III Domingo de Cuaresma

CITA

Nadie sabe de la sed, con que otro bebe.”

«…nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti»

(San Agustín).

«Bebe a Cristo. Es la fuente de la Vida»

(Amb in Ps. 1, 33).

El camino de la felicidad es decir si a Dios”.

Benedicto XVI

San Columbano Si tienes sed, bebe de la fuente de la vida; si tienes hambre, come el pan de la vida. Dichosos los que tienen hambre de este pan y sed de esta fuente: nunca dejan de comer y beber y siempre siguen deseando comer y beber. Tiene que ser muy apetecible lo que nunca se deja de comer y beber, siempre se apetece y se anhela, siempre se gusta y siempre se desea; por eso, dice el rey profeta: «Gustad y ved» qué dulce, «qué bueno, es el Señor». Instrucción 13 sobre Cristo fuente de vida, 2ss.

San Agustín “Ni en la comida ni en la bebida hay placer si no precede la molestia del hambre y de la sed.”

“La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre”.

«Aquel que pedía de beber, tenía sed de la fe de aquella mujer» (In Io. ev. Tract. XV, 11: PL 35, 1514).

“… (Jesús) pide de beber y promete dar de beber; necesita como si hubiera de recibir, y mana como si hubiera de saciar. «Si conocieras, dice, el don de Dios». Este don de Dios es el Espíritu Santo, pero todavía está oculto a la mujer y poco a poco va entrando en su corazón. Quizás ya lo está presagiando. ¿Hay algo más suave y bello que estas palabras: Si conocieras…? Agua viva es la que corre de una fuente…. es la que había allí, ¿cómo, pues, promete lo que pide?” (San Agustín, De diversis, 12).

San Atanasio «Estas son fuentes de salvación para que los que tienen sed se sacie con las palabras vivientes que contienen. Sólo en estas se proclama la doctrina de la piedad. Nadie añada a estas ni quite de ellas».

San Ambrosio «Descansar en Dios y contemplar su felicidad es algo digno de ser celebrado, algo lleno de felicidad y de tranquilidad. Huyamos, como ciervos, a la fuente de las aguas; que nuestra alma experimente aquella misma sed del salmista. ¿De qué fuente se trata? Escucha su respuesta: En ti está la fuente viva. Digámosle a esta fuente: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Pues la fuente es el mismo Dios».

San Cirilo de Jerusalén Se nos habla aquí de un nuevo género de agua, un agua viva y que brota; pero que brota sólo sobre los que son dignos de ella. Mas, ¿por qué el Señor da el nombre de agua a la gracia del Espíritu? Porque el agua es condición necesaria para la pervivencia de todas las cosas, porque el agua es el origen de las plantas y de los seres vivos, porque el agua de la lluvia baja del cielo, porque, deslizándose en un curso siempre igual, produce efectos diferentes. Diversa es, en efecto, su virtualidad en una palmera o en una vid, aunque en todos es ella quien lo hace todo; ella es siempre la misma, en cualquiera de sus manifestaciones, pues la lluvia, aunque cae siempre del mismo modo, se acomoda a la estructura de los se­res que la reciben, dando a cada uno de ellos lo que necesitan. De manera semejante el Espíritu Santo, siendo uno solo y siempre el mismo e indivisible, reparte a cada uno sus gracias según su beneplácito. Y, del mismo modo que el árbol seco, al recibir el agua, germina, así también el alma pecadora, al recibir del Espíritu Santo el don del arrepentimiento, produce frutos de justicia. Siendo él, pues, siempre igual y el mismo, produce di­versos efectos, según el beneplácito de Dios y en el nombre de Cristo».

San Juan Crisóstomo, Las Sagradas Escrituras no se nos han dado para eso, o sea para tenerlas únicamente en los libros, sino para que las grabemos en nuestros corazones. Explicación del Evangelio de San Juan (1), Homilía XXXII (XXXI), EDITORIAL TRADICIÓN, S.A., MEXICO, 1981, 264-72

“¡Válgame Dios! ¡Qué virtud tan grande la de esta mujer! ¡Con cuánta mansedumbre recibe la reprensión!”. “¿Qué hace la mujer? No lo llevó a mal; no abandonó a Cristo y se dio a huir, no pensó que él la injuriaba, sino que más bien se llenó de admiración y perseveró en su deseo. (…) Y ya bajo la sola sospecha de que Jesús es profeta, no pregunta nada terreno, ni suplica la salud corporal o riquezas, y haberes, sino inmediatamente pregunta acerca del dogma y la verdad. (…) Avergoncémonos y confundámonos” Ibid, p. 264 – 272.

San Alfonso María de Ligorio Tenemos en Jesucristo tres fuentes de gracias. La primera es de misericordia, en la que nos podemos purificar de todas las manchas de nuestros pecados. La segunda fuente es de amor; quien medita en los sufrimientos e ignominias de Jesucristo por nuestro amor, desde el nacimiento hasta la muerte, es imposible que no se sienta abrasado en la feliz hoguera que vino a encender por la tierra en los corazones de todos los hombres. La tercera fuente es de paz, quien desee la paz del corazón venga a mí, que soy el Dios de la paz.

San Josemaría Escrivá Tengo sed (Jn 19, 28). Desde la Cruz ha clamado: sitio!, tengo sed. Sed de nosotros, de nuestro amor, de nuestras almas y de todas las almas que debemos llevar hasta Él, por el camino de la Cruz, que es el camino de la inmortalidad y de la gloria del Cielo (San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, n. 202).

