Desde un santuario en el Pirineo, la Biblia en whatsapp, el Catecismo y Club de Lectura en Instagram

Las dos religiosas de Santa Maria de Refet enganchan a muchos a la lectura reposada

Casi a mitad de camino en la carretera entre Lérida y La Seu d’Urgell está el santuario de Santa María de Refet. El arzobispo de Urgel ha encargado su cuidado a Pilar y Madre Trinidad. Son dos enamoradas de la Biblia, de la liturgia de las horas y del carisma de San Jerónimo, el traductor de la Biblia en el siglo V.

San Jerónimo vivió en Belén acompañado de unas mujeres devotas, escribiendo y traduciendo y acogiendo peregrinos. También en Refet estas mujeres acogen peregrinos (hay una mini-hospedería con sitio para 5 o 6 huéspedes) y buscan difundir la oración con la Biblia.

Durante la pandemia abrieron grupos de lectura en Instagram y Whatsapp y les asombró comprobar cómo crecían con cientos de personas de toda España, españoles en países europeos y gente desde Hispanoamérica. Desde un pequeño santuario remoto, conectaban con muchas personas. Y los miembros de estos grupos se comprometen, además, a rezar unos por otros.

La lectura de la Biblia, ordenada, en un año

Ya dos años han ofrecido la lectura pautada de la Biblia por whatsapp, una lectura diaria y acompañada, con una fecha de inicio y otra de finalización. Empiezan otra vez el 1 de enero: en un año, se lee la mayor parte de la Biblia, de Génesis a Apocalipsis (quedan fuera fragmentos áridos de Números, Deuteronomio, etc…). Cada curso en los dos años pasados ha atraído unos 240 participantes.

La situación canónica de Pilar y Madre Trinidad es peculiar. Madre Trinidad era priora de la comunidad jerónima de Barcelona, y Pilar era novicia. Querían hacer algo “más jerónimo” (más ermitaño, más hospedar-acoger, más Biblia) y se sintieron llamadas a cuidar ese santuario en una zona rural y poco poblada de la Cataluña interior. Pasados 6 años de experiencia, Pilar ya no es novicia de la orden y Madre Trinidad consulta con Roma seguir sirviendo a la Iglesia, pero ahora desde la diócesis y desde Refet.

“Fundar una nueva comunidad de jerónimas no podía ser. El obispo nos propuso ser vírgenes consagradas, y al principio nos parecía raro”, explica Pilar. “Las vírgenes consagradas suelen tener oficios en la ciudad, viven ‘en el mundo’, no suelen viven en comunidad con bienes compartidos, ni retiradas en el campo…”

“Pero cuando leímos las instrucciones de 2018 de la Congregación de Vida Consagrada sobre las vírgenes, vimos que podían tener un carisma propio, como el nuestro, de San Jerónimo, y tener comunidad de bienes y casa. Así que el obispo me consagró como virgen, me encargó vestir hábito y cuidar el santuario. Madre Trinidad está consultando este paso en Roma. Pero creemos que es del Espíritu Santo servir desde aquí con este carisma de San Jerónimo, el oficio divino, la hospitalidad…”.

Llegaron en 2016 de Barcelona. (Aquí, fotos del santuario al poco de llegar). Pilar era de Masnou, cerca de la Ciudad Condal. “En la ciudad piensan que la gente de campo es más religiosa, pero la realidad es que la Cataluña rural está muy descristianizada y envejecida. No hay curas que puedan quedarse a atender el despacho parroquial, los jóvenes se van, muchos pueblos no tienen misa… Aquí en el santuario tenemos misa el domingo por la tarde y viene gente de los pueblos de alrededor”, detalla.

Probaron varias iniciativas de evangelización, y comprobaron que “era difícil reunir vecinos con fe para rezar juntos, formarse, un Curso Alpha o para orar la Lectio Divina”.

En cambio, cuando lanzaron la lectura por Instagram, siguiendo una guía de Estados Unidos en un esquema de un año, “con inicio y final” comprobaron su éxito.

