XXXI Domingo del Tiempo Ordinario

CITA

«Son hermosas las palabras en la boca

de quien las pone en práctica».

Dicho rabínico

Padres del Desierto Un día, el abad Macario volvía del campo a su celda llevando unas hojas de palmera. En el camino, el diablo le abordó con una hoz queriéndole herir, pero no lo logró. El diablo le dijo entonces: «Macario, padezco muchos tormentos por tu causa, porque no te he podido vencer. Sin embargo, hago todo lo que tú haces: tú ayunas, y yo no como nunca; tú vigilas, y yo no duermo jamás. Hay una sola cosa en la que me puedes.» – ¿Cuál? preguntó Macario. – «Es tu humildad la que me impide vencerte.» Sentencias: Única arma que vence al demonio

Benito de Nursia El primer grado de humildad es que el monje mantenga siempre ante sus ojos el temor de Dios y evite por todos los medios echarlo en olvido; que recuerde siempre todo lo que Dios ha mandado… Regla Monástica: Toda exaltación de sí mismo es una forma de soberbia, capítulo 7

San Agustín: Sea yo quien sea, fíjate en lo que se te dice, no en quien lo dice. (Comentario al salmo 36,3,20)

«Al recoger la flor de la buena doctrina entre los cardos, no os lastiméis la mano con los malos ejemplos» (Serm. XLVI in Ecech. n. 22 et Serm. ÍXXXVII de Verb. Ev. Joan. n. 13).

«Al referirse el Señor a lo que buscan los malos pastores ya alude también a lo que descuidan; con ello quedan evidenciados los males que sufren las ovejas. Son muy pocas las ovejas bien alimentadas y sanas, es decir, aquellas a quienes no falta el sólido manjar de la verdad y se apacientan abundantemente con los dones de Dios. Pero los malos pastores ni a éstas perdonan; les parece poco descuidar a las enfermas y errantes, a las débiles y descarriadas, y llegan incluso a dar muerte a las que están fuertes y sanas. Y si estas últimas conservan la vida, viven, en todo caso, únicamente porque Dios cuida de ellas, pero por lo que se refiere a los pastores, éstos hacen lo posible por matarlas. Quizá preguntes: “¿Cómo las matan?” Pues las matan con su mala vida y con sus malos ejemplos. ¿Acaso piensas que se dijo en vano a aquel gran siervo de Dios, uno de los miembros más destacados del sumo pastor: Sé para todos modelo por tus buenas obras; y también: Sé un ejemplo para los fieles?».

Juan Crisóstomo Los cristianos que sirven bajo el mismo estandarte, bajo el mismo jefe, se devoran y se desgarran: ¡unos por un poco de oro, otros por la gloria, algunos sin ningún motivo, otros por el placer de un buen nombre! Entre nosotros, el nombre de hermanos es una palabra vana… Sobre la Carta a los Romanos: Algunas palabras causan lesiones mucho más profundas n. 8 : PG 60, 464

«Especialmente, es digno de censura, aquel que teniendo obligación de enseñar, quebranta la ley. En primer lugar, porque falta cuando debe corregir a otro; en segundo lugar, porque el que peca es digno de mayor castigo, cuanto mayor es su dignidad; y en tercer lugar, porque hace más daño, en atención a que peca siendo doctor. Además, reprende también a aquéllos, porque son duros para los que les están subordinados. Por esto prosigue: “Pues atan cargas pesadas e insoportables”, etc. En esto da a conocer la malicia doble de éstos: lo uno, porque exigen una vida perfecta a los que les están subordinados, sin dispensarles lo más mínimo; y lo otro, porque son altamente condescendientes consigo mismos. Pero conviene que el jefe proceda como juez inexorable en las cosas que a él afectan; y que sea bueno y pacífico en las que afectan a sus subordinados. Obsérvese, pues, cómo agrava su reprensión: no dijo que no pueden, sino que no quieren; ni dijo llevar, sino mover; esto es, ni aun acercarse, ni tocar».

“El Señor dijo claramente que la atención prestada a su rebaño era prueba de amor a él” (sac. 2,4; cf. Jn 21,15-17)

“Quita la vanagloria del clero y sin trabajo suprimirás todos los otros vicios”. Citado en Sancti Tomae De Aquino, Super Evangelium S. Matthaei lectura, caput 23, lectio 1

Isaac de Siria Porque si te enorgulleces de las gracias que la providencia te ha dado, ésta te abandona y caes de nuevo… Sermones ascéticos: Los bienes de la humildad 1ª serie, n. 49

La humildad, aunque sea sin obras, borra muchas faltas. Por el contrario, sin ella, las obras no sirven de nada; nos procuran muchos males.

Origenes, “Esta vanagloria consiste en desear tres cosas. Primero, el primado. Segundo, que le presenten reverencia. Tercero, en tener la excelencia del nombre (laus nominis). El que busca la vanagloria, busca una de estas tres cosas, o las tres al mismo tiempo” Homilia 23 in Matthaeum

Santo Tomás: “Luego de haber aplastado a los fariseos con su gloria y su sabiduría, ahora Jesús los acomete incisivamente con su justicia y su santidad de vida”

“Quiso el Señor exaggerare la malicia de ellos ‘porque dicen y no hacen'”

“De todo esto se sigue que el Señor te perdonará más fácilmente si te excedes en la misericordia que si te excedes en la severidad”. Super Evangelium S. Matthaei lectura, caput 23, lectio 1

San Juan de Yepes “Los calzados -decía de los de su tiempo- están tocados del vicio de la ambición, y así todo lo que hacen lo coloran y tiñen de bien; de manera que son incorregibles…” La ambición en los religiosos, que se les vuelve a veces una pasión más fuerte que la lujuria en los seglares, es una de las partes más finas del fariseísmo: “Amar los primeros puestos… amar el vano honor que dan los hombres”.

San Juan de Ávila «No tanto han de ser hijos de voz cuanto hijos de lágrimas. Y muy necesario es que quien a este oficio se ciñe que tenga este amor; porque así como los trabajos de criar los hijos no se podrían llevar como se deben llevar sino de corazón de padre o madre, así tampoco los sinsabores, peligros y cargas de esta crianza no se podrían llevar si este espíritu faltase (BAC. OC I-p 260). Y al padre Granada le escribe: «A peso de gemidos y ofrecimiento de vida da Dios los hijos a los que son verdaderos padres» (BAC-3l3-p 20).

San Alfonso María de Ligorio Qualis pastor, talis parochia, y según el Eclesiástico: Qualis est rector civitatis, tales et inhabitantes in ea ().