Catecismo de la Iglesia 27: El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador” (GS 19,1).

694 El agua, símbolo del Espíritu Santo: “El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que, después de la invocación del Espíritu Santo, ésta se convierte en el signo sacramental eficaz del nuevo nacimiento: del mismo modo que la gestación de nuestro primer nacimiento se hace en el agua, así el agua bautismal significa realmente que nuestro nacimiento a la vida divina se nos da en el Espíritu Santo. Pero «bautizados en un solo Espíritu», también «hemos bebido de un solo Espíritu» (1 Co 12,13): el Espíritu es, pues, también personalmente el Agua viva que brota de Cristo crucificado como de su manantial y que en nosotros brota en vida eterna” ().

1179 Dar a Dios culto en espíritu y en verdad: “El culto «en espíritu y en verdad» (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. Toda la tierra es santa y ha sido confiada a los hijos de los hombres. Cuando los fieles se reúnen en un mismo lugar, lo fundamental es que ellos son las «piedras vivas», reunidas para «la edificación de un edificio espiritual» (1 P 2,4- 5). El Cuerpo de Cristo resucitado es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua viva. Incorporados a Cristo por el Espíritu Santo, «somos el templo de Dios vivo» (2 Co 6,16)”

2652 «El Espíritu Santo es el “agua viva” que, en el corazón orante, “brota para vida eterna” (Jn 4,14). Él es quien nos enseña a recogerla en la misma Fuente: Cristo

2658 “La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). La oración, formada en la vida litúrgica, saca todo del amor con el que somos amados en Cristo y que nos permite responder amando como El nos ha amado. El amor es la fuente de la oración: quien saca el agua de ella, alcanza la cumbre de la oración:

San Juan Pablo II, Precisamente cuando la Samaritana se dirige a Jesús con las palabras: «Dame esa agua» (Jn4, 15), entonces El no tarda en indicar el camino que lleva a ella. Es el camino de la verdad interior, el camino de la conversión y de las obras buenas. Homilía (22-03-1981)

Benedicto XVI, Es imposible expresar en una breve explicación la riqueza de esta página evangélica: es preciso leerla y meditarla personalmente, identificándose con aquella mujer que, un día como tantos otros, fue a sacar agua del pozo y allí se encontró a Jesús sentado, «cansado del camino», en medio del calor del mediodía.

…la mujer samaritana representa la insatisfacción existencial de quien no ha encontrado lo que busca: había tenido «cinco maridos» y convivía con otro hombre; sus continuas idas al pozo para sacar agua expresan un vivir repetitivo y resignado. Pero todo cambió para ella aquel día gracias al coloquio con el Señor Jesús, que la desconcertó hasta el punto de inducirla a dejar el cántaro del agua y correr a decir a la gente del pueblo: «Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿será este el Mesías?» (Jn 4, 28-29). Ángelus (24-02-2008)

El cansancio de Jesús, signo de su verdadera humanidad, se puede ver como un preludio de su pasión, con la que realizó la obra de nuestra redención. En particular, en el encuentro con la Samaritana, en el pozo, sale el tema de la «sed» de Cristo, que culmina en el grito en la cruz: «Tengo sed» (Jn 19, 28). Ciertamente esta sed, como el cansancio, tiene una base física. …Esta agua representa al Espíritu Santo, el «don» por excelencia que Jesús vino a traer de parte de Dios Padre. Quien renace por el agua y el Espíritu Santo, es decir, en el Bautismo, entra en una relación real con Dios, una relación filial, y puede adorarlo «en espíritu y en verdad» (Jn 4, 23.24) Ángelus (27-03-2011)

Francisco, He aquí por qué el agua viva que es el Espíritu sacia la sed de nuestra vida, porque nos dice que somos amados por Dios como hijos, que podemos amar a Dios como sus hijos y que con su gracia podemos vivir como hijos de Dios, como Jesús. Audiencia general 08-05-2013

Al decirle, « dame de beber » (Jn 4, 7), y al hablarle del agua viva, el Señor suscita en la samaritana una pregunta, casi una oración, cuyo alcance real supera lo que ella podía comprender en aquel momento: « Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed » (Jn 4, 15). La samaritana, aunque « todavía no entendía », en realidad estaba pidiendo el agua viva de que le hablaba su divino interlocutor. Al revelarle Jesús su mesianidad (cf. Jn 4, 26), la samaritana se siente impulsada a anunciar a sus conciudadanos que ha descubierto el Mesías (cf. Jn 4, 28-30). Evangelii gaudium, n. 8.

Yo os pregunto a vosotros, también a mí: ¿cuál es tu cántaro interior, ese que te pesa, el que te aleja de Dios? Dejémoslo un poco aparte y con el corazón escuchemos la voz de Jesús, que nos ofrece otra agua, otra agua que nos acerca al Señor. Ángelus (23-03-2014)

P. Raniero Cantalamessa, Eternidad es una palabra que ha caído en «desuso». Se ha convertido en una especie de tabú para el hombre moderno. Se cree que este pensamiento puede apartar del compromiso histórico concreto para cambiar el mundo, que es una evasión, un «desperdiciar en el cielo los tesoros destinados a la tierra», decía Hegel.

Pagola Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían. Si, acogiendo en su vida a Jesús, conocieran el don de Dios, no lo abandonarían. Se sentirían a gusto con él.

