como en el pasado, y le dije que no.
Entonces sentí que podía tener confianza, que tenía que confiar. Y yo
acepté. Con él hice dos largas entrevistas que se recogen en este
volumen”, comentó.


“Spadaro es el director de la Civilità Cattolica, una revista
siempre estrechamente vinculada a los papas. Él ha estado presente en
las entrevistas y en las conversaciones de este libro y se ha hecho
cargo de mis palabras”, explicó.


El Papa dice le gusta “mirar a las personas a los ojos y responder a
las preguntas con sinceridad” en todas las entrevista, incluidas las que
da en el avión en sus viajes apostólicos.


Hubo entrevistas que fueron manipuladas o publicadas cortadas sin la
“hermenéutica” del contexto y la conexión con las preguntas y las frases
anteriores del Papa. Así ocurrió en 2015, cuando se vendió la noticia
en el vuelo de regreso de Manila a Roma con el titular: “Para ser buen
católico no hay que tener hijos como conejos”. Y esto causó malestar,
especialmente en los movimientos católicos que basan su servicio en la
Iglesia con familias numerosas y vida comunitaria.


“Sé que tengo que ser cauteloso y espero serlo. Siempre rezo al
Espíritu Santo antes de comenzar a escuchar las preguntas y responder. Y
como no tengo que perder la prudencia, ni siquiera tengo que perder la
confianza. Sé que esto puede hacerme vulnerable, pero es un riesgo que
quiero correr”, sostuvo.


Otra más fue el incidente en las elecciones norteamericanas, cuando
el Papa expresó que un cristiano no construye muros y se asoció a Donald
Trump y éste le respondió de mal modo a distancia a Francisco.


Conceder una entrevista no es como subirse a la cátedra:
significa reunirse con periodistas que a menudo te hacen las preguntas
de la gente.
Una de las cosas que me agradan es hablar con
pequeñas revistas y periódicos populares. Me siento aún más cómodo. De
hecho, en esos casos realmente escucho las preguntas y las
preocupaciones de la gente común”.


El Papa ha dado entrevistas a revistas para sin techo en Italia y en
Francia. Así ha dejado por fuera los grandes medios y esas periferias
comunicativas con la voz del papa han vuelto al centro, al menos por una
vez.


“Trato de responder espontáneamente, en una conversación que quiero
sea comprensible, y no con fórmulas rígidas. También uso un lenguaje
sencillo y popular. Para mí, las entrevistas son un diálogo, no una
lección. Es por eso que no me preparo”, afirmó el Pontífice.


“A veces recibo preguntas por adelantado, pero casi nunca leo o
pienso en ello. Simplemente no recuerdo nada. Otras veces, en el avión,
me imagino las preguntas que pueden hacerme. Pero, para responder
necesito de encontrar a la gente y de mirarla a los ojos. Sí, todavía
tengo miedo de ser mal interpretado. Pero, reitero, quiero correr ese
riesgo pastoral. Esto me sucede también en otros casos”. 


Francisco manifestó que “a veces, en mis entrevistadores, he notado,
incluso en aquellos que dicen estar lejos de la fe, gran inteligencia y
erudición. Y también, en algunos casos, la capacidad de dejarse tocar
por el “toque” de Pascal. Esto me conmueve y realmente lo aprecio
mucho”.


El libro “Ahora hagan sus preguntas” (Rizzoli pág. 240, euro 19,50)
escrito por Francesco con Antonio Spadaro será publicado en los próximos
días.  Será presentado el 21 de octubre en la sede de la Civiltá Cattolica.
(Via di Porta Pinciana 1). Con Antonio Spadaro estarán presentes los
periodistas italianos Piero Badaloni y Ferruccio de Bortoli.

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