El monje estadounidense que está salvando manuscritos del ISIS

La desintegración y muerte de comunidades en varias partes del mundo
desde el auge de Daesh significa que muchas de las antigüedades más
valiosas del mundo corren el peligro de perderse para siempre. Un monje
benedictino estadounidense está tratando impedirlo con todas sus
fuerzas.

Fray Columba Stewart dirige una organización sin ánimo de lucro
llamada Hill Museum & Manuscript Library (HMML), con base en la
abadía de Saint John y la universidad de Collegeville, Minnesota. HMML
se dedica a preservar manuscritos en peligro utilizando microfilm y
formatos digitales y, según se explica en su sitio web, ha conseguido fotografiar más de 140.000 manuscritos completos, sumando un total de más de 50.000.000 de páginas manuscritas.


Aunque pueda parecer extraño que un monje esté trabajando en zonas de
conflicto como Irak y Siria, de hecho es la persona perfecta para el
trabajo. Según recoge The Atlantic, los
locales temen la guerra y la persecución y a menudo desconfían de los
forasteros, en especial de los occidentales. Sin embargo, todos parecen
estar al tanto de la dedicación de los benedictinos al estudio y a los
manuscritos.


“Ser un monje me pone en una categoría muy diferente. La gente
entiende que no represento a una gran empresa o a una agencia de cultura
imperialista”, dice Stewart.


Guarda relación con esto la política de HMML de formar a personas
locales para mantener un control físico de los manuscritos. “Nosotros
nunca tocamos los manuscritos”, explica Stewart.
“Son ellos los que hacen el trabajo y reciben un salario a cambio. Se
sienten orgullosos de poder decir ‘esto lo hicimos nosotros’, lo cual es
cierto”.


Cuando Stewart abordó un monasterio cristiano sirio en 2011, los
monjes de allí vieron una oportunidad de salvar su historia, ya que
muchísimos cristianos sirios habían tenido que huir de sus hogares en
Siria e Irak. Sus manuscritos son uno de los elementos que quedan de su
identidad cultural y religiosa. En la misma pieza de The Atlantic se lee:


“Estos libros los dejaron nuestros Santos Padres”, explica Shimon
Çan, el bibliotecario, calígrafo y amanuense de 65 años de Saint Mark,
además de uno de los defensores más entusiastas del proyecto de
digitalización. “Es nuestro deber abrir estos tesoros al mundo y
permitir que nuestros jóvenes entiendan la sabiduría que brota de
ellos”.


HMML ha trabajado en muchos lugares durante los últimos 13 años:
Turquía, los Balcanes y recientemente en la India, donde sus equipos han
fotografiado 10.000 manuscritos de hoja de palma, además de en Etiopía,
donde se digitalizaron los Evangelios Garima —que parecen ser los
manuscritos etíopes más antiguos—.


En 2013, HMML empezó a digitalizar manuscritos islámicos y hasta
ahora ha fotografiado más de 300.000, que corrían riesgo después de que
los islamistas radicales se adueñaran de la ciudad de Tombuctú en 2012.
Informa The Atlantic:


“Con el auge de Daesh, 2000 de los 6000 manuscritos que HMML
consiguió digitalizar en Irak entre 2009 y 2014 se han perdido o han
sido destruidos. Otros manuscritos digitalizados en Siria podrían haber
sufrido la misma suerte”.


Stewart declara que intenta no pensar en eso, porque le altera mucho.
“Pero sería mucho más doloroso si supiera de algo que ha sido destruido
y que no fotografiamos, porque se habría perdido por completo”,
expresa.


Khader Salameh, el bibliotecario de la biblioteca Khalidi en
Jerusalén, donde actualmente HMML está digitalizando una colección de
1200 manuscritos islámicos, otomanos y persas, afirma que aunque la
mayoría de los manuscritos están conectados con la religión islámica,
“también ayudan a comprender la cultura de la sociedad de la época en
que fueron escritos (…). Estas obras no pertenecen solo a árabes,
musulmanes o palestinos. Son patrimonio del mundo entero”.


Fray Stewart, que explica que este trabajo es emocionalmente
agotador, tiene un objetivo impresionante: “crear la colección más
amplia de manuscritos digitalizados”. Aunque entiende que la colección
será muy útil a los investigadores, también confía en que fomente un
mejor entendimiento entre cristianos y musulmanes.


“Si no encontramos afinidades más profundas, siempre estaremos
atascados en nuestras diferencias superficiales. Continuaremos siendo
desconfiados y temerosos del otro”, declaraba Steward a The Atlantic.
“Las relaciones no han sido siempre sencillas en el pasado, pero si
aprendemos de los lugares donde [las dos religiones] convivieron,
podríamos aprender a vivir juntos”.

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