III Domingo del Tiempo Ordinario

CITA

« Distintos árboles se niegan a ser ungidos rey sobre los demás por no dejar sus frutos, salvo el espino.».

(Cfr.: Jueces, 9, 8-16).

« ¡La «mística de ojos cerrados», me ha «abierto los ojos»! »

S.Son

Orígenes, «No es casualidad que Él abriera el rollo y encontrara el capítulo de la lectura que profetiza sobre Él, sino que también esto fue obra de la providencia de Dios» (Homilías sobre el Evangelio de Lucas, 32, 3).

San Cirilo de Jerusalén, «Cristo, en efecto, no fue ungido por los hombres ni su unción se hizo con óleo, o ungüento material, sino que fue el Padre quien le ungió al constituirlo Salvador del mundo, y su unción fue en el Espíritu Santo» (Catecheses 21,2).

S. Basilio, Hacia el dirigen su mirada todos los que sienten necesidad de santificación; hacia el tiende el deseo de todos los que llevan una vida virtuosa, y su soplo es para ellos a manera de riego que los ayuda en la consecución de su fin propio y natural. (Sobre el Espíritu Santo,9,22-23).

S. Agustín, “El que ama a su prójimo, debe hacer tanto bien a su cuerpo como a su alma”

San Cirilo de Alejandría: dice que el «hoy», que se encuentra entre la primera y la última venida de Cristo, está relacionado con la capacidad del creyente para escuchar y arrepentirse (cf. PG 69, 1241).

San Bernardo: Lo que el Espíritu obra en nosotros da testimonio de su presencia (Sermón I para Pentecostes,1 -2).

Santo Tomás de Aquino, Caput et membra, quasi una persona mystica (“La Cabeza y los miembros, como si fueran una sola persona mística”) (S.th. 3, q. 48, a. 2, ad 1).

“Es evidente que si un hombre practica un cariño compasivo por los animales ha de estar más preparado aún para sentir compasión por su prójimo”.

Nicolás de Lira, «la humanidad de Cristo es un órgano conjunto con la divinidad misma, y por eso Cristo se mueve según el impulso de la divinidad» (Postilla super Lucam 4).

San Serafín de Sarov “El verdadero fin de la vida cristiana consiste en la adquisición del Espíritu Santo. En cuanto a la oración, al ayuno, a las vigilias, a la limosna y toda otra buena acción hecha en nombre de Cristo, no son sino medios para lograrlo”

San Juan Maria Vianney “El medio más sencillo de encender esta llama –el amor de nuestro Señor- en el corazón de los fieles es explicarles el Evangelio.”

“Sin el Espíritu Santo, somos como una piedra de las que es en el camino. Toma en una mano una esponja empapada de agua y en la otra una piedra; apriétalas igualmente. No saldrá nada de la piedra, y de la esponja verás salir el agua en abundancia. La esponja es el alma llena del Espíritu Santo; y la piedra es el corazón frío y duro donde el Espíritu Santo no vive.”

San Pío de Pieltrecina «Meditad en la palabra de Dios y ella adquirirá el poder de destruir vuestras naturales inclinaciones hacia lo material.»

Concilio Vaticano II: El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo (Constitución Dei Verbum).

La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor (…) puesto que, inspiradas por Dios (…) comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios, y hacen resonar la voz del Espíritu Santo en las palabras de los Profetas y de los Apóstoles (…) Porque en los sagrados libros el Padre que está en los cielos va con amor al encuentro de sus hijos y habla con ellos. (Dei Verbum, 21).

Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues ‘a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras’ (Dei Verbum 25).

Catecismo, nº, 108. Sin embargo, la fe cristiana no es una «religión del Libro». El cristianismo es la religión de la «Palabra» de Dios, «no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo» (San Bernardo de Claraval, Homilia super missus est, 4,11: PL 183, 86B). Para que las Escrituras no queden en letra muerta, es preciso que Cristo, Palabra eterna del Dios vivo, por el Espíritu Santo, nos abra el espíritu a la inteligencia de las mismas (cf. Lc 24, 45).

