Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

CITA

Agustín de Hipona “Así pues, si no hubiera querido padecer, no habría padecido, aquella sangre no habría sido derramada; si aquella sangre no hubiera sido derramada, el mundo no habría sido redimido. Demos, pues, gracias tanto al poder de su divinidad, como a la misericordia de su debilidad”. 9-10: CCL 36, 336-338

San Ambrosio «es un buen ejemplo de la conversión a la que debemos aspirar: muy pronto al ladrón se le concede el perdón, y la gracia es más abundante que la petición; de hecho, el Señor —dice san Ambrosio— siempre concede más de lo que se le pide (…) La vida consiste en estar con Cristo, porque donde está Cristo allí está el Reino». Benedicto XVI Ángelus (21-11-2010)

S. Andrés de Creta, «Salgamos al encuentro de Cristo, que vuelve hoy de Betania y, por propia voluntad, se apresura hacia su venerable y dichosa pasión, para llevar a plenitud el misterio de la salvación de los hombres. (…) Corramos a una con quien se apresura a su pasión, e imitemos a quienes salieron a su encuentro. Y no para extender por el suelo, a su paso, ramos de olivo, vestiduras o palmas, sino para prosternarnos nosotros mismos, con la disposición más humillada de que seamos capaces y con el más limpio propósito, de manera que acojamos al Verbo que viene, y así logremos captar a aquel Dios que nunca puede ser totalmente captado por nosotros. (…) Tendamos ante Él, a guisa de palmas, nuestra alabanza por la victoria suprema de la cruz. Aclamémoslo, pero no con ramos de olivos, sino tributándonos mutuamente el honor de nuestra ayuda material. Alfombrémosle el camino, pero no con mantos, sino con los deseos de nuestro corazón, a fin de que, caminando sobre nosotros, penetre todo Él en nuestro interior y haga que toda nuestra persona sea para Él, y Él, a su vez, para nosotros» (Sermo 9 de Dominica in Palmis).

San Bernardo: “¡Qué diferentes voces eran; quita, quita, crucifícale y bendito sea el que viene en nombre del Señor, hosanna en las alturas! ¡Qué diferentes voces son llamarle ahora Rey de Israel, y de ahí a pocos días: no tenemos más rey que el César! ¡Qué diferentes son los ramos verdes y la cruz, las flores y las espinas! A quien antes tendían por alfombra los vestidos propios, de allí a poco le desnudan de los suyos y echan suertes sobre ellos” Sermón en el Domingo de Ramos, 2, 4.

S. Francisco de Asís, “Sometió su voluntad a la del Padre. Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, a quien entregó por nosotros y que nació por nosotros, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y víctima en el ara de la cruz, con su propia sangre, no por sí mismo, por quien han sido hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Y quiere que todos nos salvemos por Él y lo recibamos con puro corazón y cuerpo casto» (Carta a todos los fieles 2,10-15).

S. Juan Crisóstomo, «Entre los hombres, a la confesión sigue el castigo; ante Dios, en cambio, a la confesión sigue la salvación» (De Cruce et latrone).

Sto. Tomás Moro, Después de ver de cuántas maneras mostró Dios su misericordia con Judas, que de Apóstol había pasado a traidor, al ver con cuánta frecuencia le invitó al perdón, y no permitió que pereciera sino porque él mismo quiso desesperar, no hay razón alguna en esta vida para que nadie, aunque sea como Judas, haya de desesperar del perdón» (La agonía de Cristo, ad loc.).

Sta. Teresa de Jesús, «Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y Vos, bien mío, queréis mirar con amor. Paréceme que una sola vez de este mirar tan suave a las almas que tenéis por vuestras, basta por premio de muchos años de servicio» (Exclamaciones 14).

Francisco de Sales “La primera es la humildad de este animal; la segunda su paciencia y la tercera, que se dejó montar…No fue casualidad que la burra ya hubiese llevado carga y que el pollino nunca hubiera llevado peso; es porque Dios había cargado ya al pueblo judío con su Ley mientras que los gentiles nunca la habían recibido; venía pues el Señor a imponer su yugo, esa es la razón de haber montado un pollino…” Sermón (20-03-1622): Triple significado del pollino

S. Josemaría Escrivá, “¿Estás sufriendo una gran tribulación? — ¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril: “Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. — Amén. —Amén.” Yo te aseguro que alcanzarás la paz” (Camino, n. 691).

“Con todo, el triunfo de Jesús es un triunfo sencillo, se contenta con un pobre animal, por trono. No sé a vosotros; pero a mí no me humilla reconocerme, a los ojos del Señor, como un jumento: como un borriquito soy yo delante de ti; pero estaré siempre a tu lado, porque tú me has tomado de tu diestra (Sal 72, 2324), tú me llevas por el ronzal”. Es Cristo que pasa, 181.

S. Juan Pablo II “Se diría que en ese texto de Lucas está documentada la primera canonización de la historia, realizada por Jesús en favor de un malhechor que se dirige a Él en aquel momento dramático. Esto muestra que los hombres pueden obtener, gracias a la cruz de Cristo, el perdón de todas las culpas y también de toda una vida malvada; que pueden obtenerlo también en el último instante, si se rinden a la gracia del Redentor que los convierte y salva”. Audiencia General (16-11-1988)

Aquel ladrón nos representa a todos. Su rápida aventura nos enseña que el Reino predicado por Jesús no es difícil de alcanzar para cada uno que lo invoque. Meditación (29-03-2002)

BENEDICTO XVI –Jericó, donde ha empezado la última parte de la peregrinación de Jesús, se encuentra a 250 metros bajo el nivel del mar, mientras que Jerusalén –la meta del camino– está a 740-780 metros sobre el nivel del mar: un ascenso de casi mil metros. Pero este camino exterior es sobre todo una imagen del movimiento interior de la existencia, que se realiza en el seguimiento de Cristo: es una ascensión a la verdadera altura del ser humano. La persona puede escoger un camino cómodo y evitar todo cansancio. Puede también descender hacia lo bajo, lo vulgar. Puede hundirse en el lodo de la mentira y la deshonestidad. Jesús camina delante de nosotros, y va hacia lo alto. Homilías 2007

Papa Francisco En esta semana, la Semana Santa, que nos conduce a la Pascua, seguiremos el camino de la humillación de Jesús. Y sólo así será “santa” también para nosotros. Veremos el desprecio de los jefes del pueblo y sus engaños para acabar con Él. Asistiremos a la traición de Judas, uno de los Doce, que lo venderá por treinta monedas. Veremos al Señor apresado y tratado como un malhechor; abandonado por sus discípulos; llevado ante el sanedrín, condenado a muerte, azotado y ultrajado. Escucharemos cómo Pedro, la “roca” de los discípulos, lo negará tres veces. Oiremos los gritos de la muchedumbre, soliviantada por los jefes, pidiendo que Barrabás quede libre y que a Él lo crucifiquen. Veremos cómo los soldados se burlarán de Él, vestido con un manto color púrpura y coronado de espinas. Y después, a lo largo de la vía dolorosa y a los pies de la cruz, sentiremos los insultos de la gente y de los jefes, que se ríen de su condición de Rey e Hijo de Dios. Ésta es la vía de Dios, el camino de la humildad. Es el camino de Jesús, no hay otro. Y no hay humildad sin humillación (29.III.2015).

“Cuando vayas subiendo saluda a todos. Seguro que son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”

“Gentío, fiesta, alabanza, bendición, paz. Se respira un clima de alegría. Jesús ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo. Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma”.

“Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado”.

“Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar”

CHISTE

Esto es una mujer muy fea cuyo marido siempre se esta metiendo con ella, que a estas alturas tiene ya un problema bastante serio. Pero un día se decide a salir a la calle; es mas, quiere ir a la procesión de Semana Santa.

– Oye, que me voy a ver la procesión.

– Tu ? Con lo fea que eres ? Pero si va a haber un montón de gente !

– No me importa que me vean, tengo derecho a ir.

– No, si es que eres tan fea que les vas a asustar a todos.

Total, que la mujer se va, y al volver le dice al marido toda contenta:

– Oye, oye, me han confundido con la virgen !

– A ti ? Con lo fea que eres ? eso es imposible !

– Que si, que si, que uno de los que llevaban el paso me ha dicho al verme: “madre de dios” !!!

Tomados de yavendrás.com

CONTO

¿QUIÉN ES ESE?

El asno todavía se sentía envuelto en el resplandor del día más glorioso de su vida. Nunca hasta entonces había experimentado tanta excitación y había sentido tanto orgullo.

A la mañana siguiente salió del establo y se dirigió a la ciudad. Junto al pozo encontró un grupo de personas y pensó: ahora me voy a exhibir delante de estas gentes. Nadie le prestó la menor atención y siguieron llenando sus cántaros.

“Echen sus túnicas y sus capas”, les dijo enfadado. ¿No saben quién soy?

Le miraron entre carcajadas, le dieron unos azotes y lo mandaron a paseo.

“Paganos miserables”, dijo para sus adentros.

“Iré al mercado donde hay buena gente, seguro que me recordarán”. Pero nadie le hizo caso y siguió caminando.

“Los ramos de olivo. ¿Dónde están los ramos de olivo?”, gritó.

“Ayer me aclamaban con ramos de olivo”.

Herido y decepcionado, el asno volvió al establo, a casa, junto a su madre.

“Tonto”, le dijo su madre con ternura.

¿No te das cuenta de que sin ÉL, tú no eres más que un asno cualquiera?

Sin ÉL eres sólo un asno.

Tomado del P. Félix Jiménez

ANÉCDOTA

La mártir Perpetua fue arrestada mientras estaba para dar a luz a un hijo. En los dolores del parto gritaba y se lamentaba. Los guardias le decían: «Si no puedes resistir estos dolores, ¿qué harás cuando estés en la arena bajo los tormentos?» Pero, la joven mujer respondió: «Ahora soy yo quien sufro, entonces otro sufrirá por mí»

Tomado del P. Cantalamessa

Cuando me hacen un cumplido, tengo necesidad de compararme con el jumento que llevaba a Cristo el día de ramos. Y me digo: ¡Cómo se habrían reído del burro si, al escuchar los aplausos de la muchedumbre, se hubiese ensoberbecido y hubiese comenzado -asno como era- a dar las gracias a diestra y siniestra…! ¡No vayas tú a hacer un ridículo semejante…!

(Juan Pablo I, «Ilustrísimos Señores», p. 59)

Es impresionante el diálogo final de la famosa película “La misión”. Después de que se ha producido la cruel matanza de los jesuitas y de los indios guaraníes, el cardenal Altamirano pregunta a los embajadores de España y Portugal si había sido necesario derramar tanta sangre. Uno de ellos le responde: “Desengáñese, excelencia, en este mundo tenemos que vivir”. El cardenal Altamirano, con el rostro lleno de tristeza, le dice entonces: “No, Señor embajador, somos nosotros los responsables de este mundo. Soy yo el responsable de este mundo”.

La pasión de Cristo no es sólo una página del pasado. Es también una página del presente, en la que seguimos teniendo responsabilidad. La pasión de Cristo no ha terminado. Cristo sigue hoy sufriendo en el hombre hermano, con el que Jesús se ha identificado.

Tomado del P. Juan Jáuregui Castelo

CANTO

Glorioso Rey en la Cruz – Athenas

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela