II Domingo de Cuaresma

CITA

Todo va a estar bien al final. Si no está bien, no es el fin”.

John Lennon

Per crucem ad lucem!”

san Agustín comenta diciendo que nosotros tenemos sólo una morada: Cristo; él «es la Palabra de Dios, Palabra de Dios en la Ley, Palabra de Dios en los Profetas» (Sermo De Verbis Ev. 78, 3: pl 38, 491).

“El que se pasa al lado de Cristo, pasa del temor al amor y comienza a poder cumplir con el amor lo que con el temor no podía” (S 32,8).

San Máximo el Confesor «los vestidos que se habían vuelto blancos llevaban el símbolo de las palabras de la Sagrada Escritura, que se volvían claras, transparentes y luminosas» (Ambiguum 10: pg 91, 1128 b).

San Juan Damasceno, Hoy se manifiesta lo que los ojos de carne no pueden ver: un cuerpo terrestre irradiando esplendor divino, un cuerpo mortal rebosando la gloria de la divinidad… Las cosas humanas pasan a ser las de Dios, y las divinas las de los humanos. Homilía sobre la Transfiguración : PG 96, 545

«Viendo el diablo que resplandecía en la oración, se acordó de Moisés, cuyo semblante fue también glorificado (Éx 34); pero Moisés era glorificado por una gloria que le venía de fuera, mientras que el Señor brillaba con un resplandor innato de su gloria divina. Porque, se transfigura, no recibiendo lo que no tenía, sino manifestando a sus discípulos lo que era».

San Juan Crisóstomo «¿Y por qué hace que se presenten allí Moisés y Elías? Para que se distinguiese entre el Señor y los siervos, pues el pueblo afirmaba que el Señor era Elías o Jeremías. Además, hizo que apareciesen sirviéndole, para demostrar que Él no era adversario de Dios ni trasgresor de la Ley; pues en tal caso el legislador Moisés y Elías, los dos hombres que más habían brillado en la guarda de la Ley y en el celo de la gloria de Dios, no lo hubieran servido».

San Beda «Cuando el Señor se transfigura, nos da a conocer la gloria de la Resurrección suya y de la nuestra. Porque tal y como se presentó a sus discípulos en el Tabor, se presentará a todos los elegidos después del día del juicio».

San León Magno «Para que los apóstoles concibiesen con toda su alma esta dichosa fortaleza, no temblasen ante la aspereza de la cruz, no se avergonzasen de la Pasión de Cristo y no tuviesen por denigrante el padecer …. subió con ellos solos a un monte elevado, les manifestó el resplandor de su gloria, porque, aunque creían en la majestad de Dios, sin embargo ignoraban el poder del cuerpo, bajo el que se ocultaba la divinidad… Con esa Transfiguración pretendía especialmente sustraer el corazón de sus discípulos del escándalo de la cruz y evitar que la voluntaria ignominia de su Pasión hiciese flaquear la fe de los mismos» (Serm 51 Témp. de Cuaresma).

San Cirilo «“A Él oíd”. Y más que a Moisés y a Elías, porque Cristo es el fin de la Ley y de los Profetas».

Pedro de Blois En efecto, la glorificación del cuerpo consta de cuatro cualidades: claridad, agilidad, sutileza e inmortalidad. Aquí el Señor sólo apareció glorificado en cuanto a la claridad; demostró, en cambio, la futura sutileza de los cuerpos cuando se apareció a sus discípulos entrando con las puertas cerradas; y la agilidad, cuando anduvo sobre las aguas a pie enjuto. Sobre la transfiguración del Señor: PL 207, 778-780

Santa Teresa «Estando una vez con esta presencia de las tres personas que traigo en el alma, era con tanta luz que no se puede dudar el estar allí Dios vivo y verdadero, y allí se me daban a entender cosas que yo no las sabré decir después».

“Quien tuviere experiencia lo entenderá, y verá que he atinado a decir algo; quien no la tenga, no me extrañaría que le parezca todo un desatino” (Teresa de Jesús, El Libro de la vida 26,6).

Santa Teresita: «Entonces busqué en los libros santos algún indicio del ascensor, objeto de mis deseos: Si alguno es pequeñito, que venga a mí. Un ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos, Jesús. Y para esto, no necesito crecer, por el contrario, es menester que permanezca pequeña y que cada vez lo sea más» Historia de un alma

Gaspar Astete Dios nos creó “para conocerle amarle y servirle en esta vida. Para verle y gozarle en la otra”.

San Juan Pablo II, Cuaresma es un camino, que estamos invitados a afrontar con resolución y fiándonos de los proyectos que Dios tiene sobre nosotros. …Y el país hacia el que nos encaminamos es la vida nueva del cristiano, una vida pascual, que sólo puede realizarse con la «fuerza» y con la «gracia» de Dios. …Es preciso vivir en la intimidad con El; abrir ante El el propio corazón, la propia conciencia; hablar con El tal como escuchamos en el Salmo responsorial de la liturgia de hoy: «Que tu misericordia. Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti» (Sal 32 [33], 22). (15-03-1981)

“El Evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la gloria de Cristo, que anticipa la resurrección y que anuncia la divinización del hombre”.

“Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios: él quiere transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal (cf. Hb 4, 12) y fortalece la voluntad de seguir al Señor”. Mensaje Cuaresma 2011, n. 2

En Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, se revela la plenitud de la vocación humana: para que el hombre se convirtiera en Dios, el Verbo asumió la humanidad. El hombre, que experimenta continuamente el gusto amargo de su límite y de su pecado, no se abandona a la recriminación o a la angustia, porque sabe que en su interior actúa el poder de la divinidad. Él vierte la divinidad en el corazón enfermo de la humanidad e, infundiéndole el Espíritu del Padre, la hace capaz de llegar a ser Dios por la gracia. …la historia de la salvación no es más que la historia del amor de Dios a la criatura que ha amado y elegido, queriéndola «según el icono del icono» -como se expresa la intuición de los Padres orientales-, es decir, creada a imagen de la Imagen, que es el Hijo, llevada a la comunión perfecta por el santificador, el Espíritu de amor. E incluso cuando el hombre peca, este Dios lo busca y lo ama, para que la relación no se rompa y el amor siga existiendo. Y lo ama en el misterio del Hijo, que se deja matar en la cruz por un mundo que no lo reconoció, pero es resucitado por el Padre, como garantía perenne de que nadie puede matar el amor, porque cualquiera que sea partícipe de ese amor está tocado por la Gloria de Dios: este hombre transformado por el amor es el que los discípulos contemplaron en el Tabor, el hombre que todos nosotros estamos llamados a ser. Carta Apostólica Orientale Lumen

Misterio de luz por excelencia es la Transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. La gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo escuchen y se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, a fin de llegar con Él a la alegría de la Resurrección y a una vida transfigurada por el Espíritu Santo carta apostólica Rosarium Virginis Mariae

Benedicto XVI, Para entrar en la vida eterna es necesario escuchar a Jesús, seguirlo por el camino de la cruz, llevando en el corazón, como él, la esperanza de la resurrección. Spe salvi, salvados en esperanza. Hoy podemos decir: «Transfigurados en esperanza». Ángelus (17-02-2008)

Un antiguo himno: «En el monte te transfiguraste y tus discípulos, en la medida de su capacidad, contemplaron tu gloria, para que, viéndote crucificado, comprendieran que tu pasión era voluntaria y anunciaran al mundo que tú eres verdaderamente el esplendor del Padre» (Kontákion eis ten metamórphosin, en: Menaia, t. 6, Roma 1901, 341).

«la íntima compenetración de su ser con Dios, que se convierte en luz pura. En su ser uno con el Padre, Jesús mismo es Luz de Luz» (Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 361).

Moisés había subido al monte Sinaí, y allí había tenido la revelación de Dios. Había pedido ver su gloria, pero Dios le había respondido que no lo vería cara a cara, sino sólo de espaldas. De modo análogo, también Elías tuvo una revelación de Dios en el monte: una manifestación más íntima, no con una tempestad, ni con un terremoto o con el fuego, sino con una brisa ligera. A diferencia de estos dos episodios, en la Transfiguración no es Jesús quien tiene la revelación de Dios, sino que es precisamente en él en quien Dios se revela y quien revela su rostro a los Apóstoles. Así pues, quien quiera conocer a Dios, debe contemplar el rostro de Jesús, su rostro transfigurado: Jesús es la perfecta revelación de la santidad y de la misericordia del Padre. Además, recordemos que en el monte Sinaí Moisés tuvo también la revelación de la voluntad de Dios: los diez Mandamientos. E igualmente en el monte Elías recibió de Dios la revelación divina de una misión por realizar. Jesús, en cambio, no recibe la revelación de lo que deberá realizar: ya lo conoce. Más bien son los Apóstoles quienes oyen, en la nube, la voz de Dios que ordena: “Escuchadlo”. La voluntad de Dios se revela plenamente en la persona de Jesús. Quien quiera vivir según la voluntad de Dios, debe seguir a Jesús, escucharlo, acoger sus palabras y, con la ayuda del Espíritu Santo, profundizarlas. Esta es la primera invitación que deseo haceros, queridos amigos, con gran afecto: creced en el conocimiento y en el amor a Cristo, como individuos y como comunidad parroquial; encontradlo en la Eucaristía, en la escucha de su Palabra, en la oración, en la caridad

En el momento en que Pedro se halla aun hablando «una nube luminosa los cubrió con su sombra». La nube «es el signo de la presencia de Dios mismo, la shekiná. La nube sobre la tienda del encuentro indicaba la presencia de Dios. Jesús es la tienda sagrada sobre la que está la nube de la presencia de Dios y desde la cual cubre ahora “con su sombra” también a los demás» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret).

