PEJ 2022

XXI Domingo del Tiempo Ordinario

PEJ 2022

CITA

El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”

San Agustín, «Quien te creó sin ti, no te salvará sin ti». Sermo ad Populum 169, 11: PL 38, 923

Desde la creación del género humano, todos aquellos que han creído en él, de la manera que fuera, todos aquellos que han vivido en la piedad y la justicia según sus preceptos, todos estos, sin duda alguna, han sido salvados por él en cualquier tiempo y lugar en que hayan existido”… Carta a Deogratias, n. 102º

Nuestra patria se halla arriba; allí no seremos huéspedes, mientras que aquí todos, incluso en su casa, son huéspedes. Si no es huésped, que no salga de ella; y si ha de salir, entonces es huésped. No se engañe, es huésped. Quiera o no, es huésped. Y si deja la casa a sus hijos, se trata de un huésped que la deja a otros huéspedes. … Por tanto, si todos pasamos, realicemos algo que no puede pasar, a fin de que, cuando hayamos pasado y llegado al lugar de donde no hemos de pasar, encontremos nuestras buenas obras. Cristo es el guardián; ¿por qué temes, entonces, perder lo que das? SAN AGUSTÍN, Sermones (2º) (t. X). Sobre los Evangelios Sinópticos, Sermón 111, 3-4, BAC Madrid 1983, 791-4)

San Basilio El camino recto es estrecho y tiene pendientes peligrosas, tanto a la izquierda como a la derecha; como sucede en un puente, desde el cual se cae al agua inclinándose a un lado o a otro (in Reg. brev. ad inter., 240).

San Juan Crisóstomo, Porque los más no sólo no caminan por ese camino, sino que no quieren caminar. Lo que es locura suma. Pero no hay que mirar a los más ni hay que dejarse impresionar por su número, sino imitar a los menos y, pertrechándonos bien por todas partes, emprender así decididamente la marcha. Porque, aparte ser camino estrecho, hay muchos que quieren echarnos la zancadilla para que no entremos por él. (Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, Homilía 23, 5-6, BAC Madrid 1955, pág.482-85)

Pío XII dijo en una ocasión: El mayor pecado del mundo de hoy consiste en que los hombres han empezado a perder el sentido del pecado.

San Juan Pablo II: Uno de los pecados más graves y de más transcendencia en nuestro tiempo, que quizá sea el más grave mirado en su propia malicia y sus funestas consecuencias, es el pecado de no ver pecado en nada. Se ha perdido la conciencia de pecado, y sin embargo el pecado existe.

Es el amor lo que salva, el amor que, ya en la tierra, es felicidad interior para quien se olvida de sí mismo y se entrega en los más diferentes modos: en la mansedumbre, en la paciencia, en la justicia, en el sufrimiento y en el llanto. ¿Puede el camino parecer áspero y difícil, puede la puerta aparecer demasiado estrecha? Como dije ya al principio, semejante perspectiva supera las fuerzas humanas, pero la oración perseverante, la confiada súplica, el íntimo deseo de cumplir la voluntad de Dios, conseguirán de nosotros que amemos lo que Él manda. (Homilía 24 de agosto de 1980 en Castelgandolfo)

Benedicto XVI insistía a padres y padrinos durante una ceremonia de Bautismo, que era preciso “ser al mismo tiempo tiernos y fuertes, usar dulzura y firmeza, callar y hablar en el momento adecuado, reprender y corregir en modo justo” (9-01-2012).

A la formación de las conciencias contribuyen múltiples y valiosos instrumentos espirituales y pastorales que es preciso valorar cada vez más. Entre ellos, la catequesis, la predicación, la homilía, la dirección espiritual, el sacramento de la Reconciliación y la celebración de la Eucaristía.

