La Palabra

10 ventajas de ser educado y tener buenos modales: nos ayuda a varios niveles y también evangeliza

No es un tema que salga mucho en la Biblia, excepto en el Libro de Sirácida

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En los libros de la Biblia no hay muchas enseñanzas acerca de la necesidad de ser cortés, educado y tener buenos modales, mientras que sí se insiste una y otra vez en los deberes de la hospitalidad y la acogida o los de la amistad y la lealtad. Quizá es porque se escribió en una cultura jerarquizada en la que la importancia de respetar protocolos (por ejemplo, el respeto a los ancianos y padres de familia) se daba por supuesto. 

El libro bíblico que más insiste en la importancia de los buenos modales y la buena educación en el Libro de Sirácida o Eclesiástico, aproximadamente del año 200 a.C.. Es lógico, porque tiene la estructura de un padre que da buenos consejos a su hijo. En el siglo XVI Lutero dejó este libro tan edificante fuera de las Biblias protestantes, así que los cristianos protestantes que buscan citas sobre buenos modales y educación tienen pocos versículos donde escoger. Suelen llegar a estos 4:

1 Corintios 10:27-30: “Si algún incrédulo os invita y queréis ir, comed de todo lo que se os ponga delante sin preguntar nada por motivos de conciencia”. 

San Pablo anima aquí a los cristianos a comer todo tipo de alimentos, sin temor a normas rituales judías sobre alimentos puros o impuros: miles de misioneros en países con dietas exóticas y extrañas se han recitado este versículo para ser buenos invitados y comer lo que les ponen sus anfitriones sin remilgos.

1 Corintios 13:5:El amor no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido”. 

Dentro del himno a la caridad o al amor, San Pablo parece referirse aquí a la paciencia y los buenos modales, aunque el concepto de decoro podría implicar otros temas. No insiste en la cortesía y la etiqueta, sin embargo. 

Colosenses 4:5-6:Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo”. Es un consejo de prudencia general de San Pablo, que no necesariamente se limita a los modales o etiqueta.

2 Tesalonicenses 3:710: “Debéis seguir nuestro ejemplo, porque no obramos de manera indisciplinada entre vosotros”. De nuevo, un consejo sobre no obrar de forma alborotada.

El libro de Sirácida sobre la buena educación
Vemos que es mucho más elocuente leer lo que dice el Libro de Sirácida (o “Jesús hijo de Sira”) sobre los modales, en su capitulos 21 y 22, por ejemplo:

El necio, cuando ríe, lo hace a carcajadas, mas el hombre sensato apenas si sonríe.
Adorno de oro es la educación para el sensato, como un brazalete en su brazo derecho.
El pie del necio entra rápido en la casa, el hombre experimentado se presenta con modestia.
Desde la puerta el insensato fisga el interior, el hombre bien educado queda afuera.
Es falta de educación escuchar a la puerta, tal descortesía indigna al sensato.
Los labios de los habladores repiten las palabras ajenas, mas las palabras de los prudentes se pesan en balanza.
En la boca de los necios está su corazón, pero el corazón de los sabios es su boca.
Cuando el impío maldice a Satanás, a sí mismo se maldice.
El murmurador mancha su propia alma, y es detestado por el vecindario.
Es vergüenza para un padre engendrar un hijo mal educado; pero si es la hija, ha nacido para arruinarlo.
La hija prudente un tesoro es para su marido, la desvergonzada es la tristeza de su progenitor.
La hija insolente es la vergüenza del padre y del marido, y por los dos es despreciada.
Que la sabiduría se da a conocer en la palabra, y la educación en los discursos de la lengua.
A la verdad no contradigas, mas ruborízate de no estar educado.

Los buenos modales se aprenden, sobre todo, en la infancia y adolescencia, y aportan ventajas y beneficios ya desde esa edad. Conchita Requero y Alex J. Packer, educador y psicólogo, señalan en la revista Hacer Familia 10 ventajas inmediatas de los buenos modales. 

Las ventajas de ser educado y tener buenos modales
1. Los buenos modales tranquilizan a la gente. La gente tranquila aceptará más fácilmente lo que les pidas.

2. Los buenos modales impresionan a la gente. La gente impresionada por tu buen comportamiento tiende a tratarte con más respeto.

3. Los buenos modales ayudan a construir tu autoestima. Los jóvenes con autoestima consiguen lo que quieren en la vida más fácilmente.

4. Los buenos modales son atractivos. Los chicos y chicas que saben estar suelen tener los amigos y las relaciones que quieren.

5. Los buenos modales hacen la vida más fácil, permiten que la gente viva y trabaje con los demás sin fricciones innecesarias. Esto hace que tu día a día sea más placentero.

6. Los buenos modales te pueden evitar líos. Los jóvenes que saben qué hacer si accidentalmente topan con la persona equivocada tienen menos probabilidades de meterse en líos.

7. Los buenos modales son infrecuentes. Los jóvenes que los reflejan son mejor mirados por los adultos.

8. Los buenos modales te hacen sentirte bien. Puedes llevar la cabeza bien alta sabiendo que haces todo lo que puedes para evitar que la descortesía campe a sus anchas.

9. Los buenos modales hacen que los demás se sientan bien. Puedes llegar a crear un mundo donde las personas se traten unos a otros con cariño, respeto y compasión.

10. Los buenos modales no cuestan. Puedes tener lo mejor, gratis.

Ejemplos de malos modales (algunos muy extendidos)
En España y la mayoría de Occidente se consideran malos modales: 

– Usar vocabulario obsceno en alto (aunque en España incluso las clases altas y cultas son muy malhabladas)
– Escupir y eructar.
– Demostrar demasiado afecto al novio/a en público (los países hispanos y mediterráneos son más “físicos” en sus expresiones)
– Fumar demasiado cerca de los demás y echarles el humo encima (en España, con el tabaco prohibido en lugares públicos, se nota más el olor de los que fuman)
– Hurgarse la nariz.
– No decir “por favor” o “gracias” a los dependientes.
– Responder de malas maneras a los padres.
– Burlarse de las personas adultas.
– Ocupar los asientos en lugares públicos y no cedérselos a ancianos, embarazadas u otras personas con necesidades especiales (con muletas o alguna discapacidad).
– Molestar a los niños pequeños.
– Insultar o gritar.
– Enseñar la ropa interior (en países turísticos y cálidos como España y Latinoamérica se muestra mucho más que en otros)
– Poner la música alta en lugares públicos.
– Montar jaleo en el cine y hablar, comentar con bromas o predecir lo que pasará en la película.
– Empujar en las colas.
– Dejar que las puertas se cierren en la cara de las personas que vienen detrás.
– No respetar las diferencias entre las personas. Mostrar desprecio o criticar y a alguien por su condición social, físico.
– Ponerse a conversar con el compañero cuando se realiza un servicio público.
– Escribir en paredes, ascensores, etc.
– Comer con ansiedad en la mesa y dejar el sitio sucio.
– Dejar el baño sucio después de utilizarlo.
– Interrumpir a quien está hablando.

Evitar todas estas cosas ayudan a que la vida sea más cómoda y agradable para los demás. 

También para evangelizar
Además, para los cristianos, los buenos modales son necesarios para facilitar la evangelización.  El Papa Francisco ha insistido mucho en animar a los cristianos en usar las palabras  “perdón”, “por favor”, “gracias” y “¿me permite?”

Poca gente dirá que tal o cual catequista o religioso le desagradó o alejó de la Iglesia porque “era demasiado pelagiano” o “tenía tendencias semi-nestorianas”. En cambio, abundarán los que recuerden que “se hurgaba la nariz” y “me interrumpía cuando yo hablaba”.

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