Alessandro Pronzato, Un cántaro abandonado. La mujer había ido al manantial para sacar agua; esto era lo más urgente para ella. Ahora ha descubierto un quehacer más importante a que dedicarse. He ahí las señales inconfundibles del encuentro. He ahí sus consecuencias. Nunca es inocuo. Nunca deja las cosas como están. (vea el ejemplo del príncipe mendigo)(EL PAN DEL DOMINGO CICLO A, EDIT. SIGUEME SALAMANCA 1986.Pág. 61)

Franz Jalics, «Cuando explico que no es posible centrarse en Él sin desprendernos del mundo, frecuentemente tropiezo con críticas, incomprensión y oídos sordos. Suelo experimentar una impotencia ante la imposibilidad de hablar sobre la relatividad de la vida. Sólo se desea oír hablar de Dios en la medida en que se le puede incorporar a nuestro mundo, a nuestro proyecto de vida de manera inofensiva o con sólo pequeños cambios. Se pretende que Dios sea útil a nuestro mundo. Pero cuando hablo de lo efímero del mundo, del sufrimiento, del sentido del sacrificio y de la renuncia, se difunde el miedo» Ejercicios de contemplación, 52

Jean Vanier: «La mujer no comprende bien. Ella habla del agua del pozo. Jesús de aquello que nos da la vida. Lo que nos hace ser felices y plenos. El agua es la vida. Y Él ha venido a liberarnos de toda forma de esclavitud. La de nuestros prejuicios, miedos, pulsiones de éxito o poder. Para cambiar nuestra mirada. Para mirar al otro como Dios lo mira».

«Descubro que soy amado por Dios así como soy. Quisiera que cada uno lo pueda descubrir. Con sus propias discapacidades, dificultades de perdonar, todo lo que es de las tinieblas que está dentro de nosotros. Con todo lo que está herido en mí. Y todo lo que quiere es darnos el Espíritu que va a ayudarnos a crecer, a perdonar, a amar a los que parecen ser nuestros enemigos. Que va a cambiar nuestro corazón de piedra en corazón de carne».

«Yo les invito a descubrir a Jesús cansado, pequeño, que dice que me necesita. Nos habla desde abajo. Es el misterio de ese Jesús que me dice que me necesita. Lo dice a nuestro corazón. Liberado de nuestros miedos y prejuicios. Para que podamos seguir a Jesús. ¿He podido descubrir a Dios oculto en los pobres, en la pobreza?».

Porchia advertía que su sed «agradece un vaso de agua, no un mar de agua».

Javier Echevarría “El ser humano posee una capacidad de infinito que solo el Infinito, Dios mismo, puede saciar. Hay en nosotros un fondo que nada ni nadie, excepto Dios, logra llenar; y, en consecuencia, existe —incluso en las más grandes amistades y en los más grandes amores— una cierta experiencia de límite, de soledad no superada. En ocasiones, esa experiencia engendra miedo, repliegue sobre sí mismo para conservar un reducto de intimidad en el que nadie entre; en otras, impulsa hacia adelante, a buscar algo más. De este modo se encauza una inquietud del espíritu que solo en Dios puede encontrar finalmente reposo.”

La esperanza cristiana nos mueve, de una parte, a no perder nunca de vista la meta última de nuestra peregrinación terrena, que es la posesión de Dios en el Cielo; y, de otra, a alcanzar paz en la lucha, firmeza en las dificultades, victoria en las tentaciones, aunque de cuando en cuando caigamos por tierra, a causa de la debilidad humana, y hayamos de levantarnos (Javier Echevarría, Carta 1.I.1998, Romana n. 26).

Cabodevilla: “Cualquier forma de sed es sed de Dios”.

Alexis Carrel: “El ser humano tiene necesidad de Dios, como del agua y del oxígeno”.

Martin lutero «La Biblia es una fuente extraordinaria: cuanto más se saca y se bebe de ella, más estimula la sed».

Tomás de Aquino «Dentro de cada alma hay sed de felicidad y significado».

Charles Spurgeon «Nuestra miseria es que tenemos tan poca sed de estas cosas sublimes, y tanta de las burdas bagatelas del tiempo y el espacio».

Carlos Ruiz Zafón «No sabes qué es la sed hasta que bebes por primera vez».

Christopher A. Cunningham «Al igual que con ella, puedes tener sed y buscar saciarla con muchas cosas, pero solo el Agua Viva puede saciar un alma sedienta».

Rumi «No sólo los sedientos buscan el agua, el agua también busca a los sedientos».

Proverbio holandés «Quien no tiene sed no tiene nada que hacer en la fuente».

Bob Marley «En la abundancia de agua, el tonto tiene sed»

Kabir «¡Mírate loco! ¡Gritando que tienes sed y muriendo en un desierto, cuando a tu alrededor no hay nada más que agua!»

CONTO

¿ POR QUÉ NO PROBAR CON DIOS?

Día tras día, el discípulo hacía la misma pregunta: ¿Cómo puedo encontrar a Dios?

Y día tras día recibía la misma y misteriosa respuesta: A través del deseo.

Pero ¿acaso no deseo yo a Dios con todo mi corazón? Entonces, ¿por qué no lo he encontrado?

Un día mientras se hallaba bañándose en el río en compañía de su discípulo, el Maestro le sumergió bajo el agua, sujetándole por la cabeza, y así le mantuvo un buen rato mientras el pobre hombre luchaba desesperadamente por soltarse.

