El Papa invita a los católicos «hablar a Dios cara a cara» con valentía: «Muchas veces somos tibios»

Este jueves el Papa celebró la Eucaristía en la Casa Santa Marta, a
la que acudió como feligrés un invitado especial, el presidente de
Italia, Sergio Mattarella. Durante su homilía, Francisco invitó a ser valientes y “hablar a Dios cara a cara”.


De hecho, recordó que en la Escritura hay numerosos ejemplos de
personas que se dirigen a Dios de manera valiente pidiéndole algo, y “obtienen lo que quieren”. Según recoge Aciprensa,
concretamente se refirió a Moisés, que convenció a Dios para que no
desatara su furia contra el pueblo de Israel cuando adoró al becerro de
oro.


La valentía “para rezar así”


 “En ocasiones, cuando uno ve cómo esta gente lucha con el Señor para
obtener algo, uno piensa que lo hacen como si actuasen con mano de
hierro con Dios, para obtener lo que piden”, dijo el Papa. Pero en
realidad -explicó- lo hacen por su fe en el Señor.


Francisco aseguró que “hace falta valentía para rezar así. Y, en cambio, nosotros muchas veces somos tibios.
Alguno nos dice: ‘Pero reza porque tengo este problema, o aquel otro…’.
Sí, sí, digo dos Padre Nuestro, dos Ave María y me olvido… No, la
oración del ‘papagayo’ no sirve. La verdadera oración es esta: con el
Señor, y cuando yo debo interceder, debo hacerlo así, con valentía”.



“La gente, en el hablar popular, usa una expresión que a mí me dice mucho, cuando quiere conseguir algo: ‘Ce la metto tutta’
(una expresión italiana equivalente a la española ‘poner toda la carne
en el asador’)”. Es decir, “la valentía de ir adelante. Sin embargo,
puede ocurrir que lleguen las dudas: ‘Yo hago esto, pero, ¿cómo sé que
el Señor me escucha?’”. La respuesta del Papa es muy clara: “Tenemos una certeza: Jesús. Él es el gran intercesor”.


Francisco recordó que Jesús, ascendido al cielo, intercede ante el
Padre por la humanidad. “Cuando ya rezo, ya sea con la persuasión, con
el regateo, tartamudeando o discutiendo con el Señor, Él toma mi oración
y la presenta al Padre. Y Jesús no necesita hablar delante del Padre: le hace ver la herida. El Padre ve la herida y concede la gracia”.


“Jesús es nuestra fortaleza”


“Cuando rezamos, pensemos que lo hacemos con Jesús. Cuando hacemos la oración de intercesión con esa valentía, lo hacemos con Jesús: Jesús es nuestra fortaleza, Jesús es nuestra seguridad que en este momento intercede por nosotros”.


El Papa concluyó su homilía pidiendo “que el Señor nos dé la gracia de avanzar en este camino, de aprender a interceder.
Y cuando alguno nos pida que recemos, no lo hagamos con dos oraciones,
no hagámoslo en serio, en presencia de Jesús, con Jesús, que intercede
por todos nosotros delante del Padre”.

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