«las cosas finitas pueden dar algo de satisfacción o alegría, pero sólo lo infinito es capaz de llenar el corazón del hombre. En el fondo de la naturaleza de todos hombre se encuentra la irreprimible inquietud que le empuja a la búsqueda de alguna cosa que pueda satisfacer este su anhelo. “Sólo Dios basta”. Él solamente sacia el hambre profunda del hombre, quien ha encontrado a Dios, ha encontrado todo y, citando a San Agustín, recordaba que “nuestro corazón está inquieto hasta que no descansa en Ti”. Y que Dios, ha venido al mundo para despertar en nosotros la sed de las ‘cosas grandes»..

Francisco, subida y descenso. Nosotros necesitamos ir a un lugar apartado, subir a la montaña en un espacio de silencio, para encontrarnos a nosotros mismos y percibir mejor la voz del Señor. Esto hacemos en la oración. Pero no podemos permanecer allí. El encuentro con Dios en la oración nos impulsa nuevamente a «bajar de la montaña» y volver a la parte baja, a la llanura, donde encontramos a tantos hermanos afligidos por fatigas, enfermedades, injusticias, ignorancias, pobreza material y espiritual. Ángelus (16-03-2014)

Pero no debemos olvidar que el Bautismo que recibimos nos hizo testigos, no por nuestra capacidad, sino por el don del Espíritu. Ángelus (08-03-2020)

«La costumbre nos seduce y nos dice que no tiene sentido tratar de cambiar algo, que no podemos hacer nada frente a esta situación, que siempre ha sido así y que, sin embargo, sobrevivimos. A causa de ese acostumbrarnos ya no nos enfrentamos al mal y permitimos que las cosas “sean lo que son”, o lo que algunos han decidido que sean. Pero dejemos que el Señor venga a despertarnos, a pegarnos un sacudón en nuestra modorra, a liberarnos de la inercia. Desafiemos la costumbre, abramos bien los ojos y los oídos, y sobre todo el corazón, para dejarnos descolocar por lo que sucede a nuestro alrededor y por el grito de la Palabra viva y eficaz del Resucitado». (Gaudete et Exsultate, 137).

«Una fe auténtica implica siempre un profundo deseo de cambiar el mundo. Aquí está la pregunta que tenemos que hacernos: ¿Tenemos también nosotros grandes visiones e impulsos? ¿Somos también nosotros audaces? ¿Nuestro sueño vuela alto? ¿El celo nos devora? ¿O bien somos mediocres y nos conformamos con nuestras programaciones apostólicas de laboratorio?». a los jóvenes en Cracovia

Catecismo de la Iglesia Católica, 556 La transfiguración del Señor en el monte es una manifestación de su identidad: Él, el Cristo, es el Hijo de Dios, y su misión es la de reconciliar a la humanidad entera por su muerte en Cruz, una muerte terrible que dará paso a la gloria por su Resurrección. Para todo aquél que quiera seguir al Señor, la Cruz será también para él el camino que conduce a la gloriosa transfiguración de su propia existencia ().

Pablo D ́Ors: «Conozco bien, de primera mano, el miedo que da saltar. Pero la vida es la experiencia de ese salto. Siempre estamos – al menos yo – entre el abismo y el cielo, entre el vuelo y la caída. Estar permanentemente entre esas dos posibilidades: esa es la aventura del ser humano, y a eso, estoy seguro, es a lo que nos llama la cuaresma. Salta si quieres vivir».

Francesc Torralba: Conformarse con lo que hay es empezar a morir. Mientras uno es capaz de indignarse, de discrepar, de imaginar que otro mundo es posible y de luchar por él, la historia está viva. El conformismo es el principio del final, la consecuencia de la deconstrucción de todos los sueños utópicos. Es una grave ideología que corroe el mundo. La palabra conformismo procede del verbo conformar y denota la tendencia a aceptar, de un modo ciego, las costumbres aceptadas por los demás y a parecerse a ellos, tendencia que conlleva una erosión de la propia creatividad personal y del talento oculto que subsiste en el fondo de todo ser humano. De esta ideología deriva una actitud tóxica y perjudicial, unas prácticas malsanas, pues consiste, esencialmente, en una actitud de obediencia y de resignación, en una pasividad que hace que la persona niegue su ser, su talento, su creatividad potencial, para perderse a sí misma, en vez de ser el autor de su vida, el señor de sus actos y de su existencia.