Tomás de Kempis Dios protege al hombre de corazón humilde: le ama y le reconforta, se inclina hacia él, le colma de su gracia y le hace en fin participar de su gloria. Imitación de Cristo: Dios protege al hombre de corazón humilde II, 2

Catalina de Siena He aquí el camino para quien quiera llegar a conocerme perfectamente y gustarme, a mí la Verdad eterna: no dejes jamás de conocerte a ti misma, y cuando estés abajada en el valle de la humildad, entonces es en ti que me conocerás. Diálogos: ¿Quieres conocer a Dios?, conócete a ti mismo

Beato Palafox: Que los buenos pastores han de ser más madres que Padres de sus feligreses, y en ningún caso Señores.

Padre Pío de Pietrelcina No dejes de hacer actos de humildad y de amor de cara a Dios y de los hombres. Porque Dios habla a aquel que tiene un corazón humilde ante él y lo enriquece con sus dones. Escritos: Abandono y esperanza

Teresa de Calcuta No creo que haya nadie que necesite tanto de la ayuda y gracia de Dios como yo.

Sé sincero en tus oraciones. La sinceridad es humildad y ésta solo se consigue aceptando las humillaciones. El Amor más grande: Mi secreto es muy sencillo: La oración

Catecismo 2044 La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autentificado por el testimonio de vida de los cristianos. “El mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural son eficaces para atraer a los hombres a la fe y a Dios” (AA 6).

575: Muchas de las obras y de las palabras de Jesús han sido, pues, un «signo de contradicción» (Lc 2, 34) para las autoridades religiosas de Jerusalén, aquéllas a las que el Evangelio de S. Juan denomina con frecuencia «los judíos», más incluso que a la generalidad del pueblo de Dios. Ciertamente, sus relaciones con los fariseos no fueron solamente polémicas. Fueron unos fariseos los que le previnieron del peligro que corría. Jesús alaba a alguno de ellos como al escriba de Mc 12, 34 y come varias veces en casa de fariseos. Jesús confirma doctrinas sostenidas por esta élite religiosa del pueblo de Dios: la resurrección de los muertos, las formas de piedad (limosna, ayuno y oración) y la costumbre de dirigirse a Dios como Padre, carácter central del mandamiento del amor a Dios y al prójimo.

581: Jesús fue considerado por los judíos y sus jefes espirituales como un «rabbi». Con frecuencia argumentó en el marco de la interpretación rabínica de la Ley. Pero al mismo tiempo, Jesús no podía menos que chocar con los doctores de la Ley porque no se contentaba con proponer su interpretación entre los suyos, sino que «enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas» (Mt 7, 28-29). La misma Palabra de Dios, que resonó en el Sinaí para dar a Moisés la Ley escrita, es la que en El se hace oír de nuevo en el Monte de las Bienaventuranzas. Esa palabra no revoca la Ley sino que la perfecciona aportando de modo divino su interpretación definitiva: «Habéis oído también que se dijo a los antepasados… pero yo os digo» (Mt 5, 33-34). Con esta misma autoridad divina, desaprueba ciertas «tradiciones humanas» (Mc 7, 8) de los fariseos que «anulan la Palabra de Dios» (Mc 7,13).

San Juan Pablo II Éstos son los caminos de la enseñanza de la palabra divina, según la Iglesia: el testimonio de la vida, que ayuda a descubrir la fuerza del amor de Dios y hace persuasiva la palabra del predicador; la predicación explícita del misterio de Cristo a los no creyentes; la catequesis y la exposición ordenada y orgánica de la doctrina de la Iglesia; y la aplicación de la verdad revelada al juicio y a la solución de los casos concretos. Con esas condiciones, la predicación muestra su belleza y atrae a los hombres, deseosos de ver la gloria de Dios, también hoy ().

Benedicto XVI a los sacerdotes de Roma: El pastor no puede contentarse con saber los nombres y las fechas. Su conocimiento debe ser siempre también un conocimiento de las ovejas con el corazón. (…) Debe ser un conocimiento con el corazón de Jesús, un conocimiento orientado a Él, un conocimiento que no vincula la persona a mí, sino que la guía hacia Jesús, haciéndolo así libre y abierto. Así también nosotros nos hacemos cercanos a los hombres. Pidamos siempre de nuevo al Señor que nos conceda este modo de conocer con el corazón de Jesús, de no vincularlos a mí sino al corazón de Jesús, y de crear así una verdadera comunidad.

Yo creo que las pequeñas humillaciones que día tras días debemos vivir son saludables, porque ayudan a cada uno a reconocer la propia verdad, y a vernos libres de la vanagloria, que va contra la verdad y no puede hacernos felices y buenos. Aceptar y aprender esto, y así aprender y aceptar mi posición en la Iglesia, mi pequeño servicio como grande a los ojos de Dios. Precisamente esta humildad, este realismo, nos hace libres. Si soy arrogante, si soy soberbio, querré siempre agradar, y si no lo logro me siento miserable, me siento infeliz, y debo buscar siempre este placer. En cambio, cuando soy humilde tengo la libertad también de ir a contracorriente de una opinión dominante, del pensamiento de otros, porque la humildad me da la capacidad, la libertad de la verdad. (Encuentro clero de Roma 23/2/2012).

Papa Francisco La codicia del dinero y del poder. Y para satisfacer esta codicia, los malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportables, que ellos mismos ni siquiera tocan con dedo ().

Sin la humildad, sin la capacidad de reconocer públicamente los propios pecados y la propia fragilidad humana, no se puede alcanzar la salvación y tampoco pretender anunciar a Cristo o ser sus testigos. Esto es válido también para los sacerdotes. (http://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-francesco_20130614_humildad-concreta.html

Pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos… Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te miran de lejos y desde arriba. Jueves Santo 2 de abril de 2015

Luis Quinteiro Fiuza Para ocupar cargos y honores, nunca faltarán candidatos; lo difícil es hallar a personas dispuestas a gastar y desgastar su vida por los demás, sin alharacas ni pretensiones. Y ésta es la verdadera grandeza, puesto que son éstas las personas verdaderamente necesarias. Ésta es la grandeza de Dios, el infinitamente grande que no humilla, sino que se humilla para engrandecer a los que ama.