Al día siguiente fue el Maestro quien inició la conversación: ¿Por qué ayer luchabas tanto cuanto te tenía yo sujeto bajo el agua? Porque quería respirar.

El día que alcances la gracia de anhelar a Dios como ayer anhelabas el aire, ese día le habrás encontrado.

Pero si no tienes ese deseo, esa sed de Dios, por más que luches con tu inteligencia, con tus labios y todas tus fuerzas, no lo podrás encontrar. Mientras no se despierte en ti esa sed, no vales más que un ateo. Incluso a veces el ateo es sincero, y tu no lo eres.

Anthony de Mello

Tomado de Alejandro Illescas

RODEADOS DE AGUA DULCE

A Booker T. Washington le gustaba contar la historia de un buque que navegaba por el sur del océano Atlántico y hacía señas a otro buque que navegaba por allí: Ayudadnos. No agua, Nos morimos de sed. Los del otro buque les gritaron: Echen sus cubos donde están. Los del barco siguieron gritando: Ayuda. No agua. Nos morimos de sed.

La respuesta era siempre la misma. Desesperados decidieron seguir el consejo y llenaron sus cubos con agua clara, fresca y dulce de la desembocadura del Amazonas.

Estaban rodeados de agua dulce por los cuatro costados, sólo tenían que cogerla, peros ellos ignorantes pensaban que se encontraban rodeados de aguas saladas.

Tomado de P. Félix Jiménez

LA SED

Iba yo en un tren, de noche. El departamento estaba completamente lleno y, de madrugada, un niño de mantas comenzó a llorar.

Comenzó a llorar con violencia.

La madre del niño hizo todas las maniobras que se podían hacer para tratar de sosegarle: le dio vueltas cambiándole de postura, le sacaba las manos fuera de las mantas, se las volvía a meter…

Hubo, además, varios voluntarios del departamento que colaboraron en la tarea de tranquilizar al pequeño. Inútilmente.

El chico seguía llorando con todas sus fuerzas. Hasta que su madre, de pronto, cayó en la cuenta de que su niño a lo mejor tenía sed.

Y entonces, tomando de la red una botella de agua que llevaba, le dio de beber con una cucharilla. Poco después el niño dormía plácidamente y estaba tranquilo y sosegado. El niño tenía sed, pero no lo sabía.

He recordado a aquel niño que gritaba en la noche, pensando en el malestar del hombre.

Es muy frecuente que cuando notamos en nuestra intimidad la presencia del malestar del desengaño, de la tristeza, busquemos las causas e indaguemos, por ejemplo, como causa de nuestra irritación la conducta de los que nos rodean.

El marido puede pensar que se irrita por culpa de su mujer; la mujer puede pensar que se enfada por culpa de su marido; los padres, por culpa de los hijos: lo hijos, por culpa de los padres.

Cuando sentimos dentro de nosotros el malestar punzante de la desilusión, muchas veces pensamos que esta desilusión está causada por un trabajo ingrato, por culpa de los superiores, por culpa de los inferiores, por culpa de las circunstancias desfavorables, por culpa de la envidia ajena…

En definitiva: cuando el hombre quiere ahondar en las raíces de su falta de felicidad, de su descontento íntimo y de su irritación aparentemente injustificada, el hombre que somos cualquiera de nosotros es capaz de presentar una larga lista de culpables. Pero yo recuerdo el llanto del niño en la noche para que sepamos que, en definitiva, el malestar más hondo del hombre es la sed. El hombre es un ser sediento.

A. García Dorronsoro, Tiempo para creer

Tomado de anecdonet

ANÉCDOTA

NARCISO SEDIENTO

Hay un mito de un joven llamado Narciso que descubrió su hermosura al contemplarse en un lago. Pasaba horas y horas mirándose, sin registrar que pasaba el tiempo, sin registrar sus necesidades. Tenía hambre y sed. Podría haberse saciado bebiendo en sus transparentes aguas.

Pero tan enamorado estaba de su imagen que quiso abrazarla y se arrojó a las aguas. Nunca más se supo de él… La leyenda dice que una bella flor lleva su nombre.

Podemos ser Narciso. De selfi en selfi, buscándonos a nosotros mismos. Enamorados de la mismidad. De hecho self significa «yo», más específicamente: «sí mismo».

Y también podemos acercarnos a la fuente buscando el amor. Aunque el amor verdadero solo se da con un otro distinto. El otro es el que me revela que estoy allí. Es muy importante reconocer que somos seres necesitados. Necesitamos registrarnos, cuidar de nosotros mismos, saciar nuestra sed natural, de afecto, de vínculos, de Dios.

Narciso no pudo reconocerlo y desfalleciendo se arrojó, en lugar de beber. Muchas veces nosotros nos lanzamos detrás de amores incompletos, sin reconocer lo que necesitamos. Porque un amor que ahoga, mata. En cambio, el amor verdadero nos da vida. El amor es salir de sí mismo. Está más allá de mí.

Y además el amor verdadero nos hace bien. El amor verdadero nos salva.

Marta Porta, hvn

Tomado de pastoralsj

Un surtidor es un chorro de agua que brota o sale. Uno de los espectáculos de la ciudad de Las Vegas es contemplar el espectáculo de las fuentes de un conocido hotel, cuyos surtidores funcionan al compás de la música, cambiando de forma e intensidad. Las fuentes con surtidores se instalan en parques y jardines, porque su vista y su sonido son un signo de vida, y resultan agradables y relajantes. Pero los surtidores no tienen sólo una función decorativa, también se instalan surtidores para poder beber, para el riego, o para repostar combustible en los vehículos automóviles.

