Monseñor Barrio: “Tengo muy presentes a quienes han perdido su vida faenando en el mar y a sus familias”

  • Carta Pastoral del arzobispo para el colectivo de las gentes del mar ante la festividad de la Virgen del Carmen
  • En ella expresa “mi cercanía y mis mejores deseos a quienes surcáis los mares buscando vuestro sustento y el de vuestras familias”

“Tengo muy presentes a quienes han perdido su vida faenando en el mar y a sus familias”. Así se expresa el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, en su Carta Pastoral dirigida a las gentes de la mar, “al llegar la festividad de la Virgen del Carmen”. Hay que recordar que hace sólo unas semanas dos marineros perdieron la vida en aguas gallegas en el naufragio del pesquero en el que faenaban. “Me dirijo a todos vosotros”, indica el arzobispo, “para haceros llegar mi cercanía y mis mejores deseos con mi oración a quienes, bajo la protección de Nuestra Señora, surcáis los mares buscando vuestro sustento y el de vuestras familias, o siendo una garantía para la libertad y seguridad”.

En la festividad de la Virgen del Carmen, monseñor Barrio recuerda el lema elegido para esta jornada, “No estáis solos, no estáis olvidados”, y asegura que en él se recoge la preocupación de la Iglesia hacia el colectivo del mar por “la situación vivida en este año tan especial, marcado por la pandemia que ha traído tantas dificultades, y ha repercutido con acentos propios en vuestras vidas y en vuestro trabajo”.

El arzobispo compostelano alude al mensaje para el día mundial de la pesca del cardenal P. Turkson, en el que decía que  “los efectos de la pandemia del COVID-19 se han propagado rápidamente por todo el mundo, con consecuencias dramáticas para las economías de muchos países, y un grave impacto en sectores tan vulnerables como el de la pesca. El impacto del COVID-19 en la industria pesquera atañe principalmente al ámbito de las respuestas estratégicas que han adoptado los gobiernos frente a la pandemia, como el distanciamiento social, el cierre de mercados de pescado, la escasa afluencia de clientes a hoteles y restaurantes. Esto supone un grave problema para la venta de pescado fresco y otros productos pesqueros, sobre todo en lo que se refiere a la disminución de la demanda y a la caída del precio del pescado, razón por la cual, en la situación actual, la pesca, el procesamiento de pescado, el consumo y el comercio han disminuido de manera constante”.

Monseñor Barrio dice al colectivo de las gentes del mar que “no estáis solos, porque en cada singladura, al contemplar la quietud del mar en calma o al afanaros en los temporales y en los momentos más intensos de labor, contáis también con la presencia amorosa de la Virgen, la estrella de los mares, que, silenciosa, quedamente, deja caer su manto sobre vosotros, mirándoos con ternura, protegiéndoos y amparándoos”.

Y les explica que “no estáis olvidados”, porque, en vuestra vida como miembros de la Iglesia, sentís el calor de la fraternidad que lleva a preocuparos los unos por los otros, a vivir la solidaridad en vuestros problemas y a contribuir a su solución, como expresión de la comunión de vida en la que nuestro ser cristiano nos inserta desde el bautismo”. El arzobispo recuerda, también la “presencia y la labor de los capellanes y voluntarios del apostolado del mar” y encomienda a todos a “la Virgen del Carmen y al Santo Apóstol Santiago, que compartió vuestro trabajo, para que os sintáis siempre en compañía de Dios y de su Iglesia”.

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