P. Bonnard: “Lo que se les echa en cara no es la doctrina, sino la hipocresía”.

Alessandro Pronzato, Según el lenguaje de los monjes antiguos- un “portador de hábitos” no es necesariamente un “portador de Dios”.(el pan del domingo ciclo a, edit. Sigueme salamanca 1986.págs. 228-231)

Todos nos sentimos con derecho a estar descontentos de los hermanos, porque traicionan nuestras legítimas esperanzas. Y, por parte nuestra, no esperamos nunca nada de nosotros mismos. ¡Pretendemos tan poco de nosotros mismos! (…).El Acoso De Dios Edic. Sígueme.Salamanca-1981 .Pág. 221

J. M. Totosausen EN LA IGLESIA SOLAMENTE EXISTEN SERVICIOS, NO CARGOS.

Viktor E. Frankl, “En el hombre no cabe hablar de eso que suele llamarse impulso moral o impulso religioso, interpretándolo de manera idéntica a cuando decimos que los seres humanos están determinados por los instintos básicos. Nunca el hombre se ve impulsado a una conducta moral: en cada caso concreto decide actuar moralmente. Y el hombre no actúa así para satisfacer un impulso moral y tener una buena conciencia: lo hace por mor de una causa con la que se identifica, o por la persona que ama, o por la gloria de Dios. Si obra para tranquilizar su conciencia, será un fariseo y dejará de ser una persona verdaderamente moral. Creo que hasta los mismos santos no se preocupan de otra cosa que no sea servir a su Dios y dudo siquiera de que piensen en ser santos. Si así fuera, serían perfeccionistas, pero no santos.” “El hombre en busca de sentido”

Castellani La flor del fariseísmo es la crueldad: la crueldad solapada, cautelosa, lenta, prudente y subterránea, “el dar la muerte creyendo hacer obsequio a Dios.” El fariseísmo es esencialmente homicida y deicida. Da muerte a un hombre por lo que hay en él de Dios.

Tagore: «Haz, Señor, que yo sea una flauta de caña, en la que la música que suene seas Tú».

HIPOCRESÍA

Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra. William Shakespeare

El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros. Padre Jaime Balmes

La alegría de un hipócrita sólo dura un momento. Job

La hipocresía y la culpa son hermanas gemelas. Manuel Tamayo y Baus

Todos somos pecadores. Pero pidamos al Señor no ser hipócritas. Los hipócritas no saben lo que es el perdón, la alegría, el amor de Dios. SS. Francisco

CONTO

TODOS SOMOS IGUALES ANTE DIOS

En un avión que cubría un vuelo entre Johannesburgo y Londres, a una señora blanca, de unos cincuenta años, le tocó sentarse al lado de un hombre de color. Llamó a la azafata para quejarse:

-¿Cuál es el problema señora? -pregunta la azafata.

-Pero, ¿no lo ve? -responde la señora. -Me ha colocado al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos “inmundos”. Déme otro asiento.

-Por favor, cálmese -dice la azafata. -Casi todos los asientos de este vuelo están ocupados. Voy a ver si hay alguna plaza en clase ejecutiva o en primera.

La azafata se marchó y volvió pasados unos minutos.

-Señora -explica la azafata -como yo sospechaba, no hay ninguna plaza disponible en clase económica. He hablado con el capitán y me ha confirmado que tampoco hay plazas en clase ejecutiva. Pero sí tenemos un lugar en primera clase.

Antes de que la señora pudiese responder algo, la azafata continuó:

-Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en económica, pero dadas las circunstancias, el capitán ha considerado que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona que nos haga sentir mal…

La señora, con cara de satisfacción, se preparó para abandonar su asiento e ir a ocupar el asiento en la clase ejecutiva… En eso, la azafata mira a la persona de color y le dice:

-Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.

Y todos los pasajeros alrededor, que acompañaron la escena, se levantaron y aplaudieron la actitud de la compañía.

“Todos somos iguales a los ojos de Dios”

Tomado de Web Católico de Javier

Un hombre sencillo, un pastor, por su fidelidad y su devoción a su rey fue elegido como primer ministro del reino.

Los otros ministros, ofendidos y llenos de envidia, le declararon la guerra. Que un hombre sin apellidos famosos y sin títulos nobiliarios hubiera sido honrado con semejante cargo les parecía una infamia.

E espiaron su vida para poder acusarlo y eliminarlo, pero no encontraron nada. Alguien descubrió que una vez a la semana se cerraba con llave en una pequeña habitación durante una hora. Los ministros se lo comunicaron al rey y le dijeron que sospechaban que allí almacenaba las riquezas que robaba. El rey no les creyó, pero les permitió entrar en esa habitación secreta.

Sólo encontraron unas viejas zapatillas y unas viejas ropas. Lo llevaron ante el rey y éste le preguntó qué significaban esas pobres ropas.

“Y o llevaba estas ropas cuando era pastor. Me las pongo una vez a la semana para no olvidarme de lo que fui y cuan indigno soy de la confianza que su majestad ha depositado en mí”, contestó el primer ministro y pastor.

Tomado de P, Félix Jiménez

ANÉCDOTA

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

En una prestigiosa universidad de Sudamérica, el primer día de clase, se encontraba en la biblioteca un hombre vestido de overol, de esos monos de trabajo que usan los empleados de las fábricas, y calzaba sandalias en un día muy frío. En sus manos llevaba varios libros.
– ¿Quién es ese hombre?, era la pregunta general.
– Es un profesor de Física, y viene de Norteamérica -fue la respuesta, con la siguiente historia:

Un día este hombre llegó hasta la facultad de Física vestido del modo tan particular en que le gustaba vestir. Pidió, en un español poco fluido, una entrevista con el decano. Le indicaron que estaba en una reunión con un grupo de docentes. El hombre insistió en verlo. La secretaria lo buscó, y al rato salió el decano a verlo. Luego de saludarlo, el hombre le dijo:

– Vengo a pedir trabajo como docente de Física.

El decano miró su apariencia de arriba abajo; su aspecto era la antítesis de un profesor universitario. De pronto, el decano dibujó una leve sonrisa en su rostro y lo invitó a que lo acompañara. Entraron en una sala donde había una media docena de docentes universitarios. El decano le dijo:

– Hace poco recibimos este libro como texto guía. Estamos aquí intentando solucionar unos problemas de Física. Si usted es capaz de resolverlos, lo contrato como docente.

El hombre tomó el texto, se dirigió a una pizarra y tranquilamente comenzó a resolver uno a uno los problemas que le habían indicado. Los docentes cambiaron poco a poco la sonrisa de burla que tenían en sus rostros por una cara de asombro. Cuando terminó, el decano, atónito, le dijo casi tartamudeando:

– ¿Cómo pudo hacerlo? ¡Hemos estado aquí varios días sin poder resolver estos teoremas!
El hombre, con sencillez, simplemente respondió:

– Yo soy el autor del libro.