436 Cristo viene de la traducción griega del término hebreo «Mesías» que quiere decir «ungido». Pasa a ser nombre propio de Jesús porque Él cumple perfectamente la misión divina que esa palabra significa. En efecto, en Israel eran ungidos en el nombre de Dios los que le eran consagrados para una misión que habían recibido de Él. Este era el caso de los reyes (cf. 1 S 9, 16; 10, 1; 16, 1. 12-13; 1 R 1, 39), de los sacerdotes (cf. Ex 29, 7; Lv 8, 12) y, excepcionalmente, de los profetas (cf. 1 R 19, 16). Este debía ser por excelencia el caso del Mesías que Dios enviaría para instaurar definitivamente su Reino (cf. Sal 2, 2; Hch 4, 26-27). El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor (cf. Is 11, 2) a la vez como rey y sacerdote (cf. Za 4, 14; 6, 13) pero también como profeta (cf. Is 61, 1; Lc 4, 16-21). Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey.

438 La consagración mesiánica de Jesús manifiesta su misión divina. «Por otra parte eso es lo que significa su mismo nombre, porque en el nombre de Cristo está sobreentendido Él que ha ungido, Él que ha sido ungido y la Unción misma con la que ha sido ungido: Él que ha ungido, es el Padre. Él que ha sido ungido, es el Hijo, y lo ha sido en el Espíritu que es la Unción» (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 3, 18, 3). Su eterna consagración mesiánica fue revelada en el tiempo de su vida terrena, en el momento de su bautismo, por Juan cuando «Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder» (Hch 10, 38) «para que él fuese manifestado a Israel» (Jn 1, 31) como su Mesías. Sus obras y sus palabras lo dieron a conocer como «el santo de Dios» (Mc 1, 24; Jn 6, 69; Hch 3, 14).

544 El Reino pertenece a los pobres y a los pequeños, es decir a los que lo acogen con un corazón humilde. Jesús fue enviado para «anunciar la Buena Nueva a los pobres» (Lc 4,18 cf. Lc 7,22). Los declara bienaventurados porque de «ellos es el Reino de los cielos» (Mt 5,3); a los «pequeños» es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas que ha ocultado a los sabios y prudentes (cf. Mt 11,25). Jesús, desde el pesebre hasta la cruz comparte la vida de los pobres; conoce el hambre (cf. Mc 2,23-26Mt 21,18), la sed (cf. Jn 4,6-7Jn 19,28) y la privación (cf. Lc 9,58). Aún más: se identifica con los pobres de todas clases y hace del amor activo hacia ellos la condición para entrar en su Reino (cf. Mt 25,31-46).

695 La unción.El simbolismo de la unción con el óleo es también significativo del Espíritu Santo, hasta el punto de que se ha convertido en sinónimo suyo (cf. 1Jn 2,201Jn 2,272Co 1,21). En la iniciación cristiana es el signo sacramental de la Confirmación, llamada justamente en las Iglesias de Oriente «Crismación». Pero para captar toda la fuerza que tiene, es necesario volver a la Unción primera realizada por el Espíritu Santo: la de Jesús. Cristo [«Mesías» en hebreo] significa «Ungido» del Espíritu de Dios. En la Antigua Alianza hubo «ungidos» del Señor (cf. Ex 30,22-32), de forma eminente el rey David (cf. 1S 16,13). Pero Jesús es el Ungido de Dios de una manera única: La humanidad que el Hijo asume está totalmente «ungida por el Espíritu Santo». Jesús es constituido «Cristo» por el Espíritu Santo (cf. Lc 4,18-19Is 61,1). La Virgen María concibe a Cristo del Espíritu Santo quien por medio del ángel lo anuncia como Cristo en su nacimiento (cf. Lc 2,11) e impulsa a Simeón a ir al Templo a ver al Cristo del Señor(cf. Lc 2,26-27); es de quien Cristo está lleno (cf. Lc 4,1) y cuyo poder emana de Cristo en sus curaciones y en sus acciones salvíficas (cf. Lc 6,19Lc 8,46). Es él en fin quien resucita a Jesús de entre los muertos (cf. Rm 1,4Rm 8,11). Por tanto, constituido plenamente «Cristo» en su Humanidad victoriosa de la muerte (cf. Ac 2,36), Jesús distribuye profusamente el Espíritu Santo hasta que «los santos» constituyan, en su unión con la Humanidad del Hijo de Dios, «ese Hombre perfecto … que realiza la plenitud de Cristo» (Ep 4,13): «el Cristo total» según la expresión de San Agustín.

713 Los rasgos del Mesías se revelan sobre todo en los Cantos del Siervo (cf. Is 42,1-9 cf. Mt 12,18-21Jn 1,32-34 después Is 49,1-6 cf. Mt 3,17Lc 2, 32, y en fin Is 50,4-10 y Is 52, 13-53, Is 12). Estos cantos anuncian el sentido de la Pasión de Jesús, e indican así cómo enviará el Espíritu Santo para vivificar a la multitud: no desde fuera, sino desposándose con nuestra «condición de esclavos» (Ph 2,7). Tomando sobre sí nuestra muerte, puede comunicarnos su propio Espíritu de vida.

1286 En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado (cf. Is 11,2) para realizar su misión salvífica (cf Lc 4,16-22Is 61,1). El descenso del Espíritu Santo sobre Jesús en su Bautismo por Juan fue el signo de que él era el que debía venir, el Mesías, el Hijo de Dios (Mt 3,13-17Jn 1,33-34). Habiendo sido concedido por obra del Espíritu Santo, toda su vida y toda su misión se realizan en una comunión total con el Espíritu Santo que el Padre le da «sin medida» (Jn 3,34).

1287 Ahora bien, esta plenitud del Espíritu no debía permanecer únicamente en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico (cf Ez 36,25-27; Jl 3,1-2). En repetidas ocasiones Cristo prometió esta efusión del Espíritu (cf Lc 12,12; Jn 3,5-8; 7,37-39; 16,7-15; Hch 1,8), promesa que realizó primero el día de Pascua (Jn 20,22) y luego, de manera más manifiesta el día de Pentecostés (cf Hch 2,1-4). Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar «las maravillas de Dios» (Hch 2,11) y Pedro declara que esta efusión del Espíritu es el signo de los tiempos mesiánicos (cf Hch 2, 17-18). Los que creyeron en la predicación apostólica y se hicieron bautizar, recibieron a su vez el don del Espíritu Santo (cf Hch 2,38).

2443 «(…) La buena nueva ‘anunciada a los pobres’ (Mt 11,5Lc 4,18)) es el signo de la presencia de Cristo.

San Pío X: Esta unción de Jesucristo no fue corporal, como la de los antiguos reyes, sacerdotes y profetas, sino toda espiritual y divina, porque la plenitud de la divinidad habita en Él sustancialmente. Catecismo Mayor

Pablo VI, «Es un deber de la Iglesia ayudar a que nazca la liberación… y hacer que sea total».

“Los pueblos hambrientos interpelan con acento dramático a los pueblos opulentos. Yo me veo obligado a denunciar estas miserias; quieran los responsables del mundo oírnos, antes de que sea tarde”.

«el Espíritu Santo, hoy igual que en los comienzos de la Iglesia, actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por Él, y pone en los labios las palabras que por sí solo no podría hallar».

San Juan XXIII, Cada uno de los Santos es una obra maestra del Espíritu Santo (Aloc. 5-VI-1960).

San Juan Pablo II «con sus hechos y palabras, Cristo hace presente al Padre entre los hombres» (Dives in misericordia, n. 3).

«Al ser Él la “Buena Nueva”, existe en Cristo plena identidad entre mensaje y mensajero, entre el decir, el actuar y el ser» (Redemptoris missio, n. 13)

“Él realiza ‘un año de gracia del Señor’, que anuncia no solo con la palabra, sino antes que nada con sus obras. Jubileo, es decir, ‘un año de gracia del Señor’ es la característica de la actividad de Jesús y no solamente la definición cronológica de una fecha que se repite” Tertio Millennio Adveniente, nº 11.

“Todo el rico contenido de las lecturas bíblicas de la liturgia de este domingo se podría encerrar en dos expresiones: “cuerpo” y “palabra”. (Homilía en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir, 27 de enero de 1980)

«El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena, ya que consiste en la participación de la vida misma de Dios. »6. (Evangelium Vitae).

El Espíritu Santo nos hace ver de modo nuevo a los demás, como hermanos y hermanas en Jesús, a los que hemos de respetar y amar.

El Espíritu Santo verdaderamente nos transforma y cuenta con nosotros para transformar el mundo en que vivimos.

