El sábado 9 de marzo a las a las 16:00hs el arzobispo de Santiago de Compostela, mons. Francisco Prieto, acompañado de el arzobispo emérito mons. Julián Barrio, así como de otros sacerdotes diocesanos y hermanos Carmelitas, presidió una Eucaristía de despedida Comunidad Religiosa de Carmelitas Descalzas de Santiago de Compostela en la iglesia del Carmen de Santiago.
Las hermanas no quieren dejar de dar las más sinceras gracias a todas las personas que han mostrado su cercanía, su afecto, sus gestos de cariño a lo largo de tantos años, así como por todos los mensajes de apoyo recibidos en las últimas semanas: “Nos llevamos algo de “morriña” de Santiago, pues el amor nunca pasa…pero seguir a Cristo es siempre ir a lo desconocido, El nos guía, El nos acompaña”.
En la homilía, el arzobispo de Santiago dio las gracias a la Comunidad Religiosa de Carmelitas Descalzas, por su presencia: “hoy esta Iglesia diocesana, esta ciudad aquí presente, esta comunidad creyente, os quiere agradecer a vosotras y a las contemplativas que hoy las acompañáis. Gracias por ser esa profecía desconcertante para este mundo”, en el que a veces predomina más el que más grita y el que más polariza”.
Mons. Prieto destacó la vida de las hermanas como “esa ofrenda silente, construida a través y vivida en las estancias seculares de este convento, donde seguramente el mejor relato no es tal que puedan hacer los historiadores o los biógrafos, que también sería importante que se haga, sino sobre todo desde aquella semilla que puso aquí la verdadera madre María Antonia de Jesús, cuando en el siglo XVIII se pone como una semilla y se construye esta comunidad a lo largo de los siglos”. Y añadió “Esa presencia silente y contemplativa, orante, profética que ha estado aquí acogiendo el corazón de tantos que se han acercado hasta aquí pidiendo quizás una oración de súplica o dando gracias y poniendo delante de Dios”.
El prelado compostelano destacó que la vida religiosa, sus laicos, grupos y movimientos es una rica expresión de la Iglesia: “En esa vida que se ha hecho claustro, que se ha hecho convento, que se ha hecho celda, que se ha hecho refectorio, que se ha hecho oración, que se ha hecho Eucaristía… a fin de cuentas, como a pequeños riachuelos, por el que ha discurrido y discurre esa vida de Dios, esa presencia pacífica vuestra entre nosotros”.
Finalmente mons. Francisco Prieto se dirigió a los Hermanos Carmelitas Contemplativos quienes seguirán de ahora en adelante el culto a la Santísima Virgen en este convento: “Venís a esta iglesia y aquí os recibimos y os acogemos para que también vuestra presencia en esa espiritualidad del Carmelo lo que va a pervivir aquí porque estaríais vosotros custodiándola también. No custodiáis solamente una memoria histórica, un edificio secular, no custodiáis solamente unas piedras que hay que conservar o una memoria que hay que preservar”.