Queridos hermanos y hermanas, si también nosotros queremos pasar por la puerta estrecha, debemos esforzarnos por ser pequeños, es decir, humildes de corazón como Jesús, como María, Madre suya y nuestra. (Ángelus, Domingo 26 de agosto de 2007)

S.S. Francisco, Cierto, la puerta de Jesús es una puerta estrecha, no por ser una sala de tortura. No, no es por eso. Sino porque nos pide abrir nuestro corazón a Él, reconocernos pecadores, necesitados de su salvación, de su perdón, de su amor, de tener la humildad de acoger su misericordia y dejarnos renovar por Él. Jesús en el Evangelio nos dice que ser cristianos no es tener una «etiqueta». Yo os pregunto: vosotros, ¿sois cristianos de etiqueta o de verdad? Y cada uno responda dentro de sí. No cristianos, nunca cristianos de etiqueta. Cristianos de verdad, de corazón. Ser cristianos es vivir y testimoniar la fe en la oración, en las obras de caridad, en la promoción de la justicia, en hacer el bien. Por la puerta estrecha que es Cristo debe pasar toda nuestra vida. Ángelus del domingo, 25 de agosto de 2013

“Quisiera haceros una propuesta. Pensemos ahora, en silencio, por un momento, en las cosas que tenemos dentro de nosotros y que nos impiden atravesar la puerta: mi orgullo, mi soberbia, mis pecados. Y luego, pensemos en la otra puerta, aquella abierta de par en par por la misericordia de Dios que al otro lado nos espera para darnos su perdón” Ángelus 21 de agosto de 2016.

Catecismo 1025 Vivir en el cielo es “estar con Cristo” (cf. Jn 14, 3; Flp 1, 23; 1 Ts 4,17). Los elegidos viven “en El”, aún más, tienen allí, o mejor, encuentran allí su verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap 2, 17): Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la vida, allí está el reino (San Ambrosio, Luc. 10,121).

Pagola No basta pertenecer al pueblo de Israel; no es suficiente haber conocido personalmente a Jesús por los caminos de Galilea. Lo decisivo es entrar desde ahora en el reino de Dios y su justicia. De hecho, los que quedan fuera del banquete final son, literalmente, «los que practican la

El que no hace un esfuerzo para ayudarse a sí mismo, no tiene derecho a solicitar ayuda a los demás. Demóstenes

En este mundo no se logra nada útil ni grande sin esfuerzo ni sacrificio. Adolfo Kolping

Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito. Tito Livio

Hay que agotar todos los esfuerzos antes de quejarse. Santa Teresa del  Niño Jesús

La victoria es del más perseverante. Napoleón Bonaparte

Las cosas no son difíciles de hacer; lo que es difícil es ponerse en disposición de hacerlas. Constantin Brancusi

Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa. Mohandas Karamchand Gandhi

Nunca te des por vencido. Crea tu propio camino. Katherine Herpburn

Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate. Thomas Carlyle

Si nos sobreviene alguna languidez de espíritu, corramos a los pies de Jesús en el Sacramento y pongámonos entre los celestes perfumes y seremos, indudablemente, revigorizados. San Pío de Pieltrecina

Todas las empresas nobles empiezan por ser imposibles. Thomas Carlyle

CHISTE

  1. Hay “católicos”, que diría el cómico Garisa: “Van tres veces a la Iglesia”. En la primera vez les echan agua. En la segunda, arroz. Y en la tercera, tierra”.
  1. Había una vez, en un pueblo dos hombres que se llamaban Joaquín González. Uno era sacerdote y el otro era taxista. Quiere el destino que los dos mueran el mismo día. Entonces llegan al cielo, donde los espera San Pedro.

– ¿Tu nombre?. pregunta San Pedro al primero.

– Joaquín González.

– ¿El sacerdote?

– No, no, el taxista.

San Pedro consulta su planilla y dice:

– Bueno, te has ganado el paraíso. Te corresponden estas túnicas con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes ingresar…

– Gracias, gracias…, dice el taxista.

Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro.

-¿Tu nombre?

– Joaquín González.

-¿El sacerdote?.-Sí.

-Muy bien, hijo mío. Te has ganado el paraíso. Te corresponde esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.

– Perdón, no es por desmerecer, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!