Tomado de accióncatólica

LA SAMARITANA ES UNA MUJER.

Cincuenta años después de Cristo, el historiador judío Flavio Josefo, que vivió en ambiente romano, afirma que, en general, el pensamiento hebreo acerca de la unión matrimonial: “La mujer es inferior al hombre en todo”. En las plegarias de los hebreos el hombre daba gracias a Dios por no haber nacido infiel, mujer, esclavo o ignorante.

Jesús se relaciona con la mujer con una atención afectuosa y la ennoblece haciéndola, en alguna forma, protagonista de sus enseñanzas de salvación. Habla con la Samaritana (Jn 4, 1-42); cuando los discípulos de regreso de buscar alimentos en la aldea vecina, encuentran a Jesús sentado en el pozo hablando con una mujer de Samaria,”se sorprendieron de que hablara con una mujer”.

Tomado de P. Eusebio Gómez Navarro catholic.net

MUEREN POR SALVAR A UN BORRACHO (Romanos 5,1-2.5-8)

Ocurrió en La Coruña en la madrugada del 27 de enero de 2012, cuando un universitario eslovaco, con más cubatas de la cuenta, se empeñó en bañarse por la noche en la playa a pesar de que las condiciones del mar lo desaconsejaban. Cuando se estaba ahogando, tres policías se lanzaron al agua para salvarlo. Los tres murieron ahogados, igual que el muchacho. Me indignan estas personas irresponsables que ocasionan la muerte de gente inocente, mejores que ellos.

Pero este hecho me trae a la memoria las palabras de Pablo: «Por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros». Nosotros nos parecemos al universitario borracho; si arriesgamos estúpidamente nuestra vida, nadie debe perder la suya por salvarnos. Sin embargo, eso es precisamente lo que hizo Jesús y lo que celebraremos en la próxima fiesta de Pascua. Algo que nunca podremos agradecer debidamente.

El número 5 es simbólico: Los samaritanos admitían solo los 5 libros del Pentateuco. Los colonos traídos por los asirios eran de 5 ciudades y de cada una habían traído su propio dios. En 2 Re 17,24 se mencionan 5 ermitas en Samaría. Se usaba el termino “Ba´al” para designar al esposo, pero era también el nombre de una divinidad. Samaría ha tenido cinco dioses, y el que tiene ahora (Yahvé) al compartirlo, tampoco es su (Ba´al).

Samaría se ha entregado a otros maridos-señores-dioses. Está pues alejada de Yahvé. Debe recuperar su verdadero esposo (Dios). Os 2,18: “Aquel día… me llamarás esposo mío, ya no me llamarás baal mío. Le apartaré de la boca los nombres de los baales”. Jesús le dice que su culto está prostituido, por eso ella pasa luego al tema del templo.

José Luis Sicre

TENGO SED DE ETERNIDAD

El filósofo Miguel de Unamuno (que además era un pensador «laico»), a un amigo que le reprochaba, como si fuera orgullo o presunción, su búsqueda de eternidad, respondía en estos términos: «No digo que merezcamos un más allá, ni que la lógica lo demuestre; digo que lo necesitamos, merezcámoslo o no, simplemente. Digo que lo que pasa no me satisface, que tengo sed de eternidad, y que sin ésta todo me es indiferente. Sin ella no existe ya alegría de vivir… Es demasiado fácil afirmar: “Hay que vivir, hay que conformarse con esta vida”. ¿Y los que no se conforman?». No es quien desea la eternidad el que muestra que no ama la vida, sino quien no la desea, dado que se resigna tan fácilmente al pensamiento de que aquella deba terminar.

Tomado de P. P. Raniero Cantalamessa

SICAR · SIQUEM

Sicar es una ciudad de Samaría situada cerca del Pozo de Jacob, lugar donde Jesús se encuentra con la samaritana. El pozo de agua abundante era símbolo de vida en una región de abundantes desiertos y zonas áridas.

Recuerdo lo que me contaba un amigo en una convivencia de adolescentes preguntó qué entendían ellos por felicidad y cómo ser felices. Una adolescente respondió con prontitud, sin pensárselo dos veces: Yo sería feliz en unos Grandes Almacenes con una tarjeta VISA Oro»

Péruy dijo que el gran y terrible descubrimiento de todos los hombres de cuarenta años es constatar que no se es feliz y que nadie lo ha sido y que nadie lo será jamás.

El hombre, el ser humano, tiene sed de muchas cosas:

– Tiene sed de cultura: de saber, conocer, investigar…

– Tiene sed de diversión: placeres, satisfacciones…

– Tiene sed de paz: vivir en armonía.

– Tiene sed de poder: de dominio, de mando.

– Tiene sed de posesión: de tener muchas cosas.

– Tiene sed de riqueza: de dinero, de bienestar.

– Tiene sed de salud: los enfermos.

P. Juan Jáuregui Castelo

5 COSAS QUE TAL VEZ NO CONOCÍAS

5. El Pozo de Jacob evoca un contexto nupcial

El episodio comienza con Jesús en camino a Galilea, y descansando en el pozo de Jacob. La historia de ese pozo la encontramos en el capítulo 29 del Génesis, donde Jacob conoce a su esposa Raquel, cuando ella llega a dar de beber a los animales de su padre Labán en este pozo, y él va de camino a Padán Aram, luego que Isaac le prohíbe casarse con una mujer cananea.

Pero no solo Jacob encontró esposa cerca del agua, la historia de su padre Isaac con Rebeca también comienza alrededor de un pozo. El capítulo 24 del Génesis nos cuenta que Abraham mandó a su servidor a buscar una esposa para su hijo Isaac a su país natal, y es Rebeca la que da de beber al rebaño que el servidor llevaba, que era precisamente la señal que él había pedido a Dios para que le indicase la mujer correcta.

También Moisés conoce a su mujer Sipora en un pozo. En Éxodo 2 leemos que, luego de huir porque se sabía que había matado a un egipcio, Moisés descansó junto al pozo y hasta ese lugar llegaron las hijas de Reuel, sacerdote de Madián, entre ellas Sipora, para dar agua a sus ovejas. Cuando un grupo de pastores las echaron, Moisés salió en su defensa, y en agradecimiento Reuel le dio como esposa a su hija Sipora.

Con estos antecedentes en mente, sería evidente para los lectores antiguos que el encuentro de Jesús y la samariatana junto al pozo nos propone un contexto nupcial. A los cristianos, esto debería recordarnos que Jesús es el novio de la Iglesia, es él quien nos pide un poco de agua, para ofrecernos a cambio el agua de vida eterna. Y para los no cristianos, que si alguno quiere una novelucha pseudo histórica acerca de un matrimonio de Jesús, la mujer samaritana es mucho mejor candidata que María Magdalena.

4. No se suponía que ninguno de los dos estuviera ahí

La primera reacción de la samaritana es de sorpresa, que el propio San Juan se encarga de explicar:

La samaritana le respondió: «¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?». Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.

Para los judíos de la época, los samaritanos eran una raza híbrida entre israelitas y paganos, tan repugnante que un judío estricto evitaba acercarse a ese país. Jesús, siendo un judío religioso, se suponía que, si quería ir de Judea a Galilea, debía rodear Samaria; ni siquiera debió estar ahí para encontrarse con esta mujer samaritana.

Por otro lado, siempre según las costumbres de la época, las mujeres iban a sacar agua temprano en la mañana o cuando había refrescado la tarde y siempre en grupo. Que la samaritana estuviera en el pozo al mediodía y sola, sugiere que no tenía buena reputación entre las mujeres de su pueblo.

Finalmente, las reglas sociales tampoco permitían que los hombres hablaran con mujeres desconocidas, sobre todo si su marido no estaba presente, ni a las mujeres con hombres que no fueran sus parientes. Más que una leve molestia, la sorpresa de la samaritana ante las palabras de este varón judío debió ser enorme.

3. La mujer creyó que Jesús le prometía agua fresca

Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva».

«Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? 12 ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?».

Nosotros estamos acostumbrados acerca del “agua viva”, como signo del bautismo, de la presencia del Espíritu Santo y de la renovación espiritual del discípulo. La mujer samaritana, sin embargo, no lo entendió así. Por un artefacto de la traducción, el diálogo parece inconexo, porque NSJC habla de un agua espiritual y la samaritana le pregunta con qué cuenco la iba a sacar.

Para entender el diálogo es necesario saber que la expresión “agua viva” también puede traducirse como “agua fresca”, agua corriente como la de un río o una vertiente, lo contrario del agua estancada de un pozo. Por eso, cuando Jesús le insiste en hablar de un manantial que “brotará hasta la Vida eterna”, la samaritana piensa en la conveniencia de tener una fuente más cerca, y no tener que ir todos los días hasta ese pozo.

2. Los maridos y señores de Samaria

Casi puedo imaginar la frustración de NSJC ante esta mujer tan obtusa, que lo llevó a intentar un enfoque distinto. Por eso le dice que traiga a su marido, y cuando ella le responde que no tiene uno, él le replica:

«Tienes razón al decir que no tienes marido,18 porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad».

La mujer le dijo: «Señor, veo que eres un profeta.

¡Por fin la samaritana percibe que Jesús es más que un hombre común!

Pero ¿por qué llega a decir que es un profeta? Después de todo, perfectamente le podría haber respondido que era un chismoso, por haberse enterado al pasar por la ciudad de los episodios que precisamente la obligaron a ir a buscar agua sola y en la hora más calurosa del día.

Scott Hahn propone que la respuesta se encuentra en la historia de Samaria, y en un juego de palabras. Explica este profesor que Baal es el nombre de un ídolo de los pueblos que rodeaban a Israel, pero también la forma como una concubina se referiría a su amo, al contrario de una mujer desposada en matrimonio legal, que diría “Adon”. Por eso, cuando Jesús le dice a la samaritana que ha tenido cinco maridos, en realidad está hablando de cinco uniones ilegítimas, con hombres que la han tratado como mera concubina y no como esposa. Eso por parte del doble significado de las palabras de Jesús.

En cuanto a la historia, recordamos que las Escrituras reprochan una y otra vez las numerosas infidelidades de los samaritanos a Dios, con los ídolos traídos de otras tierras, y es bien sabido que la idolatría es habitualmente descrita como el adulterio de Israel contra Dios. Así, el segundo libro de los Reyes relata la idolatría de Israel (las 10 tribus que se separaron de Judá) con 5 ídolos (Baales o Señores), en su capítulo 17; y el libro del Profeta Oseas anuncia respecto de Samaria:

2, 18 Aquel día –oráculo del Señor– tú me llamarás: «Mi esposo» y ya no me llamarás: «Mi Baal». 19 Le apartaré de la boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mencionados por su nombre.[…]21 Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, en el amor y la misericordia; 22 te desposaré en la fidelidad, y tú conocerás al Señor.

