Entre los argumentos contra la eutanasia, es clave recordar que todos nos debemos ayudar unos a otros a vivir bien, con esperanza
Varios países debaten la legalización de la eutanasia (matar enfermos, en teoría porque lo piden ellos) o del suicidio asistido (ayudar a gente a suicidarse). En mayo de 2018, el Parlamento portugués votó contra la legalización de estas prácticas. Los 15 diputados comunistas también votaron contra ella, pidiendo más bien mejorar los cuidados paliativas, la atención del dolor y del final de la vida. También en Finlandia en verano de 2018 se rechazaba la eutanasia (por 128 votos contra 60). Desde 2018 el Partido Socialista en España y otras formaciones buscan aprobar la misma eutanasia que rechazan los comunistas en Portugal.
La asociación E-Cristians ha recopilado un argumentario con 20 razones contra la eutanasia, una práctica que no solo es inmoral e injusta, sino que daña a las personas, las familias y la sociedad. Algunos detalles del argumentario se aplican a la actual propuesta de las izquierdas en España, pero la reflexión de fondo se puede aplicar en cualquier país.
La eutanasia mata: argumentario de E-Cristians sobre la eutanasia
1. La Eutanasia mata.
Aunque sea con permiso de la víctima, aunque se ejerza con mayor o menor grado de consentimiento… pero mata. En realidad, la eutanasia es un tipo de homicidio, o de suicidio, según cómo se establezca. Reflexión. ¿La muerte, matar como sistema legal, puede ser la solución a un problema humano?
2. La Eutanasia no sirve para evitar el sufrimiento.
Piénsalo, la muerte siempre es dolorosa, incluso cuando es programada. Este dolor es visible para los demás o, en otras ocasiones, sólo es interno, lo experimenta la conciencia.
3. Uno de los sufrimientos peores es el del arrepentimiento tardío.
Es como el sufrimiento que experimenta el suicida que ha saltado al vacío. ¡Quiere volver atrás! Pero ya es tarde. La eutanasia no evita el sufrimiento final: solo lo enmascara.
4. La eutanasia es irreversible.
Una persona, puede atravesar un estado de depresión, o ser empujada a ella por su entorno durante un cierto tiempo, un mes, dos, tres. Si en este tiempo solicita que acaben con su vida lo habrá hecho en unas condiciones en las que no era ella misma. Pero será tarde. Ya estará muerto. La ley, si se aprueba, establecería 30 días entre petición y muerte. Demasiado poco para vencer la depresión.
5. La eutanasia no es consecuencia de la libertad, sino que es su víctima.
Está ampliamente documentado que la causa fundamental que impele a buscar la muerte no es la enfermedad terminal, o una gran incapacidad funcional, sino la falta de reconocimiento humano y la soledad. Sentirse un “algo” que sobra, que es una carga o molestia para su familia, que es ignorado, o bien que está solo, terriblemente solo. Es esto sobre todo lo que crea las condiciones para desear morir. La gran tarea de nuestra sociedad ha de ser reconstruir el reconocimiento y el acompañamiento. Esa sí es una actitud humana y no la muerte.
6. Una ley sobre la eutanasia empuja a la muerte… porque “va de legal”.
Lo que la ley permite se acaba convirtiendo en un deber moral que condiciona a la sociedad y a las mentes. La propia ley influye sobre la persona, estimula a su entorno a escoger la vía de la muerte. “¡Qué haces tú en este mundo!”. Se presupone que hay vidas que no vale la pena que sean vividas.
7. La eutanasia legal favorece el suicidio.
Una ley o sociedad con eutanasia considera que la muerte provocada puede ser la solución para los problemas y cargas de la vida. Eso es un peligro para los que sufren ideas de suicidio ya que “normaliza” esta práctica.
8. La eutanasia no aumenta la autonomía personal, e incluso puede reducirla.
Una persona, sin necesidad de una ley que permita la eutanasia, puede suicidarse sin mucha complicación. Pero la ley posibilitará que otros decidan sobre la vida ajena.
9. No: “más opciones” no es más libertad
La eutanasia defiende una idea equivocada de la libertad afirmando que ésta es mayor cuanto más numerosas sean el número de opciones. En realidad, ser libre no es poder optar entre “muchas opciones”, sino poder optar entre “opciones buenas”. La eutanasia no es una buena opción.
