Boletín Nº 125

Debe prevalecer la generosidad, asumiendo la corresponsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia y en la solidaridad con los pobres

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«Queridos hermanos sacerdotes:
me alegra tener noticia de que se encuentran bien en medio de la incertidumbre en que seguimos viviendo por causa de la pandemia. Sé que nos mantenemos unidos en la oración encomendando a los hermanos sacerdotes a los que el Señor llamó a su presencia en estos días y pidiendo por la salud física de todos.

No son momentos fáciles los que se nos avecinan también desde el punto de vista económico. Será una lenta vuelta a la normalidad. Ya están llamado a las puertas familias y personas que se sienten agobiadas económicamente. La crisis ya la estamos percibiendo. Ante esto no podemos menos de recordar el pasaje referente a la primitiva comunidad cristiana en el que se nos dice que las personas estaban atendidas y “se repartían los bienes entre todos según la necesidad de cada uno” (Hech 2,42-47). Vemos ya que nuestras Cáritas están sobrepasadas por las muchas personas que han de ser atendidas. Por otra parte, los ingresos en las parroquias en esta temporada no es que hayan descendido, sino que no los ha habido, teniendo que afrontar los gastos ordinarios. Son momentos en los que debe prevalecer la generosidad, asumiendo la corresponsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia y en la solidaridad con los pobres de cerca y de lejos. Mirar a los demás con los ojos del corazón, es decir, con misericordia es tratar de que nadie se quede atrás. En este sentido hemos de hacer también una llamada a nuestros fieles y a las personas de buena voluntad pidiéndoles su colaboración económica. Así se lo he comunicado también.

En consecuencia y como signo por nuestra parte, los miembros del presbiterio, obispos y sacerdotes, podríamos disponer, el que buenamente pueda hacerlo, de una parte de nuestro sueldo para ponerlo a disposición de los más necesitados a través de la Administración diocesana en nº de cuenta: ES25 2080 5155 9730 4006 2341de ABANCA. Y esto no tanto como una colecta puntual, cuanto por un tiempo determinado hasta que las consecuencias generadas por la pandemia, se vayan aliviando. Esta es mi propuesta y petición que dejo a la consideración benevolente de Vds.

Les deseo un gozoso tiempo pascual pues “nada nos podrá separar del amor de Dios”. Les saludo con fraternal afecto también en nombre del Sr. Obispo Auxiliar y bendigo en el Señor, pidiendo con el patrocinio del apóstol Santiago vernos liberados cuanto antes de esta pandemia. Con fraternal afecto y bendición en el Señor.»»(MONS. JULIÁN BARRIO BARRIO, Carta a los sacerdotes, Pascua de Resurrección 2020)

Boletín de la Delegación para el clero
del Arzobispado de Santiago de Compostela
Abril 2020-

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