– Sí, hijo mío, te has ganado el paraíso, te corresponde la bata de lino…

– ¡No, no pude ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, chocaba todos los días; una vez se estrelló contra una casa; conducía muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante… Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia, ¿cómo puede ser que a él le den la túnica con hilos de oro y la vara de platino y a mi esto? ¡Debe haber un error!

– No, no es ningún error, dice San Pedro. Lo que pasa es que aquí, en el cielo, nosotros nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal.

– ¿Cómo? No entiendo.

– Claro… ahora nos manejamos por objetivos y resultados… Mira, te voy a explicar en tu caso y lo entenderás enseguida:

Durante los últimos veinticinco años, cada vez que tu predicabas, la gente dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba. ¡¡Resultados!!¿Entiendes ahora?.

  1. Falleció D. Jesús, párroco del pueblo durante muchos años. Y como es natural fue el señor obispo a oficiar el funeral en la parroquia. Pues bien, al obispo le dio por hablar del paraíso, y el paraíso para arriba, y el paraíso para abajo, y las maravillas del paraíso. La gente aguantándose la risa. Y dale. Hasta que les dijo que iban a rezar para que D. Jesús pudiera gozar eternamente en el paraíso. Fue imposible aguantar más. La gente es que casi literalmente se tiraba por los suelos y los sacerdotes concelebrantes no sabían ya como reprimir las carcajadas. Y es que el bueno del obispo no sabía que la casa de mala nota del pueblo se llamaba justo “El Paraíso”…

Tomado de P. Jorge González Guadalix en www.infocatolica

  1. Hay un antiguo chiste de Mingote que puede considerarse como la versión cómica del evangelio de hoy: dos señoras están hablando a la puerta de la Iglesia y una le dice a la otra: “Al cielo, lo que se dice al cielo, únicamente iremos las católicas de toda la vida”.

Tomado de P. Juan Jáuregui

  1. Un día se acercó un hombre a confesarse y le dice al confesor: –He robado un carnero.

El confesor le dice que lo tiene que devolver a su dueño; El hombre contesta: es que me han dicho que usted era un sacerdote de “manga ancha”; a lo que éste le responde: – Mire por aquí no cabe un carnero.

Tomado de las homilías de D. Juan Figueiras

ORACIÓN

“Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar.

La hiciste para los niños y yo he crecido a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta, achícame por piedad,

vuélveme a la edad bendita en que vivir es soñar.»”.

Unamuno

POESÍA

“Ancha es la puerta

de los centros comerciales para adictos refinados;

de los hoteles de lujo para le élite del negocio y del poder;

de los que acuden a lavar los dólares del narcotráfico;

de los sepulcros vacíos que cultivan fachadas y apariencias.

Estrecha es la puerta

de los que sirven en las residencias millonarias;

de los calabozos que reprimen a los justos;

de los ranchos construidos con material de desperdicio;

de las decisiones solidarias con los oprimidos.

Ancho es el camino

de los latifundios que se pierden en el horizonte baldío;

de las autopistas hacia las playas exclusivas;

de la corrupción que se pasea en carros de lujo;

de las multitudes domesticadas por la costumbre.

Estrecho es el camino

de los que hunden la pala en los cimientos de los grandes edificios;

de los callejones en los barrios marginados;

de la nueva justicia abierta en medio de la selva legal;

del futuro del Reino que no es noticia en ningún periódico.

Ancho es el camino

que lleva a los sumos sacerdotes al templo de Jerusalén;

de la casa de Herodes construida con impuestos populares;

del palacio imperial de Pilato;

de las aclamaciones de las multitudes ahítas de pan.

Estrecho es el camino

que va de Belén a la cueva de los pastores;

que sigue Jesús hacia los poblados perdidos de Galilea;

que sube hasta el monte de la Transfiguración;

de la callejuela que atraviesa Jerusalén y llega hasta el Calvario; de la decisión que conduce hasta Getsemaní en medio de la noche”.

Amplia es la calle que lleva a la perdición.

Qué estrecho es el callejón que lleva a la vida”

Benjamín González Buelta, S.J

CONTO

EL MONJE Y EL TURISTA

Un turista se encuentra con un monje en meditación y queda impresionado por la felicidad y la paz que le inspira. El turista le pregunta: “¿Cómo es que Ud. que ha renunciado a todo en el mundo, está en paz y feliz como si lo tuviera todo?, ¿En qué radica su capacidad de renuncia?”

El Monje se sonrió y dijo: “También yo me asombro de la capacidad de renuncia de los hombres del mundo. Pues yo solo renuncio a cosas perecederas por tesoros de valor infinito, mientras ellos renuncian a lo infinito por cosas perecederas.

Tomado de www.corazones.org.

LA CEBOLLA

Érase una vez una mujer muy, muy malvada. Y el día en que murió nadie recordaba ningún gesto de caridad que hubiera hecho a lo largo de su vida.

Así pues el demonio la llevó al infierno. Su ángel de la guarda empezó a repasar su vida para ver si encontraba una buena acción para presentársela a Dios. Finalmente encontró una. Una vez arrancó una cebolla de su huerto y se la dio a un mendigo.

Dios le dijo al ángel de la guarda: “Toma una cebolla, enséñasela y que se agarre a ella, si la puedes subir hasta el paraíso que entre, pero si la cebolla se rompe se quedará en el infierno”.

El ángel de la guarda corrió hacia ella y le dijo: Ven, agárrate y yo te salvaré.

Con mucho cuidado empezó a subir y ya estaba casi afuera cuando otros pecadores que la vieron ya casi salvada se agarraron a ella para salir también ellos.

Pero como era tan mala empezó a darles golpes y les dijo: “Me están sacando a mi, no a vosotros; es mi cebolla, no la vuestra. Soltadme”. Al decir esto la cebolla se rompió. La mujer cayó de nuevo al infierno y allí sigue hasta hoy.

Su ángel de la guarda sigue llorando porque no pudo salvarla.

Tomado de P. Félix Jiménez

Hay una historia sobre un Zorro que se jacta ante un Gato de sus ingeniosas tácticas para escapar de sus enemigos. “Tengo toda una bolsa de trucos”, dijo, “que contiene cien formas diferentes de escapar de mis enemigos”. “Tengo uno solo”, dijo el Gato; “pero generalmente puedo arreglármelas con eso”. Justo en ese momento escucharon una jauría de perros que venía hacia ellos, y el Gato inmediatamente se subió a un árbol y se escondió entre las ramas. “Este es mi plan”, dijo el Gato. El zorro pensó primero de una manera y luego de otra. Mientras debatía qué ruta tomar, ya era demasiado tarde, los sabuesos lo atraparon y pronto fue carne muerta. El Gato, que había estado observando, dijo: “mejor un camino seguro y seguro que cien en los que no puedes contar”.

Tomado de P. Félix Jiménez

“DECÁLOGO DE LA MALA EDUCACIÓN”.

Curiosamente fue hecho en otros tiempos por la Dirección General de Policía de Seattle, EUA, alarmada por el nivel de delincuencia y malos comportamientos de los jóvenes:

1. Dad a vuestro hijo todo lo que quiera, crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.

2. Ríase cuando diga malas palabras, considerará que es gracioso.

3. No le dé ninguna formación espiritual, que escoja cuando sea grande.

4. No le diga nunca: “esto que estás haciendo está mal”. Podrá acomplejarse, y cuando lo detenga la policía por robar dirá que es un perseguido por la sociedad.

5. Todo lo que tire en el suelo, recójaselo. Considerará que todos están a su servicio.

6. Déjele leer y ver de todo, que su espíritu se recree con cualquier basura.

7. Discutan los padres delante de él, se irá acostumbrando, cuando la familia esté destrozada, no se dará cuenta.

8. Dele todo el dinero que quiera, concluirá que para tener dinero ni siquiera es preciso trabajar.

9. Satisfaga todos sus deseos: comer, beber, bailar, pasear, divertirse. Pues, de lo contrario, se tornará un frustrado.

10. Darle siempre la razón cuando se desentienda con los otros. Los profesores, las personas, la policía, las leyes, las autoridades, etc., lo tomaron de punta al pobre niño o jovencito.

Termina así este singular “decálogo”: cuando vean que sus hijos son un desastre, concluirán que nunca consiguieron hacer nada por él.

Tomado de Los cuentos de mis homilías

SIN LÍMITES

Una Mujer de 55 años visitaba a su hijo de 23 en la cárcel. Él estaba ahí por homicidio culposo ya que había atropellado a un niño al entrar a alta velocidad en una calle en sentido contrario tratando de escapar de una patrulla policial que lo perseguía por haberse pasado un semáforo en rojo. Entro al penal mal herido y en silla de ruedas ya que, el padre de la víctima, lo golpeo de tal manera fue a golpes, que por poco lo mata.

El hijo le dijo a su madre: – Mamá, sabes muy bien, que no soy un asesino ni jamás hubiera pensado que algún día podría haberlo cometido un hecho, como el que hoy me obliga a perder la libertad. Tengo más dolor en mi corazón que en mi cuerpo a pesar de la paliza que me han dado. Me duele el alma en pensar que desde niño, aprendí y me acostumbré a romper reglas y a no cumplirlas jamás, sin que tú me pusieras ningún límite.

– Mi querido hijo, es que cuando niño eras tan rebelde que jamás escuchabas mis consejos, nunca hacías caso, cada vez que te daba una orden, te ponías furioso, me desafiabas y hacías todo lo contrario, te burlabas de mí. Desde que empezaste a tener uso de razón, con tus berrinches lograste que tanto papa como yo, decidiéramos dejar de regañarte. Acuérdate cuando te decía que comieras las comidas que te preparaba para que crecieras sano y fuerte, a lo que me decías: Yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa, ¡déjame en paz! Ordena tu cuarto: No voy a recoger nada, así estoy contento, ¡si quieres recógelo tú! No destruyas tus juguetes, cuídalos: No me importa yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas gritaré y lloraré hasta que me las compres. Recuerdo el día que dije en esta casa se hace lo que yo digo: No mamá, no lo haré ¡Ya no te quiero más y si me hablas así, me voy a ir de casa!

Y así siguió una lista interminable de idas y venidas a lo largo de la vida de este hijo rebelde y padres pacientes.

¡Basta ya mama! solo dime una sola cosa, ¿cómo pudo ser que siendo mis padres, personas adultas, hayan obedecidos y dominados por un niño, de corta edad?

Hoy a mis 23 años estoy destruido, desdichado y sin futuro, de nada sirvió que estudiara o que no hayamos tenido problemas económicos. Le quité la vida a un niño y a sus padres les arruiné por el resto de sus vidas. Si tan solo, me hubieran demostrado una verdadera autoridad, en este momento no estaría en este miserable lugar, porque un niño por mas rebelde que sea, de ninguna manera puede hacer lo que se le plazca.

Tomado de Los cuentos de mis homilías

PAYASO EN EL CIELO

¿Recuerdan a aquel payasito que llegó al cielo de improviso?

San Pedro quiso cerrarle la puerta, porque “tú nunca ibas a misa”.

Luego pasó un curita, lo vio y gritó: “ese nunca se confesó, ni echó un billete en la colecta”.

No podía faltar una monjita que se escandalizó y se santiguó: “¡Dios mío, con las cosas groseras que decía!”

Hasta que pasó Jesús y le dice con cariño: “Hola, amigo, ¿tú también por aquí? Entra tomemos una cervecita que estarás cansado.

Pero, Señor, éste no iba a misa. Ya lo sé, dijo Jesús, ¡pero cómo divertía a los niños!