P. Kentenich «Tenemos razones para reinterpretar esta bienaventuranza de la siguiente manera: felices los que ven a Dios porque ellos tendrán un corazón puro. En la medida en que cultive el trato amoroso y vea en todas partes la acción de Dios. En la medida en que me acostumbre a ver en la fe a Dios en todas partes, a hablar con Él con fe y amor. En esa misma medida aumentará no sólo el anhelo, sino la posesión de la pureza de corazón» La mirada misericordiosa del Padre, Mons. Peter Wolf

«El hombre es un ser vinculado al nido. Hoy se ha desvinculado del nido, y por eso debe enseñársele a vincularse al nido en el corazón del Dios eterno» Herbert King. King Nº 5 Textos Pedagógicos

Pedro Salinas: «El alma tenías tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. Busqué los atajos angostos, los pasos altos y difíciles. A tu alma se iba por caminos anchos. Preparé alta escala -soñaba altos muros guardándote el alma-, pero el alma tuya estaba sin guarda de tapial ni cerca. Te busqué la puerta estrecha del alma, pero no tenía, de franca que era, entrada tu alma. ¿En dónde empezaba? ¿acababa, en dónde? Me quedé por siempre sentado en las vagas lindes de tu alma»

Michel Quoist: «Sé tú mismo. Los otros te necesitan tal cual el Señor ha querido que fueses. No tienes derecho a disfrazarte, a representar una comedia, puesto que sería un robo a los otros. Dite a ti mismo: voy a llevarle algo, puesto que jamás se encontró con alguien como yo, y jamás lo encontrará, puesto que soy un ejemplar único salido de las manos de Dios».

Liturgia bizantina, – «Tú te has transfigurado en la montaña, y en la medida en que ellos eran capaces, tus discípulos han contemplado tu gloria, oh Cristo Dios, a fin de que cuando te vieran crucificado comprendiesen que tu Pasión era voluntaria y anunciasen al mundo que Tú eres verdaderamente irradiación del Padre (Kontakion de la Fiesta de la Transfiguración)» ( Catecismo Iglesia Católica 555).

CONTO

MILAGROS

Cuentan que un buscador iba de país en país en busca de la religión más auténtica.

Al cabo de los días encontró un grupo cuya fama era extraordinaria. Se les conocía por la bondad de sus vidas, por la integridad de sus corazones y por la sinceridad de su servicio.

He observado todo lo que hacen, dijo el buscador, y la verdad es que estoy muy impresionado. Pero antes de que me haga su discípulo quisiera hacerles una pregunta:

¿Su Dios hace milagros?

Los discípulos le contestaron: “todo depende de lo que usted entienda por milagro. Algunos hablan de milagro cuando Dios hace la voluntad de la gente. Nosotros hablamos de milagro cuando la gente hace la voluntad de Dios”.

Tomado de P. Félix Jiménez

EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIÉN SE LLEVA AL HIJO?

Un hombre rico y su hijo tenían gran pasión por el arte. Tenían de todo en su colección, desde Picasso hasta Rafael. Muy a menudo, padre e hijo se sentaban juntos a admirar las grandes obras de arte.

Cuando el conflicto de Vietnam surgió, el hijo fue a la guerra. Fue muy valiente y murió en batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo. Un mes más tarde, justo antes de la Navidad, alguien tocó a la puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos le dijo al padre: “Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. El salvó muchas vidas ese día, y me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho, muriendo así instantáneamente. El hablaba muy a menudo de usted y de su amor por el arte.”

El muchacho extendió el paquete: “Yo se que esto no es mucho. Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que usted recibiera esto.”

El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo pintado por el joven soldado. El contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura. El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos de su hijo que los suyos propios se inundaron de lágrimas. Le agradeció al joven soldado y ofreció pagarle por el cuadro.

“ Oh no señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mí. Es un regalo.”

El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.

El hombre murió unos meses más tarde y se anunció una subasta para todas las pinturas que poseía. Mucha gente importante y de influencia acudió con grandes expectativas de hacerse con un famoso cuadro de la colección.

Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo. El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta. “Empezaremos los remates con este retrato titulado “El Hijo”. ¿Quién ofrece por este retrato?” Hubo un gran silencio. Entonces una voz del fondo de la habitación gritó: “¡Queremos ver las pinturas famosas! ¡Olvídese de ésta!” Sin embargo el subastador persistió: ¿Alguien ofrece algo por esta pintura?, ¿$100.00 dólares?, ¿$200.00 dólares?”.

Otra voz gritó con enojo: “¡No venimos por ésta pintura! Venimos a ver los Van Goghs, los Rembrants. ¡Vamos a las ofertas de verdad!”

Pero aun así el subastador continuaba su labor: “¡El Hijo!, ¡El Hijo! ¡¿Quién se lleva “El Hijo”?!

Finalmente, una voz se oyó desde muy atrás del cuarto: “¡Yo doy diez dólares por la pintura!” Era el viejo jardinero que por muchos años había servido en la casa con el padre y el hijo. Siendo muy pobre, no podía ofrecer más.

“¡Tenemos $10 dólares!, ¡¿Quién da $20?!” gritó el subastador.

“¡Dásela por $10! ¡Muéstranos de una vez las obras maestras!”, dijo otro exasperado.”

“¡$10 dólares es la oferta! ¡¿Dará alguien $20?! ¿Alguien da $20?”

La multitud se estaba poniendo bien enojada. Nadie mas quería aquella pintura, “El Hijo”. Querían las que representaban una valiosa inversión para sus propias colecciones. El subastador golpeó por fin el mazo: “Va una, van dos, ¡VENDIDA por $10 dólares!”

Un hombre que estaba sentado en segunda fila gritó feliz: “¡Ahora empecemos con la colección!”

El subastador soltó su mazo y dijo: “Lo siento mucho damas y caballeros, pero la subasta llegó a su final.”

“Pero, ¿qué de las pinturas?”

“Lo siento. Cuando me llamaron para conducir esta subasta, se me informó de un secreto estipulado en el testamento del dueño. Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento. Solamente la pintura de “EL HIJO” sería subastada. Aquel que la comprara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas. ¡El hombre que compró EL HIJO se queda con todo!

Reflexión:

Dios nos ha entregado a su Hijo Jesús que murió para salvarnos. Así, como el subastador, su mensaje hoy es: “¡EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIÉN SE LLEVA EL HIJO?” Quien ama al Hijo lo tiene todo.

Mateo 6:33 “Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.”

Tomado de www.corazones.org

ANÉCDOTA

Un famoso médico psiquiatra decía en cierta ocasión: «Cuando un enfermo empieza a escucharme o a escuchar de verdad a otros… entonces, está ya curado».

Algo semejante se puede decir del creyente. Si comienza a escuchar de verdad a Dios, está salvado.

Tomado de BLOG DE ANTENA MISIONERA

Jesús se transfiguró en el monte Tabor un año antes de su Pasión con la presencia de Santiago, Pedro y Juan. Se produjo mientras Jesús oraba y los apóstoles vieron a Jesús: «su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz». Seis días antes de que ocurriera, Jesús les había hablado acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección. Ellos no habían entendido a qué se refería y también les dijo que algunos de los apóstoles verían la gloria de Dios antes de morir. Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles.

Tomado de anecdonet

El libro del Buscón termina con esta frase: “Y fuele peor en las Américas porque la felicidad no consiste en cambiar de sitio sino en cambiar de vida”.

Tomado de P. Félix Jiménez

MONTES

En la Biblia se citan diversos montes, algunos en el Antiguo Testamento como el Monte Ararat, donde encalló el Arca de Noé después del diluvio; o el Monte Moria, donde Abrahán fue a sacrificar a su hijo Isaac. También está el Monte Sinaí, llamado también Horeb, donde Dios entregó a Moisés las tablas de la Ley; asimismo se cita el Monte Nebo, donde Moisés divisó la tierra prometida antes de morir; y el Monte Refidim, donde Moisés estuvo intercediendo a Dios mientras Israel combatía contra Amalec. Además están el Monte Carmelo, donde el profeta Elías demuestra a 450 profetas de Baal y a todo el pueblo que Yavé es el único Dios verdadero; y el Monte Gelboé, donde murieron Saúl y su hijo Jonatán. Otros montes citados son: el Monte Garizim, el de la bendición; y el Monte Ebal, el de la maldición. El Monte Hermón aparece repetidas veces, que está cerca de Cesarea de Filipo. Y por último, citemos el Monte Sión, que aparece en el libro segundo de Samuel: Sin embargo, David capturó la fortaleza de Sión, ahora conocida como la Ciudad de David (2 S 5, 7).

También en Nuevo Testamento aparecen citados varios montes, todos ellos relacionados con la vida y muerte de Jesucristo. El más conocido es el Monte Calvario o Gólgota, también llamado el lugar de la calavera, donde fue crucificado y murió Cristo. También está el Monte Eremos, que no es citado con este nombre, pero que es el Monte de las Bienaventuranzas, donde tuvo lugar el Sermón de la Montaña. Otro monte que no se cita expresamente es el Monte Quarantina, que es un lugar desértico donde Jesús fue tentado por el diablo, y por eso se le conoce como el Monte de la Tentación. Queda por nombrar el Monte de los Olivos, donde estuvo Cristo haciendo oración antes de ser apresado, y también donde reunió a sus apóstoles en el momento de su ascensión al Cielo. Y el último que citamos es el Monte Tabor, donde tuvo lugar la Transfiguración de Nuestro Señor delante de tres de sus apóstoles.

Tomado de anecdotasycatequesis

El papa san Juan Pablo II incluyó este misterio como el cuarto de los misterios luminosos del Santo Rosario

PERICO

Mariola López, en su simpático librito “Mirar por otros”, comentando precisamente este texto de la transfiguración de Jesús, nos cuenta una maravillosa experiencia de su vida. La resumo así:

“Perico, como es conocido en el barrio, vive solo desde hace años. Se ha“ dejado devorar la vida por el alcohol. Lo encontré descalzo por la calle y bebido; aún así, se acercó a mí con respeto, y me contó que se había quedado dormido con un cigarrillo en la boca y que se le habían quemado unas mantas, y me invito a su casa para que lo viera. Confieso que al principio sentí miedo, pero luego, agradecí el no haberme dejado paralizar por él. Me mostró su pequeña casa, desatendida desde que su madre no está, sucia y con olor a vino y a restos de comida; luego me llevó a otra estancia, y allí fue donde se hizo la luz: tenía cuatro colchones tirados por el suelo, y me contó que en ellos acoge cada noche a chicos toxicómanos que no tienen adónde ir, les deja dormir allí y que puedan ducharse y lavar su ropa”.

Las consecuencias son claras:

Detrás de un Perico alcohólico que te da miedo acercarte a él, hay algo que los ojos no descubren.

Detrás de un Perico alcohólico, viendo en una habitación que huele a vino y a comida, hay algo que para la gente pasa desapercibido.

Detrás de un Perico alcohólico, con su vida quemada y “devorada” por el alcohol, hay un corazón que no solo piensa en la botella de vino, sino que siente lástima de quienes viven todavía más hundidos que él, y consumidos por la droga.

Detrás de un Perico a quienes todos tienen miedo y le ceden el paso para evitar cualquier agresión, se esconde una habitación con cuatro colchones para que estos drogadictos puedan dormir, ducharse y limpiar su ropa.

Hay cosas que los ojos no ven.

Hay cosas que se esconden detrás de una vida destruida.

Hay cosas muy bellas ocultas detrás de una vida que ya ha dejado de servida hace tiempo.

Esa es la transfiguración.

Tomado de P. Juan Jáurequi

ABRAHAM “SE PUSO EN CAMINO”

El verbo “yalak” utilizado en el versículo 4 (“ir”, “salir”, “ponerse en camino”) tiene una fuerza extraordinaria y expresa la audacia del creyente que es capaz de arriesgarlo todo, de dejar la seguridad para apostar por algo que no es seguro, confiando únicamente en la Palabra de Dios. Se trata de un rasgo maravilloso, que define una actitud de fe radical, de confianza total, de obediencia incondicional a los designios de Dios. Este es uno de esos pasajes donde lo que se cuenta de Abraham tiene valor de modelo: el autor yahvista pretende enseñar a sus conciudadanos la obediencia ciega a las propuestas de Dios.

Tomado de https://pastoral litúrgica y homilias

Decía la protagonista de la película La la Land: «Tú me dijiste que tenía que cambiar los sueños para madurar». Pero luego descubre que tiene que ser fiel a sus sueños aunque eso sea una locura.

Entiende que ser fiel hasta el final puede exigir renuncias: «Brindo por los que sueñan; por más tontos que parezcan; brindo por los corazones que ansían. Brindo por los corazones que se aventuran. La clave es una pizca de locura que nos da nuevos colores para ver; ¿Quién sabe adónde nos llevará?».

Tomado de P. Carlos Padilla Esteban

“SPOILER”

Uno de los anglicismos que se han incorporado a nuestro lenguaje es la palabra “spoiler”. Se dice que alguien “hace spoiler” cuando una persona está leyendo un libro, o siguiendo una serie, o quiere ver una película, y otro le revela los detalles de la trama o le cuenta el final, quitándole así toda la emoción y la sorpresa. Por eso, cuando se va a comentar alguna obra de ficción, a veces encontramos una advertencia: “Aviso de spoiler”, para avisarte de que se van a contar esos detalles y, si no quieres enterarte, que no sigas leyendo o escuchando.

Tomado de Acción católica

CHISTE

UN CHISTE EN LA IGLESIA

Mi hija contó un chiste en la comunidad la noche que llegamos, y Evaristus, en misa, mientras predicaba sobre la confianza en los planes de Dios para nuestras vidas, le pidió que lo contara a toda la parroquia… Y allí salió ella a contar su chiste con todo el desparpajo:

“Estaba Jesús un día y les dice a los apóstoles:

– Hoy vamos a hacer penitencia. Que cada uno coja su piedra y suba a esa montaña.

Pedro coge un gran pedrusco, y así la mayoría de los discípulos excepto Judas, que se echa una piedrecilla al bolsillo y empieza a correr hacia arriba hasta llegar el primero.

Cuando todos han llegado, dice Jesús:

– Padre, gracias por este día. Danos ahora nuestra recompensa, haciendo que estas piedras se conviertan en pan.

Todos comen hasta hartarse excepto Judas, que se come su panecillo en un bocado.

Al día siguiente, Jesús invita a los discípulos a volver a hacer penitencia… Esta vez, Judas busca la roca más grande de las cercanías y a duras penas la va subiendo a la montaña. Cuando llega, una hora más tarde que los demás, Jesús dice:

– Sentaos en las piedras todos y descansad.

Luego añade:

– Que cada cual saque las sobras de ayer y coma…

Tomado de alcierzo

LIBRO

TABOR. EL DIOS OCULTO EN LA EXPERIENCIA

En un mundo que se seculariza a pasos agigantados, aparece la paradoja de una nueva búsqueda de la experiencia religiosa que, en muchas ocasiones rechaza a la religión y en otras se confunde con un narcisismo hedonista que deja a Dios de lado. Sin embargo, no podemos olvidar que, como en el Tabor, Dios se oculta en la experiencia, y así sale al encuentro de los hombres en el momento más inesperado y de las maneras más sorprendentes. Desde esta perspectiva y, apoyándose en los escritos de Simone Weil, Josep Otón realiza una lúcida reflexión sobre el rol de la experiencia en la vivencia religiosa del hombre posmoderno.

¿Por qué leer “Tabor. El Dios oculto en la experiencia”?

Porque puede ayudarnos a comprender que la fe y la experiencia no son contradictorias, y así constatar que «hoy, se hace necesaria una propuesta teológica para proteger espiritualmente la experiencia. Que no la ahogue, pero que tampoco la deje a merced de credulidades, distorsiones y manipulaciones. Que ayude a entender y a discernir lo que se vive. Que rompa el techo de cristal que separa la oración y el estudio» (p. 15).

Porque el libro nos ayuda a leer nuestra realidad líquida y secularizada desde un punto de visto religioso. O, mejor aún, nos hace comprender que, en muchas de las búsquedas de lo trascendente de nuestros contemporáneos, o en expresiones de la fe que podrían parecer ya superadas o de otra época, late una búsqueda de espiritualidad que nace de la desconfianza posmoderna de las religiones convencionales y la búsqueda de la experiencia en lo desinstitucionalizado. Dentro de esta corriente, se engloban las prácticas provenientes de las espiritualidades orientales (incluso en su vertiente más secularizadas), la recuperación de la religiosidad popular, los encuentros masivos o con tintes de espectáculo de algunos eventos religiosos, las peregrinaciones en las que el límite entre lo deportivo, lo cultural y lo religioso no está claro, el góspel, las nuevas modalidades de retiros basadas en la experiencia etc.

De la mano del autor, se descubre que no todo es peligro ni todo es oportunidad en este tipo de manifestaciones que, por otro lado, se enmarcan perfectamente dentro de nuestro mundo sensitivo y experiencial. Por ello, afirma que «encontrar el equilibrio adecuado es uno de los retos de la pastoral de la posmodernidad. Hay que buscar una experiencia auténtica que suscite y reafirme la fe y, a la vez, una fe capaz de generar vivencias que involucren toda la persona. Hay que evitar que la experiencia personal escape de la criba de la crítica racional. Pero también resulta peligroso confundir la fe con un determinado discurso intelectual. La fe sin experiencia languidece. La experiencia sin reflexión y sin compromiso se corrompe» (p. 54).

Dani Cuesta, sj

POEMA

“Para venir a lo que no sabes

has de ir por donde no sabes.

Para venir a lo que no gustas,

has de ir por donde no gustas.

Para venir a lo que no posees,

has de ir por donde no posees.

Para venir a lo que no eres,

has de ir por donde no eres.”

(San Juan de la Cruz)

MEDITACIÓN

NO TENGAS MIEDO

¡No tengas miedo! Graba bien esta frase

capaz de transformar tu vida espiritual.

Si el miedo te da pies de plomo,

la confianza te da alas para realizar

los anhelos bellos y nobles que Dios

ha puesto en tu corazón.

No esperes más, empieza a volar

aunque sea bajito y despacio,

la siguiente oración te ayudará:

Señor, soy feliz por tu elección y tu llamada.

Siento tu cariño cuando me dices “eres mío” (Is. 43)

Tu amor me envuelve

desde que vivía en el seno de mi madre.

Mi autoestima crece al saber que

me amas y que nadie

me puede quitar tu amor.

Tú me has rescatado

de muchos peligros y

seguirás salvándome…

Cuando sienta abandono o angustia,

recuérdame que valgo mucho para ti.

¡Qué maravilloso es saber que

soy valioso y que tú me amas!

Me has creado para ti,

me formaste y me guías

para que te dé gloria.

¿Cómo Señor, te alabaré por tu gran amor?:

Transmitiendo a todos mis hermanos

que no tengan miedo, pues todos somos valiosos para ti.

¡No tengas miedo! Graba bien esta frase

capaz de transformar tu vida espiritual.

Si el miedo te da pies de plomo,

la confianza te da alas para realizar

los anhelos bellos y nobles que Dios

ha puesto en tu corazón.

No esperes más, empieza a volar

aunque sea bajito y despacio,

la siguiente oración te ayudará:

Señor, soy feliz por tu elección y tu llamada.

Siento tu cariño cuando me dices “eres mío” (Is. 43)

Tu amor me envuelve

desde que vivía en el seno de mi madre.

Mi autoestima crece al saber que

me amas y que nadie

me puede quitar tu amor.

Tú me has rescatado

de muchos peligros y

seguirás salvándome…

Cuando sienta abandono o angustia,

recuérdame que valgo mucho para ti.

¡Qué maravilloso es saber que

soy valioso y que tú me amas!

Me has creado para ti,

me formaste y me guías

para que te dé gloria.

¿Cómo Señor, te alabaré por tu gran amor?:

Transmitiendo a todos mis hermanos

que no tengan miedo, pues todos somos valiosos para ti.

Amén!

PARROQUIA LA INMACULADA VALLADOLID-2023

FUSIÓN DE HORIZONTES

El físico y teólogo británico Alister McGrath afirma que «somos como habitantes de llanuras, personas bidimensionales que tratan de visualizar objetos tridimensionales y no lo consiguen». Por eso necesitamos subir a lugares elevados de vez en cuando para ver con más claridad el paisaje que nos rodea y tomar conciencia de nuestra ubicación en él.

Algo similar sucede cuando vamos a un museo y contemplamos cuadros impresionistas, como los de Claude Monet o Edgar Degas, en los que un conjunto de trazos, en apariencia inconexos, dan lugar a un todo unitario si nos situamos a la distancia adecuada.

Estas experiencias, sin embargo, no son exclusivas del montañismo y del mundo del arte. Son muy comunes. Tienen lugar en otros ámbitos de la existencia, como el de las vivencias personales o las intuiciones religiosas.

¿No hay múltiples experiencias y creencias que resultan incomprensibles de forma puntual y aislada, pero adquieren un significado distinto cuando se enmarcan en un conjunto más amplio o son contempladas de nuevo con el paso del tiempo? Una mirada panorámica –o impresionista– sería aquella capaz de iluminar aquellas realidades que, hasta entonces, permanecían en la penumbra.

La invitación a mirar el mundo de este modo aparece reflejada en numerosas ocasiones en la Biblia. Por ejemplo, cuando Jesús dice a Pedro, durante la última cena, antes del lavatorio de los pies, «lo que yo hago ahora no lo entiendes, lo entenderás más tarde» (Jn 13, 7), ¿no está pidiéndole acaso que tenga paciencia y tome distancia para poder comprender el significado global que ese gesto de servicio humilde tendrá en el conjunto de su vida?

El caso de Pedro no es el único. Todos los discípulos son presentados en los evangelios como habitantes de llanuras, personas sin la perspectiva adecuada para comprender, espectadores miopes demasiado pegados al cuadro impresionista de la vida de Jesús. Algo que, por otro lado, había sucedido antes en muchos momentos de la historia del pueblo de Israel. Por eso, en la Biblia hebrea, la alianza establecida con Yahvé en el monte Sinaí, o la visión escatológica de una ciudad santa –la Jerusalén celestial, señalan a una dimensión vertical, transcendente, que permite atisbar la voluntad de Dios y el horizonte futuro de una humanidad reconciliada. De un modo similar, en el evangelio muchos acontecimientos clave –como el discurso de las bienaventuranzas, la transfiguración del Tabor o la crucifixión en el Gólgota– tienen lugar también «en lo alto», arrojando luz sobre los acontecimientos precedentes y posteriores.

¿Podrían todos estos relatos ser interpretados a modo de atalayas, como lugares privilegiados que permiten a los discípulos visualizar –aunque sea fugazmente– el sentido global de la Escritura, el mensaje del Reino de Dios?

Elevarnos sobre la llanura de la vida y convertirnos en «personas tridimensionales» es, como sugiere McGrath, un largo proceso que exige tiempo, paciencia y el hábito de examinar la experiencia. No es casual que la tradición cristiana haya insistido en la idea de la pedagogía divina –la idea de un Dios paciente que «da tiempo» a la criatura para que vea y comprenda– así como en la necesidad de reservar tiempos para ejercitar el tipo de mirada que nos permite ver con profundidad, más allá de la superficie. Y así, poco a poco, fusionar el horizonte propio con el de Dios.

Porque creer no es otra cosa que aprender a ver el mundo desde lo alto y a la distancia adecuada, contemplarlo con los ojos de Dios.

Jaime Tatay, sj

ORACIÓN

¡QUE SALGA, SEÑOR!

De la cobardía que apaga tu voz

De la espiritualidad, débil y cómoda,

que me hace olvidar lo que ocurre a mí alrededor

¡QUE SALGA, SEÑOR!

Del llano que me agarra y no me deja verte

De la tierra que me seduce y me conduce

De los problemas que no me dejan

descubrir la gran lección de tu cruz

¡QUE SALGA, SEÑOR!

Pues, cuando me encierro en mí mismo,

veo que algo no funciona en mí.

Que me falta aire para respirar

Que los horizontes desaparecen de mi vista

Que, la ilusión y la fe, disminuyen por momentos

¡QUE SALGA, SEÑOR!

Pero, para ello, como a Pedro, Santiago y Juan

llévame contigo:

para que disfrute de tu presencia

para que escuche tu Palabra

para que sepa lo que me espera,

por el hecho de ser tu amigo y compañero

¡QUE SALGA, SEÑOR!

Que no me quede bajo las bóvedas

de un mundo fácil que todo lo contamina

que todo lo desvirtúa

que todo lo confunde

que todo lo frivoliza

¡QUE SALGA, SEÑOR!

Que no me pierda, ni un solo Domingo,

este momento de paz y de gracia

de amor y de Palabra

de presencia y de perdón

que es la Eucaristía.

¡QUE SALGA, SEÑOR!

Javier Leoz

CANTO

Athenas – Qué Bien Se Está Aquí

Sal de tu tierra, NICO MONTERO

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela