por Manuel Blanco
MIRADAS
Yo miro. Y veo los desastres causados por la acción presuntuosa del ser humano; por la mía, también. Algunas personas viven de modo extraordinario, bueno. Pero aún existen los y las que pregonan con jactancia sus malas acciones. Tal vez porque, como decía Churchill, “un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema”.
Él mira. Existen miradas capaces de curar. La de Jesucristo es una de ellas. Cuando lo ponemos en el estandarte que guía la procesión de nuestra vida, podemos mirarle tranquilos para recuperar la paz. Desde allí, situado el primero, Él repara, venda, alienta, fortalece, anima… Ojalá pudiésemos mirar con sus ojos que derrochan amor. Tal vez comprendiésemos mejor por qué y para qué existimos.
Ellos miran. El 28 de julio de 2014, en un encuentro con el futbolista Jesús Navas, el Manchester City escribió un tweet en el que se invitaba a todos los aficionados a realizar sus preguntas bajo el hashtag#AskJesus. De inmediato, tal cosa se convirtió en el trendingtopic dentro de Inglaterra, con 12.884 menciones y un impacto de 16.182.304 impresiones en sólo cuatro horas. ¿Por qué? Muchos lo utilizaron para bromear y lanzar preguntas a Jesucristo en lugar de al futbolista español.
Tanto amó Dios al mundo… ¡Qué paciencia tiene! Ni el Señor, ni sus discípulos, buscamos notoriedad. Esperamos tomarnos en serio nuestra salvación. Pero mientras, nuestra conducta sucede expuesta a los demás. Tal vez forme parte del plan. Por si podemos ayudar. La tarea nos supera: una mirada limpia; dejar que Dios se luzca.
Barca de Santiago / Marzo 2015