Papa Francisco: “Nuestra fuerza como comunidad se basa en la compasión por los demás”

“El mayor fruto de este evento es el tiempo transcurrido juntos, su encuentro con personas de todas partes del mundo, que representan no sólo los diferentes desafíos contemporáneos, sino sobre todo la rica variedad de talentos y potencialidades de la familia humana”, lo dijo el Papa Francisco a los participantes en el Encuentro promovido por la Harvard World Model United Nations, a quienes recibió en audiencia la mañana de este jueves 17 de marzo, en el Aula Pablo VI del Vaticano.

En su discurso, el Santo Padre resaltó el esfuerzo que realizan los estudiantes universitarios en la búsqueda de la verdad y de la comprensión, en el crecimiento en la sabiduría, que no sólo es un beneficio personal, sino es por el bien de sus comunidades locales y de la entera sociedad. “Espero que esta experiencia los lleve a apreciar la necesidad y la importancia de estructuras de cooperación y solidaridad, que han sido formadas por la comunidad internacional en el curso de los años. Estas estructuras son particularmente eficaces cuando están dirigidas al servicio de cuantos en el mundo son más vulnerables y emarginados. Ruego para que las Naciones Unidas, y cada uno de los Estados miembros, estén siempre dispuestos a este servicio y a su cuidado”.

Todavía, señaló el Obispo de Roma, el fruto más grande del estar juntos aquí en Roma no está en el aprender acerca de la diplomacia, de los sistemas institucionales y las organizaciones, que son de todos modos importantes y merecen su estudio; sino “el fruto mayor es el tiempo transcurrido juntos, su encuentro con personas de todas partes del mundo, que representan no solo los diferentes desafíos contemporáneos, sino sobre todo la rica variedad de talentos y potencialidades de la familia humana”.

Recordando los argumentos y las problemáticas que han afrontado los jóvenes estudiantes durante el Encuentro, el Sucesor de Pedro señaló que existen hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, familias e individuos que viven cada día luchando, que buscan cuidar de sus hijos y proveer a ellos no sólo lo necesario para el futuro, sino también los elementos necesarios para hoy. “Así también, muchos de aquellos que son golpeados por problemas más graves del mundo actual, por la violencia y la intolerancia, se han convertido en refugiados, trágicamente obligados a abandonar sus casas, privados de sus tierras y de su libertad”.

Son ellos los que tienen necesidad de su ayuda, subrayó el Pontífice, son ellos los que piden con gran voz ser escuchados, que son más que nunca dignos de su esfuerzo por la justicia, la paz y la solidaridad. Antes de concluir su discurso el Papa dijo que “nuestra fuerza como comunidad, en cualquier nivel de vida y de organización social, se basa no tanto en nuestros conocimientos y habilidades personales, sino en la compasión que mostramos los unos hacia los otros, en el cuidado que practicamos especialmente por cuantos no pueden cuidar de sí mismos”.

Así mismo, el Papa Francisco resaltó el compromiso de la Iglesia Católica en el servir a las necesidades de los pobres y de los refugiados, a sostener las familias y la comunidad y a proteger la inalienable dignidad y los derechos de todo miembro de la familia humana. “Nosotros los cristianos creemos que Jesús nos llama a servir a nuestros hermanos y hermanas, a cuidar de los demás, independientemente de su proveniencia y de las circunstancias. Todavía, esto no es sólo un distintivo de los cristianos, sino es una llamada universal, que radica en nuestra común humanidad”.

AgenciaSIC