La mejor forma de equivocarnos con las personas es juzgarlas por aspectos externos. Ninguna persona encaja fácilmente en los estereotipos que nos formulamos de ellas. Es por eso que las palabras de Dios tienen tanto valor: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Dios no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón”. Ora a Dios para que te dé la sabiduría de no juzgar a las personas por aspectos externos sino por los principios que tienen.

A continuación, podrás leer una serie de errores humanos reales que se cometieron por juzgar inadecuadamente a la gente:

– Ronald Reagan , el ex-presidente de los Estados Unidos y ex-actor de cine, fue rechazado para el papel principal en una película de 1964 llamada “The Best Man” porque “no tenía apariencia de presidente”.

– El ballet “La consagración de la primavera“ de Igor Stravinsky, que hoy es considerado una de las obras cumbres de la música contemporánea, fue estrenado en 1913 en el teatro de los Campos Eiseos de París y el público lo atacó a naranjazos en el medio del teatro.

– Giuseppe Verdi (el autor de la Traviata, de Va pensiero, de la Donna è mobile) fue suspendido en el examen de ingreso al conservatorio por tener una mala posición de manos al tocar el piano.

– Hablando de la Donna è mobile… Verdi necesitaba un aria para terminar su opera Rigoletto y la tarde anterior al estreno aun no la había compuesto. De mal humor, compuso algo con una armonía bien básica, apurado de tiempo, que él mismo consideró bastante de cuarta. Esa aria de descarte es la Donna è mobile, una de las más populares de la música clásica italiana.

– A Johann S. Bach, los críticos de su época le aconsejaron que no intentara innovar en sus composiciones, porque para ese momento, musicalmente ya estaba todo inventado. Bach vivió entre 1685 y 1750 (antes que Mozart, Beethoven, Chopin, Tchaikowsky, Ravel, Debussy, el jazz, el rock ‘n’ roll, el rap, el hip hop y la música contemporánea)

Web católico de Javier

RABÍ

La palabra «rabí» con que saludaban a los personajes más importantes, se puede traducir por «maestro mío» o «mi señor» (prácticamente, ¡nuestro «monseñor»!). En cuanto a las ventajas y privilegios, hay que advertir que «en una sociedad, en su mayoría religiosa, era fuerte la tentación de los observantes y devotos de aprovecharse en el plano social y personal del prestigio que se deriva tanto del papel religioso como de las prácticas devotas» (R. Fabris).

Tomado de Alessandro Pronzato

El Pan Del Domingo Ciclo A Edit. Sigueme Salamanca 1986.Págs. 228-231

FARISEOS

Fariseo significa “separado”. Los fariseos eran los más rigurosos de los judíos. Aparecen como reacción contra la inclinación de ciertos judíos hacia las costumbres griegas. El fariseo se aferra a la ley mosaica para evitar la influencia en ella del helenismo. (Alba, 2009)

(a) Los fariseos ya existían en tiempo de Jesús, pero su desarrollo definitivo lo tendrán después de la caída del Templo de Jerusalén (70 d.C.), cuando actuarán como defensores de las mejores tradiciones y creadores del buen judaísmo posterior.

(b) Jesús era un tipo de fariseo andante (un separado, al servicio de Dios y de la comunidad, que eso significa fariseo). Pero tenía algo propio, en vez de separarse para crear una comunidad de puro quiso abrir su mensaje y camino a los impuros, de manera que podemos llamarle un “fariseo especial”.

(c) El fariseo que mejor conocemos de aquel tiempo es Saulo (Pablo de Tarso), el único que habla de sí mismo y se presenta como “fariseo mesiánico”, llamado por Jesús en experiencia de pascua para extender su mensaje. Evidentemente no había sido malo, aunque Jesús le enseñó cosas importantes.

(d) Jesús es un “fariseo que se reía de los fariseos” (es decir de sí mismo, de los riesgos de su mensaje). Una religión o iglesia que no sepa “reírse” de sí misma (que se considere seriamente justa, teniendo siempre la razón) es muy peligrosa. Si volviera Jesús y fuera como entonces haría nuevas parábolas de fariseos cristianos, de seguro que finas, penetrantes.

(e) De la tradición farisea posterior provienen algunos de los chistes mejores de la historia de occidente. Un “chiste” (un relato parabólico) como el del evangelio de hoy sólo lo puede contar un “buen fariseo”.

Introducción erudita b. Siete tipos de fariseos

Ciertamente, Jesús ha criticado a los fariseos. Pero también les ha criticado los mismos fariseos, y así lo hacen en un texto famoso del Talmud (escrito por “hijos” de los fariseos, en el que se habla de se habla de siete tipos distintos de fariseos, cinco de los cuales eran malos (hipócritas), y dos que eran buenos (para los que sean amigos de historias les recuerdo que los buenos “gallegos” dicen que existen también al menos siete especies, empezando por aquellos a quienes se encuentra en la escalera y no se sabe si suben o baixan):

Los fariseos “malos”

(1) El fariseo “de hombros o de la medalla” exhibía sus buenas obras delante de los hombres como si portara una medalla los galores de su honor sobre los hombros, el que iba vestido de trajes de obispo perpetuo, luciendo las mitras de aquel tiempo, filacterias y capelos de cardenalato judío, que los había. Estos fariseos de los hombres creaban sociedades de honores mutuos, en los que se repartían medallas entre sí. Jesús comenzó sus denuncias con la mención de este tipo de fariseo (Mat. 23:4).

(2) El fariseo “espera para ver”, era el hombre de la prudencia extrema, aquel que va diciendo a los demás que esperen, que tiene que pensarlo y sopesar las causas y razones, para ver si puede hacer algo (deixa que xa…). Éste era (y es) el fariseo político, que pactaba con los reyes de turno (del color que fuera), por prudencia y por tacto, y por provecho propio, para así sacar provecho de todo (los tiempos son así, quizá en el futuro podremos ser de verdad como manda el evangelio, por ahora hay que esperar, pactar y ver… con Stalin o con Hitler, con los jefes de turno en la fila de los mandos).

