Constitución oficial del nuevo Consejo Pastoral Diocesano

El 20 de junio de 2019 el arzobispo de Santiago mons. Julián Barrio, mediante decreto, establecía el proceso de renovación del nuevo Consejo Pastoral Diocesano, que tendría un período de vigencia de cuatro años. Pero en marzo de 2020 la pandemia provocada por el covid19 alteró totalmente la vida pastoral diocesana y, consecuentemente, aplazó la renovación y constitución del Consejo Pastoral Diocesano.

Por este motivo, hoy viernes 20 de mayo, en la Casa de Ejercicios de Santiago, se constituyó el nuevo Consejo Pastoral Diocesano, un órgano permanente asesor del arzobispo acerca de las actividades pastorales que se lleven a cabo en la Diócesis.

Después de la oración inicial, el arzobispo de Santiago de Compostela mons. Julián Barrio, presidente del Consejo Pastoral Diocesano, se dirigió a todos los asistentes reflexionando en un primer momento sobre los efectos negativos de la pandemia, pero destacando también aspectos positivos como el valor del encuentro humano, la importancia de la familia, la generosidad de los miembros de la Iglesia, de Cáritas, etc.

El arzobispo indicó que es necesario cuidar la piedad popular como encarnación de la fe en una cultura, como elemento evangelizador y como un modelo legítimo de vivir la fe y sentirse parte de la Iglesia y de ser misionero: “Nuestra Iglesia diocesana ha de estar profundamente injertada en la sociedad humana y ser solidaria con sus aspiraciones. Para ser una comunidad urgida a vivir la caridad, ha de priorizar su atención a los pobres y a los enfermos. Por eso hemos de activar el ministerio de la escucha y el acompañamiento”.

Posteriormente, tuvo lugar la constitución y presentación de los 63 miembros del nuevo Consejo Pastoral Diocesano (arzobispo, obispo auxiliar, sacerdotes, miembros de institutos de vida consagrada y laicos, que representan a toda la Diócesis), así como la elección de la nueva secretaria y de la Comisión Permanente.

Acto seguido, el obispo auxiliar mons. Francisco Prieto presentó el borrador del Programa Pastoral Diocesano (2022- 2023) con el lema “Con un mismo amor y un mismo sentir”. En este sentido, destacó que “la Iglesia diocesana ha de ser una escuela de comunión para aprender a caminar juntos, acogiendo y valorando la diversidad como un don de Dios y así anunciar, celebrar y vivir la fe corresponsablemente”.  Mons. Prieto indicó que el Consejo Pastoral “debe ser un instrumento al servicio de la comunión eclesial facilitando la coordinación de los diversos sectores y de las acciones que están al servicio de la tarea evangelizadora”. Afirmó también que este Consejo tiene como finalidad general estudiar, analizar, valorar, discernir, sugerir propuestas y evaluar aquello que se refiere a las actividades pastorales de la Diócesis, así como propiciar el encuentro, el diálogo y la conjunción entre la diversas instituciones y organismos implicados en la acción pastoral.

Después de varias sugerencias, ruegos y preguntas, el equipo sinodal presentó las síntesis de las conclusiones enviadas por los grupos de reflexión sinodal que se constituyeron y trabajaron los materiales en torno al Sínodo sobre la sinodalidad convocado por el papa Francisco. A lo largo de estos meses más de 60 grupos pertenecientes a más de 50 realidades eclesiales de todo tipo a lo largo de la diócesis, remitieron al Equipo sinodal reflexiones y propuestas sobre los tres ejes del proceso sinodal: comunión, participación y misión. Indicaron que la labor de síntesis fue compleja, por una parte, debido la diversidad de propuestas, y, por otra parte, debidos a los ya sabidos problemas para mantener reuniones motivadas por las restricciones sanitarias. Esta síntesis diocesana será trasladada a todos los grupos sinodales y en la Asamblea de fin de curso, como muestra y signo de comunión, de transparencia y de participación en el proceso sinodal.

Concluyó este encuentro con la intervención final mons. Julián Barrio, en la que agradeció a todos los miembros del Consejo Pastoral Diocesano su asistencia y participación, y los exhortó a comprometerse en la vida diocesana: “cultivar el sentido de pertenencia a la Diócesis y estar dispuestos a servir y a manifestar aquello en lo que creemos”.

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