En este contexto, podemos comenzar a ver cómo la mujer finalmente se dio cuenta que NSJC era alguien especial, no solo porque le habló de sus 5 maridos, sino porque también lo hizo en referencia a los 5 ídolos a los que Samaria había adorado. Al agregar “y el que ahora tienes (con el que estás ahora, es decir, Jesús mismo) no es tu esposo”, dando a entender que Él mismo era el profeta que habría de cumplir la promesa de salvar a Samaria de sus ídolos.

1. La mujer samaritana es recordada como Santa Fotina

Aunque la Escritura no registra el nombre de la samaritana que se encuentra con NSJC en el pozo, ella es recordada en la liturgia de las Iglesias Ortodoxas orientales como Santa Fotina, que significa “luminosa”, y su fiesta se celebra el 20 de marzo. En las lenguas eslavas se la denomina Svetlana (que significa “luz”), y naturalmente, es representada con un cántaro de agua.

Según la leyenda, ella se convirtió al cristianismo y predicó el evangelio en varios lugares, junto a sus hijos José y Víctor, llegando hasta la ciudad africana de Cartago, donde fue apresada por tres años y luego martirizada, durante las persecuciones de Nerón, hacia el año 67

Tomado de infocatólica

CHISTE

FIDEL CASTRO

Se encontraba Fidel dando un discurso en la Plaza de la Revolución en La Habana cuando grita un señor:

-“Tengo hambreeeee”….

Fidel sorprendido mira a todos los lugares y no ve al hombre y sigue su discurso. De pronto se vuelve a escuchar la misma voz:

– “Tengo hambreeeee”….

Fidel enojado llama a Seguridad del Estado y le dice que hay un tipo gritando que tiene hambre, que lo agarraran y se lo lleven a su oficina.

Yy sigue Fidel hablando:

– “Porque el Imperialismo Yanki tiene la culpa”….

Vuelve el tipo a gritar, pero esta vez lo agarra la Seguridad del Estado y se lo lleva.

Cuando llega Fidel frente al tipo le dice:

– Compañero, así que es usted el que está gritando que tiene hambre.

– Comandante Fidel, es que hace cuatro días que no como nada y ya no puedo más del hambre.

– Muy bien a ver si es verdad.

Se lo lleva a la cocina y le dice:

– Ahora abre el refrigerador y te tomas un litro de agua. Completico

El tipo le obedece y se toma el agua.

– Ahora te tomas otro litro de agua y no protestes porque te fusilo….

El lo mira temblando y se toma todo el litro de agua.

– Muy bien compañerito, ahora te tomas el tercer litro de agua porque si no te fusilo.

El tipo ya no podía más y a empujones se tomas el agua.

Fidel abre otro refrigerador lleno de comida, de todo tipo y riquísima y le dice al hombre que se comiera todo lo que quisiera.

El tipo que no podía casi ni hablar por tanta agua le dice que no, porque estaba lleno.

Fidel le dice:

– Ves, tu no tenías hambre lo que tu tenías era SED.

Tomado de /www.vidaalterna.com

POEMA

Bueno es saber que los vasos

nos sirven para beber.

Lo malo es que no sabemos

para qué sirve la sed.

  1. Machado

MEDITACIÓN

La felicidad es una emoción compleja. Se puede definir como un estado de satisfacción o bienestar. Podemos encontrar la felicidad en diferentes lugares y en diferentes momentos de nuestras vidas. Y puede provenir de diferentes fuentes: personas, objetos, actividades y eventos.

Todos queremos ser felices y todos queremos sentir que estamos progresando hacia nuestras metas, pero a veces no es tan fácil hacerlo. Hay muchas cosas que pueden interponerse en el camino de la felicidad: estrés, ansiedad, depresión…

Pero también hay cosas que podemos hacer para ayudarnos a sentirnos más felices: ser más amables con nosotros mismos y con los demás; indulgente; darse cuenta de lo que va bien; hacer algo bueno por otra persona; encontrar nuevas actividades o intereses…

Tomado de anecdonet

EN EL DESIERTO, BEBER MENOS Y HACER MENOS…

Está claro que no basta con quedarse en casa. Parece que la gracia del asunto está en demostrar que lo estás y que además no estás muriendo en el intento sino que hasta estás pudiendo aprender algo de ello. Vídeos, mensajes, hashtags, fotos… todo vale con tal de dejarle bien claro a todo el mundo que tú eres una persona responsable, solidaria, que sabe velar por el bien común y que está recibiendo una gran lección que le ha venido impuesta pero que ha sido capaz de acoger con calma y tranquilidad.

Siempre me ha llamado la atención del Evangelio de hoy el significado tan diferente con que emplean el término ‘agua’ Jesús y la samaritana. Cuando la samaritana se refiere al agua, habla del agua física, la que está al fondo del pozo que, ciertamente, es demasiado hondo como para poder sacarla. Un agua que bien puede aliviar la sed originada del sofocante calor de la hora sexta, pero nada más. El agua de Jesús, sin embargo, no tiene nada que ver con el agua de la samaritana. Él se refiere a un Agua Viva que sacia la sed para siempre. Son significados muy distintos. Pero quien lee la historia empatiza con la samaritana y entiende que pueda confundirse. De hecho, sorprendería si entendiera a Jesús a la primera, pues no ha tenido con Él un encuentro previo.