(3) El fariseo “ciego” cerraría sus ojos para evitar ver a alguna mujer y caer en tentación, aunque tuviera que tropezar o golpearse contra la pared. Éste es un tipo del que se han hecho chistes infinitos, tanto en tiempo de Jesús (como en la actualidad). Era el hombre que no sabe gozar de la belleza de la vida, empezando por la vida humana, un hombre, una mujer…Éste es el fariseo que no se acercaría nunca en la calle a una prostituta, ni a un hombre dudoso… alguien que cierra los ojos (aunque después, en privado, cuando nadie le ve, se puede aprovechar de todos, incluidos niños y prostitutas)

(4) El fariseo “mortero” caminaba con la cabeza baja para evitar ver alguna tentación y para mostrar su santidad. Iba por ahí como si le pesara la santidad, como si le agobiaran sus buenas obras… No corría nunca, jamás mostraba sus debilidades, no se permitía ninguna pequeña distracciòn. Nunca echaba el peso que llevaba sobre el hombre y se aligeraba de equipaje. No disfrutaba de nada, porque todo le parecía peligroso… (y después, siguen diciendo otros versos del Talmud, terminaba cayendo en cualquier tentación, porque el peso le hacía así caer). Era, y es, el hombre que no disfrutaba, ni dejaba disfrutar a los demás, porque andaba siempre agobiado por el peso de la santidad

(5) El fariseo “contador” siempre estaba contando sus buenas obras para saber si contrarrestaban sus malas obras. Era el que juzgaba las obras de los otros, diciendo siempre (como dice Pablo de algunos cristianos): “no mires, no comas esto, no toques aquello o aquella persona…”. Este “contador” (adminsitrativo de la religiòn) es el que llevaba y lleva siempre su “telonio” a cuestas, es decir, su oficina de recuento de buenas obras, para sentirse seguro, pudiendo decir que había hecho una obra más y mejor que su vecino. Éste es el fariseos que impide que los otros gozan y que así vive para decir a los demás lo que han de ser (convirtiéndose al fin en una estatua de sal muerta, como sabe el Génesis en la historia de Lot).

Los dos fariseos “buenos” eran:

(6) El fariseo “temeroso de Dios”, quien era un hombre justo y virtuoso como Job, aunque tuviera que vivir en el estercolero, con los expulsados de la sociedad. Entre estos fariseos han pensado los cristianos que estaba Jesús, que también ha empezado reconociendo la grandeza de Dios entre los expulsados de la sociedad, como el viejo Job.

(7) El fariseo “amador de Dios”, que tenía un verdadero amor a Dios como lo tenía Abraham (Moseley, 110). No les bastaba el temor, como a los anteriores. Eran hombres de amor cercano, capaces de unirse a los más pobres, para acompañarles y ayudarles. De este tipo de “fariseos” ha nacido el mejor judaísmo, tras la gran guerra del 66-70 d.C. Los cristianos pensamos que en este tipo de fariseísmo ha teminado estando Jesús de Nazaret… (y todos los buenos hijos de Abrahán, con judíos y musulmanes buenos, de verdad). Precisamente por eso, este Jesús (fariseo de los de Abraham, amador de Dios) era capaz de hacer chistes (parábolas de humor), sobre el riesgo de su gente, de los “fariseos” de los hombroa y medallas, del mortero y de las cuentas de virtudes.

En ese contexto quiero recordar que el Nuevo Testamento recoge el testimonio de buenos fariseos como Nicodemo (Juan 3:1) y José de Arimatea (cf Juan 7:50; 19:39) como Gamaliel, el maestro de Pablo, y como el mismo Pablo (cf. Hecho 23, 6). También habla el evangelio de fariseos que ayudaban a Jesús (cf. Lc. 7, 36; 11, 37; 13, 31; 14, 1 etc.

(cf. Ron Moseley. Yeshua, A Guide to the Real Jesus and the Original Church. (Ebed Pub., Hagerstown, MD 1996)

Tomado de Camino misionero

SACERDOTES MÁRTIRES

¡Cómo nos estimula el ejemplo de los sacerdotes mártires del siglo pasado! El ejemplo de un Titus Brandsman que hace adoración eucarística en su barraca, después de todo un día de trabajos forzados, y que perdona en el último momento a la enfermera que le aplica la inyección fatal. El ejemplo de un Karl Leisner que es ordenado en el campo de concentración y alcanza a celebrar una sola misa. El ejemplo de un Jakob Gapp que en la noche antes de ser guillotinado escribe:

“He aquí que llego al final de la batalla.

Arrestado hace casi ocho meses por defender la fe cristiana,

el pasado día del Sagrado Corazón,

me anunciaron mi condena a muerte.

Me he batido sólo por una causa:

que los hombres alcancen libremente la salvación eterna.

He defendido la fe con mis palabras y con mis obras,

llega el momento de hacerlo con la vida entera.

Hoy tendrá efecto la sentencia.

A las siete me presentaré ante mi buen Salvador

a quien siempre he amado ardientemente.

No os entristezcáis por mí.

Todo pasa sólo el cielo queda

He vivido, sin duda, momentos muy amargos, desde mi detención.

He vivido días hundido en la más obscura tristeza,

pero he tenido la oportunidad de prepararme mejor para mi muerte.

Derramar la sangre por Cristo y por su Iglesia

ha venido a constituir mi mayor ilusión.

Después de haber luchado por largo tiempo contra mí mismo,

he llegado a considerar este día como el más bello de mi vida

Hoy el sacerdocio me aparece más claro y atractivo”.

(Extractos de la carta escrita por el P.Gapp el 13 de agosto de 1943 poco antes de ser guillotinado)

Tomado de P. Octavio Ortíz en MSC

UN SERMÓN QUE CAMINA

En el año 1953 un hombre llegaba a la estación de ferrocarril de Chicago. Le había concedido el Premio NOBEL DE LA PAZ. Bajó del tren un hombre alto con el pelo enmarañado y un gran bigote.

Allí lo esperaban las autoridades y los reporteros con sus cámaras. Les dio las gracias y pidió que le excusaran un momento. Caminó entre la multitud y se dirigió a una señora negra muy mayor que apenas podía llevar dos grandes maletas. Le cogió las maletas, la acompañó hasta el autobús y le deseó un feliz viaje.

Albert Schweitzer pidió disculpas a las autoridades y reporteros por haberles hecho esperar. Un reportero exclamó: “Es la primera vez en mi vida que veo un sermón que camina”.

