Entretela | Dicen que va a llover, así que queremos que estéis bajo techo

Aunque cuando el Papa usó estas palabras iba a llover, sirven para recordar que cuando hay problemas Dios es ese techo.

Estos días el Papa ha recordado que la vida humana es la de “una criatura limitada con necesidades” y por esta necesidad de vivir juntos es importante promover la paz en las comunidades. Y, dice el Papa que no acierta la mentalidad prevalente centrada en valorar sólo la existencia de quien produce bienes o tiene éxito, o es poderoso o tiene autoridad. Todos valemos, y en todas las culturas llegar a la vejez se ha considerado una bendición. Para él esa edad es un puente hacia el cielo que hay que cuidar.

Y hay que cuidar a las personas mayores y al planeta pues si a unas se les ignora “…en nuestros días existe el dolor colectivo de pueblos enteros que, aplastados por el peso de la violencia, del hambre y de la guerra, imploran paz. Es un grito inmenso, que nos compromete a rezar y actuar para que cese toda violencia y para que quienes sufren puedan recuperar serenidad; y compromete ante todo a Dios, cuyo corazón palpita de compasión, para que venga su Reino. La verdadera consolación que debemos ser capaces de transmitir es la de mostrar que la paz es posible, y que brota en cada uno de nosotros si no la sofocamos.” Y por ello el mes de Octubre propone el Papa se dedicará a rezar el rosario por la paz.

Además, en la conferencia del X aniversario de la Encíclica Laudato Si, León ha pedido mantener las directrices propuestas por el Papa Francisco y, sostener el diálogo que generó esa encíclica.

Laudato Si, recuerda el Papa, inspiró a la Iglesia Católica y a personas de buena voluntad. Muchos se sumaron a un diálogo realizado en múltiples niveles y a partir de ella se crearon grupos de reflexión, programas académicos, proyectos de colaboración de todo tipo en todo el mundo. Y recuerda el Papa que la Laudato Si lleva a una conversión del modo de vida personal y comunal.

Para el Papa la cultura del encuentro es antídoto a la globalización de la indiferencia. Recuerda el Papa que actualmente hay más de 100 millones de personas en el mundo victimas de las migraciones y los desalojos. Ante esta “globalización de la impotencia” propone combatir con una “cultura de la reconciliación”

El Papa recuerda que Jesús resucitado antes de ascender al cielo se dirigió a los infiernos para demostrarnos que ningún lugar está demasiado lejos. Recuerda que Jesús demuestra que el verdadero poder no es elevarse, si no descender a las miserias y dolores de las criaturas necesitadas y decirnos “que la fidelidad de su amor ha querido buscarnos allí donde nosotros mismos nos habíamos perdido”. Recordando a San Agustín dice que Jesús es médico y medicina, porque cuando curaba a la gente la escuchaba y la tocaba demostrando que el contacto personal hecho con amor sana.

El Papa dice que cuando Jesús resucitado envía “confía a los apóstoles una tarea que no es tanto un poder como una responsabilidad: ser instrumentos de reconciliación en el mundo. Es como si dijese: «¿Quién podrá anunciar el Rostro misericordioso del Padre sino vosotros, que habéis experimentado el fracaso y el perdón?».

En resumen hay un techo que nos cobija y que no mira si hemos experimentado el fracaso, que nos permite tocar con amor a nuestro prójimo mediante el diálogo o el contacto cercano. Es un techo bajo el que cabemos todos.

María Puy

pastoralsantiago.org