La Iglesia Diocesana de Santiago de Compostela felicita hoy cordialmente a su arzobispo, monseñor Julián Barrio, al cumplirse el XXV aniversario de su toma de posesión como titular de la Archidiócesis. Toda la Iglesia Diocesana se une en oración a la acción de gracias por este acontecimiento y expresa su reconocimiento a Don Julián por su misión pastoral.
D. Julián Barrio Barrio preside la Iglesia Compostelana desde el día 25 de febrero de 1996, fecha en que tomó posesión de la Sede para la que había sido nombrado por el Papa Juan Pablo II el día 5 de enero del mismo año.
Cuando este evento se produjo, llevaba ya dos años con nosotros. Había llegado desde la Iglesia hermana de Astorga el día 7 de febrero de 1993 en pleno Año Jubilar, siendo consagrado en nuestra Catedral como Obispo Titular de Sasabe y auxiliar de su antecesor. Desde octubre de 1994 hasta su nombramiento gobernó la Archidiócesis como Administrador Diocesano.
Nació en Manganeses de la Polvorosa, provincia de Zamora y Diócesis de Astorga, el 15 de Agosto de 1946. Cursó los estudios de Humanidades y de Filosofía en el Seminario Diocesano de Astorga. Don Julián es licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca (1971), doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma (1976) y licenciado en Filosofía y Letras, Sección de Geografía e Historia, por la Universidad de Oviedo (1979).
Los medios de comunicación se hacen eco hoy de este aniversario y recuerdan que acompañaron al arzobispo en su toma de posesión distintos obispos, numerosos fieles y varios cientos de sacerdotes. En su momento, monseñor Barrio fue el arzobispo más joven de las diócesis españolas.
Hace unos días, Don Julián recibió un cariñoso, y sorpresivo para él, homenaje de las personas que prestan servicio en la Curia Diocesana, con motivo de su reciente vigésimo octavo aniversario de ordenación episcopal y del vigésimo quinto aniversario como arzobispo titular de la Archidiócesis compostelana. El encuentro se celebró en las propias dependencias de la Curia, aprovechando un descanso en la reunión de trabajo que mantenía el Consejo Episcopal con el arzobispo al frente.
El acto de reconocimiento se inició con unas palabras dedicadas al arzobispo por parte del Vicario General, don Víctor Maroño, quien le felicitó en nombre de todos los asistentes. Don Víctor resaltó en su intervención “la dedicación y fidelidad” de Don Julián a la Iglesia que peregrina en Compostela. Además, realizó un recorrido por la biografía personal, académica y pastoral de monseñor Barrio, aludiendo a varios recuerdos personales.
Por su parte, el arzobispo, quien no ocultó su sorpresa por la iniciativa, manifestó su gratitud por el trabajo desempeñado por todo el personal, a quien calificó como “verdadera familia”. Don Julián tuvo palabras de reconocimiento para todas las personas que colaboran en la Curia y aseguró “haber aprendido mucho de todos”. Monseñor Barrio, a quien en algún momento se pudo apreciar emocionado, comentó que toda la labor de estos veintiocho años no habría sido posible sin la aportación de los sacerdotes, religiosos y laicos que ejercen tareas en el Arzobispado.
El arzobispo dio gracias al Señor por “la misericordia que ha tenido conmigo” y por haber podido pastorear la Iglesia que custodia el sepulcro del Apóstol Santiago. “Mi único mérito es la misericordia del Señor. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia”, recordó Don Julián citando a San Bernardo.
En un clima de confianza, el arzobispo indicó que nunca hubiera imaginado ser arzobispo de Santiago de Compostela, “algo que últimamente me preguntan en varias entrevistas”, apuntó con humor. Don Julián, quien reconoció hablar desde la cordialidad, desde el corazón, pidió a todos que rezaran por él, “como yo lo hago por todos y cada uno de ustedes”.