Pero, Señor, que éste no se confesaba. Si lo sabré yo, pero a cuántos que sufrían y estaban tristes los alegró y les hizo pasar unas tardes felices. ¡Cuántas veces él mismo tenía problemas en casa y sin embargo, prefería que la gente estuviese contenta y se distrajese unas horas de sus propias angustias”

Llegaron al rato otros, muy serios que sí fueron a misa, que sí se confesaban, que sí echaban buena limosna, que no decían groserías y a ellos les dijo: “la verdad que no os conozco”.

Siempre fuisteis unos amargados. Yo me lo pasaba mucho mejor en el circo con este payaso, que en vuestras misas que me parecían velorios. No hicisteis felices a nadie. No hicisteis reír a nadie. Creíais que ser bueno era llevar una cara cuadrada, como si la alegría fuese un pecado, como si contar un chiste para que otros se rieran, fuese para santiguarse…

Tomado de P. Juan Jáuregui

PUERTA SIN CERRADURA

Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente pues se trataba de un famoso pintor, un reconocido artista.

Llegado el momento, se quitó el paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesucristo tocando suavemente a la puerta de una casa.

Jesús parecía querer oír si desde dentro de la casa alguien le respondía. Todos miraban aquella preciosa obra de arte, mas un observador muy curioso encontró una falla en el cuadro: la puerta no tenía cerradura.

Y fue a preguntarle al artista: su puerta no tiene cerradura. Como se hace para abrirla?

Así es, respondió el pintor, porque esa es la puerta del corazón del hombre, solo se abre por el lado de adentro.

ANÉCDOTA

SAN BERNARDO DE CLARAVAL.

De joven convenció a quince hermanos, primos y amigos para entrar con él al convento y para hacerse monje. Ya en su última vejez el padre de San Bernardo se presentó a la puerta del convento y pidió admisión. Quiso entrar de monje. San Bernardo lo recibió, sin embargo, le reprochó: “Ahora que eres viejo quieres entregar a Dios un costal de huesos gastados”. Aunque parezca ilógico también si te conviertas sólo en el último momento Dios recibe tu vida, aunque sean puras cáscaras.

(Romero, F., Recursos Oratorios, Tomo II, Ed. Sal Terrae, Santander, 1959, p. 409)

Siendo Santa Teresa de Jesús una niña supo que los que mueren mártires se van directamente al cielo. En la España de su tiempo había todavía varias regiones que pertenecían a los musulmanes. Para poder morir mártir decidió irse de su casa en busca de musulmanes que la matasen. En su ansiedad arrastró también a su hermano. Y mientras se alejaban de la casa repetía: “para siempre, para siempre, para siempre con Dios”.

El salón del banquete tiene una puerta muy estrecha. Y pasado el tiempo oportuno, el Señor cierra la puerta. Sin embargo, este salón tiene una ventana al costado que, cuando la puerta está cerrada, puede abrirse para dejar entrar al que todavía tiene fuerzas para entrar. Esa ventana del costado es la Virgen María.

Se cuenta la siguiente anécdota. En tiempos del Cura de Ars, en Francia, había un hombre que vivía alejado de los sacramentos pero que tenía una gran devoción a la Virgen María. Todos los años, para una de sus fiestas, él se encargaba de prepararle el arreglo floral. Un día, este hombre, llevado de una gran angustia, decidió suicidarse arrojándose desde un puente altísimo hacia las aguas del río. La esposa de este hombre fue desesperada a ver al Cura de Ars, para contarle su desgracia, que su marido se había suicidado y así merecido la condenación eterna. El Cura de Ars la consoló diciéndole: “Tu marido no se condenó; alcanzó la salvación eterna, porque entre el puente y el río estaba la Virgen María, quien hizo que se arrepintiera y pidiera perdón antes de morir”. En este caso, María fue la ventana del costado para una puerta que ya estaba prácticamente cerrada.

Tomado de P. José A. Marcone, I.V.E.

Durante los años 1897-1898 conocerá Unamuno sus angustias más íntimas. Le horroriza terminar en la «nada». Ya no sabe si cree o sólo quiere creer. En medio de la crisis más violenta toma una decisión: «Entonces me refugié en la niñez de mi alma… Y hoy me encuentro en gran parte desorientado, pero cristiano y pidiendo a Dios fuerza y luz para sentir que el consuelo es verdad.» No es la primera vez que Unamuno recurre al «niño que lleva dentro» para encontrase con Dios. En su Diario poético había escrito estos conocidos versos: «Agranda la puerta, Padre, / porque no puedo pasar. / La hiciste para los niños, / y yo he crecido a mi pesar. / Si no me agrandas la puerta, / achícame por piedad; / vuélveme a la edad bendita / en que vivir es soñar.»

Tomado de Alforjas de Pastoral

Los Testigos de Jehová, creen saber hasta el número preciso de los salvados: ciento cuarenta y cuatro mil. Este número, que recurre en el Apocalipsis, tiene un valor puramente simbólico (12 al cuadrado, el número de las tribus de Israel, multiplicado por mil) y se explica inmediatamente con la expresión que le sigue: «una muchedumbre inmensa que nadie podría contar» (Ap 7, 4.9).

Tomado de Rainiero Cantalamessa

CIELO PARA TODOS

Un inglés, Hillaire Belloc, miembro del parlamento desde 1906-1910, fue abucheado por la gente durante la campaña electoral por ser católico.

Belloc les respondió: “Señores, yo soy católico. Voy a misa todos los días si me es posible. Y esto que tengo en las manos es un rosario y me arrodillo para rezarlo. Si ustedes me rechazan por mi religión, agradezco a Dios que me haya ahorrado la indignidad de ser su representante”.

La multitud asombrada respondió con aplausos.

Belloc puso a Dios en primer lugar.

Thomas More, canciller de Inglaterra, dimitió el día en que el parlamento aprobó una ley por la cual todo el clero tenía que reconocer a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia.

Thomas More se negó y fue decapitado en 1535.

Sus últimas palabras fueron: “Buen servidor del Rey, pero de Dios primero”.

Esta valentía para proclamar a Dios frente a los enemigos es la puerta estrecha de la salvación.

Tomado de P. Félix Jiménez

Thomas Alva Edison tenía una casa de campo. Allí le visitaban sus amigos. Uno se quejó de lo muy pesada que era la puerta y de lo mucho que costaba abrirla…

¿De veras? le preguntó Edison, fingiendo asombro.

Sí, sí, y creo que debería hacerla arreglar.

Bueno, el caso es que yo mismo la arreglé hace poco. Puse un mecanismo…

Que no sirve para nada. Esta vez se ha equivocado.

Sí que sirve. Cada vez que se abre la puerta, el mecanismo saca del pozo cinco litros de agua. Y así gracias a los que entran y salen, tengo siempre lleno el depósito del jardín.

Tomado de www.anecdonet.com

Le pregunto a una chica que ha tenido problemas severos de conducta alimentaria ya superados, qué consejos daría a una paciente que reincide y reincide, y no sale del atolladero de lo suyo. Me dice que en el fondo es bien fácil, la verdad es que me sorprendo de una respuesta tan contundente, y añade: tiene que tomar la decisión seria de curarse, esa es la clave, poner la voluntad en el corazón de la decisión y saber que durante un tiempo lo pasará mal, pero al final le espera una salida. Un joven con cara de col mustia me cuenta hoy que ha tenido seis horas seguidas de clase, ¿seis horas?, le digo, ¿sin descanso?, me dice que sí con la cabeza, porque no tiene ni fuerzas para hablar. Quiere ser ingeniero de caminos y el esfuerzo por hacer su itinerario ha empezado fuerte.

Leo la biografía del compositor Gustav Mahler, su vida son horas puestas a disposición de una inspiración que no bajaba del templo de las musas, sino de la repetición permanente de una fórmula de ensayo y error, del papel pautado machacado de tachones y trabajo. Todos los apasionados buscan la puerta estrecha.

Tomado de https://oracionyliturgia.archimadrid.org.

CANTO

BROTES DE OLIVO VOSOTROS SEREIS MI PUEBLO

seguirte ixcis

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela