La nueva encíclica del Papa redondea el mensaje central de un papado dirigido por su preocupación por quien es mi prójimo y cómo proteger su entorno desde la verdad única que es el mensaje divino. Para eso el Papa escribe esta carta dirigida a cada persona que desee escuchar dónde está la felicidad y dice “Más allá de tantos intentos por mostrar o expresar algo que no somos, en el corazón se juega todo, allí no cuenta lo que uno muestra por fuera y los ocultamientos, allí somos nosotros mismos. Y esa es la base de cualquier proyecto sólido para nuestra vida, ya que nada que valga la pena se construye sin el corazón. La apariencia y la mentira sólo ofrecen vacío.”; y si no que se lo digan a todos los voluntarios que estos días acuden a Valencia a participar en los diversos trabajos tras el paso de la dana, y que se acercan a lo que haga falta con poco más que su persona.
La lectura de esta encíclica está centrada en el corazón que Jesús nos ofrece a cada ser humano, y que es un corazón abierto que nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y/o para proponernos su amistad. Y cuando se conoce ese amor tan grande, te haces cristiano porque te enamoras de Jesús de tal modo que tienes que hablar de ese amado y quieres corresponderle estando cerca de él. Y dice el Papa que la forma más segura de estar con él es a través del servicio a los demás porque allí es dónde él está; en la vida ordinaria que se genera en cada comunidad y que nos envía al servicio de los demás.
El Papa, usa un lenguaje muy de andar por casa para que no haya ninguna dificultad en conocer al amado, por esto, salvo que no tengas interés en conocer a quien ya te ama esta encíclica es para ti. https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/20241024-enciclica-dilexit-nos.html