En oración por el nuevo Papa

Queridos
diocesanos:

El 28 de
febrero a partir de las 20 horas, momento en el que Benedicto XVI solía
terminar su jornada laboral, la Sede de Pedro ha quedado vacante. Resuenan los
ecos del agradecimiento a Dios por su Pontificado y a él por demostrarnos con
el ejemplo de su vida que la actitud de servicio es compromiso inherente a
nuestra identidad cristiana. Ahora hemos comenzado este período de tiempo en el
que todos los diocesanos hemos de acompañar de manera especial con la oración a
los Sres. Cardenales a quienes compete la misión de elegir al nuevo Sucesor de
Pedro. 

La Iglesia ha
de mantenerse siempre en oración por el Papa que gobierna la barca de la
Iglesia y en la espera del nuevo Vicario de Cristo como en esta circunstancia
que estamos viviendo. En estos momentos en que sentimos la orfandad de quien
fue constituido Cabeza visible de la Iglesia por su renuncia al ministerio
petrino, no podemos olvidar que Cristo, Supremo Pastor de la Iglesia, está con
nosotros hasta el final de los tiempos. Con esta confianza seguimos nuestra
peregrinación esperando la elección del nuevo Pontífice a quien se le
encomienda según la voluntad de Cristo, Fundador de la Iglesia, “confirmarnos en la fe” en medio de los
vaivenes a los que nos someten las fuerzas del mal. La Iglesia es la comunidad
de quienes se unen al Sucesor de Pedro a la hora de proclamar la fe en Cristo
Jesús.

En estos días
previos a la elección del nuevo Papa, pido que en la Catedral, en las
parroquias, en los Seminarios, en la Comunidades de Vida Consagrada y en otros
lugares de culto de la Diócesis se celebre al menos una Eucaristía en algún día
de la semana y cuando la liturgia lo permita, con el formulario contemplado en
el Misal Romano para elegir un Papa,
invitando encarecidamente a los fieles a participar en esa celebración. Con las
mismas palabras con que el papa emérito Benedicto XVI pidió en su momento esta
actitud orante, así también os exhorto: “E
n esta hora, sobre todo, roguemos
con insistencia al Señor para que nos dé de nuevo un pastor según su corazón,
un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor, a la verdadera
alegría
.

Os saluda con
afecto y bendice en el Señor,

+
Julián Barrio Barrio,

 Arzobispo de
Santiago de Compostela