El Papa invita a una teología en diálogo con «textos sagrados como la Biblia, el Talmud y el Corán»

El Papa se desplazó este viernes hasta Nápoles para clausurar un congreso de estudio sobre La teología después de Veritatis Gaudium en el contexto del Mediterráneo, organizado por la Pontificia Facultad de Teología de la Italia Meridional, dirigida por los jesuitas y cuyo gran canciller es el cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo de la diócesis napolitana, quien le recibió junto al padre Arturo Sosa, general de la Compañía.


Tras un recorrido por las calles de la ciudad, Francisco atendió a
las últimas conferencias del encuentro y pronunció la de clausura en la
plaza frente al edificio de la institución. La suya fue una propuesta de
hacer teología para la cual recalcó de diversas formas un concepto: el
diálogo, con la finalidad de responder a “algunas de las preguntas que
nos hicimos en la reunión interreligiosa de Abu Dabi… ¿Cómo hacer que
prevalezca en nuestras comunidades la acogida del otro y de los que son
diferentes a porque pertenecen a una tradición religiosa y cultural
diferente de la nuestra? ¿Cómo pueden las religiones ser caminos de hermandad en lugar de muros de separación?


Teología de la acogida y del diálogo


Según el Papa, el papel de la teología, en el contexto de las “contradicciones y dificultades” del Mediterráneo, es “ser una teología de la acogida” y “desarrollar un diálogo sincero” con todas las realidades concernidas.


Francisco dijo que hay que situar “la evangelización en el centro. No
la apologética, no los manuales… En el centro está la evangelización,
que no significa proselitismo”, sino, como diría poco después, “un
estilo de vida y de anuncio sin espíritu de conquista, sin la voluntad de hacer proselitismo -¡es la peste!- y sin una intención agresiva de refutación“.


Ese camino de diálogo permite renovarse a las escuelas de teología
“con la práctica del discernimiento y con un modo de proceder
dialógico capaz de crear un clima correspondiente de práctica espiritual
e intelectual. Se trata de un diálogo tanto en el planteamiento de los
problemas como en la búsqueda juntos de las vías de solución”.


Como ejemplo y orientación, el Papa citó a Charles de Foucauld (1858-1916); a los monjes mártires de Tibhirine, asesinados en mayo de 1996, al obispo de Oran, Pierre Claverie, también martirizado en agosto de aquel año; a Martin Luther King; a Giuseppe Lanza del Vasto (1901-1981); al Beato Justino Russolillo (1891-1955); y a Peppino Diana, sacerdote asesinado en 1994 por la camorra.


Francisco criticó la teología de su etapa de formación: “Yo estudié
en la época de la teología decadente, de la escolástica decadente, en la
época de los manuales. Entre nosotros había una broma, todas las tesis
teológicas se probaban con este esquema, un silogismo: 1. Las cosas
parecen ser así. 2. El catolicismo siempre tiene la razón. 3. Ergo … O sea, una teología de tipo defensivo, apologética, incluida en un manual”.


A esto contrapuso, pensando ya en la problemática mediterránea
concreta, un modelo distinto: “En las facultades de teología y en las
universidades eclesiásticas se deben fomentar los cursos de  lengua y
cultura árabe y hebrea, así como el entendimiento mutuo entre estudiantes cristianos, judíos y musulmanes“.


Como aplicación, puso dos ejemplos “de cómo el diálogo que
caracteriza a una teología de la acogida puede aplicarse a los estudios
eclesiásticos”. En primer lugar, “el diálogo puede ser un método de
estudio, así como de enseñanza. Cuando leemos un texto, dialogamos con
él y con el ‘mundo’ del cual es una expresión; y esto también se aplica a los textos sagrados, como la Biblia, el Talmud y el Corán“,
porque “los textos de las grandes tradiciones monoteístas en algunos
casos son el resultado de un diálogo entre ellas”. En segundo lugar, “el
diálogo se puede cumplir como hermenéutica teológica en un tiempo y
lugar específicos. En nuestro caso: el Mediterráneo a principios del
tercer milenio”, donde “los diferentes hijos del padre común Abraham
pueden vivir juntos en mutuo respeto”.


Contra “cualquier tentación de reconquista y cierre de identidad”


Además, continuó el Papa, “una teología de la acogida que, como
método interpretativo de la realidad, adopta el discernimiento y el
diálogo sincero, necesita teólogos que sepan cómo trabajar juntos y de
forma interdisciplinaria”. También quiso poner un ejemplo “de cómo
la interdisciplinariedad que interpreta la historia puede ser una
profundización del kerygma y, si está animada por la misericordia, puede
estar abierta a la transdisciplinariedad”. Ese ejemplo son “todas las actitudes
agresivas y guerreras que han marcado la manera de habitar el espacio
mediterráneo de los pueblos que se llamaban a sí mismos cristianos
.
Aquí hay que mencionara sea las actitudes y prácticas coloniales que
tanto han plasmado la imaginación y las políticas de estos pueblos que
las justificaciones de todo tipo de guerras, y todas las persecuciones
cometidas en nombre de una religión o una supuesta pureza racial o
doctrinal. También nosotros hemos sido persecutores. Recuerdo que en la Canción de Rolando [Cantar de Roldán],
después de ganar la batalla, los musulmanes estaban en fila, todos,
frente a la pila del bautismo, a la pila bautismal. Había uno con una
espada allí. Y los hacían elegir: ¡o te bautizas o adiós! Te vas al otro
barrio. O el bautismo o la muerte. Hemos hecho esto”.



La Canción de Roldán es un poema épico del siglo XII, cantar de
gesta de autor desconocido que recoge hechos sucedidos tres siglos
antes, en la Batalla de Roncesvalles, a los que incorpora elementos
legendarios y poéticos. Imagen: La muerte de Roldán es anunciada a
Carlomagno (grabado de las Crónicas de Francia o de Saint-Denis). 


El Papa señaló otro criterio para la nueva teología: “Revisitar continuamente la tradición
con la condición, sin embargo, de que siempre se relea con una voluntad
sincera de purificar la memoria, es decir, sabiendo discernir cuánto ha
sido vehículo de la intención original de Dios, revelada en el Espíritu
de Jesucristo, y cuánto, en cambio, haya sido infiel a esta intención
misericordiosa y salvadora”.


Por último, en la caracterización de ese esfuerzo, Francisco dijo que
la teología puede “alentar a las poblaciones mediterráneas a rechazar cualquier tentación de reconquista y cierre de identidad. Ambas nacen, se alimentan y crecen del miedo. No se puede hacer teología en un clima de miedo”.


Pentecostés teológico


En los momentos finales de su intervención, el Papa enumeró los “presupuestos” para que tenga lugar un “«Pentecostés teológico»
que permita a las mujeres y hombres de nuestro tiempo escuchar «en su
propia lengua» una reflexión cristiana que responda a su búsqueda de
sentido y de vida plena”. Esos presupuestos son “partir del Evangelio de
la misericordia“, “una seria asunción de la historia dentro de la teología”, la “libertad
teológica” para “experimentar nuevos caminos” (aunque pidió a los
teólogos: “Al predicar al Pueblo de Dios, por favor, ¡no hagáis daño a
la fe del Pueblo de Dios con cuestiones disputadas! Las cuestiones
disputadas deben quedarse solamente entre los teólogos”) y, por último,
“dotarse de estructuras ligeras y flexibles”.


Pincha aquí para leer el discurso íntegro del Papa.

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