“Son veinte minutos al día, y comprobamos que tres de cada cuatro perseveran hasta el final. Enviamos un mensaje con los textos diarios de la semana, y también algunas guías y ayudas”, explica Pilar. Recomiendan sobre todo el libro Comprender las Escrituras, del popular biblista converso Scott Hahn.

De los frutos no les caben dudas. Ponen un ejemplo concreto: “Una señora que perdió a su madre en pandemia nos dijo que esta lectura diaria de la Biblia le sostenía”.

En ese envío no hay espacio de preguntas, pero hay otro espacio que sí funciona como un chat donde los usuarios hacen preguntas y comentarios y se crea un lugar de encuentro común.

“Es un impulso para hacer oración personal, cada uno en su casa, pero desde la Iglesia, con apoyo y acompañándose del Catecismo”, añade Pilar.

Al principio hubo cierta confusión. “Varias personas se apuntaron pensando que enviábamos los textos completos para leer en el móvil, en el autobús, a ratos. Pero no es así, no buscamos ese leer ‘a salto de mata’, -aunque es mejor que no leer, claro- sino una lectura con regularidad, tomando notas… Yo, de hecho, no sé leer un libro sin subrayarlo. Nosotras rezamos con el breviario de papel, que pesa 4 kilos. Dimos por supuesto que la gente leería con su Biblia de papel“.

Pilar considera que precisamente por vivir en una época de “mucho sentimentalismo e individualismo” lo que hace falta es “rezar con la Iglesia y vivir con la Iglesia”.

Cita a Benedicto XVI, que decía que “la Biblia no es un oráculo”. Por eso ellas rezan la Lectio Divina con la misa del día, el oficio divino “con los Salmos que están ahí; a veces te levantas contento pero lo que te toca leer es el Miserere. Somos un cuerpo místico, al rezar sentimos y vivimos con la Iglesia”.

Club de Lectura Católica, por Instagram

Usando la misma fórmula, lanzaron un Club de Lectura, empezando con El despertar de la señorita Prim, el libro de Natalia Sanmartín, con el apoyo de la autora. Participaron 45 personas, que lo degustaron detalladamente, en dosis de pocas páginas al día, que luego se comentaban el fin de semana.

Los participantes pidieron continuar, y ahora en el club están leyendo La Restauración de la Cultura Cristiana de John Senior. “Es un libro que nos encanta y hemos leído ya 4 veces, nos lo recomendó mosén Joan Antoni Mateo”, explican, refiriéndose al párroco de Tremp, activo en Facebook y bloguero, que murió en 2021 con 59 años.

“Tenemos claro que vivimos en una época de batalla cultural y también espiritual y todos hemos de prepararnos”, explican.

Como la fórmula funciona, anuncian que también crearán un sistema a partir de Adviento para empezar a leer en Catecismo y comentarlo en grupo. “Nuestro Instagram y nuestras redes están en castellano y se apunta gente de toda España y Latinoamérica”, constatan.

La Biblia y la Lectio Divina, no son “un añadido”

Pilar constata que hay mucha gente devota que casi no incorpora la Biblia en su oración. Le parece que es algo en lo que hay que avanzar.

“Hay conversos, y personas religiosas que van a peregrinaciones lejanas, y que rezan muchos rosarios… eso está bien pero les pregunto si rezan Laudes, Completas, la Liturgia de las Horas, que es la oración pública de la Iglesia, y no saben lo que es. A veces pasa también con la misa, con gente que valora más las adoraciones que la Eucaristía en sí. Benedicto XVI animaba a volver sobre todo a lo esencial: la Eucaristía, la Palabra de Dios en la Iglesia y el Catecismo”.

Pero también es importante hacer amistades y comunidad. “En el mundo profano, cuando alguien se apunta a un Club de Lectura de una librería, también lo hace para conocer gente, hacer amigos… Y también puede hacerse en nuestro club de lectura, conociendo personas con nuestras afinidades. Saboreamos el libro y lo comentamos, pero también nos conocemos y nos comprometemos a rezar unos por otros“.

Así, desde un pequeño santuario rural no lejos de los Pirineos, se teje una red de oración que llega a lugares muy lejanos. Y a Dios.

Más información en https://www.artesaniaderefet.com y en el número de móvil y whatsapp +34 688803999 .

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