«Los Evangelios no pretenden ser una biografía completa de Jesús según los cánones de la ciencia histórica moderna. Sin embargo, de ellos emerge el rostro del Nazareno con un fundamento histórico seguro, pues los evangelistas se preocuparon de presentarlo recogiendo testimonios fiables y trabajando sobre documentos sometidos al atento discernimiento eclesial» (Novo millennio ineunte, n. 18).

Benedicto XVI ¿qué es este «poder» del Espíritu Santo? Es el poder de la vida de Dios. 20 de julio de 2008.

El profeta presenta al Mesías como aquél que viene por el Espíritu Santo, como aquél que posee la plenitud de este Espíritu en sí y, al mismo tiempo, para los demás, para Israel, para todas las naciones y para toda la humanidad. Spe Salvi, 50.

La Iglesia se funda sobre la Palabra de Dios, nace y vive de ella. A lo largo de toda su historia, el Pueblo de Dios ha encontrado siempre en ella su fuerza, y la comunidad eclesial crece también hoy en la escucha, en la celebración y en el estudio de la Palabra de Dios. (Verbum Domini, 3).

“La Palabra divina, por tanto, se expresa a lo largo de toda la historia de la salvación, y llega a su plenitud en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios»” (Verbum Domini, 7).

La Palabra aquí no se expresa principalmente mediante un discurso… Aquí nos encontramos ante la persona misma de Jesús… la palabra definitiva que Dios dice a la humanidad. (12) Ahora la Palabra no sólo se puede oír… sino que tiene un rostro que podemos ver: Jesús de Nazaret. (Verbum Domini, 11-12).

Cada hombre se presenta como el destinatario de la Palabra, interpelado y llamado a entrar en este diálogo de amor mediante su respuesta libre. Dios nos ha hecho a cada uno capaces de escuchar y responder a la Palabra divina. (Verbum Domini, 22).

No podemos guardar para nosotros las palabras de vida eterna que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo: son para todos. (Verbum Domini, 91).

“Este pasaje nos interpela también «hoy» a nosotros. En primer lugar, nos hace pensar en nuestra forma de vivir el domingo: día de descanso y de la familia, pero ante todo un día para dedicar al Señor, participando en la Eucaristía, en la cual somos alimentados por el Cuerpo y la Sangre de Cristo y de su Palabra de vida. En segundo lugar, en este tiempo de dispersión y distracción, el evangelio nos invita a preguntarnos acerca de nuestra capacidad para escuchar!”. 27 de enero de 2013

Jesús es el «hoy» de la salvación en la historia(27 de enero de 2013)

Papa Francisco, «En el centro de la vida del pueblo santo de Dios y del camino de la fe no estamos nosotros, con nuestras palabras; en el centro está Dios con su Palabra».2022,

Todo el camino de nuestra redención está signado por los pobres. Evangelii gaudium: 197.

A los que estaban cargados de dolor, agobiados de pobreza, les aseguró que Dios los tenía en el centro de su corazón. Y enseñó que la misericordia hacia ellos es la llave del cielo.

¿Qué significa evangelizar a los pobres? Significa, antes que nada, acercarlos, tener la alegría de servirles, liberarlos de su opresión, y todo esto en el nombre y con el Espíritu de Cristo, porque es Él el evangelio de Dios, es Él la misericordia de Dios, es Él la liberación de Dios, es Él que se ha hecho pobre para enriquecernos con su pobreza. Ángelus 2016

Nolan «Evangelizar es liberar por la Palabra» ().

CONTO

LA MEJOR RELIGIÓN

En una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, Leonardo Boff se acercó al Dalai Lama y le preguntó:

Santidad, para usted… ¿cuál es la mejor de todas las religiones?

El teólogo católico esperaba que dijera “El budismo tibetano” o las religiones orientales, que son mucho más antiguas que el cristianismo.

El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió y le miró fijamente a los ojos:

La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al Infinito. La que te hace mejor.

¿Y… qué es lo que me hace mejor?

Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más humanitario, más responsable, más ético… La religión que consiga hacer eso de ti… es la mejor religión para ti.

Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías

MIRAR EL FONDO

Una princesa recibió por su cumpleaños de su prometido un paquete pesado de forma esférica.

Impaciente por la curiosidad lo abrió y encontró….una gruesa bala de cañón.

