Mons. Barrio alaba que la Diócesis ponga en marcha procesos específicos de catequesis para discapacitados

  • Carta Pastoral del arzobispo ante el Día del Discapacitado, pidiendo a todos luchar por su reconocimiento e integración social


“Es urgente promover en la diócesis procesos de iniciación cristiana
abiertos a personas en situación de discapacidad, formando parte de
nuestras programaciones pastorales, acogiendo el sentir de la reflexión
magisterial del papa Francisco. Bien percibimos día a día que las
personas con habilidades diferentes tienen una gran capacidad para
relacionarse con lo espiritual, con Dios”. Así se expresa el arzobispo
de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, en una Carta Pastoral
escrita con motivo del Día del Discapacitado, que se celebrará el
próximo 3 de diciembre. En su misiva, el arzobispo compostelano indica
que “en este sentido se está creando un proyecto específico al que se ha
denominado Catequesis Dis-ferente dentro de la Delegación
Diocesana de Catequesis”. Monseñor Barrio recuerda que  “esta Iglesia
compostelana acoge con toda consideración y afecto a las personas
discapacitadas, alentando su esperanza para superar los momentos de
sufrimiento que puedan surcar la realidad de su vida”.


En su Carta Pastoral, tras recordar que estas personas tienen “una
gran capacidad para relacionarse con lo espiritual, con Dios”, monseñor
Barrio apunta que “ellas nos enseñan las habilidades del corazón, de la
gratuidad, de la sencillez, de lo que es esencial en la vida. Todos
somos diferentes y con posibilidades distintas que nos llevan a
reconocer que nos necesitamos los unos a los otros. Esto nos hace
valorar a las personas por lo que son, no por cómo son o por lo que
tienen o hacen”.  Monseñor Barrio señala, además, que “nuestra iglesia
diocesana no sólo ha de estar dispuesta a ofrecer la atención precisa,
sino también el reconocimiento y la integración social más allá de todo
sentimentalismo, traduciendo esta actitud en formas siempre nuevas de
fraternidad”. El arzobispo pide a todos los diocesanos “vivir la
proximidad y la comunión con quienes por cualquier motivo pueden
necesitarnos y se encuentran en alguna dificultad, conscientes de que el
Señor nos reconocerá ante el Padre si nosotros le hemos reconocido en
el hermano”.