A lo largo de esta semana irán abriendo sus puertas buena
parte de las iglesias de Barbanza; de hecho, varias lo harán hoy mismo.
Los templos se blindarán para evitar contagios, con medidas que van
desde la sustitución del agua bendita por gel hidroalcohólico, la
desinfección de los bancos tras cada liturgia, la eliminación de
tradiciones como darse la paz o la instalación, en algunas entradas, de
alfombras especiales para limpiar los zapatos. En todos se impondrá el distanciamiento con señalización o voluntarios que se encargarán de la organización.
Pero la limitación del aforo al 30 % es lo que más preocupa a los
párrocos de la comarca, sobre todo de cara a las misas dominicales o a
las de fechas señaladas. Los curas están adoptando en este sentido
diferentes medidas. Aunque son varios los que optarán por recurrir a la
megafonía para que los feligreses puedan seguir las ceremonias desde el
exterior, otros echarán mano de las redes sociales.
El noiés José Ortoño ha instalado altavoces en las iglesias de Argalo y Tállara, las más pequeñas de sus dominios; mientras que Marcelino Sánchez activará los sistemas que ya tiene en Lampón y Posmarcos. Lo mismo hará Ramón Jorge Mosquera
en los templos sonenses. Estos sacerdotes apelan al «sentidiño» de los
vecinos, a la hora de guardar desde el atrio las distancias de
seguridad.
Manuel Antonio Villar ha decidido recurrir a
Internet para paliar la posible falta de aforo en los templos de O
Caramiñal y Palmeira, a los que podrán acceder unas 40 personas. Ya
venía emitiendo misas por Facebook desde que empezó el encierro y
seguirá haciéndolo de lunes a viernes a las 19.30 y los domingos a las
11.30: «Hay muchas personas en situación de riesgo o con miedo que no
vendrán a la iglesia».
Para evitar aglomeraciones en el interior de sus templos (Aguiño, Oleiros, San Pedro de Muro, Caamaño y Queiruga), Julio Cárdenas
combinará la megafonía con el Facebook, que ya venía utilizando desde
el arranque de la cuarentena, e incluso añadirá otra medida: «Estoy
comunicando a las familias que durante esta fase se turnen y venga a
cada misa una persona por familia».
Por su parte, Alfonso Mera combatirá la limitación
de aforo incrementando el número de misas en Santa Uxía. Destinará el
día de hoy a los preparativos, para retomar mañana la actividad, pero
pide prudencia: «A xente, sobre todo os maiores, non deben correr riscos».
Retraso en la apertura
Ese es el mensaje que lanzan desde todas las parroquias, hasta el
punto de que la unidad pastoral de Entíns, de la que dependen Muros,
Carnota, Mazaricos y Outes, ha decidido posponer la apertura de sus
templos hasta el 17: «Nesta zona a poboación é maior e preferimos esperar unha semana máis para comprobar como evoluciona a pandemia», explicó José Daniel Pérez. Aprovecharán estos días para dotar a los edificios de material.
Incluso después de esa fecha, habrá templos que seguirán cerrados,
dado que algunos son pequeños y ni siquiera tendrán aforo suficiente
cuando se eleve al 50 %, pues habrá que seguir manteniendo las
distancias. Se descarta por ahora la apertura de las iglesias de Torea y
Sestaio e incluso es probable que se anulen las misas de fechas
señaladas, cuando se espere una mayor afluencia de feligreses.
Los curas buscan soluciones para el medio millar de comuniones que están en el aire
Una de las preocupaciones de los sacerdotes de Barbanza y de un buen
número de familias son las primeras comuniones que tuvieron que ser
suspendidas. Hay medio millar de chiquillos que tenían previsto recibir
dicho sacramento esta temporada. La mayoría de los curas han decidido descartar las celebraciones colectivas
y en breve empezarán a programar ceremonias individuales, a las que
solo podrán acudir un número reducido de invitados. Alfonso Mera quiere
darle salida a los niños de Ribeira entre junio y agosto para después,
si es posible, realizar un acto conjunto en el exterior.
Julio Cárdenas por su parte, ha aplazado las comuniones hasta septiembre, pues quiere retomar el catecismo a finales de junio. En O Caramiñal, la catequesis ha continuado vía vídeos
y la idea es retomar las celebraciones en junio. El problema que se
plantea es la postura que adoptarán las familias, pendientes también de
la disponibilidad de los restaurantes para los banquetes.
Fuente: La Voz de Galicia
pastoralsantiago.es