Desilusionada y furiosa tiró contra el suelo el negro proyectil de bronce. Al caer a tierra, el caparazón exterior de la esfera se abrió y apareció una bola más pequeña de plata. La princesa la recogió en seguida. Al darle vueltas en la mana hizo una ligera presión sobre la superficie.

La bola de plata de abrió también y apareció un pequeño estuche de oro. Esta vez la princesa abrió el estuche con facilidad. En su interior, sobre una blanda superficie de terciopelo negro, destacaba una magnífica sortija engarzada con espléndidos brillantes, que hacían corona a dos sencillas palabras: “TE AMO”.

Tomado de P. Diego Millán

«HERMANO, YA ESTAMOS PREDICANDO».

Érase una vez un seguidor de San Francisco de Asís que le pedía: «Francisco, enséñame a predicar». Y San Francisco le llevaba a visitar a los enfermos, a ayudar a los niños, y a dar comida a los pobres. Juntos recorrían las calles de Asís haciendo el bien a todos. El discípulo le preguntaba , ¿pero cuándo me vas a enseñar a predicar? Francisco le contestaba: «hermano, ya estamos predicando».

Tomado de Juan Jáuregui

ÉRASE UNA FAMILIA FELIZ

Que vivía en una casita de suburbio. Pero una noche estalló de improvisto en la cocina un incendio espantoso.

Cuando las llamas comenzaron a propagarse, padres e hijos salieron fuera corriendo. Se abrazaron e impotentes, contemplaban desconsolados su hogar envuelto en llamas y humo.

Entonces, con horror y pena indescriptibles, cayeron en la cuenta de que faltaba el más pequeño, un niño de cinco años. En el momento de salir, asustado por el crepitar de las llamas y sintiéndose ahogar por la acidez del humo, volvió atrás y subió al piso de arriba.

¿Qué hacer? El padre y la madre se miraron desesperados e impotentes, las dos hermanitas comenzaron a llorar: lanzarse a aquel horno era imposible. Y los bomberos no acababan de llegar…

Pero he aquí que arriba, en lo alto, se abrió la ventana del desván, y el niño se asomó gritando con fuerza: “¡Papá, papá!”

El padre, esperanzado, respondió: “¡Salta hijo, salta!”

Debajo de sí el niño sólo veía fuego y humo, pero oyó la voz de su padre y contestó: “¡Papá, no te veo!…”

“Te veo yo, hijo, y basta. ¡Salta!” gritó el hombre con toda su alma. El niño saltó y cayó sano y salvo en los cariñosos brazos de su padre, que lo había recogido al vuelo.

Con Dios sucede lo mismo…

Tomado de Juan Jáuregui

ANÉCDOTA

TEÓFILO,

El «amado de Dios».

º«JESÚS VOLVIÓ A GALILEA«.

El lugar que escogió Jesús para desempeñar su actividad es significativo. Allí se daba en tiempos de Jesús, un doble cautiverio: el de la política del gobierno de Herodes Antipas (4 a.C.-39 d.C.) y el de la religión oficial. A causa de la explotación y de la represión política de Herodes Antipas, mucha gente quedaba marginada y sin empleo (Lc 14,21: Mt 20,3.5-6). Y la religión oficial llevada a cabo por las autoridades religiosas, en vez de fortalecer la comunidad para que pudiera acoger a los excluidos, usaba la Ley de Dios para justificar la exclusión de muchos: mujeres, niños, samaritanos, extranjeros, leprosos, posesos, publicanos, enfermos, mutilados, parapléjicos… ¡Todo lo contrario de la fraternidad que Dios soñó para todos! Así pues, la situación política y económica, así como la ideología religiosa contribuían a debilitar la comunidad local impidiendo así la manifestación del Reino de Dios. Por tanto, el contexto, la situación real de las gentes, su sufrimiento, etc… le hace optar por Galilea. Ahí es donde quiere Jesús hacer presente a Dios, donde Dios tiene algo que decir y hacer, ahí precisamente quiere lanzar su propuesta para tantos que estaban mal. Allí llega «con la fuerza del Espíritu».

Tomado de Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

MARTIN LUTHER KING

En 1963, el pastor protestante llegaba a Washington encabezando una marcha de la población afroamericana. A los pies del monumento a Liconn pronunció aquellas famosas palabras. “Tengo un sueño”. Soñaba que la humanidad comprendería algún día que estamos hechos para vivir juntos, en hermandad. Soñaba que cada uno será valorado por el contenido de su persona y no por el color de su piel. Soñaba que la fraternidad será algo más que una palabra bonita colocada al final de un sermón. Y decía que la única fuerza que había para cumplir es sueño era la fe.

