Pacientes en situaciones muy extremas que se declaran felices: la eutanasia no se puede controlar

El Dr.Martínez-Sellés desgrana contundentes argumentos contra la eutanasia en el CEU

El nuevo presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, el cardiólogo geriátrico Manuel Martínez-Sellés, ha impartido la primera gran ponencia del Congreso Católicos y Vida Pública, evento que se puede seguir online en esta web, y que se celebra de viernes a domingo en Madrid. Su ponencia fue un gran repaso general a la problemática de la eutanasia y sus peligros.

¿Calidad de vida? Eso sólo lo sabe cada uno, no es legislable

Catedrático de medicina, profesor universitario acostumbrado a tratar con jóvenes estudiantes y con ancianos pacientes, investigador con 300 artículos en PubMed, un día descubrió una cosa curiosa hablando con ancianos centenarios, a los que pedía que puntuaran su calidad de vida del 1 al 10.

Vino una señora en silla de ruedas, lúcida pero con dolores y físicamente muy deteriorada. La atendió y luego le pidió que se puntuara del 1 al 10 su calidad de vida. Ella dijo: “un 8, doctor”. El médico pensó que ella no entendía bien la escala, pero ella se reafirmó: “sí, un 8 sobre 10, mis nietos y mis bisnietos son magníficos, vivo muy bien”. “Así aprendí que sólo cada uno puede saber su calidad de vida”, explica el doctor.

Los 4 absolutamente encerrados en su cuerpo… pero todos felices

Después recordó el caso de la película “La escafandra y la mariposa“, basado en la historia real de un hombre completamente incapaz de realizar movimientos voluntarios, excepto mover un párpado: así pudo dictar su libro. Y en el libro explica que aunque su cuerpo no le obedece, en su mente vuela como una mariposa.

Después planteó una novedad descubierta hace 3 años. Los científicos descubrieron que personas aún más paralizadas, que no pueden ni comunicarse moviendo un dedo o un párpado, podían pensar “sí” o “no” y activar partes distintas del cerebro que podían medirse con instrumentos. Así, 4 personas que llevaba años sin poder emitir ningún mensaje pudieron responder cuestionarios de “sí o no”. Y los 4 dijeron que se declaraban felices, interesados en su entorno, en su familia, etc…

Martínez-Sellés ilustraba con estos ejemplos de extrema limitación y dependencia que la vulnerabilidad no puede medir la “calidad de vida”… y que no hay ningún umbral objetivo que pueda establecer que no hay “calidad” suficiente para vivir. “No prejuzguemos la situación de los pacientes”, dijo. Todo un mensaje para los de gatillo fácil y cóctel letal a mano.

La dignidad es igual para todos: máxima, y no se pierde nunca

Después, Martínez Sellés habló del concepto “dignidad humana”, que algunos manipulan para proponer eutanasiar a quien ha perdido su dignidad. “La Declaración Universal de Derechos Humanos se basa en que todos tenemos la misma dignidad, la máxima dignidad, la dignidad humana, por ser humanos, y no importa lo grave que sea tu discapacidad o enfermedad, tu dignidad sigue siendo esa. Si olvidamos esto, alguien podría inventarse un control para dictaminar quién tiene dignidad o no”, advirtió.

Si la dignidad no es total y sagrada en cada humano, dependerá de cada poderoso legislar cómo quitarla o ponerla y a quién matar con esa excusa.

Los estudios muestran que la dignidad que un enfermo percibe tener depende muy poco de su situación clínica. Los hay con situaciones muy graves, y se sienten en plena dignidad”, insistió.

Eutanasia: provocar deliberadamente la muerte

El cardiólogo especificó que eutanasia, según la OMS, es la acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente, es la muerte como objetivo buscado. Se puede hacer con una acción (le das un veneno) o una omisión (le niegas la asistencia médica debida).

Hay países que no han legalizado la eutanasia sino el suicidio asistido: el médico hace una receta de un veneno y el enfermo va a la farmacia, lo compra y se lo toma. Eso implica no sólo a médicos sino a farmacéuticos: todos participan en que el suicida se mate.