Los que nos decimos llamar cristianos lo hacemos porque hemos tenido un encuentro personal con Jesús que nos ha transformado la vida y a partir del cual hemos ido descubriendo –o, vamos descubriendo– poco a poco, esa Agua Viva que sacia nuestra sed.

Si algo está quedando en evidencia durante estos días de confinamiento es que el ser humano tiene sed. Ya sabíamos de sobra antes del COVID-19 que el ser humano tiene sed de dinero, de poder, de avaricia, de exclusividad, de fama… pero ahora estamos descubriendo el ser humano que no es tan malo como pensábamos. Ha quedado demostrado que también tiene sed de solidaridad, de unión, de armonía, de agradecimiento real… Ha costado llegar a destapar esta faceta de la persona. Pero nos está gustando hacerlo. Nos estamos empezando a sentir orgullosos de lo que podemos llegar a ser cuando las cosas se tuercen. Sin minimizar la gravedad del asunto, hay quien incluso está reconociendo en esta crisis una oportunidad de cambio, de mejora a nivel global, como sociedad.

¿Cuál es el peligro que corremos los creyentes en todo este asunto? Acabar bebiendo del agua de la samaritana. Hacer porque toca hacerlo, porque queda bien, o porque todos lo hacen y se ha convertido en moda. ¿Qué pasaría si además de estar confinados no tuviéramos acceso a internet y no pudiéramos publicar nada de lo que hacemos? ¿Seguiríamos haciendo esa receta que tanto tiempo llevábamos esperando hacer? ¿Seguiríamos aprovechando para hacer mindfullness, yoga y ejercicios de relajación? ¿Seguiríamos haciendo que nuestros pequeños dibujaran arco iris con mensajes motivadores? ¿Seguiríamos prestándonos voluntarios para hacerles la compra a las personas mayores? Quiero creer que sí. Aunque intuyo que quizá la motivación que nos llevara a hacerlo sería más honesta, más pura, más auténtica… más Agua Viva.

Y por último: con esto del coronavirus ¿no estábamos aprendiendo que se puede vivir sin ser productivos, sin estar haciendo cosas constantemente? ¿Por qué nos seguimos empeñando, entonces, en llenar nuestros días con agua de la del pozo que llene nuestra sed sólo momentáneamente? Si esta tarde hubiese tenido que hacer todos los planes virtuales que me han llegado por WhatssApp, no habría tenido tiempo para todos ellos: concierto en directo de un grupo de jazz y uno de rock; cuenta cuentos infantiles; curso de iniciación al pilates y la meditación; vídeos con recetas de cocina, y tres videollamadas grupales.

Incluso en cuarentena, en medio del aparente desierto en que nos encontramos, podemos decidir seguir bebiendo del agua del pozo. Podemos seguir ocupando nuestras agendas, estableciendo horarios y rutinas, vivir buscando distracciones que nos eviten encontrarnos frente a nosotros mismos y frente a Dios. Pero también podemos dejar paso al Agua Viva. Es mucho más discreta, hace menos ruido. Pero quizá sea este un buen momento para comprobar si realmente nos sacia.

Isabel Ferrando

Tomado de pastoralsj

ORACIÓN

TENGO SED DE TI (fragmento)

Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche.

Aun cuando no estás escuchando, aun cuando dudes que pudiera ser yo, ahí estoy: esperando la más pequeña señal de respuesta, hasta la más pequeña sugerencia de invitación que me permita entrar.

Y quiero que sepas que cada vez que me invitas, Yo vengo siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor infinitos […]. Vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de tu comprensión.

Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido de Mi Padre. Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus heridas.

Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. […]

Vengo con Mi paz, para tranquilizar tu alma.

Cuando finalmente abras las puertas de tu corazón y te acerques lo suficiente, entonces Me oirás decir una y otra vez, no en meras palabras humanas sino en espíritu: «no importa qué es lo que hayas hecho, te amo por ti mismo.

Ven a Mí con tu miseria y tus pecados, con tus problemas y necesidades, y con todo tu deseo de ser amado. Estoy a la puerta de tu corazón y llamo… ábreme, porque tengo sed de ti…

Santa Teresa de Calculta

TÚ MISMO ERES ESA FUENTE

Dios misericordioso, piadoso Señor, haznos dignos de llegar a esa fuente. En ella podré beber también yo, con los que tienen sed de ti, un caudal vivo de la fuente viva de agua viva. Si llegara a deleitarme con la abundancia de su dulzura, lograría levantar siempre mi espíritu para agarrarme a ella y podría decir: «¡Qué grata resulta una fuente de agua viva de la que siempre mana agua que salta hasta la vida eterna!».

Señor, tú mismo eres esa fuente que hemos de anhelar cada vez más, aunque no cesemos de beber de ella. Cristo Señor, danos siempre esa agua, para que haya también en nosotros un surtidor de agua viva que salta hasta la vida eterna.

San Columbano Instrucción 13 sobre Cristo fuente de vida, 2ss.

CANTO

Dame de beber Lorenzo Sicilia

Dame de beber – Ixcis

VIDEO

VIDEO PARA ENTENDER MEJOR EL EVANGELIO DE HOY

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela

Athenas – Samaritana