Una fe que acogiendo el mensaje del evangelio, nos cambie la vida y nos mueva a actuar de otro modo. Hoy es el día. Es la hora de acoger el evangelio, cambiar la vida y actuar de otro modo.

Tomado de Fr. Ricardo de Luis, OP

MADRE TERESA

Cuentan que un P. Franciscano fue designado como guía de Madre Teresa de Calcuta durante su visita a Australia. Entusiasmado e ilusionado por la oportunidad de estar cerca de esta gran mujer, soñaba con aprender mucho en su compañía. Durante la visita la Madre Teresa estaba tan solicitada por todos que no tuvo tiempo para conversar.

Cuando terminó la visita se dirigía a Nueva Guinea y el P. Franciscano le preguntó : ¿Si me pago el billete puedo acompañarla y sentarme a su lado y aprender sus enseñanzas?

Madre Teresa le contestó: Si tienes dinero para el viaje, da el dinero a los pobres y aprenderás más de lo que yo te pueda enseñar.

Madre Teresa comprendió el ministerio de Jesús, lo hizo suyo y lo puso en práctica. Sobran los predicadores, faltan los hacedores de la Escritura.

Tomado de P. Félix Jiménez

EL LIBRO DE NEHEMÍAS

(Como el de Esdras, con el cual, inicialmente, formaba una unidad) pertenece al período que sigue al regreso de los exiliados judíos de Babilonia.

Estamos en los siglos V-IV antes de Cristo; para los habitantes de Jerusalén, es todavía un tiempo de miseria y desolación, con la ciudad sin murallas y sin puertas, una sombra negra de aquella bella ciudad que había sido. Nehemías, un alto funcionario del rey Artajerjes, entristecido por las noticias recibidas desde Jerusalén, obtiene del rey autorización para instarse en la capital judía.

Nehemías va a comenzar su actividad con la reconstrucción de la muralla (cf. Ne 3- 4) y combatiendo las injusticias cometidas por los ricos contra los pobres (cf. Ne 5). Después, procurará restaurar el culto (cf. Ne 8-9).

En este contexto de preocupación por la restauración del culto es donde podemos situar el texto que se nos propone: Nehemías reúne a todo el Pueblo “en la plaza de la Puerta del Agua”, para que escuche la lectura de la Ley. Se trata de recordar al Pueblo el compromiso fundamental que Israel asumió con su Dios: sólo así será posible preparar ese futuro nuevo que Nehemías sueña para Jerusalén y para el Pueblo de Dios.

Tomado de Dehonianos

EVANGELIO DE HOY

Estamos en la década de los 80 cuando, desaparecidos ya los “testigos oculares” de Cristo, el cristianismo comienza a enfrentarse con una serie de herejías y de desvíos doctrinales que ponen en peligro la causa de la identidad cristiana. Era, pues, necesario, recordar a los creyentes sus raíces y la solidez de esa doctrina recibida de Jesús, a través del testimonio legítimo que es la tradición transmitida por los apóstoles.

Tomado de Dehonianos

ESQUEMA DEL CULTO SINAGOGAL DE SU TIEMPO.

En el sábado, día de descanso y oración para los judíos (Ex 20,8-11), se reunían para instruirse en la Sagrada Escritura. Comenzaba la sesión recitando juntos la Shemá, resumen de los preceptos del Señor, y las dieciocho bendiciones. Después se leía un pasaje del libro de la Ley —el Pentateuco— y otro de los Profetas. El presidente invitaba a alguien de los allí presentes a dirigir la palabra (cfr Hch 13,15). A veces se levantaba alguno voluntariamente para cumplir el encargo. Así debió de ocurrir en esta ocasión. Jesús busca la oportunidad de instruir al pueblo (v. 16), y lo mismo harán después los Apóstoles (cfr Hch 13,5.15.42.44; 14,1; etc.). La reunión terminaba con la bendición sacerdotal (cfr Nm 6,22ss.), recitada por el presidente o un sacerdote si lo había, a la que todos respondían: «Amén».

