Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia a Jesús Sacramentado

A las 12 de la mañana comenzaba en la Catedral de Lugo la ceremonia de la Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia al Santísimo Sacramento, que se viene celebrando desde 1669, acto que pone fin a las celebraciones del Corpus en la ciudad de Lugo.

El Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio presidió la Eucaristía en la que concelebraron el Obispo de Ourense, Mons. Leonardo Lemos Montanet; el Obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro; el Obispo de Lugo, Mons. Alfonso Carrasco Rouco; el Obispo auxiliar de Santiago, Mons. Jesús Fernández González; el Obispo de Astorga, Mons. Camilo Lorenzo; el Administrador diocesano de Mondoñedo-Ferrol, Rvdo. Sr. D. Antonio Basanta, así como miembros del cabildo de Lugo.

Acompañaron a la delegada regia, alcaldesa de Mondoñedo, los representantes de alguna de las ciudades del antiguo Reino de Galicia, así como otras autoridades civiles y militares.

El arzobispo de Santiago, Monseñor Julián Barrio comenzó su homilía recordando que  hoy en Lugo están “Siguiendo una tradición secular, profundamente arraigada en el sentir religioso y espiritual  de la comunidad gallega” (…) “ Contemplamos en esta solemnidad la maravilla de la presencia real y verdadera de Cristo en la Eucaristía, recordando cómo ésta forma parte de las raíces de nuestra comunidad y de nuestra vida; y pidiendo que se vaya consolidando el proyecto de Dios en nuestra  historia”.

Continuó su intervención diciendo que “Compartir el pan de la Eucaristía nos compromete a configurar la sociedad respetando la ley santa de Dios reflejada en la ley natural y en la recta razón, que muestra al hombre el camino a seguir para obrar el bien y alcanzar su fin”. Y recordó que “la  indiferencia religiosa, el olvido de Dios, la ligereza  con que se cuestiona su existencia, la despreocupación por las cuestiones fundamentales sobre el origen y destino transcendente del ser humano no dejan de tener influencia en el talante personal y en el comportamiento moral y social del individuo… Ciertamente el hombre puede organizar la tierra sin Dios, pero al fin y al cabo, sin Dios no puede menos que organizarla contra el hombre”.

El Arzobispo de Santiago señaló que es la fe en Dios la que da claridad y firmeza a nuestras valoraciones éticas: “El conocimiento de Dios – Amor nos mueve a amar a todo hombre: sabernos criaturas amadas por Dios nos conduce a la caridad fraterna”.

Finalizada la  celebración eucarística, todas las autoridades eclesiásticas y civiles salieron en procesión acompañando al Santísimo Sacramento por las calles de Lugo.