El arzobispo inauguró la octava edición del Congreso de Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, inauguró hoy la octava edición del Congreso de Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago, un acto en el que estuvo acompañado por el deán de la Catedral, Segundo Pérez, y el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. En su conferencia inaugural, monseñor Barrio recordó la inminencia de la celebración del Año Jubilar Compostelano y dijo, en alusión a la situación de crisis provocada por la pandemia del Covid 19, que “por eso, más que nunca en este Año Santo la Iglesia habrá de ser ese hospital de campaña que ya nos señaló el papa Francisco, para remediar la penuria de quienes más están siendo golpeados por la crisis social, y también para seguir promoviendo una cultura de la responsabilidad abierta a la trascendencia, esto es, una ecología integral. Que nuestra fe como la del joven Apóstol Santiago se revitalice para avivar nuestra inteligencia y todas nuestras capacidades. Que libere nuestra creatividad para reconstruir nuestras sociedades y nuevas relaciones económicas que no hipotequen el desarrollo que necesitan”.
Precisamente en referencia al coronavirus, el arzobispo indicó en otro momento de su intervención que los cristianos deben realizar una lectura creyente de esta realidad: “En medio del coronavirus, ante todo, es necesario poner sensatez en nuestros discursos y no dejarnos cegar por la inmediatez de una situación que no es, ni mucho menos, ni la primera ni será la última vez que sucede… …Pero hemos de tener cuidado en que la pandemia no se lleve consigo, junto con tantas vidas y la confianza en las relaciones humanas, también nuestra capacidad de pensar racionalmente. Y este pensar racional hemos de salvarlo como personas creyentes, evitando histerias teológicas que, en última instancia, nos muestran un rostro deformado de Dios”.
En opinión de monseñor Barrio, “es verdad que con todo el sufrimiento que nos rodea, no sólo físico sino también espiritual psicológico, puede verse como insignificante el problema de cómo afrontar nuestra celebración, vital y pastoral, del Año Jubilar Compostelano, pero es algo que habremos de tener en cuenta, pues no sabemos en qué tiempos ni en qué modos podremos ir recuperando una vida que probablemente no podrá ser nunca igual a la que teníamos hasta ahora”.
Pero explicó, también, que “en este Año Santo de gracia y reconciliación ha de proyectarse desde la casa del Apóstol Santiago la luz de la fe; la fe inquebrantable que Dios tiene puesta en esta humanidad concreta que está padeciendo, por la que su Hijo se entregó hasta el límite. Es la prueba de la fidelidad de Dios hasta la muerte por nosotros. Es en estos momentos de oscuridad, cuando mejor se puede percibir el brillar de la única luz verdadera, Jesús Resucitado, el amor crucificado de Dios por nosotros”.
El congreso tiene lugar en el Centro Internacional de Acogida al peregrino, en modalidad presencial y telemática. Tomando la idea central de la carta pastoral de Monseñor Julián Barrio “Sal de tu tierra”, el congreso aborda los elementos que impulsan a los peregrinos a salir de la comodidad y del letargo y atrofia espiritual, en palabras del propio Papa.
El arzobispo señaló en otro momento de su conferencia inaugural que “este Año Santo llama a la conciencia de todos aquellos que se sienten discípulos de Jesús consagrados a la investigación científica, para que, en la medida de sus posibilidades, orienten sus esfuerzos hacia el bien común compartiéndolos en base a una verdadera justicia científica. “Los cepos y cadenas que hay que romper” (Is. 58, 6) son también aquellos que están condicionando y limitando su investigación, cuando pretenden convertirla en instrumento al servicio de las corporaciones transnacionales. La vida de millones de personas depende de todo ello. Esta celebración del Año Santo Compostelano ha de contagiarnos del virus del amor a toda la humanidad potenciando la solidaridad y la amistad social, como nos acaba de decir el Papa”.