Tomado de Biblia de Navarra

«LA ESCUELA DEL LIBRO»

Cada sinagoga tenía la obligación de disponer de dos rollos de la escritura. Un primer rollo contenía La Torá, o lo que es lo mismo: la Ley de Dios dada a Moisés (nuestro actual Pentateuco).

Un segundo rollo contenía el texto de la profecía de Isaías. Algunas sinagogas disponían además de otros profetas: Malaquías, Jeremías, Zacarías, Oseas…

En tiempos de Jesús todas las sinagogas funcionaban también como una especie de escuela elemental en la que se enseñaba a los niños de 6 a 12 años a leer la Palabra de Dios. Estas «Escuelas del Libro» (Bet ha-sefer) estaban regidas por una especie de maestro-sacristán (‘azzan) que instruía a los niños.

Según documentos de la época la mayoría de judíos sabía leer la Palabra de Dios. No así escribir, pues el oficio de escriba estaba reservado a una minoría. Por este motivo, la mayoría de judíos adultos estaban en disposición de proclamar la Palabra de Dios en la sinagoga. Algunos de ellos después de haber leído el texto en hebreo clásico hacían una traducción al arameo, lengua de uso común entre los contemporáneos de Jesús.

Esta traducción incluía comentarios y actualizaciones de la Palabra, similares a las homilías que hace el sacerdote en nuestras iglesias. Las aplicaciones recibían en nombre de «midrash», palabra hebrea que significa: buscar. Pretendían buscar el sentido del texto.

Tomado de Tiempo Interior

LA SINAGOGA

Era una especie de sucursal o sucedáneo del templo. En tiempo de Jesús, el culto con sacrificios de animales estaba centralizado en Jerusalén, donde se hallaba el único santuario del país. También había un tem­plo con sacrificios de animales en Samaría, pero los samarita­nos eran considerados por los judíos como cismáticos ya desde el siglo VIII a. C.

La relación estrecha entre la sinagoga y el templo queda­ba patente hasta en su orientación espacial: el ábside de la misma o el tabernáculo, lugar donde se colocaban los rollos de la Torá, estaba orientado hacia el templo de Jerusalén. A los rabinos, por lo demás, les gustaba considerar la sinagoga como un templo en miniatura. El tabernáculo se hallaba en un es­pacio denominado (lugar) ‘santo’, aludiendo al Sancta Sanctorum del templo de Jerusalén; lugar que estaba separado del resto de la sinagoga por una cortina, como en el templo jero­solimitano. A lo largo de las paredes de la sinagoga solía haber bancos para los fieles; en medio, delante del (lugar) ‘santo’, sobre un estrado, estaba el púlpito (bimah) para la lectura de la Escritura, ‘Torá o Haftará’ (la Ley o los Profetas), así como para la oración solemne.

Había culto todos los sábados, día en que Yahvé, según el libro del Génesis (2,2ss), terminó de crear el mundo, to­mándose un descanso de tan ardua tarea.

Tomado de Mercaba

EL AÑO DE GRACIA DEL SEÑOR (4, 19)

Evoca el anuncio del Jubileo (Lv 25, 8-22) previsto cada 49 años, con el perdón de las deudas, la devolución de propiedades y la manumisión de esclavos. Sin embargo, no se desarrolla luego en el evangelio, que se concentra más en curaciones y exorcismos individuales y en la enseñanza, aunque permanezca el ofrecimiento a los marginados. Habría que entenderlo como el cumplimiento definitivo de voluntad de Dios. La frase «hoy se ha cumplido» (4, 21) es historia, pero la evocación sirve para hacerla vida de la Iglesia en el momento presente. Esta actualización de la salvación es reiterada por Lucas (2, 11; 5, 26; 19, 5.9; 23, 43).

Pablo Alonso Vicente

Tomado de Alforjas de pastoral

CHISTE

AYUDAR A LOS DEMÁS

Dos cazadores están en el bosque cuando uno de ellos de repente cae al suelo. No parece que respire y tiene los ojos vidriosos, de modo que su amigo coge el teléfono móvil y llama al servicio de emergencias:

– «Oiga, mi amigo está muerto. ¿Qué hago? ¿Qué hago?»

– «Cálmese, tranquilo, ¡estamos aquí para ayudarle! Vamos a ver… Lo primero que tiene que hacer es asegurarse de que su amigo está realmente muerto…

Entonces se hace una pausa y a continuación se oye un disparo.

El cazador vuelve a coger el teléfono y dice:

– «De acuerdo, y ahora, ¿qué hago?»

POEMA

Howard Thurman escribió un bello poema titulado “El trabajo de Navidad” que recoge el sentido del texto del profeta Isaías y del ministerio de Jesús.

Cuando la canción de los ángeles se hace silencio,

Cuando la estrella en el cielo ha desaparecido,

Cuando los reyes y los príncipes están en casa,

Cuando los pastores están de nuevo con sus rebaños,

El trabajo de la Navidad comienza:

Encontrar a los perdidos,

Curar a los quebrantados,

Alimentar a los hambrientos,

Liberar a los oprimidos,

Poner paz entre los hermanos,

Hacer música en el corazón.

Tomado de P. Félix Jiménez

“Compartid cuerpo y sangre,

compartid tierra y agua,

compartid lucha y fiesta,

compartid entre todos”.

Desconocido en Claretianos 2004

Este evangelio, en verso, suena así:

En Nazaret, hoy, Jesús,

por el Espíritu ungido,

presenta con claridad,

su “PROGRAMA”, a sus vecinos.

Jesús no habla de pecados,

de oraciones, sacrificios…

Jesús se fija en el hombre

humillado y dolorido.

Él anuncia libertad

a los ciegos y cautivos,

ofrece un “Año de Gracia”

a los pobres y oprimidos.

A todos sus seguidores

Jesús nos marca el camino:

La Iglesia tiene su puesto

donde sufre el hombre herido.

En los que no tienen pan,

trabajo, techo o vestido,

en los pobres, nuestro Dios

quiere ser siempre servido.

Dios se esconde en el hermano

olvidado y deprimido.

Quien lo sirve con amor,

le da a su vida sentido.

Señor, que, como Jesús,

vivamos el compromiso

de anunciar la libertad

a los pobres y mendigos.

Javier Pérez Benedí

Tomado de Alforjas de Pastoral

ORACIÓN

LOS OJOS…PUESTOS EN TI

Los que esperan… tienen los ojos puestos en Ti para que no les defraudes

Los que desesperan… tienen los ojos puestos en Ti para que les des esperanza

Los tristes… tienen los ojos puestos en Ti, para que les bendigas con la alegría

Los abatidos… tienen los ojos puestos en Ti, para que les levantes

Los decepcionados…. tienen los ojos puestos en Ti, para que sean optimistas

Los pobres…. tienen los ojos puestos en Ti, para que se sientan ricos

Los orgullosos… que tengan los ojos puestos en Ti, y devuélveles la humildad

Los vanidosos… que pongan los ojos en Ti, y sientan que son poco o nada

Los confundidos… tienen los ojos puestos en Ti, para que Tú les señales un camino

Los sordos… tienen los ojos puestos en Ti, para que tu Palabra los haga sensibles

Los despistados… tienen los ojos puestos en Ti, para que encuentren certezas

Los sufridos… tienen los ojos puestos en Ti, para que les ayudes en dar con la justicia

Los hambrientos… tienen los ojos puestos en Ti, para que el mundo no olvide a los pobres

Los perseguidos…. tienen los ojos puestos en Ti, para que les sean libres

Los calumniados…tienen los ojos puestos en Ti, para que sigan adelante en su verdad

Los divididos…tengamos los ojos puestos en Ti, y veamos la comunión con el Padre, en el Hijo por el Espíritu Santo. Amén.

Javier Leoz

MEDITACIÓN

En la Sinagoga estaba establecido el pasaje que debía leerse. Pero, sea cual sea el pasaje, hoy está escrito para mi. Tanto si escucho la Escritura en la asamblea de los fieles, como si la escucho en privado, si Tu (Señor) lees por mi, siempre habrá un texto que me dirá algo en la situación en que me encuentro. Y si mi corazón está lleno de ti, descubriré inmediatamente la palabra que me puede dar el empuje y la ayuda que necesito»

Un monje de la Iglesia Oriental

Tomado de Mercabá

CANTO

Tu palabra es mi delicia – Jésed

Salmo 19 (18) – Tus palabras, Señor | Athenas

Ven y Lléname (Via Cantus Worship Collective) –

VIDEO

Seguiremos. Por Macaco y Hospital Sant Joan Déu

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela