Santiago de Compostela celebró el Congreso Mariano “El Rosario, camino de esperanza” en su 525º aniversario

Santiago de Compostela se vistió de solemnidad y devoción los pasados 3 y 4 de octubre para acoger el Congreso Mariano “El Rosario, camino de esperanza”, un encuentro organizado con motivo del 525º aniversario de la Real e Ilustre Cofradía Numeraria del Rosario. Durante dos jornadas, fieles, estudiosos y cofrades convergieron en la ciudad para reflexionar sobre la dimensión espiritual, cultural e histórica de la devoción mariana, que ha acompañado a la humanidad a lo largo de los siglos.
La segunda jornada del congreso comenzó con la intervención de José Antonio Castro Lodeiro, quien desgranó con delicadeza el misterio de la Encarnación. Recordó que, desde sus orígenes, el hombre ha buscado un trato personal con Dios y ha sentido la necesidad de comunicarse con Él, desarrollando para ello una imaginería y un simbolismo con rasgos profundamente humanos. “Dios se ha encarnado por las peticiones de hombres y mujeres a lo largo de la historia”, afirmó Castro Lodeiro, evocando la trascendencia de los belenes hispánicos en España y América Latina, que amplían la visión contemporánea de aquel misterio. Según su exposición, contemplar un nacimiento sin devoción es contemplar un escenario vacío: desde la creación hasta la Asunción de María al cielo, la figura y la escenografía permiten a los fieles conectarse con un Dios hecho hombre.

El profesor José Manuel López Vázquez, a continuación, trazó el recorrido de la devoción moderna y su influencia en la configuración del culto mariano. Su ponencia vinculó de manera inequívoca el fervor por la Virgen con el desarrollo del proyecto cristológico a lo largo de los siglos, ejemplificado en la nueva presentación del Retablo de la Catedral de Lugo, en contraste con la obra anterior de Vilajato.
Por su parte, Elisardo Temperán completó el itinerario con un análisis dedicado a la institución de la Eucaristía, recordando que la Pascua de Cristo no solo rememora la muerte de Jesús, sino que celebra también su resurrección y la esperanza que de ella emana.
Por la tarde, los asistentes se sumergieron en una mesa dedicada a los misterios dolorosos y gloriosos, un itinerario pascual que recorre la existencia del creyente desde la entrega del amor hasta la victoria definitiva de la esperanza. José Andrés Fernández Farto inició la sesión con un recorrido por la evolución de la mariología a través de los primeros testimonios de la fe, partiendo de la oración más antigua encontrada, datada aproximadamente en el siglo III.
Por su parte, Carme López Calderón presentó los emblemas del dolor y de la gloria a través del Materiam Moris Doloris, una publicación del siglo XVII que captura la esencia simbólica del sufrimiento y la exaltación mariana. Seguidamente, Fernández Gasalla abordó el dogma de la Asunción, analizando sus múltiples manifestaciones: la Dormición, la mujer apocalíptica, la coronación y la entronación de María, consolidando así la visión teológica y artística que la devoción ha ido construyendo a lo largo del tiempo.
El cierre de la jornada estuvo a cargo del dominico Carlos Romero Mensaque, quien expuso el desarrollo histórico de la oración del Rosario, su codificación y la aparición de las cofradías del Rosario en España, mostrando cómo la tradición mariana ha tejido una red de fe, cultura y comunidad que sigue viva cinco siglos después.
Así, Santiago de Compostela se convirtió por undos días en un espacio donde historia, arte y espiritualidad se entrelazaron, recordando a todos que el Rosario no es solo una oración, sino un camino de esperanza que sigue resonando en el corazón de quienes lo contemplan y lo rezan.