10. La eutanasia busca aligerar los costes del Estado en sanidad y pensiones.
Es la contrapartida real a la falta de nacimientos. Muchos ingenuos aun piensan que los motivos son benéficos. ¡Quéerror! Cuando todos los datos advierten que los gastos en sanidad crecen porque aumenta la población en edad avanzada, que sufre enfermedades crónicas complejas, cuando saben que las pensiones no alcanzan, y que cada vez hay menos jóvenes para trabajar, la eutanasia se convierte en la medida fácil de los poderosos para cuadrar el presupuesto público, sin aumentar los impuestos. [Vea el vídeo de E-Cristians sobre “eutanasia como ahorro”]
11. Es para eliminar pobres: los ricos no utilizan la eutanasia.
O bien la emplean en mucha menor medida que los demás. ¿Qué porcentaje de gente de altos ingresos la utiliza en los países donde ya es legal? Casi nadie. No sólo eso. Como pueden pagárselo, los ricos acuden a hospitales privados que les garantizan buenos cuidados paliativos y que en ningún caso les aplicarán la eutanasia. La eutanasia acaba siendo una medida que afecta sobre todo a gente con pocos recursos económicos.
12. La eutanasia pervierte la piedad.
La verdadera compasión es la solidaridad con el dolor de los demás, y no la eliminación de la persona que sufre.
13. Contra el dolor, cuidados paliativos y acompañamiento
Los cuidados paliativos y el acompañamiento son la respuesta al sufrimiento, como lo es la construcción de una sociedad más fraterna a medio plazo. Las atenciones paliativas no alargan artíficialmente la vida. A veces, como efecto colateral, pueden acortarla algo. Los cuidados paliativos buscan proporcionar calidad de vida.
14. El gran objetivo humano: cuidados paliativos para el 100% de la población
Vivir y morir bien. Sin sufrimiento, en compañía.
15. Con la eutanasia, el Estado no invertirá en cuidados paliativos
La eutanasia margina los cuidados paliativos de las políticas públicas. Con ella hay más gente que sufre y su único camino es usarla. Ese es su éxito. Bélgica y Holanda, pioneros en legalizar la eutanasia desde hace muchos años, poseen unos servicios paliativos que son peores que los de muchas comunidades autónomas españolas.
16. ¡No te creas las promesas de los políticos!
Dijeron que bajarían los impuestos, y los subieron, que aumentarían las pensiones con la inflación y va a ser que no, etc… Si se aprueba la eutanasia, los cuidados paliativos de calidad acabarán siendo sólo para los ricos.
17. La eutanasia legal, puesto que vivimos en una economía de mercado, enseguida se convierte en un negocio
Una vez se legaliza, aparece un complejo entramado de médicos, personal de enfermería y abogados que se dedican a ella: es su principal negocio. El afán de lucro de esas personas presionará inevitablemente para condicionar la tutela de los derechos de los pacientes.
18. La eutanasia legal presiona: menos “deber de cuidar”, más “deber de morirse”
Por un lado, el deber del que quiere morir para con sus personas queridas y la sociedad queda absuelto. Por otro, el deber de cuidado queda reducido por la posibilidad de dar una solución que se presenta como viable y legal.
19. La eutanasia o suicidio asistido deteriora la confianza médico-paciente
Hay personas que han cambiado de país de residencia por no fiarse de las prácticas de ciertos médicos en países eutanasiadores. La eutanasia (matar al enfermo) es contraria al juramento hipocrático que desde hace cerca de 2.000 años caracteriza la profesión y la ética médica. Sería una ruptura deontológica brutal que tendrá consecuencias sobre la profesión médica… y sobre todos nosotros, sus pacientes.
20. No sería solo eutanasia para “terminales”, ni “voluntarios”
Con eutanasia legal, los enfermos psiquiátricos, los dementes, los ancianos y los recién nacidos discapacitados se convierten en grupos especialmente vulnerables, como ha ocurrido en estados totalitarios en algunas épocas de la historia.
BONUS TRACK: … una última reflexión, si crees en Dios:
Él no quiere que sufras por encima de tus fuerzas, pero tampoco quiere que acabes con el don de la vida que Él te ha dado. Tienes otros caminos para apaciguar el sufrimiento y crecer ante Dios. Si Dios existe lo prudente es escucharlo: puede haber sufrimiento después de la muerte.
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