Recordó que la eutanasia y el suicidio asistido son rarezas legales en Europa y en todo el mundo. En Europa la eutanasia solo es legal en el Benelux, y el suicidio asistido lo es en Suiza y Alemania. A nivel mundial, menos de 3% de la población vive en países donde algo de esto es legal. 

“Cuando uno ve la prensa parece que sea excepcional que España aún no tenga la eutanasia, cuando es al revés: la eutanasia es lo excepcional”, detalló.

También negó que fuera algo “progresista” o “de izquierdas”, recordando que hace 2 años el Partido Comunista portugués votó en contra de la eutanasia, declarando que legalizarla dañaría a los más vulnerables.

La pendiente resbaladiza es ya innegable

En todos los países con eutanasia legalizada se ve la pendiente resbaladiza, y más en los países que llevan más años, como Bélgica y Holanda. Las medidas supuestamente restrictivas y protectoras, poco a poco se van ampliando. Ya no se pide consentimiento a los niños, los enfermos mentales, ciertos discapacitados… Ya no son equipos médicos distintos los implicados, ya no hay tiempos de reflexión… “Una vez se legaliza la eutanasia se hace incontrolable y enseguida se aplica a pacientes sin capacidad de consentimiento“, advirtió.

Ahora en Holanda algunos ya quieren aprobar que cualquiera con más de 70 años y su DNI pida en la farmacia su kit de suicidio para suicidarse en casa, advirtió.

La pendiente resbaladiza lleva también a proponer el infanticidio. Señaló algo impensable desde la Segunda Guerra Mundial: artículos en revista médicas y bioéticas en 2013 y 2016 defendiendo el matar bebés sanos ya nacidos por razones socioeconómicas, puesto que lo mismo se hace en el aborto. Es el caso del artículo “Prolife arguments against infanticide and why they are not convincing” de Giubilini y Minerva. “Yo, cuando lo leí, al principio pensé que era un artículo anti-abortista que llevaba al extremo el caso; pero no, ellos se reafirmaron muchas veces en que sí creían en la bondad del infanticidio, y en la del aborto, claro”.

El motivo económico es más que tentador

La eutanasia tiene implicaciones económicas claras. Los ancianos cobran pensiones y tienen gastos médicos, y escasean los jóvenes trabajadores. Martínez-Sellés advirtió: “hay dos caminos; o el Estado apuesta por la natalidad (y yo, con 8 hijos, digo claramente que no lo está haciendo) o apostará por recortar gastos. Ya hay empresas en España que, ilegalmente, ya cobran unos 10.000 euros por facilitar el suicidio de personas”.

En España el Tribunal Constitucional ya ha negado que exista un derecho a morir y el Código Penal -“con la lamentable excepción del aborto”- castiga a quien mate a otro ser humano. El artículo 4/143 que trata de la inducción al suicidio y lo castiga con una pena menor algunos han querido usarlo como una rendija para la eutanasia.

En febrero de 2020, justo antes de la pandemia, 200 diputados contra 140 votarona favor de empezar a tramitar la ley de eutanasia. “En plena pandemia, mientras los sanitarios luchamos por salvar vidas, los políticos tramitan esta ley para quitarlas”, lamenta el médico.

Cambiar el testamento, un lío; pedir la eutanasia, ¡fácil y rápido!

Acostumbrado como geriátrico a tratar con ancianos, Martínez-Sellés sabe que la ley española pide notario y certificar capacidad de decisión a los ancianos y enfermos para varios trámites, como cambiar su testamento, por ejemplo. “En cambio, según esta ley, para pedir la eutanasia parece que será mucho más fácil y ágil”, denuncia.

Recordó que la Asociación Médica Mundial en octubre de 2019 se reafirmó en declararse contra la eutanasia y el suicidio asistido.

La alternativa ética que Martínez-Sellés recuerda son los cuidados paliativos, “que deben empezar de forma precoz, los últimos meses de vida, no los últimos días, para prevenir y aliviar no solo el sufrimiento físico sino psicosocial y espiritual”, como declara la OMS.

El estándar que se pide en Europa es ofrecer dos instalaciones de cuidados paliativos por cada 100.000 habitantes. “En España estamos con 0,6, no llega ni a la mitad. Hay miles de pacientes sufriendo de forma evitable y la única alternativa que se les va a dar es matarlos. Más aún, España es de los pocos países europeos donde no existe una especialidad oficial de cuidados paliativos”, protestó.

La sedación bien hecha no es eutanasia

“También hay que saber que en situaciones extremas siempre existe la posibilidad de la sedación paliativa: usar analgésicos para controlar los síntomas. Es algo que en ciertos casos, de forma no querida, pueda acercar la muerte. Hay que dar la dosis mínima requerida en cada caso para tratar el dolor. Mi experiencia médica es que con la sedación paliativa muchas veces la situación clínica del paciente mejora. Y si el paciente con sedación paliativa muere de forma no deseada -pensemos en una reacción alérgica, por ejemplo- no será por eutanasia ni algo buscado”.

El médico, insistió, es el único que sabe si un tratamiento (tal o cual quimioterapia) es proporcionado o desproporcionado, y por lo tanto lícito o ilícito.

Pero el paciente puede decidir que un tratamiento extraordinario o experimental es demasiado agresivo, costoso, dañino, y que no vale la pena. Cada paciente en concreto, con sus riesgos y costes, debe valorarse uno a uno. “Siempre es lícito contentarse con los medios normales que ofrece la medicina”, recordó.

Los médicos estamos mayoritariamente contra la eutanasia, y más en los paliativistas, que precisamente son los que más peticiones reciben de eutanasia, porque saben que el paciente en realidad lo que pide es que le atiendan y traten sus síntomas”, añadió.

Una ley que dañará a los médicos y la profesión

“Lo que más me preocupa como presidente del Colegio de Médicos es que la eutanasia legal destruye la integridad moral del médico y su relación con el paciente”, afirmó.

Además, señaló más daños para la medicina y los médicos. Por ejemplo, la ley de eutanasia española se apoya mucho en los médicos de familia. “Sí, podrás hacer objeción de conciencia, pero seguro que luego tendrá consecuencias laborales para ti. Además, la medicina se basa en la confianza del paciente, en médicos que hemos jurado no hacer daño al paciente… pero ahora, con la eutanasia legal se rompe esta confianza“, advirtió.

La eutanasia es mala también para el avance de la ciencia médica: ¿para qué investigar en cuidados paliativos o alzheimer si la solución es eliminar al enfermo?

También afecta psicológicamente a los médicos, “como han detectado varios estudios. Y daña a la relación familiar y social. Por ejemplo, en un país con eutanasia, si dices a tu padre anciano ‘papá, venga, ánimo, yo te llevo al hospital’, él se asusta y se niega”.

¿Eutanasias por inercia?

“Los médicos, además tratamos de forma similar a los pacientes con casos similares. Así, un médico que hace eutanasias, al encontrar a otro paciente similar a uno al que ya le hizo eutanasia, querrá aplicar de nuevo lo que hizo en casos anteriores”. Pronto habrá “eutanasias por inercia”.

Además, evidentemente, se transmite al enfermo la presión de que pidan la eutanasia en situaciones socioeconómicas vulnerables, señalándoles que son una carga económica o social.

Y por último, España, que tiene un sistema muy bueno de donar órganos, alabado en todo el mundo, puede ver que se deteriora rápido. Los españoles casi siempre dicen sí a donar órganos tras su muerte, o de sus seres queridos, pero, con la eutanasia, ¿vas a decir sí si sospechas que muerto eres más valioso, en un sistema médico de eutanasias recolectoras de órganos?

Como colofón del encuentro, el decano de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, Tomás Chivato Pérez, añadió: “a los profesionales de la medicina no nos han preguntado” a la hora de debatir la ley de eutanasia; “sin contar con nosotros, obligarnos a hacer este trabajo no tiene nada de ético”.

ReligiónenLibertad