«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el
Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará
testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el
principio estáis conmigo».
Qué grande tu bondad, Señor, pues en tu Corazón estamos desde el
principio contigo. Pero nosotros conocemos bien nuestra vida. Sabemos
cuántas veces hemos caído, cuántas veces te hemos fallado. Cuántas veces
no hemos sido testigos fieles de tu Amor. Esperamos en tu promesa,
Señor. Y con su fuerza, con su unción, viviremos según tu Corazón. En tu
nombre nos levantaremos, viviremos en tu Palabra. Saldremos a dar
testimonio de tu Amor.
Son By 4 – En Tu Nombre (Me Levantaré) https://youtu.be/B4YXiuRkLys
Elena Fernández Andrés · https://twitter.com/poverellacm
Estamos leyendo durante la Pascua los Hechos de los Apóstoles. Es el
libro donde el Espíritu Santo es el protagonista. Lucas nos lo presenta
«en directo»: «El Espíritu Santo nos mandó ir a…«, «Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros…». ¡Qué fuerza encierra este libro de la Biblia! Pues claro, es el Amor del Padre y el Hijo, es la fuerza de Dios, el Ruah, la fuerza creadora y redentora.
Todos estos días -a través de San Juan- Jesús nos habla, en su
despedida, del Padre y del Espíritu. Hay grupos que se juntan por un
interés común, por un trabajo, un ideal político, una afición. Otros
grupos viven juntos por vínculos de sangre. Nosotros, Pueblo de Dios,
nos hemos unido por causa de Cristo, por causa del Evangelio. Y esto
únicamente puede ser explicado por la fuerza del Espíritu: la fuerza
impulsó a los Apóstoles a anunciar el Evangelio hasta los confines de la
Tierra.
Los Hechos, en la lectura de hoy, nos describen la acción de la Iglesia en sus comienzos. «En esto conocerán que sois discípulos míos, si os amáis los unos a los otros»
(Jn 13, 35). Viendo cómo nos amamos nosotros, el mundo ha de poder ver
qué es el Amor de Dios, qué efectos produce. Evangelicemos a través del
signo de nuestro amor mutuo. Poder decirle a una persona: Ven a nuestra
casa, tenemos algo que enseñarte; no, no son cuadros, ni muebles, ni
nuestro jardín, ni nuestra mascota. Ven a ver una cosa extraordinaria.
Es nuestra especialidad. Ven a ver cómo nos queremos. Esto es lo
interesante de nuestra comunidad: «Mirad como se aman«.
Esta es la manera en que quiere Dios que le conozca el mundo. ¡Ven,
Espíritu Santo, Amor del Padre, Amor del Hijo: enséñanos a amar a
nuestros contemporáneos, a los vecinos del balcón de al lado, a nuestros
familiares y amigos! ¡Ven, Espíritu Santo, deseamos tu Presencia que
nos revela -en lo profundo de nuestro ser- la Verdad del Amor!
Montse de Javier · Comunidade Caná
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