Tomado de P, Félix Jiménez

“DOCTOR ZIVAGO”

Quienes han visto la película recordarán la famosa canción de Lara, la banda sonora. En la versión italiana dice: “No sé cuál es, pero hay un lugar del que nunca regresaremos…”. La canción muestra el sentido de la famosa novela de Pasternac en la que se basa la película: dos enamorados que se encuentran, se buscan, pero a quienes el destino (nos encontramos en al tumultuosa época de la revolución bolchevique) separa cruelmente, hasta la escena final en la que sus caminos vuelven a cruzarse, pero sin reconocerse.

Tomado de P, Raniero Cantalamessa

¿QUÉ SON LAS FILACTERIAS?

Son como unas pequeñas cajitas de piel que se atan con correas en la muñeca y en la frente (Ex 13,9- Ex 13,16). En la cajita de la muñeca tiene un sólo compartimiento, en el que se guarda un rollito de pergamino con los siguientes cuatro textos de la Biblia: Ex 13,1-10,11-i6; Dt 6,4-9. 11,13-21.

La de frente es igual, pero tiene cuatro compartimientos, en cada uno de los cuales se guarda un rollito con cada uno de los cuatro pasajes. Los fariseos para llamar más la atención, no sólo usaban filacterias, sino que las llevaban lo más grande posible para demostrar su cumplimiento.

Llevaban por fuera unos flecos. En Núm 15, 37-41 y Dt 22,12 leemos que Dios mandó a su pueblo a que hiciera borlas en los bordes de las vestiduras, para que cuando las vieran se acordaran de los mandamientos de Dios. Estas borlas eran como pompones que se usaban en las cuatro esquinas de la túnica exterior. Posteriormente se pusieron en la ropa interior, y hoy día se mantienen en el chal que se ponen los devotos judíos para hacer oración. Se hacían los flecos excesivamente largos para hacer ostentación de piedad y usarlos para que los demás se fijasen en ellos.

Los primeros asientos. En Palestina, los últimos asientos eran para los niños y para la gente menos importante. Cuanto más adelante estaba el asiento, mayor era el honor. Los sitios más honorables eran los de los ancianos, que se sentaban de cara a la congregación.

Tomado de Mercaba

FILACTERIAS Y ALZACUELLOS, BORLAS Y COLORINES

El discurso sigue con el mismo enfoque irónico. Después de afirmar que «no hacen», dice que hacen muchas cosas, pero todas para llamar la atención. Y se detiene en algo a lo que Jesús daba mucha importancia: la forma de vestir.

Las filacterias eran pequeñas cajas forradas de pergamino o de piel negra de vaca que contienen tiras de pergamino en las que están escritos cuatro textos bíblicos (Dt 11,13-22; 6,4-9; Ex 13,11-16; Ex 13,2-10). Desde los trece años, durante la oración de la mañana en los días laborables, el israelita varón se ponía una sobre la cabeza y otra en el brazo izquierdo, pronunciando estas palabras: «Bendito seas, Yahvé, Dios, Rey del Universo, que nos has santificado por tus mandamientos y que nos has ordenado llevar tus filacterias». Mateo alude a una costumbre de los judíos beatos, que llevaban las filacterias todo el día y agrandaban las borlas para hacerlas más visibles.

El origen de las borlas se remonta a Nm 15,38s: «Di a los israelitas: Haceos borlas y cosedlas con hilo violeta a la franja de vuestros vestidos. Cuando las veáis, os recordarán los mandamientos del Señor y os ayudarán a cumplirlos sin ceder a los caprichos del corazón y de los ojos, que os suelen seducir». Los judíos beatos agrandaban esas borlas que llamar la atención. Escribas y fariseos caen en estos defectos, a los que se añaden otros detalles de presunción.

UNA ANÉCDOTA QUE VIENE A CUENTO

Me contaban hace poco que un compañero fue a visitar a un cardenal. Cometió el tremendo error de llamarle “Excelencia” (título de un obispo) en vez de “Eminencia”. Al interesado se le mudó la cara ante tamaña ofensa. Y mi compañero no consiguió lo que pedía.

. Tomado de J.L. Sicre

EJEMPLOS PREDICABLES

EL MARISCAL HINDENBURG.

No fueron modestos y humildes solamente los hombres de ciencia, también los grandes caudillos de todos los tiempos fueron señalados por poseer estas virtudes en grado eminente.

El mariscal de campo von Hindenburg, el azote de los rusos en la campaña de 1914 a 1915, después de sus magníficas victorias fue saludado por todo el pueblo alemán como el salvador de la patria en peligro. Cuando Hindenburg, luego de haber derrotado a los rusos, regresó a su ciudad natal de Posen, en 23 de diciembre de 1914, la juventud escolar de esta ciudad le recibió con grandes ovaciones. Hindenburg les dio las gracias y dijo: “No merezco el agradecimiento que me demostráis por mis victorias sobre los rusos, el agradecimiento corresponde por entero a Dios, que es quien nos envía la derrota o la victoria. El Señor no nos ha dejado de su mano y por su clemencia vencimos a los enemigos”. Los grandes hombres siempre son modestos.

“¡ESTO NO ES MÁS QUE UN ENANO!”

Dios permite a menudo que los hombres más ilustres carezcan de algo corriente en los otros hombres y que en apariencia parece hacerles inferiores a los demás mortales.

El Apóstol San Pablo era pequeño y de naturaleza débil, así como el Papa Gregorio el Grande, el Príncipe Eugenio de Saboya, Alejandro de Macedonia, y muchos otros aun. También en un convento de Ancona vivía un monje de mucha virtud llamado Constantino, pero débil y esmirriado de cuerpo. Todos sus contemporáneos le tenían por santo. Atraídos por el renombre de sus virtudes, eran muchos los que acudían al convento aquel, ansiosos de ver de cerca a un hombre de tanta santidad. Entre estos llegó un día un campesino, que apercibiendo al santo monje muy atareado limpiando una lámpara, viéndole tan endeble, exclamó lleno de admiración: “Esto no es más que un enano. No creo que en tan pequeño cuerpo pueda caber virtud tan grande”. El piadoso Constantino acertó a oír estas palabras, y con aire satisfecho dijo al campesino: “Tú sí que tienes de mí la opinión más justa que pueda darse”. Los hombres humildes no se irritan si se ven menospreciados, porque saben despreciar al desprecio. La mayor virtud siempre la veréis acompañada de la mayor humildad.

LUÍS PASTEUR

En un tren que recorría Francia, al rededor del año 1890, Un anciano se sentó a un lado de un jovencito. El anciano, con una biblia bajo el brazo sostenía un rosario, el cual iba rezando…

El joven, al ver esto, interrumpió la concetración del anciano y le dijo: ¿De verdad, señor, usted cree en esa fábula?

A lo que el anciano respondió que sí.

El joven le empezó a decir que la ciencia dice esto, que la ciencia dice aquello, que el génesis tiene tal error, etc.

El señor atento, le decía: mmm… que interesante,

A lo que el joven le empezó a recomendar lecturas, acerca de la revolución, del ateismo, de ideología, de biología y otros.

El anciano contento le decía: Que interesante, a mi me encanta leer y siempre quiero aprender cosas nuevas… Entonces, después de todo el discurso de joven, en el cual decía cosas como que tener fé era de gente que no creía en la ciencia, etc., le tocó al joven bajarse, por lo que antes le diijo al viejo: Deme por favor su tarjeta de presentación (época en que todo el mundo tenía una) para enviarle los libros. Con un tono de arrogancia.

Con esto, el anciano sacó de su abrigo la tarjeta, se la dió al joven y se despidió amablemente.

Por el otro lado el joven guardó la tarjeta y salió con la frente muy en alto. Luego, después de envolver un paquete con todos los libros, se dirigió al correo.

Entonces, cuando le preguntaron por la dirección donde quería hacer llegar el paquete, el jovencito saco por primera vez la tarjeta, inmensa fué su impresión al ver que decía algo así como;

” Doctor y Profesor, Director General del Instituo de Investigaciones Cientificas, Luis Pasteur, Universidad nacional francesa de ciencias y humanidades.

Un poco de ciencia nos aleja de Dios, más un monton de ella nos devuelve a Él. “

VACÍO INTERIOR

Un día”, dice un autor, “caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva; y, después de un pequeño silencio, me preguntó”:

– Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas algo más?

– El ruido de una carreta.

– Sí, es una carreta vacía.

– ¿Cómo sabes, papá, que es una carreta vacía, si no la vemos?

– Es muy fácil saber si una carreta esta vacía por el ruido. Cuanto más vacía va, mayor es el ruido que hace.

A lo largo de mi vida, pensando en la carreta vacía, he comprendido que hay muchos hombres que van por la vida hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de los otros, presumiendo de lo que tienen, menospreciando a la gente. Entonces, pienso en la carreta. Hay demasiada gente que está vacía por dentro y necesita hablar y estar en medio del ruido para acallar su conciencia, porque están vacíos. No tienen tiempo para pensar, ni para leer y no pueden soportar el silencio para reflexionar y hablar con Dios. Por eso, la humildad es la virtud que consiste en callar las propias virtudes y permitirles a los demás descubrirlas.

(Spirago”Catecismo en Ejemplos” ed. Políglota 1931 Pág. 195 y 199)

Tomado de MSC

CHISTE

Un joven – de buena posición social – comenzó a salir con una joven artista.

Esta relación era cada más íntima y el joven estaba considerando la posibilidad de un futuro matrimonio. Pero como era muy precavido contrató a un detective privado para investigar a la joven y asegurarse de que no había ni otros hombres, ni otros hijos, ni ninguna deuda, ni nada oscuro en el armario de su vida.

El detective desconocía esta relación. Sólo le dieron el nombre de la joven a investigar.

Durante meses siguieron las andanzas de la joven y, al final de su investigación, entregó el siguiente informe.

Es una joven encantadora, honrada y muy decente. Sólo hay una cosa que reprocharle.

Últimamente venta con un joven -de muy buena posición social- que es de carácter dudoso y de una reputación más que sospechosa.

Este joven hipócrita recibió la medicina que necesitaba:

  • mira en tu armario primero y límpialo,
  • no señales a nadie con el dedo,
  • fue denunciado por sus malas artes.

Tomado de P, Félix Jiménez

JESÚS EN LA ESO.

En aquel tiempo Jesús subió a la montaña y sentándose en una gran piedra dejó que sus discípulos y seguidores se le acercaran. Después, tomando la palabra, les enseñó diciendo:

– En verdad, en verdad os digo que serán bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Que serán bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos…

Entonces Pedro le interrumpió para decir:

– ¿Tenemos que saberlo de memoria?

Y Andrés dijo:

– ¿Tenemos que escribirlo?

Y Santiago dijo:

– ¿Tenemos que examinarnos de esto?

Y Felipe dijo:

– No tengo papiro.

Y Bartolomé dijo:

– ¿Te lo tenemos que entregar?

Y Juan dijo:

– ¿Puedo ir al servicio?

Y Judas:

– ¿Y esto para qué sirve?

Entonces uno de tantos fariseos presentes, que nunca había enseñado, pidió ver la Programación de Jesús y, ante el asombro del Maestro, le inquirió en estos términos:

– ¿Cuál es tu nivel de competencia curricular?

– ¿Cómo atiendes a la diversidad?

– ¿Cómo has diseñado la motivación de intereses palestinos y gentiles?

– ¿Qué significatividad tiene el material de aprendizaje que pretendes enseñar?

A Jesús se le llenaron los ojos de lágrimas y, elevándolos al cielo, pidió al Padre la jubilación anticipada.

ORACIÓN

En 1972, en una revista clandestina se publicó una oración encontrada en el bolsillo de la chaqueta del soldado Aleksander Zacepa, compuesta poco antes de la batalla en la que perdió al vida en la segunda guerra mundial. Dice así.

¡Escucha, oh Dios! En mi vida no he hablado ni una sola vez contigo, pero hoy me vienen ganas de hacer fiesta. Desde pequeño me han dicho siempre que Tú no existes… Y yo, como un idiota, lo he creído.

Nunca he contemplado tus obras, pero esta noche he visto desde el cráter de una granada el cielo lleno de estrellas y he quedado fascinado por su resplandor. En ese instante he comprendido qué terrible es el engaño… No sé, oh dios, si me darás tu mano, pero te digo que Tú me entiendes…

¿No es algo raro que en medio de un espantoso infierno se me haya aparecido la luz y te haya descubierto?

No tengo nada más que decirte. Me siento feliz, pues te he conocido. A medianoche tenemos que atacar, pero no tengo miedo, Tú nos ves.

¡Han dado la señal! Me tengo que ir. ¡Qué bien se estaba contigo! Quiero decirte, y Tú lo sabes, que la batalla será dura: quizá esta noche vaya a tocar a tu puerta. Y si bien hasta ahora no he sido tu amigo, cuando vaya, ¿me dejarás entrar?

Pero, ¿qué me pasa? ¿Lloro? Dios mío, mira lo que me ha pasado. Sólo ahora he comenzado a ver con claridad… Dios mío, me voy… Será difícil regresar. Qué raro, ahora la muerte no me da miedo”.

Tomado de P, Raniero Cantalamessa

No nos abandones en la tentación.

No nos dejes expuestos al placer,

ni al consumo, ni a la pura ciencia,

ni a los valores dominantes, ni al cansancio,

ni al aburguesamiento que traen los años,

ni a la autosuficiencia, ni al fariseísmo,

ni al engaño propio, ni al olvido de ti.

Somos débiles, aunque a veces

no nos lo creamos nosotros mismos.

Líbranos del mal,

de la ceguera y del endurecimiento de corazón,

de la instalación y del cambio de calle,

cuando apareces tú en la otra esquina.

EUCARISTÍA 1990/51

MEDITACIÓN

SI FUÉRAMOS BUENOS

Si fuéramos buenos, querríamos estar siempre los últimos, y no los primeros.

Rogaríamos no ser invitados al escenario, ni a tomar el micrófono, ni a estar bajo el haz de los reflectores del mundo.

Si fuéramos buenos, disputaríamos dar lo mejor, y no recibir lo mejor.

Insistiríamos ante quienes nos rodean, con fuerza y convicción, en que nos permitan darles lo mejor que tenemos, rechazando lo bueno que ellos nos ofrecen, para que sean ellos quienes lo disfruten.

Si fuéramos buenos, no pensaríamos mal de los demás, sino que buscaríamos todo el tiempo la forma de comprender los actos de nuestros hermanos, como surgidos de una buena intención.

Si fuéramos buenos, viviríamos la vida con optimismo y esperanza, confiados en que cada día es un regalo maravilloso e irrepetible. Sin lugar para la depresión o las tristezas no justificadas, iluminaríamos el mundo con nuestras alegres miradas.

Si fuéramos buenos, nos alegraríamos infinitamente de todo lo bueno que les ocurre a los demás, sin hacer comparaciones con lo que nosotros somos o tenemos.

Si fuéramos buenos, daríamos gracias cada día a Dios por todo lo que Él no nos da, porque ésta es Su forma de invitarnos a compartir Su Cruz.

Si fuéramos buenos, obedeceríamos con alegría a quienes Dios pone en nuestro camino como guías, sean nuestros padres, jefes, o nuestros maestros.

Si fuéramos buenos, buscaríamos por todos los medios no utilizar palabras que puedan herir a los demás, suavizando nuestro lenguaje hasta hacerlo un medio de transmitir hasta la noticia más dura, con ternura y sinceridad.

Si fuéramos buenos, no dejaríamos de hacer aquellas cosas que nos duelan, pero que por amor y justicia corresponden ser hechas.

Si fuéramos buenos, no sentiríamos vergüenza de dar testimonio de ser hijos de Dios, de amarlo sobre todas las cosas, supeditando todos los actos de nuestra vida a Su Voluntad.

Si fuéramos buenos, seríamos verdaderos paladines en la defensa de la verdad, de la justicia, y de la búsqueda del camino de la luz.

Si fuéramos buenos, no dejaríamos sin ayuda a ese niño que hoy nos pidió dinero en la calle.

Si fuéramos buenos, le diríamos a nuestro padre y a nuestra madre que los amamos, que los necesitamos, y que el mundo no sería el mismo sin ellos.

Si fuéramos buenos, escucharíamos a nuestros hijos cuando nos dicen que nos aman, que nos necesitan, aunque lo hagan con palabras que no comprendemos totalmente.

Si fuéramos buenos, amaríamos la vida que Dios nos da, y la defenderíamos a muerte. Millones de niños abortados tendrían un ejército de mujeres y hombres dispuestos a luchar hasta detener esta matanza.

Si fuéramos buenos, daríamos el ciento por uno en retribución, por cada don que Dios nos da.

Si fuéramos buenos, veríamos en cada paso de nuestra vida, una oportunidad de ver la Mano de Dios obrando a nuestro alrededor. Y dejaríamos que sea El el que guíe nuestro camino.

Si fuéramos buenos, amaríamos…

Web católico de Javier

CONTEMPLATIO

Todo lo que amas por sí mismo, fuera de Dios, ciega tu intelecto, mina tu juicio sobre los valores morales y vicia tu elección, hasta tal punto que no puedes distinguir con claridad el bien del mal y no puedes conocer de verdad la voluntad de Dios. Y cuando amas y deseas las cosas por sí mismas, no sabes cómo aplicar los principios morales generales, aunque puedas comprenderlos. Aun cuando tu aplicación de los principios sea formalmente exacta, habrá probablemente alguna circunstancia escondida, una circunstancia olvidada por ti, que contaminará con alguna imperfección tus acciones virtuosas.

Hay ciertos aspectos del desprendimiento y ciertos refinamientos de pureza interior y de delicadeza de conciencia que, en general, ni siquiera ciertas personas sinceramente santas consiguen descubrir. Incluso en los monasterios más rígidos y en los lugares donde se dedica la propia vida con seriedad a la búsqueda de la perfección, son muchos los que nunca llegan a sospechar hasta qué punto están dominados por modalidades inconscientes de egoísmo, hasta qué punto sus actos virtuosos son consecuencia de un mezquino interés humano.

En realidad, son precisamente la rigidez y el inflexible formalismo de estas personas piadosas lo que les impide alcanzar el verdadero desprendimiento. Han renunciado a los placeres y a las ambiciones del mundo, pero se han reservado otros placeres y otras ambiciones de carácter más elevado, más sutil y más espiritual. Algunas veces ni siquiera sospechan que es posible buscar la perfección con un celo tan intenso que resulta imperfecto por sí mismo. Están demasiado apegadas a las cosas buenas de su pequeño mundo cerrado. Hay veces, por ejemplo, en que algún monje puede alimentar un apego a la oración o al ayuno, a una práctica piadosa o a alguna devoción, a cierta penitencia externa, a un libro, a un sistema de espiritualidad, a un método de meditación o incluso a la misma contemplación, a las gracias más elevadas de la oración, a virtudes, a cosas que en sí mismas son signos de heroísmo y de grandísima santidad. Personas que parecen santas se han dejado cegar por su desordenado amor a semejantes cosas y se han quedado en las tinieblas y en el error respecto a sus hermanos del monasterio, que parecen mucho menos perfectos que ellos

(Th. Merton, «Contemplazione e distacco», en íd., Che cosa é la contemplazione, Brescia 21953).

CANTO

Humildad Felipe Gómez

Señor Dios, me tienes ante ti – Kairoi

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela